Capitulo 22
Capítulo 22
Parte ll
Llego el día, hoy tal vez volvía a casa o tal vez no, capaz sería la última vez que podía pensar en paz, pero no me permitiré morir como prostituta, no, no lo hare, pondré todo de mi para hacerlo bien y terminar con esto de una vez por todas, luego tengan asegurado de que realmente pondré lejos a Justin Bieber de mí vida, por más difícil que sea, aunque conociéndome hasta que no termine High School dudo evitar hablarle, porque yo sé que me buscara.
Oh, no tengo ninguna noticia respecto a él y eso me alegra. Bien dicho, no tengo noticias de nadie, no ir al colegio y no estar con el celular es desconectarse del mundo en el que siempre estoy.
Llego la hora de transformarme, eran las 18:00 y debía estar en el hotel a las 21:00. Me encontré con los dos únicos chicos que vi en estos días, a los demás no los vi en ningún momento, solo al pelinegro y al castaño y si, aun no sabía sus nombres. Cuestión, me llevaron a un lugar no tan lejos del hotel, era una mansión pero me llevaron a una sala del segundo piso en la que estaba una mujer rubia de aproximadamente unos 32 años, era algo así como una peluquería, un espejo gigante que era una pared y delante un mueble largo donde dejaban todas las cosas que usarían, habían pelucas, por un lado un perchero ropa diminuta, maquillaje, uñas postizas de todos colores, había de todo.
-¿Por qué debo ponerme dientes? -Dije alejándome de esos dientes que la mujer intentaba colocarme-
-Porque tienes unos lindos dientes, niña -Ella acercaba los dientes a mi boca a lo que yo alejaba su mano-
-Una prostituta nunca tiene los dientes lindos -Bromee, ellos quedaron callados- Los usan mucho -Luego entendieron y rieron-
-Hasta el más pequeño detalle es una gran cosa -Hablo la mujer mientras renegaba. El pelinegro y el castaño estaban sentados mirando mi transformación-
- La saliva es lo suficiente para saber tu nombre completo -Hablo el pelinegro después de tres días, eran contadas con una mano lo que lo escuche hablar-
-Cállate -El castaño susurro mientras le daba un codazo al pelinegro, aunque ese susurro lo escuche-
-¿Por qué lo dices? -Pregunte ingenua-
-Ya sabes, por si debes hacer... eso -Oh, no lo dice enserio- Y queda tu ADN -Mis ojos se abrieron como dos platos-
-¡¿Qué?! -Grite-
-Un pequeño detalle -Dijo el castaño mientras bajaba la cabeza- Y bueno, tienes que... seducirlo -Rascaba su cabeza- Sacarte -Vacilo- La ropa -Miraba para todos lados menos a mis ojos-
-¡Vamos, ser un stripper! -Salto el pelinegro-
La señora había dejado de hacer su trabajo para quedarse en silencio mirando la escena, en cambio yo, miraba una tijera que estaba en el mueble y no dude en tomarla, al hacerlo mire por el espejo a los dos muchachos quienes se encontraban con preocupación.
-¡Malditos bastardos! -Gruñí-
-¡Sáquenle la tijera! -Ordeno el castaño a lo que la señora la saco rápidamente de mis manos-
Me levante de la silla con enfado y cuando lo hacia la mujer con terror tocaba mi peluca que se veía muy real del color negro, para que no se moviera ya que había hecho un gran trabajo, pero me importa mierda, estaba realmente enfadada porque abusaban que además de poner mi vida en riesgo, debía realizar asquerosidades como una verdadera prostituta.
Al levantarme de repente, los chicos también lo hicieron dando un paso hacia atrás los dos al mismo tiempo.
