Capitulo 44
Sorpresa!!!
Digamos que decidí adelantar su regalo, porque créanme que yo tengo mas ansiedad que ustedes JAJAJA
El capitulo es algo extenso pero les juro que les va a gustar :3
Los veo en el siguiente capitulo en unas horas.
Armelle
La huida de Cinco me hizo sentir un poco triste debido a que pareciera que no podía creer lo que le había dicho, era obvio que no iba a confiar en lo que le dijera. El siempre confiaría en si mismo, eso me hacía sentirme mal. Después que me dejara en esa habitación sola, me encontré caminando hacia la habitación de Sloane, antes de tocar la puerta me di cuenta que Ben y ella estaban discutiendo.
—Felicidades Ben, ya eres número uno —Sloane dijo antes de darle la espalda y este saliera de la habitación.
—Ben —le dije angustiada—¿Qué sucedió?
—¿Sabes por qué me interesa tanto la academia Sparrow? —trago saliva o el nudo en su garganta—porque es lo único que tengo.
—Ben... —le intento mostrar un poco de apoyo, pero este rechaza mi mano en su brazo—eres un idiota y lo sabes, pero ahora solo te queda tu hermana, deberías de intentar mantener la paz por lo menos hasta que todo termine.
—Tu novio debería de estar cerca y no quiero discutir, es lo último que voy hacer por mi hermana.
—No te angusties, el salió huyendo en cuanto le conté lo que sabía de mi madre —intente sonar tranquila—puedes hablar conmigo sobre lo que sientes, sé que no te gusta, pero yo no pertenezco a ninguna de las familias.
—Me gusta que seas tan tierna a veces, pero no quiero hablar, no me gusta.
—Entiendo, como prefieras —sonreí y le di unas palmadas en el hombro—pero si quieres hablar puedo escucharte o incluso deberías de hablar con Klaus, créeme que es la persona con la que mejor puedes entenderte.
—¿Tu no conociste a su Ben?
—No, lo poco que se es que era un hermano muy querido, pero deberías dejar de compararte. No son la misma persona, ustedes puede que sean como gotas de agua y aceite, y aunque sean casi idénticos, esto —le pongo un dedo en su pecho y después en su cabeza—, es lo que los hace diferentes y especiales.
—Hablas como una anciana.
—¿Quieres que esta anciana te pegue? —le muestro mi puño—sé que no llevo mucho de conocerte, pero con el hecho de que me dejaras vivir y cuidaras de mi cuando los Umbrella querían asesinarme me demostró que no eres una mala persona.
—Gracias Armelle —acaricia mi mejilla, a lo que me alejo nerviosa—, cumpliré mi palabra, eres mi invitada, además, sé que estas muy enamorada del enano, pero hay algo que no me termina de convencer.
—¿A qué te refieres? —el miro a todos lados para ver que no hubiera nadie, me jalo dentro de una de las habitaciones.
—Su cambio de actitud me resulta muy extraña. Armelle ten cuidado, algo me dice que no está siendo sincero.
—La gente puede cambiar...
—Armelle ¿crees que ya desistió de la idea de matarte? —tomo mi brazo y sintió la navaja debajo de la manga—, esto me demuestra que no.
—¿Crees que esté jugando conmigo?
—Armelle, si tu madre hablo con él...le dijo de tus poderes...no crees que exista la posibilidad de que este siendo cuidadoso porque no sabe a qué se enfrenta contigo...
—Tiene sentido —acaricio el anillo que me regalo—hace un momento me regalo este anillo y pidió disculpas de forma tan romántica...
—Un hombre hace lo que sea por su beneficio —Ben me quito la mano—, intenta actuar normal, estaré cerca vigilando.
—Bien... —sentí un nudo en mi garganta—si me traiciona...yo si estoy enamorada de él...
—Por el bien de ese idiota, espero que él igual...
—Ben, tengo que contarte algo —las lágrimas bajaron por mis mejillas—, puede que yo lo traicione...tu padre prometió llevarme a casa si accedemos a ir a esa misión, y tengo que asesinar a Cinco si se opone a esto...
—Armelle...
—Yo no quiero ser un villano, no quiero matar a nadie, solo quiero —los sollozos se hacen más fuertes—solo quiero ir a casa sin lastimar a nadie...
—Escúchame Armelle, sal ahí y vive esta fiesta como la última...te prometo que todo estará bien...pensare en algo... —me siguió abrazando por un rato más—, no entiendo como se le ocurre al viejo pedirte tal cosa...
