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Capitulo 2 "Fear of the true"

En ella me inspire para crear a nuestra bella Armelle, solo que ustedes pueden darle la imagen que gusten. 

Nos vemos en la siguiente. 


Armelle

No entendía porque este sentimiento se sentía tan familiar, mi cerebro y mi corazón estaban al mil por hora. Uno de ellos intentando relacionar las emociones y sensaciones para darle una explicación lógica a lo que estaba pasando. Mi corazón estaba latiendo con fuerza debido a la adrenalina. Sin embargo, no estaba teniendo tiempo de razonar todo lo que sucedía.

Terminar en el pecho de un chico desconocido que parecía conocerme y con miles de vidrios pegados a mi cabello sobrepasaba a todas las anécdotas raras que había tenido en toda mi vida. Mi mejilla había terminado en el pecho de aquel chico de traje y el solo soltaba un par de jadeos. En cuanto levante mi rostro, sentí sus manos protegiendo mi cabeza.

—¿Estas bien? —susurro preocupado y con un poco de dolor.

—¿Quién eres tú? —Mi vista se encontró con sus ojos color verde, y de inmediato note algo raro, me veía con tanta preocupación, pero al mismo tiempo sin poder creer lo que veía.

—No pensé que volvería a verte —Sus ojos se cristalizaron y acerco su mano hacia mi mejilla, dándome un leve roce tan solo que provoco que mi cuerpo se estremeciera. A parte su mano de mí debido a la sensación.

—No me toques, odio que lo hagan desconocidos —algo en su mirada cambio mostrándose sorprendido y dolido al mismo tiempo—, gracias por salvarme, pero debo regresar con mi padre.

Me quite de encima suyo de un paso, aún más con el corazón hecho un remolino de emociones. Busqué con la vista a mi padre y el chico de traje al instante apareció frente a mí. Me quede inmóvil cuando note su cercanía a mí, su perfume me llegó de repente causándome una leve sensación en el estómago, algo cercano a la incomodidad.

—¿Qué quieres ahora? —trague saliva y mi voz tembló— ¿Qué carajos quieres?

—Solo déjame explicarte que está sucediendo, solo escúchame por favor...

¿Por qué carajos tenía que ser tan atractivo?

Sus largas pestañas provocaban que su mirada color verde me intimidaran. Además, el traje, perfectamente ajustado a su cuerpo, provocaba que se viera tan formal y al mismo tiempo tan malditamente atractivo. Sus labios, joder, que eran una tentación, delgados, pero tan finos al mismo tiempo. Su cabello ligeramente largo, pero sin lucir despeinado, se nota tan sedoso que podría meter mis dedos entre...

¡Detente Armelle!

¡No sabemos nada de él!

—¿Vez a ese calamar gigante? —le dije conteniendo el aliento, su perfume me estaba agobiando— Va a matarnos si no hacemos algo, solo dime tu nombre por ahora...

—Cinco Hargreeves.

Intenté reprimir mi risa, pero al contrario solo tosí un poco para evitar soltar la carcajada.

—Es un chiste ¿no? —intente mantener mi postura.

Sé que me estaba pasando con la burla, pero vamos que si tenía feo nombre. Admito que su nombre quedaba con él, sentía de alguna forma que era único.

—No, no es —susurró sin decirme nada más.

No hubo molestia o comentario sarcástico, era como si estuviera sedado o algo parecido. No dejaba de verme como si de un fantasma se tratara, creo que el golpe le había afectado más de lo que pensé.

—Numerito, sígueme que primero hay que matar esa cosa —con mis manos logre crear una espada—, como amo hacer estas cosas.

Me gire a verlo y solo se me quedo viendo con una cara de sorpresa. Una leve sonrisa se dibujaba en sus labios como si no pudiera creer lo que estaba viendo.

—¿Ahora te comió la lengua el ratón? —le dije en broma—anda vamos.

—Eres grandiosa —Cinco me mostró una leve sonrisa mostrando sus dientes.

Que Zeus venga y me mate porque jamás había visto una sonrisa tan linda.

Un pequeño hoyuelo se formó en su rostro y es hasta ahí que note los dos pequeños lunares que tenía en su mejilla.

Juro que mi corazón latió como nunca antes y un sentimiento de familiaridad me embriago como si estuviera en algún hechizó. Me sentía hipnotizada por el momento que no me di cuenta cuando el calamar se acercaba a nosotros y con uno de sus tentáculos me lanzaba hacia una de las paredes.