-Están abusando de esto, si bien me dijeron actuar de prostituta para solamente seducirlo, no mencionaron serlo verdaderamente -Dije entre dientes- No me importa que hagan o digan, pero no pienso ensuciar mis manos y mucho menos mi boca ¿Lo tienen, imbéciles? -Estaba literalmente gritando-
-Una deuda es una deuda, debes pagarla -El castaño hablaba con confianza-
-Claro, estoy arriesgando mi vida, lo estoy pagando, pero ni debería ser esto lo que tengo que hacer porque ustedes no arriesgaron la vida por mi tío, fueron golpes y ya, nadie salió lastimado ¿Por qué yo sí? -La rabia corría por mis venas-
-¿Quién dijo que saldrás lastimada? El hotel está rodeado por nuestros hombres, de salir viva saldrás con vida -Me guiño el ojo- Creo -Murmuro-
-Puede sucederme algo en dos segundos -Dije entrecerrando los ojos-
-Y tú piensas que fue eso y ya pero... ¿Sabes? Nos metimos con Justin Bieber, a ti estar a su lado te trae problemas ¿No es así? Entonces imagínate entrometernos en su trabajo -Elevo las cejas-
-Yo no les pedí nada -Dije sin pensar-
-Eres una desagradecida, lo que estás haciendo es lo mínimo para pagar que salvamos la vida de la única que persona que te queda en este mundo-El castaño se veía enfadado-
-¡Ya basta! -Grito el pelinegro- Solo debes seducirlo, nada más, eres una exagerada __ -Eso era un alivio y un encanto escuchar mi nombre en sus labios- Pero si es necesario, hazlo, será mejor -Se cruzó de brazos-
La mujer con nerviosismo hizo de a poco con suavidad que me volviera a sentar para seguir arreglándome, necesitaba calmarme.
Me coloco maquillaje, pestañas postizas, uñas postizas, lentes de contacto miel, los dientes y hasta huellas transparentes por si llegaba la policía, con un toque podrían encontrarme, está más que claro que era un caso especial, debía estar todo perfecto y eso aumentaba mis nervios.
-Bien, intenta no moverte mucho cuando te cambies -Dijo la mujer mientras me entregaba un conjunto de ropa- Oh, y cada vez que te pongas algo me muestras -Me sonrió-
Una vez en el vestidor me deshice de mi ropa y mire el conjunto que la mujer me había entregado.
Yo no miento cuando digo que ese conjunto me repugnaba solo... si, solo lo usaría una prostituta, si bien era una puta ¡Lo acepto como acepto todo lo que es la realidad! Ya estoy ensuciando mi cuerpo con solo ponerme esto y sé que al tener todo eso puesto no soy alguien respetada porque dentro de todo lo soy, estoy exagerando pero póngase una chica esto y sentirá asco de sí misma.
El conjunto era un corpiño de cuero rojo, una minifalda también de cuero rojo de voladitos y unas botas que llegaban hasta mis rodillas de color negro.
Probé mi corpiño y realmente juntaba mis dos senos haciéndolos más grandes, se me veía genial, debo admitirlo. Me coloque nuevamente mi short antes de salir a mostrar esta prenda. Me di vuelta y abrí la puerta del vestidor.
-¡Te queda genial! -Me halago la señora-
-Yo -El castaño miraba mis senos, cosa que me intimido- Me... mejor me voy de aquí -Dijo ahora mirándome a los ojos-
-Quédate, ¡Mami te espera! -Me refería a mí-
-Compórtate.
-Soy una prostituta papi -Le sonreí y el solo quedo en silencio mirándome- ¿Ves?
-Entonces haz bien tu trabajo -Dijo levantándose y caminando a la puerta- Puta -Termino-
Di un paso enfadada y el a pasos de la puerta corrió y la cerro rápidamente tras de el ¡Me temía! Que guapo imbécil, luego el pelinegro se levantó riendo y se marchó de la sala, en cuestión de segundos solo quedaban los guardias que miraban a la pared y la señora que se reía.
Me volví a meter al vestidor y cada vez que me ponía algo se lo mostraba a la mujer rubia, en todo momento hubo halago. Ya estaba totalmente vestida y si antes me repugnaba cuando miraba el conjunto uno imagínese cuando lo tenía puesto, realmente quería meterme diez metros bajo tierra, que nadie me viera, quería estar en casa mirando la televisión o estudiando quizás, pasando tiempo con mi tío y mi nona, pero esto yo juro que no es lo que quiero.
También tenía puesto una un micrófono en mi corpiño y un auricular en mi oreja que no se veía para nada.