—Ben, tu padre me ayudo con mis poderes...entiendo que según mi poder puede matarme si lo uso demasiado...por eso lo estoy haciendo, él me da las medicinas para controlar esto...
—¿Puedes morir?
—Si no hago lo que tu padre me dice, puede que muera antes de que se termine todo...
—Esto está peor de lo que me imagine... —mira el reloj—faltan una hora y media para la boda...vamos hacer esto...tu actúa normal, como si no pasara nada, yo tengo que fingir que no se nada, pero prometo ayudarte, vas a regresar a casa.
—No lastimes a Cinco —le digo con los ojos llorosos—pensare en algo, pero no le hagas nada.
—No seas estúpida, puede que él solo este jugando y tu como su perrita estas detrás de él...
—¿Qué te sucede Ben?
—Deja de ser tan ilusa, Cinco puede que solo este jugando sus cartas para que no lo mates y bajes tus defensas.
—Entiendo que nada tiene sentido, pero por ahora nada de mi vida lo tiene más el hecho de saber que estoy enamorada de él.
—Vas a terminar muerta con que sigas pensando así —me empuja por el hombro y sale de la habitación.
Me sentía cansada debido a todo el estrés que estaba llevando tener que lidiar con esta carga emocional. Llevaba días sin dormir ni comer bien, me dolía la cabeza y la pierna a veces me provocaba molestia. Baje a la cocina del hotel en busca de algo que comer, siempre que estaba triste buscaba comer algo frio para que ayudara a bajar la ansiedad.
Busque por todo el lugar un helado que pudiera comer, hasta que con éxito logre encontrar un lugar donde tenían muchos sabores de helado, opte por tomar el de sabor zarzamora con queso, tome una cuchara y me senté sobre la mesa a comer mientras tarareaba una canción. Sin embargo, mientras lo hacía no me ayudaba a aliviar mi malestar. Me baje y comencé a buscar dentro de los estantes hasta que llegue al lugar donde guardaban el alcohol, solo dos veces lo había hecho y no recordaba que el sabor fuera tan malo.
Destape la botella, acerque mi nariz la boca de esta y un olor a frutos rojos me llego. Quería por un momento olvidar todo lo que sentía, así que hice lo mismo que hace un tiempo cuando mi madre me dejo. No ayudaba a bajar el dolor, pero si ayudaba a sentirme mejor por algún tiempo. Con la mano temblorosa acerqué la botella y con duda le di un sorbo que quemo mi garganta.
—El sabor no es tan malo, pero quiero olvidar un poco, quiero ser Armelle —recordé con tristeza mi vida con mi padre y Wong—, solo quiero ser yo de nuevo y no Pinocho, no Elle, solo quiero recordar cómo era ser yo...
No lo pensé dos veces aun con lágrimas en los ojos le di un sorbo a la botella de golpe, me quemo por un momento la garganta, pero no me detuve hasta que había logrado tomar la mitad de la botella. Me sentí mareada al punto que deje caer la botella a mis pies, supongo que era normal sentirse así.
—Armelle no hagas ruido —me regañe— hay que juntar esto...
Me agache a juntar los pedazos de vidrio, no podía ver con claridad los vidrios pero como pude fui recogiéndolos uno a uno, hasta que uno de ellos se clavó en la palma de mi mano. La sangre comenzó a salir, me fui agarrando de la mesa hasta llegar al grifo de agua y lavar la herida.
—Señorita —alguien llego por atrás—¿Qué le sucedió?
—¿esto? —le señale mi mano—No es nada, no se preocupe, me lo merezco.
—Deje llamar a sus amigos.
—¡No!
—Necesita ayuda, no está bien.
—Gracias por notarlo señor —sonreí y me ayudo a sentarme en la silla.
—No debería de hacer esto, la recuerdo del primer día. Sus amigos la trajeron cargando y usted estaba enferma —escuche con atención mientras sacaba un botiquín—, he visto pasar mucha gente a lo largo de los años y usted parece ser alguien muy infeliz...
—Sabe yo no soy de este universo. Desde que llegue todos se han empeñado en lastimarme o decir cosas hirientes aun cuando yo no tengo la culpa de haber llegado aquí, se me acusa de cosas que no hice ¿usted cree? —sigue limpiando la herida—además de que el amor de mi vida a lo mejor y es un perro traicionero, pero yo estoy lo suficientemente enamorada como para ver las cosas.
—Entiendo lo que dice, le creo.
—Las personas enamoradas hacen cosas increíbles señorita, así como el señor Reginald.
—¿Él tiene una enamorada?
—Todo lo que ha hecho, ha sido por su único amor.