—No sabía que ser hechicera terminaría siendo lanzada hacia las paredes.

Mire a los costados buscando al chico, pero no lograba distinguirlo. Mi mente intentó enfocar la vista buscándolo pero solo alcance a ver como alguien se acercaba al calamar y con un tubo le perforaba el ojo al calamar sacándolo sin un gramo de piedad. Alguien se me acerco por un costado, gire mi vista hacia él y solo logre distinguir una figura con bigote.

—Wong, ese gusano que tienes en la cara está caminando —le dije aturdida.

—¿Qué tan fuerte estuvo el golpe? —Wong se arrodillo frente a mí—voy a ignorar que le dijiste gusano a mi bigote.

—¿Me va a castigar el hechicero supremo? —pegue mi cabeza hacia atrás —quiero una hamburguesa con mucho queso amarillo.

—¿Estas bien? —Cinco se acercó a nosotros, alcance a notar que su traje estaba lleno de sangre.

Wong se puso de pie se interpuso entre nosotros,

—¿Quién eres tú? ¿Cómo llegaste aquí? —Wong le apunto con el látigo—habla antes de que te deje inconsciente.

De la nada una chica apareció al costado de Cinco, y esta sin pensarlo con un tubo de metal le dio un golpe en la cabeza. El chico cayó al suelo inconsciente debido al golpe. Las alarmas dentro de mi cerebro se encendieron y la rabia comenzó a apoderarse dentro de mi sistema, sin pensarlo me puse de pie.

—¿Qué suce...?

No deje que terminara cuando estampe mi puño en su cara tirándola al suelo.

—¡Armelle! —Wong me miro asombrado.

—¡Tiene mi anillo! —Strange llegó corriendo sobándose la nariz y con un sangrado—La madre de Armelle está aquí.

—¡Vuelve a tocarlo y juro que te mató! —le grite a la castaña.

No sé de donde había sacado el coraje para hacerlo. Nunca antes me había sucedido algo similar. De hecho, nunca había golpeado a nadie en la cara que no fuera con intención. Me agache al suelo y toque la cara de Cinco, unas inmensas ganas de llorar me inundaron por verlo inconsciente.

—Está sangrando papá —El llanto no pude retenerlo, no sabía que me sucedía.

—¿Qué hace el aquí? —Strange le dio una mirada asustada a Wong— ¿Lo habías visto?

—Strange, tu hija está a nada de tener una crisis nerviosa —Wong le decía a mi padre.

—Encárgate de ella —miro a la otra chica en el suelo—, Melle no sucede nada...estará bien.

La chica que había golpeado a Cinco salió corriendo. Me puse de pie y la seguí antes de que pudiera ir más lejos.

—¡Detente! —Con el látigo la tome de la cintura para evitar que se fuera— ¡Que te detengas!

—¡No confíes en el! —La chica castaña intentó alejarse del latigo—¡No lo hagas!

— ¡Estuvo a nada de matarme! ¡Queria entregarme a Rosie! —explico ella— ¿Eres Armelle?

—¿Cómo sabes eso? —la fuerza con la cual la tenía sujeta disminuyó, logrando que se soltara.

—Tu madre intentó ayudarme en otro universo.

—¿Mi madre? —le mire confundida— ¿Cómo sabes quién es mi madre?

—Ella me ayudo a salir de un universo y evitar que esa cosa me atrapara...

—No entiendo de que me hablas...

—Ella sabe de tu existencia en este universo, es solo que no puede hacer nada para lograr entrar aquí.

¿Mi madre?

¿Otro universo?

No sabe ni una mierda.

"Nos está mintiendo"

—No sabes ni un carajo de mi vida...

—¡Sé que eres la hija del señor Strange! —la tome de nuevo de la pierna arrastrándola hacia mí.

—Tienes cinco segundos para decirme quien carajos eres antes de que te mate con mis propias manos —la furia por haber mencionado a mi progenitora y a mi nuevo padre me hizo querer matarla.

—¡Armelle Strange! —Mi padre me grito con furia.

—¡Ella está mintiendo! —le dije con los ojos llenos de lágrimas.

—Hay un par de cosas de las cuales tenemos que hablar, por favor —Quite el látigo del cuerpo de la chica y me concentre en mi padre. —No he sido sincero contigo en todo. Lo siento.