-Bien, te queda todo genial, cariño -Me sonrió con calidez la mujer- Sé que debes sentirte mal -Asentí- Tu rostro me lo dice todo... pero, tranquila ¿Si? -Me acaricio el brazo- Con tu inteligencia si llega a pasar algo te las arreglaras para salir de allí sana, sin ningún rasguño, lo sé y lo sabes -Ahora yo sonreí- Cuando termines esta misión, solo será un feo recuerdo ¿Está bien? -Ella me abrazo-
-Solo espero que sea rápido -Dije al desenvolverme del cálido abrazo- Gracias -Agradecí a lo la mujer solo me asintió-
-Ponte esto y sácatelo cuando estés allí -Me entrego una bata a lo que me la puse con gusto-
Nos quedamos todos reunidos en una mesa larga repasando y aclarando lo que debíamos hacer, un plan, otro plan y otro plan por si llegaba a suceder algo, tener en cuenta la policía y asegurarse de rodear el hotel. Por lo que había escuchado habían entre unos casi cincuenta hombres que rodeaban el edificio, lo suficiente para salvarme y si no me salvan siendo la cantidad que son, bastantes idiotas deben ser.
Deje de prestar atención, no me importaba lo que los demás hacían, debía concentrarme en lo que yo hacía, si escuchaba de los demás me confundiría porque estoy nerviosa aunque no lo demuestre, ¿Entienden que estoy poniendo mi vida en riesgo? Solo por la culpa de Justin, no debe suponer, debe preguntarme y si me hubiese preguntado yo no estaría aquí pensado esto, detestándolo y queriendo que no existiera.
A treinta minutos de que empiece todo yo ya estaba dentro de la camioneta, intentaba comer mis uñas postizas pero el castaño me alejaba las manos de mi boca, necesitaba controlar mis nervios, ocuparme mientras de algo pero ni siquiera la peluca podía tocar, me estresaba y debía encontrar otra forma de distraerme, pensar algo en mi mente puedo pensar en una vida feliz o como será mi esposo o como me veo en años o cuantos hijos tendré, si serán niños o niñas o una niña y un niño o dos niños y una niña o dos niñas y un niño o tal vez dos niñas y dos niños, rubios o castaños, ¿Quién sabe? Algo que se es que serán unos verdaderos galanes y los alejare de toda mafia que exista en este mundo, no se juntaran con ellos para que después estén pensando esto, no, no, claro que no.
Pensándolo, esto me estaba distrayendo de lo demás pero lo estaba volviendo a pensar, estaba dirigiéndome a un lugar que es donde capaz estoy destinada a la muerte allí, iba bien, pero falle en volver a pensar ¡Por el amor de dios! Quiero despertarme y que todo sea un mal sueño.
Llegamos al lugar, atrás del hotel, donde estaba ya podía ver a todas las prostitutas bajar de una camioneta negra.
-Esto es repugnante -Dije con disgusto-
-Sácate la bata -Me ordeno el castaño-
-Ya sé que me quieres ver, no te desesperes -Hable con gracia-
-Te ves sexy con esa peluca -Me halágalo-
-Ya lo sé, todo me queda bien -Dije con ego-
-Gran ego, yo lo decía en broma -Lo mire con gracia-
Me saque rápidamente y sentía todos los ojos pegados en mí, el del conductor, el chico morocho de co-piloto, el pelinegro y el castaño a mi lado, era muy incómodo, escuche silbar al morocho cosa que hizo que lo mirara mal, definitivamente esto no me gusta, y no quiero ni siquiera pensar que así me miraran más personas, quiero exilarme de este mundo.
Abrí la puerta del auto y me baje rápidamente.
-¡Que buen trasero! -Era la voz del morocho-
-Una lástima para ti saber que nunca lo tocaras -Me burle del imbécil cerrando la puerta-
Tenía goma de mascar, a lo que abrí la boca masticando mal con "seducción" y comencé a caminar, como una prostituta claro, copiando a las demás.
Me acerque al grupo de prostitutas y todas me miraron, no de cualquier forma, me miraron con envidia, inspeccionándome de arriba abajo.
-Y a ti ¿Por qué te trajeron en una camioneta diferente? -Dijo una rubia a mi lado-
-Yo soy vip -La mire de arriba abajo haciéndome la superior-
-¿En qué momento cambiaron a Talía? -Pregunto-
-No lo sé, pregúntaselos -Solté-
-Eso hare -¡Mierda! Estaría todo jodido-
-No -Dije rápido-¿Te molesta que sea mejor que tú? -Le dije elevando las cejas-
-Me molesta que puedas hacer mal nuestro trabajo.
