Strange

— ¿Qué quieres hacer que?

Wong me mira sorprendido.

— No creo que sea tan difícil.

— ¿Tu que sabes de educar niños?

— No se nada pero he visto que hay una serie de libros para educarlos.

—No son máquinas Strange.

—Esa niña está sola Wong. No tiene a nadie más, me recuerda a cuando yo llegue buscando ayuda. No tenía esperanza que algo mejorará en mi vida, y eso es algo que he visto en su mirada.

— Bien pero que está sea tu idea, no quiere decir que quiero tener algo que ver.

—Yo quería que me acompañaras. Sabes que no se como tratar a la gente Wong.

Wong solo niega con la cabeza y se va con su libro en la mano.

Adoptar un hija jamás había estado en mis más locos planes. No sabía nada de educar a un pequeña, además que tenía otro problema. Esta no lo era, estaba en plena adolescencia y tratar con ellos jamás había estado en mis habilidades.

Al día siguiente ya me encuentro de pie al orfanato con Wong a mi lado. Ambos vestidos de traje para no dar una mala impresión. He escuchado que el proceso es tardado y tedioso pero se que a partir del Blip han sido más flexibles con respecto a esto.

—Bueno hay que tocar la puerta.

Miró a Wong y este niega con la cabeza.

—Hazlo tú, serás el padre.

Cuando vamos a tocar la puerta una serie de gritos nos sorprende a lo que ambos nos ponemos en guardia. Pero un grupo de niños salen por la puerta, perseguidos por una mujer robusta y un sartén en la mano.

—¡VENGAN ACÁ HIJOS DE...! —En cuando nos ve sus ojos se abren con sorpresa y guarda el sartén detrás de ella—. Su bonita madre. Un gusto tenerlos por aquí caballeros.

—El gusto es nuestro, señora—. Me acomodo el traje. —Nos gustaría adoptar una niña.

— Esto es bastante inusual —Una sonrisa tensa nos muestra y después algo nerviosa nos deja pasar—. Aquí tenemos muchos tipos de niños, que podría adaptarse a sus intereses. Además que se nota que tienen una gran relación.

Nos mira a ambos y alza una ceja. Wong me da una mirada sin entender nada, a lo que solo alzo los hombros.

—Ya tenemos una niña en mente señora. 

Digo seguro de mi decisión.

—¿Cuál es su nombre?

¿Nombre?

Miro a Wong y este espera mi respuesta.

—¿No sabes como se llama?

Lo miro y niego con la cabeza.

—Es una niña de 1.50 o 1.60 con ojos verdes y cabello rubio. Tiene el cabello ondulado hasta la cintura. 

— ¿Armelle?

Me dice la señora y yo solo asiento con la cabeza.

—No puedo creer que vayas a ser padre de una niña que no sabias ni siquiera su nombre —Wong niega con la cabeza.

Estoy acabando con su paciencia es mas que obvio. 

—Bien, si no hay remedio. Ella es una chica difícil y rebelde. Así que les advierto que no será fácil. —Nos advierte—,  ¿Qué apellido quieren que use su futura hija?

¿Nuestra futura hija?

Es cuando me doy cuenta que esta señora piensa que Wong y yo somos pareja. No puedo aguantar las ganas de reírme, así que lo disfrazó con una tos.

—Esta equivocada, solo será hija mía —Pongo mis manos en el escritorio.

—Armelle Strange. —Escribe en el papel de adopción—. Bien, sígame por aquí señor Strange.

Camino a su lado mientras veo la condición del lugar, es de lo más deplorable. Las paredes están llenas de humedad, parte del piso esta comenzando a botarse de su lugar. La pintura gris se ve opaca y sin vida.  Algunas de las ventanas están cerradas con un par de tablas y algunos vidrios en el suelo. 

Puede que no supiera nada de cuidar niños pero algo me decía que este no era un buen ambiente para  ellos. Se que no puedo hacer nada pero conozco a alguien que si lo haría.

—Armelle te buscan.

La niña de ayer está sentada guardando sus cuadernos.

—Generala, no se quien sea pero dile que no quiero ver a nadie.

Me siento ofendido.

—Entonces supongo tendré que irme.

Ella se gira cuando me ve y su cara de asombro hace que sienta algo diferente.

—Doc...doc...doc.. —Tartamudea desde el suelo—. ¿¡Que hace aquí?!

—No seas igualada. Te presento a tu nuevo padre.

Su cara de sorpresa es tanta que se queda viendo a la nada un momento. Sus ojos están abiertos que hasta parece que se pueden salir de sus cuencas. Se sienta en la cama y mantiene la mirada perdida.

—Creo que tu hija se acaba de quedar en shock Strange —Se burla Wong, mientras se queda con los brazos cruzados.

La señora se acerca despacio hasta ella y le pega en la cara despacio. Toma una de las jarras de agua que hay sobre un mueble y sin pudor alguno se lo lanza a la cara. 

—Vamos Armelle arregla tus cosas y vete. Necesito esta habitación vacía.

Armelle sale de su trance y me mira directo a los ojos.

—¿No es una broma? —Su mirada es incrédula—. Señor Strange...

—Es hora de irnos Armelle —Acarició su hombro—. No es una broma.

—¿Estas seguro de lo que haces?— Wong me sigue mientras salgo de la habitación.

No. 

Pero la decisión ya estaba tomada.

Un grito de emoción es lo que se escucha saliendo de la habitación.

—No, pero me gustaría darle una segunda oportunidad a alguien —Le muestro una sonrisa—. Así como lo hicieron conmigo.

Esperamos en la sala del lugar, pasan unos minutos cuando Armelle baja de las escaleras con una valija color roja. Trae un vestido color rojo y unos zapatos que le hacen juego. 

¿Cuánto tiempo habrá estado esperando?

—¿Lista? —Intentó extenderle la mano para que me de su maleta—. Vamos al santuario.

Salimos del lugar mientras me siguen de cerca ambos.

—¿Ahora lo tengo que llamar papá Strange?

—No, creo que mejor vamos a dejarlo en Señor.

—Señor papá —dice con alegría— ¿Le gusta más?

La miró con seriedad.

—Suena horrible. Mejor la dejamos en señor.

—Bueno, señor Strange.

Mira a Wong y este solo la ignora. Ella intenta hacerle la platica mientras avanzamos. El camino es rápido y sin tanto contratiempo.

—¿El siempre ignora a la gente?

— Solo es mas serio pero no es mala persona, solo no le hagas caso.

—Señor Wong, buenas noches —Hace una reverencia hacia él, mientras tanto mi amigo corresponde al saludo de forma cordial.

—Niña, quiero decirte que tu entrenamiento inicia el día de mañana a las cinco en punto. En ese armario está tu nuevo uniforme.

—¿También voy a usar traje de Sayayin?

Mira el uniforme con cara de sorpresa, cuando lo extiende.

—Deja eso de Tayarin.

—Sayayin, señor.

— Lo que sea, en fin. Mañana te quiero temprano y lista para entrenar. No quiero quejas, si no te veo en la puerta a esa hora tendrás tu castigo. Nos vemos mañana.

Cierro la puerta despacio y dejó que mi nueva discípula se instale. Se que el desgaste de hacer portales es grande y necesitará más que motivación para lograr hacerlo.