La capa del señor Strange traía consigo a Cinco, el cual seguía sin despertar. No dije nada solo me quedo en shock aun procesando todo lo que me habían confesado, y eso solo era la punta de las cosas.

—Armelle, necesito que abras un portal y te lleves al chico al santuario. Es una orden de hechicero supremo —Wong me pidió.

—Si señor —hice una reverencia ante él y extendi mis manos haciendo un portal.

Pase a través del portal y la capa dejo a Cinco en mi cama, no había notado que abrí el portal hacia mi habitación. El portal se cerró dejándome a solas con el chico en un silencio casi sepulcral. Me quite las botas y me deje caer al suelo un momento antes de seguir procesando, lo cual solo fue un par de minutos porque el chico comenzó a quejarse, me puse de pie y vi que seguía durmiendo. Solo que en la almohada una mancha de sangre estaba llenándose.

Corrí hacia el lugar donde guardaban los objetos de primeros auxilios golpeándome en el dedo pequeño debido a que no estaba concentrada en lo que hacía. Corrí escaleras arriba para llegar con el chico.

—Seré estúpida, a veces se me olvida que tengo poderes —negué con la cabeza—vamos Armelle esto lo hemos hecho muchas veces.

Odiaba la sangre, no me gustaba tocarla o algo parecido, pero en vista de que no había nadie en casa tenía que curarlo. Mi padre me había enseñado las cosas básicas de primeros auxilios, y un par de suturas en caso de alguna emergencia. Me había dado un libro sobre medicamentos para intentar aprender lo mayor que pudiera en caso de tener que curarme sola.

Desde la batalla que tuvimos esa vez, donde no recordaba nada, él había sido muy exigente a la hora de explicarme suturas, medicamentos e incluso formas de curar heridas. Me dijo alguna vez que estuve a punto de perder mi pierna por culpa de una infección, es por eso que me explicó todo aquello.

Primero revise la herida de la cabeza, la cual no era tan grave. No necesitaría sutura. Me coloqué los guantes de látex, y con un poco de algodón y alcohol comencé a limpiar la herida. Intente dar toques débiles para evitar que sintiera mucho dolor, me concentre en poner una venda.

—No creo que sea necesario hacer una revisión general... —trague saliva— ¡Se ve bien!

No iba a quitarle la ropa.

Me rehusaba.

—No quiero hacerlo —me mordí mi labio y le di un vistazo al chico. —Aunque no esté aquí mi padre parece que lo escucho decir que tengo que revisarlo.

Trague saliva cuando me acerque al chico y mis manos temblaron cuando me acerque a los botones del traje. Ahora que lo podía ver más de cerca, me daba cuenta que tenía en serio una de las pestañas más bonitas que había visto...

¡Concéntrate Armelle!

Negué con la cabeza y desabotoné los primeros botones del saco. Despacio me subí a la cama para tomar su nuca y pegarlo a mí para poder sacar con mayor facilidad el saco, de forma que lo bajaría por sus hombros. Al pegarlo a mí de nuevo, ese perfume me llego a mi nariz. Cerré los ojos dejándome llevar por el olor de la colonia de este chico.

—Armelle... —el chico susurró asustándome y en medio del susto lo deje caer hacia atrás de golpe.

—No puedo hacer esto, esto es demasiado para mí —Me baje de la cama a prisa para evitar el toque del chico. —Maldita carga de consciencia...

Me quede en el suelo unos momentos y después un poco más decidida. Mis manos se acercaron al chaleco para quitarlo poco a poco. Con la mente un poco más fría logre quitárselo y algunos pequeños vidrios salieron.

—Sigo sin entender porque recibiste el golpe por mí, me consta que eres un idiota —dejé caer el chaleco y proseguí a quitar la camisa.

Para este punto mis manos volvieron a temblar con el toque de la camisa del chico. Solo quite los primeros tres botones dejando su clavícula descubierta, me tense un poco y el calor subió a mis mejillas porque nunca había visto a un chico sin camisa que no fueran mis compañeros de entrenamiento, revistas o películas. Me quede un poco pensando en si realmente quitarla. Pasé mi vista por su abdomen y me di un golpe mental.

—Eres una enferma Armelle —Regrese a mi realidad y de nuevo tome al chico de la nuca y pegarlo a mí para bajar su camisa. Solo que en cuando mi mano toco una parte de su hombro algo liquido se sintió entre mis dedos. —Este idiota... por eso no dejo que nadie reciba los golpes por mí.