Iba a decir una buena pero en el oído escuchaba la voz del castaño que me decía "Contrólate __, contrólate" Si alguien no me estaría diciendo esto o no estaría en una misión, tengan por seguro que ya tendría un mecho de pelo teñido de esa puta zorra en mi mano.
-No tienes bonitas piernas -Dije con asco sin querer decir otra cosa-
Me di vuelta y me puse delante de todo. Estaba tragándome todo lo que tenía para decirle a esa zorra barata, además no creo que nadie pueda hacer hacer mal este trabajo, si tan solo es abrir tus piernas o tu boca ¿No es así?
-¿Enserio? ¿Era lo mejor que tenía para decir? -Pregunto el pelinegro-
-Era lo mínimo -Dije entre dientes, teniendo precaución de que alguien me escuche o vea- ¡Jodida puta, tienes las piernas así porque las abres mucho! -Dije en voz alta-
-¿Qué dijiste? -Se me acerco nuevamente la rubia- Si tú también las abres -Entrecerró los ojos-
-Sí, pero yo se las abro a quien vale la pena -Coloque una mano en mi cintura- No como tú que se las abre a cualquiera -Guiñe un ojo-
-¿A quién vale la pena? ¿De qué hablas? -Dijo sin entender-
-Soy vip, querida -Presumí- A ti te pueden llevar a un callejón y follarte - Ella abrió la boca, tal como lo debe hacer siempre-
Escuche regañarme con enfado el castaño a lo que me aleje de la rubia con superioridad, le había cerrado la boca y no me había dicho ni un solo buen insulto, ni uno, ¡Barata!
-¡Pelea de putas! -Grito con diversión un chico-
-¡Cierra la boca, negro! -Ataqué-
-Oye, eso es discriminación -Dijo "ofendido"-
-No tienes idea de lo que es la discriminación -No estaba de humor y yo podía ser peor-
-Vengan para aquí -Dijo un hombre en traje-
Era hora.
Me dirigía a la puerta del hotel, que era la de atrás por la que debíamos entrar y allí empezaría mi infierno, pero el hombre que nos había llamado me detuvo tomándome del brazo.
-¿A dónde vas? -Pregunto-
-Tengo que hacer mí pedido -Respondí-
-¿Eres nueva? -Pregunto con seriedad-
-Si ¿Por qué? -Pregunte con duda si haber contestado con la verdad fue lo correcto-
-Ah, habíamos pedido a las de siempre -Dijo sacando la mano de mi brazo- Solo porque eres de Tony, te aceptare -
¿Quién se supone que es Tony? No tengo la menor idea, pero el nombre ese es de todo mafioso obeso, además, yo iría con Giovanni, no con "Tony".
El hombre comenzó a caminar y todas lo seguimos, era un callejón y había una camioneta. Qué raro.
-Suban -Dijo abriendo la puerta-
Oh, no, por favor, ya estaba todo arreglado de punta a pie y ahora eran cambios de planes ¿Qué se supone que iba a hacer? Sea donde sea no tendré la protección que tengo acá, el hotel está rodeado y yo no estaré en el hotel, ¡Nadie estaba preparado para esto! Las cosas pueden salir mal y realmente ahora no estoy con tantas probabilidades de vida.
-¿Qué? ¡No, no! ¿A dónde la llevan? ¡Espera no! -Escuche la desesperación del castaño-
-Es tarde -Dije entre dientes-
Sonreí al señor con preocupación de que me haya escuchado, ya que, me miraba con desconfianza y me miraba de arriba abajo como si estuviera buscando algo.
-Tú no pareces como una de ellas -Dijo el hombre y mi corazón se detuvo-
-Soy mejor -Dije tapando mi nerviosismo-
-Sube, belleza -Me sonriendo con deseo- Y dime cuando nos encontraremos y así podre follar ese hermoso trasero -Dijo palmeando mi trasero-
Inhala y exhala, inhala y exhala, vamos otra vez, inhala y exhala.
Hice todo lo que pude para controlarme, no darme vuelta, golpear su rostro, su parte baja y gritarle que se podía pudrir en el infierno por ser una desgracia en esta sociedad.
Intentaba descifrar si conocía las calles por las que pasábamos, ya íbamos media hora de viaje y me di por vencida, estaba perdida, no tenía una idea de donde estábamos además tampoco me podía concentrar como se debe, los chicos están desesperados gritándome a mi oído que les dijera las calles, yo se los decía en voz baja, muy baja, pero no escuchaban y yo no podía decirlo más alto porque me escucharían y no quería levantar más sospechas por parte del hombre.
