La presencia de aquel, el de cabellera negra, desaparece de su vista de manera lenta y pausada. Se despide triste, apagado en comparación a cuando lo abrazó. Fue un abrazo dulce, emotivo, inspirador. Nunca se había sentido reconfortado con tan poco en su vida, además de Nam Joon. El desconocido arrastra sus pies como si le diera pereza irse, deseando estar un poco más.

Él también quiere que se quede.

Saludan en brazos extendidos. Descubre que vino en un vehículo rojo descapotable, flamante. Costoso. ¿Un muchacho de dinero siendo amigo de Nam Joon? Nunca lo hubiera imaginado.

Y tras perderse en la naturaleza, ensimismado en las copas de los árboles, el silbido del viento en su oído, descubre el canto de un pájaro carpintero. Fotografía todo. Incluso hasta la hoja que se desprende, cayendo y cayendo hasta tocar el suelo.

Clic, clic.

Fotos de animalitos que conoce por primera vez y no sabía nombrarlos. Criaturas que, las cree místicas, extintas en su universo. Era una experiencia demoledora, gratificante, única. No volverá a suceder de nuevo así que, cada minuto, cada segundo de aquello, debe atesorarlo y guardarlo en su memoria.

Un grito extendido en el aire, la voz de Nam Joon que lo llama y lo invita a volver. Corre para acelerar el encuentro, tropezando con una rama de la forma más cómica y se endereza, porque el nervio toca su hueso, apenado por lo que deberá confesar.

-Quiero decirte algo...

Empieza suave, consternado por el simple hecho de que ha fingido ser él. Fingió. Actúo. Ha hecho mal y quizá, mucho daño, la culpa lo devora y no deja ni las migajas.

-¿De que se trata, Blue Bird?

-Vino un amigo tuyo, no sé quien era. Se disculpó contigo y...

-Maldita sea -masculla-, maldita sea, Blue Bird. ¿Qué te dijo?

-Que no quiere pelear contigo, por tu amistad, y no sé... -Intenta no llorar, frágil y como un niño, pero no llora, no debe-. Ay, ¡lo siento, lo siento tanto! ¿La embarré? Por favor, no te enojes con él sino conmigo. Lo confundí y...

-Está bien.

-¿Está bien? -susurra confuso.

-Es que él y yo... -Chasquea su lengua, rasca su nuca y no sabe por donde comenzar-. Nos besamos la semana pasada. Me asusté, lo traté mal, ¡no debí tratarle mal! No debí dañar sus sentimientos de esa forma. Es mi amigo desde hace tiempo y lo que hice fue lo que una escoria haría. Debí hablar como alguien decente e hice lo contrario, lo pisoteé.

-Entonces, ¿él gusta de ti? -Abre sus ojos-. Pero, pero...

Nam Joon lo arrastra al interior de la casa, su pecho late desbocado. Eso explica la tensión que ha sentido con él, en como su perfume todavía quedo grabado en su mente, en su sonrisa taladrándole los tímpanos. La mirada abrasadora, el querer envolverlo un poco más.

-Pero no sé que hacer, es mi amigo. Mi mejor amigo.

-Y te gusta. ¡Te gusta! ¡Te gusta! ¡Te gusta! -Lo acusa, grita, lo señala infantil y sonríe porque el sentimiento es y será algo natural, es una corriente de río dulce.

-Blue Bird, ¿tú qué harías en mi posición? ¿Terminarías con tu novia? ¿Seguirías fingiendo que todo está bien? ¿Que nada pasó? ¿Aceptar y listo? No sé que hacer con Tae Hyung y acabas de dar el paso por mí, soy tan cobarde. Tan cobarde... y tú lo resumiste todo por mí.

-Espera, ¿dijiste Tae Hyung?

¿Ese Tae Hyung?