—¿Por qué me lo cuenta?
—Porque puede que el día de mañana no exista y estemos muertos—paso el algodón por mi palma ayudando a limpiar—, todos nos equivocamos, yo le recomiendo que se deje llevar por lo que ese amor le ofrece. Si usted cree que el precio a pagar por ser feliz es muy alto, pregúntese si realmente lo vale sacrificar todo. Si no decide con sabiduría puede que se quede sin nada —le da dos puntadas a mi mano—, solo que debe ser saber que no se puede tener todo en la vida y hay veces que tendrá que decidir, de eso se trata.
—Gracias... —susurro.
—Si las cosas están destinadas a suceder, por más que quieras cambiar no será así.
Este mundo tenía que desaparecer y era algo que tiene que suceder, si me matan, no haría la diferencia. Cinco se resignó a que el fin estaba cerca, es por eso que intenta aprovechar lo último que nos quedaba juntos. Luther y Sloane eran el mayor ejemplo de que si podría uno enamorarse en poco tiempo.
—Gracias, me disculpara, pero mi amiga está a punto de casarse...
—No te preocupes —antes de salir me detiene—, toma algo de las cosas olvidadas me parece que vi un vestido en el armario de cosas olvidadas, estaba dentro de una bolsa.
—Gracias —sonreí agradecida, tuve que correr tanto como el alcohol me lo permitió hasta el armario de objetos perdidos. Dentro un par de ropa sobre algunos percheros, pero hasta el fondo una bolsa color negra llamo mi atención. Bajé el cierre despacio y lo que me encontré no fue un vestido viejo, sino una delicada tela estilo tul color amarillo en tono pastel, la parte del pecho era un simple corte recto con tirantes delgados que eran cubiertos con una capa de tul en forma de hombreras estilo princesa. En la cintura un corset del mismo tono hacia que mantuviera la figura y diera la ilusión de una caída del vestido estilo princesa.
—Es hermoso... —toco la tela del vestido—, supongo a tu anterior dueña no le molestara que lo tome prestado.
Camine hasta uno de los baños, logre tomar una ducha rápida. Aunque el alcohol estaba en mi sistema, el agua fría logro bajar un poco los efectos. Coloque el vestido con delicadeza y logro quedarme como si fuera hecho a la medida. El cierre fue todo un reto porque no alcanzaba, pero pude lograrlo algunos segundos después, al mirarme al espejo, vi a esa Armelle de hace años—o bueno, no estaba segura si fue cierto—, la piel me brillaba como antes y mi cabello recupero un poco del brillo que me solía caracterizar. Desde que había llegado el pelo suelto fue un privilegio y siempre lo traía en una coleta, el verlo libre me hizo recordar porque amaba mucho como se me veía suelto, no había momento para la divinidad, pero si era mi última noche con vida, tenía que dar la mejor impresión.
Deje el pelo sin tocar, dejando que las ondas estuvieran libres. Coloque el anillo que me había dado Cinco, y de forma irónica había combinado con el vestido. Solo un pequeño detalle que quedo a la vista, fueron mis vans color negro. Al no tener otra opción, decidí quedármelas puestas, el vestido las cubría completamente entonces no había problema, usar tacones no era viable, ya que nunca los había usado. Así que agradecí no tener uno de esos zapatos.
Al abrir la puerta me encontré con Allison, la cual llevaba un vestido color verde esmeralda. Solo se limitó a mirarme de arriba abajo y me mostro una media sonrisa antes de alejarse de mí. Decidí que lo mejor era ignorarla y dejar que bajara primero por el elevador. Antes de tomar el siguiente alguien dijo mi nombre:
—¿Armelle? —era Sloane—, que linda te vez...
—¡Sloane! —sonreí cuando la vi—, tu aquí eres quien se ve radiante y muy hermosa con ese vestido. Pareces una reina así.
—Gracias bella Armelle —acaricio mi cabello—, eres muy linda y amigable. No te vi antes, pero quería ofrecerte que fueras mi dama de honor.
—¿Yo? —sonreí completamente— ¡Claro que sí!
Ambas nos abrazamos, el poco tiempo que tenía conociéndola me hizo darme cuenta de lo mucho que me hubiera gustado tener una hermana como ella, alguien con quien pudiera entenderme. Incluso si me atrevo a soñar mucho más, una buena madre me hubiera encantado que fuera. Al separarnos del abrazo, para ir al ascensor:
—Tu baja primero, es tu día —Sloane sonrió emocionada—, bien. Nos vemos abajo mi bella pequeña dama.