Al fin paramos en un lugar y yo podía escuchar la corriente, los pájaros pero todo el movimiento de autos.
Empezaron a bajar todas, yo también lo hice y rápido para que nadie me tocara nuevamente el trasero, al terminar de bajar mire con asombro y di unos pasos para especificar mejor el lugar.
Estábamos en un puerto, había un mar y un barco, mire a la calle y habían muchos edificios en la vereda, pasaban los autos, era un lugar donde circulaban muchas personas, pero estaba en el medio osea en el puerto y no podía ver qué calle era para decirles a los chicos.
-¿Dónde te encuentras, __? -Pregunto el castaño-
-Realmente no lo sé, estoy en un puerto, claro está el mar y un barco -Dije rápidamente, mirando para todos lados intentado obtener más información-
-¡Joder! Esto no es posible -Escuche renegar al pelinegro-
-¿Qué? -Pregunte mientras los nervios me comían-
-Si te llega a pasar algo no te podremos ayudar.
-No sé cómo harán, pero consigan un maldito helicóptero y más les vale que estén aquí -Dije con furia-
-Estamos en problemas -Dijo el morocho-
-Síganme -Dijo el hombre mientras caminaba hacia el barco-
-¿Sera en el barco? -Pregunte a los chicos-
-No lo creo -Dijo el castaño-
Inhala y exhala __.
Todas empezaron a subir por la escalera al barco, yo estaba anteúltima, me tomaba de la barandilla y tragaba saliva, solo esperaba que sea aquí y cualquier cosa salto al agua y ya, pero no creo que sean tan idiotas a ponerse en riesgo de que los atrapen, es un lugar público, si bien dentro del barco es privado igualmente.
Al estar arriba era todo un lujo, pensé que si sería aquí porque nos llevaron a una habitación, pero no, no había nadie, solo sillones y agua, nada más, nos pidieron el no hacer problemas que ya llegaríamos a nuestro destino en una hora.
Después de exactamente una hora, bajamos, estábamos en una maldita isla ¿Por qué mierda se viene a mudar a una puta isla? ¿No podía ser normal? Hay narcotraficantes mejores que este viejo y viven como mucho en un bosque o apartados de la ciudad, algo más normal ¡¿Pero una isla?!
-Vamos que el señor está esperando -Ojala quede su esqueleto por esperar-
Si bien era una hermosa isla, una paz, se escucha el ruido de las olas y nada más con una suave brisa, era todo muy relajante y me gustaría poder disfrutar de esto pero no podía porque ya estaba en el lugar de mi futura muerte.
Entramos a adentro y era un verdadero lujo, las puertas de vidrio y un rico aroma, había lo normal de una mansión pero no tengo tiempo ni ganas de mirar, solo echo una mirada rápida y ya estamos caminando por un pasillo de alfombra roja, a lo lejos hay una única puerta negra.
El hombre toca y luego abre la puerta invitándonos a que entremos y yo juro tener los nervios en mi cuello.
Al entrar lo primero que veo es a Giovanni Benedetti, estaba en una cama gigante como el, era muy obeso que no se podría levantar, canudo y con una gran nariz, los chicos me mintieron, no es como el de las fotos, es un asco y juro que quiero vomitar, como también si salgo de aquí mis angelitos la pagaran.
-No es el que me mostraron en las fotos -Dije con asco-
-Tal vez... la foto es vieja -Dijo el castaño-
-Los matare -Susurre-
-¿Quién es la vip? -Pregunto Giovanni y todas me empujaron hacia delante-
-Yo soy vip -Temblé-
-Bien. Y tráeme a la otra -El apunto a la misma chica con la que yo había discutido que al llamarla se posiciono a mi lado empujándome con el hombro-
-Hagan bien su trabajo y obtendrán su recompensa -Dijo con su mirada vagando por nuestros cuerpos-
-¿Qué propina? -Pregunto la rubia-
-Estos -Dijo mostrando los diamantes pequeños rojos- Tengo muchos -Estoy muriendo-
Estos diamantes son los que también estaban buscando los muchachos, son pequeños color rojo, uno piensa que son una estupidez, pero esta estupidez vale cinco millones cada uno, no son miles, son millones que es diferente, el viejo se manda al frente solo dando esto y esta información, ¡Que estúpido! Gran sorpresa me lleve, y claro que estas putas no saben lo que vale, pero yo sí, les aseguro que con uno de estos diamantes vives feliz, con dos, una vida de un millonario, pero el que buscamos vale veinte millones, es un diamante grande, como una mano, no creo que este tan lejos.