Al mirar mis dedos me di cuenta que tenía un poco de sangre. Me asuste y quite la camisa con rapidez para poder girarlo y ver la herida. Al ponerlo boca abajo pude ver mejor la herida. Un vidrio se había clavado en su espalda, no era tan grande pero no podía esperar a mi padre viniera para quitarlo.

—No estoy lista para esto —intente no llorar, pero me sentía vulnerable en presencia de este chico. —No quiero lastimarlo...

"Vamos Armelle, si no lo hacemos puede tener una infección".

—Si pude sobrevivir a esa batalla, claro que puedo con esto —trague saliva y con decisión tome un par de las cosas para la sutura justo como mi padre me había enseñado. —Estarás bien Cinco...

Solo un par de minutos después había logrado sacar el vidrio con cuidado y cure la herida. Tres puntos me costaron para cerrar la herida y vendarla, lo deje en esa posición para evitar que tuviera dolor, es solo que un detalle que no había notado. El pantalón del traje lo traía aun puesto.

—No, me rehusó —me puse de pie—no pienso quitarlo.

Hay algo que siempre hace mi padre para arreglar su ropa, es solo que a mi aun no me salía y tenía miedo que algo más se bajara cuando intentara quitarlo con magia. La sangre subió a mis mejillas cuando me di cuenta que tipo de pensamientos me estaban rondando mi mente.

—Necesito salir de aquí o me voy a volver loca.

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Al regresar un poco de tiempo después con una bandeja de comida me di cuenta que el chico seguía dormido. Solo que estaba en una posición distinta a la que lo había dejado. Lo miré con atención y me di cuenta que sus pestañas se movían, estaba despierto.

—Sigue fingiendo que duermes y te juro que te voy a torturar con tu herida abierta.

—¿Lo hiciste tú? —su voz se escuchaba ronca—no debiste hacerlo, yo podía hacerlo solo.

—Eres un malagradecido ¿sabías? —le extendí la bandeja de comida—come esto y cuando te sientas mejor, quiero que te largues.

—Necesitamos hablar Armelle, te lo pido.

—¿Quién te dijo mi nombre? —Le apunte con el cuchillo a su cuello.

—Tú lo hiciste, otro universo.

—¿Estas demente? —me burle—yo nunca he viajado a otro universo.

—Claro que lo hiciste, ese anillo en tu dedo es la prueba de ello y la fotografía que tienes pegada ahí en el espejo.

—Este anillo yo lo compre —intente sonar segura.

—Sigues siendo igual de mentirosa Pinocho —Cinco negó con la cabeza—porque ese anillo, te lo di yo.

—¿Por qué me lo diste? —acaricie el anillo.

—Esa foto fue en la boda de Luther y Sloane. Tu traías un bello vestido color verde pastel y tu cabello largo caía con elegancia por tu espalda...

—¡Cállate! —negué con la cabeza—no es cierto nada de lo que me dices, nunca he viajado a otros universos.

—Eres Armelle Strange, eras huérfana en Nueva York. Te gusta soltar comentarios sarcásticos, querías regresar con tu padre y con Wong. Alguna vez llegaste a robarte un auto y no manejas para nada bien. Sueles mentir mucho pero no lo haces bien. Eres tan valiente, gentil y dulce...sueles obligar a la gente a bailar, aunque no quieran. Eres muy escandalosa y gritas demasiado cuando algo te molesta o te pone feliz... ¿continuo?

—No te recuerdo Cinco, no tengo registro alguno de quien eres en mi cerebro, eres un extraño para mí —me quite el anillo de mis manos.

—Ese anillo te lo regale como una promesa porque el anterior anillo que tenías lo lance a la nieve.

—¿Por qué te lo daría?

—De hecho, te lo quite para evitar que te fueras.

—No entiendo nada, solo come algo y lárgate de aquí.

—No puedo ir a ningún lado porque este no es mi universo Armelle. No pertenezco a este lugar y llegue junto a esa mocosa y tu madre...

—¿Qué tiene que ver ella en esto?

—Armelle tienes que escucharme y confiar en mi cuando te diga la verdad —Cinco trago saliva —Rosie no es en realidad tu madre, tu madre está en mi universo. Rosie te robo cuando eras una bebe e intentó asesinar a tu madre, solo que ella se salvó, y la envió a nuestro universo. 

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