Subió al elevador y unos momentos después este regreso de nuevo para que pudiera bajar. Subí al ascensor y comencé a jugar con el anillo en mis dedos. La inseguridad y los nervios por mi aspecto me dieron de golpe una sensación de incomodidad. Me veía espectacular, obvio que sí. Pero tenía miedo que vieran esta faceta que nunca había mostrado. En cuanto escuche el sonido del elevador al llegar a su piso correspondiente, las puertas se abrieron y eleve la mirada para ver a todos con la boca abierta.
—¿No les dije que se veía encantadora? —Sloane menciono feliz.
—Te vez muy linda Armelle —remarco Lila.
—¡Pequeña Elle, te vez fantástica! —aplaudió Klaus—, eres como un pequeño sol,
—No digas eso que me voy a sonrojar, es un vestido prestado... —me mordí mi labio y evité la mirada de Cinco en todo momento—, bueno es hora de comenzar.
Klaus se acercó a mí y paso el brazo por mi hombro
—Creo que dejaste a un par de chicos con los ojos sobre ti —me atreví a mirar por primera vez a Cinco y me seguía mirando sin apartar la mirada—Vamos hermano, cierra la boca que esta chica necesita escolta.
—¿Qué te pasa Klaus? —la mire alarmada.
—Yo soy cupido —me guiño un ojo.
—Ar...melle... —carraspea— ¿puedo acompañarte?
—Claro que si —sonreí un poco tensa y me ofreció su brazo—, te vez simplemente... potresti essere più bella del sole...
—¿Qué? —le dije confundida cuando me hablo en otro idioma.
—No dije nada extraordinario, solo que te vez muy hermosa —me sonrió y me llevo al altar justo del lado de Sloane.
—Tu siempre te vez muy guapo —le guiño el ojo y Cinco me sonríe correspondiendo al coqueteo.
La pequeña ceremonia fue hermosa, Klaus fue el responsable de estar a cargo de ser la autoridad. Si bien no había papeles que firmar, lo único que contaba era que estaban ahí frente a nosotros mostrándonos que se amaban y que no importaba el tiempo, ellos estarían siempre juntos. No puedo evitar gritar cuando llego el momento de decir, el acepto.
—Los declaró la bella y la bestia —declaro Klaus y todos aplaudimos.
—Se ven tan felices —sonreí con lágrimas en los ojos y me di cuenta que Cinco me miraba—, ¿sucede algo?
—Solo que no puedo creer lo bonita que puede ser alguien —sonreí ante su comentario.
—¿estas mejor?
—Sí, lo lamento mucho. Fue mucho que procesar, pero ya tomé una decisión.
—¿A sí? ¿Cuál es?
—Que voy a dejar que el fin del mundo suceda y disfrutare las últimas horas de mi vida a tu lado —asintió con la cabeza.
—¿Puedo confiar en ti?
—Claro que si —afirmo y me tomo de la cintura—, no pienso hacerte daño, ni ahora, ni nunca...
—Estaremos juntos lo último que quede —junte nuestras manos—, confío en ti.
Puede que este loca o más bien enamorada de este chico con sonrisa coqueta. Pero si iba a morir en las próximas horas mínimo quería vivir lo último que me quedaba sin arrepentirme.
Luther nos invitó a la cena y al entrar el lugar era hermoso. Las luces de discoteca le daban esa aura de boda de ensueño, las mesas tenían adornos color blanco a juego con las paredes.
—Es hermoso —abrace a Cinco del brazo y lo jale hacia una mesa—, ven hay que sentarnos aquí.
—Espera ya voy —Cinco se dejó llevar y me ayudo a tomar asiento.
—Luther y Sloane se acercan a la pista de baile para su primer vals oficial...
—Oficialmente espero el fin del mundo —Cinco tomó una copa de vino y me pasó una de las copas—opino que brindemos por nosotros.
—¡Por nosotros! —en el tiempo que lo había conocido jamás lo vi sonreír como ahora. Lo sentía diferente y menos distante, se veía relajado, pero aún sentía como algo extraño.
Fue ahí cuando vi llegar a Reginald, y si quería terminar con todo esto, entonces tenía que terminar el trato con el hombre.
—Voy por algo al buffet —me puse de pie y me tope de frente a Reginald—, el trato terminó, no pienso matar a nadie.
—¿Vas a traicionarme?
—Nunca haría eso, solo le estoy diciendo que no pienso ser su perro.
—Está bien, sabía que eras igual a tu madre—me siguió mirando a los ojos—, igual de débil.
—No, yo soy mejor que ella —camine hasta el buffet donde había un par de platillos—, mira que bueno se ve todo.