-Cierren las puertas y métanlas a todas -Ordeno el hombre-
Entraron todas meneando sus caderas y después de todas adentro cerraron las puertas.
¿Qué quiere hacer con ocho mujeres? Con cuatro puede, pero ¿Con ocho? Es un gusano repugnante.
De repente se apagaron las luces y se encendieron de colores y comenzó la música, debíamos bailar, le debo bailar a este panzón, a este viejo horrible. Tío, tienes prohibido a quejarte de mí.
-¿Qué es? -Pregunto el pelinegro-
-Los diamantes que buscamos -Dije en voz muy baja-
-¿Hablas enserio? -Dijo ahora el castaño con su notable felicidad-
-Sí.
-¡Dios, eso es genial! -Festejo-
Lo peor de todo es que Giovanni no sacaba los ojos de mí, me los pego a mí y era la única que miraba, habían pasado ya unos cuantos minutos de baile ¡Maldita sea! Y yo que no le hacía caso a nadie, debía este desconocido asqueroso ordenarme.
-Vengan a complacerme -Abrió los brazos-
Voy a vomitar, vomitare.
-Esto se está yendo de las manos, no podemos hacer nada, deber hacerlo __ -Él está bromeando ¿Verdad?-
-Lo lamento pero esto no va a ser así -Me toque la bota para sacar el arma-
-¡No, no hagas eso! -Gritaron-
-Prefiero matarlo a hacer esto -Hablaba entre dientes aunque estaba la música y no se me escuchaba-
Todas se le acercaron a Giovanni, para hacer lo que él había ordenado, le quitaron la bata y comenzaron a hacer su trabajo.
Ver esto me daba muchas nauseas, necesitaba algo, en cualquier momento vomitaría, no doy más, esto es un asco.
Miro a Giovanni nuevamente y sin su bata deja al descubierto su llave, era la llave que estaba buscando, la que abría la caja fuerte, ya está todo, solo necesito darle su medicina. Debía hacer tiempo primero.
Dios me perdone por este pecado.
Corrí a todas y comencé a bailarle, me iba a tocar, que asco, no, no, no, esto se estaba haciendo un trauma, bien, no debo exagerar pero hagan ustedes esto y me entenderán, listo, no esperaría más.
Saque de mi falda mi mini jeringa que eral mortal, me acerque al viejo y le inyecte la jeringa justo en el cuello, disimuladamente, y lo saque rápidamente, él no se había dado cuenta por lo tan obeso que era, no lo sintió. Me aleje con una sonrisa antes de que me quisiera tocar y me corrí a un lado dejando que las demás siguieran, no sin antes sacarle la llave y guardármela en la bota.
Al cabo de tres minutos cayo rendido hacia atrás, se durmió, lo había drogado.
-¡Oh mierda! Se ha dormido -Chillo una-
Al ver que estaba totalmente desnudo, se me hizo un nudo en el estómago de mis nauseas.
-Tápenlo -Dije con asco-
Ellas hicieron lo que les ordene y yo me di media vuelta abriendo la puerta, no podía creer lo que iba a hacer.
Al ver que los guardias me miraron limpie con mi mano mi boca, su reacción fue abrir los ojos elevando las cejas. Que atrevimiento el mío ¿Verdad?
-Ya hemos terminado -Les comente-
-Bien, vamos -Dijo el mismo que nos había traído, caminando por delante de nosotras-
Ya estábamos hace treinta minutos en barco, no estaba del todo a salvo, pero lo estaba y no me había ensuciado las manos, tardo mucho todo, pero salí con vida de esa isla que es lo que importa.
-No nos escucha, mierda -Escuche a mi oído al castaño y yo aclare mi voz- ¿__? -Pregunto-
-Tengo la llave -Los escuche festejar y chocar sus puños-
Nos dejaron detrás del hotel y todas caminaron para la camioneta negra, pero antes yo me encamine hacia la otra camioneta negra, donde estaban los chicos que yo al subir, arrancaron rápidamente, sus rostros mostraban felicidad, no como el mío.
-Quiero vomitar -Advertí- Dame algo -Me entregaron un tacho y no dude en vomitar-
-¿Lo hiciste? -Dijo el chofer y yo solo seguía vomitando-
-No, pero fue lo más asqueroso que vi en mi vida -Respiraba mal- Abran las ventanas, necesito aire -Ellos lo hicieron-
-¿Dónde está la llave? -Pregunto el pelinegro-
-Aquí -La saque de la bota-
-¿Cómo iremos? -Pregunto el morocho-
-¿A dónde? -Ahora pregunte yo-
-La caja fuerte debe estar en la isla.
-Vayan en helicóptero, estúpidos -Les recomendé-
-Vamos a hacer ruido -Hizo una mueca-
-El viejo se despertara pronto -Mierda- Y se dará cuenta -Dijo desordenando su cabello el pelinegro, ¡buena gloria!-
-Además no es tan fuerte la droga que le pusiste.
-¿Y por qué no me dieron una que lo hubiese matado? -Dije entrecerrando los ojos-
-No estas lista para cometer un pecado -Hablo el castaño-
-Ya lo hice-Lo fulmine con la mirada y ellos rieron-
-Iremos nadando -Surgió el morocho-
-Vayan en helicóptero y antes de llegar a la isla bajen y naden, es fácil -¿Por qué son tan tontos?- Y tengan claro que no hago nada más, yo ya cumplí con lo mío -Dije levantando los brazos-
-Sí, pero tú sabes dónde queda la isla.
Suspire, ahí voy devuelta, una vez más a ponerme en riesgo.
Nos pusimos la soga y nos comenzaron a bajar, al estar agua nos sacamos los ganchos y empezamos a mover nuestros brazos, nadando a la isla que no estaba tan lejos, cada uno llevaba un bolso en el que estaban las armas y yo solo llevaba la llave en mi corpiño. Traía un campera y un leggin negro, me tuve que vestir rápido, habían pasado solo veinte minutos desde que abandone esta isla y ahora volvía nuevamente.
Llegamos los seis a la arena, llegamos por atrás y debíamos pasar por unos árboles, antes nos aseguramos de que no haya nadie y por suerte no había nadie, los guardias solo estaban adelante, que estúpidos.
Tres estaban vigilando y yo con el pelinegro y el castaño fuimos a la cabaña que allí se encontraba la caja fuerte a nuestra vista. El pelinegro puso un código, la ventanita se salió pero yo la termine de sacar haciéndose visible la cerradura, puse la llave y gire, hizo un ruido como si algo se desinflaba y se abrió dejando ver la entrada a una vida de un millonario. Estaba el diamante gigante dentro de una caja de vidrio, una bolsa llena de diminutos diamantes rojos y muchos paquetes de droga.
-Hay que hacerlo rápido -Sugerí-
Asintieron y comenzamos a guardar la droga en los bolsos, el morocho agarro la bolsa de diamantes y yo la caja de vidrio, estaba llevando lo más importante.
-Rápido -Un chico cerró la caja fuerte y comenzamos a correr con cuidado-
Tres llevaban dos bolsos con droga, yo la caja, el morocho la bolsa y el castaño va atrás vigilando, tenía un arma silenciosa, todo el trabajo debía hacerse en silencio y fue lo que hicimos.
-Mierda -Se escuchó algo pesado caer-
Todos nos giramos a mirar que había pasado con preocupación, y pude ver el cuerpo de un hombre en traje, la sangre comenzaba a rodear su cabeza, era algo difícil de ver, simplemente cerré los ojos y seguí corriendo, son personas mala, no, porque si vamos al caso mis Patchs también lo son, Justin, Christian, también, pero no, tienen su lado bueno, no lo sé, estos hombres solo hacen su trabajo, tienen una familia por mantener quizás, pero todos merecen vivir, no voy a llorar ni a discutirles algo, pero no quiero volver a hacer algo como esto nunca más.
¡Bounjour Moncheries! De nuevo hola hola probando dos mil quince si si, Disfruten del capitulo , dos de seguido bueno bueno que pasó por aqui...
LLENEN MI WATTPAD DE NOTIFICACIONES, VOTEN, COMENTEN Y COMPARTAN.
Las amamos.
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