—¿ya estas mejor con el enano? —Ben no me miraba mientras se servía un poco de comida.
—¿Te importa dejar en paz a mi novia? —Cinco apareció a mi lado, cuando hablo hizo énfasis en el novio.
Ben rodó los ojos y se marchó a la mesa junto a Allison.
—¿Quieres dejar tus celos estúpidos? Solo te falta que me hagas del baño para marcar territorio—fingí molestia porque me gustaba un poco esa faceta de enamorado—, además no has preguntando nada sobre un noviazgo genio.
—¡Te di un anillo!
—Me lo debías, así que no soy tu novia —le saque la lengua y camine hasta nuestra mesa.
—Aunque lo sigas negando, es así —se sentó a mi lado—, estas en negación. Además, a quien no le gustaría ser mi novia.
—¿Que?
—Soy guapo, inteligente y además tengo poderes.
—Ajam, pero olvidas que eres un engreído, presumido y arrogante.
—Sí, y eso me hace ser el mejor.
—Claro Hargreeves, tienes toda la razón del mundo —le seguí la corriente—, ¿eso quieres escuchar?
—No cuando lo dices de forma sarcástica.
—Deberías de estar acostumbrado —tomó un poco de comida con el tenedor—, esto sabe muy bueno...
—A ver —agarra un tenedor y me quita un poco de comida.
—¡Ve por tu comida!
—No quiero —agarra otro poco de pasta—, tienes que ser compartida.
—¡Esto es mío! —le quité el plato de la mesa y lo puse al lado contrario donde estaba él—anda por lo tuyo.
—Envidiosa —se transporta al lado del plato y me quita más comida—es muy buena la comida, más cuando la robas.
—¡No! ¡Solo lo haces por molestar!
—Más o menos —se sirve más alcohol—es divertido de hecho.
—Te odio —cuando me doy cuenta que vuelve a servirse en su copa, se la arrebató y de un sorbo me lo tomó.
—¡Oye! —me mira molesto—eso era mío.
—No vi tu nombre en la copa —sonrió victoriosa.
—¡Tú me las vas a pagar! —intenta tomarme de la cadera, pero me apartó cuando lo intenta hacer.
—¡Lento! —escucho la canción que está sonando— ¡Vamos a bailar!
—Yo no bailo querida...
—Vas a aprender —lo jale de la mano llevándolo al centro de la pista.
—No creo que sea una buena idea... —tome sus manos—, te aseguro que no es lo mio.
—Existe un secreto cuando vas a bailar —evité que se fuera y comencé a dar vueltas con el tomado de mis manos—, puedes sentir la música y bailar como quieras.
—¡Puedes caerte! —me sonrio nervioso.
—¡Tu solo déjate llevar Hargreeves!
De pronto solo éramos nosotros dos dando vueltas, el intentando darme vueltas, pero siempre terminaba con el pelo enredado en el reloj sobre su muñeca. Ambos nos dejamos llevar por el ritmo de la canción, cuando menos nos dimos cuenta todos estaban bailando en la pista. Existía un momento donde los problemas se fueron. Era de esos momentos donde sentía que estaba siendo yo misma de nuevo.
De un momento a otro alguien paso cuando Cinco estaba dándome una vuelta que termine a un paso de caerme hacia atrás pero el numerito logro tomarme de la cadera con las dos manos y yo con mis manos sobre sus hombros.
—Aquí es donde los protagonistas se besan —le susurre y el me sonrió.
—Deberíamos de seguir con el guion entonces —acerco su rostro al mío, pero de pronto un sonido de cámara se escuchó y el flash interrumpió el beso.
—Ustedes continúen, se ven muy bien juntos.
—¡Yo quiero esa foto! —grite antes de que Cinco me ganara.
—¿Para que la quieres? —Cinco me miro asombrado.
—Nuestra primera foto.
—Y la última...
—Vamos Cinco, quedamos que solo íbamos a festejar.
—Quiero estar solo un momento —Cinco me dejo en medio de la pista de baile y se salió del lugar.
—Toma chica... —el señor me entrego la fotografía con Cinco y cuando la vi las ganas de llorar llegaron.
—Gracias —dije en un susurro.
Nuestraimagen no era clara, debido a la calidad y el movimiento había salido borrosa.Apenas se distinguía mi rostro y él suyo no era claro. La foto daba lasensación de ser una parte muy romántica porque quedo plasmado nuestro casibeso. Sin embargo, seguía sin estar bien. Un presentimiento me seguíapersiguiendo, aunque intentara disimular que no sucedía nada.
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