Capitulo 11
Armelle
— No confió en ti.
—No se trata de confianza niña ilusa, quiero saber para que es esto —Me enseña mi anillo—. Estoy mas que seguro que es lo que te trajo aquí.
Mantengo mi vista en sus ojos, muestro una sonrisa torcida y suspiro.
—Tengo hambre.
— ¿Que? —Cinco estaba confundido.
—Tu quieres respuestas, yo quiero comer.
Cinco se levanta de la cama y mira por la ventana.
—Me la he pasado los últimos veinte días intentando salvar el mundo. Así que no me vengas con tus estúpidos intentos de hacer tratos cuando no estas en la disposición de hacerlo.
—Tus problemas me importan una mierda. Dije, tengo hambre —Lo desafío—. Si quieres que hable, tienes que traerme comida o no diré nada mas.
—Creo que la niña tiene razón, no se nota que vaya a decir nada —Luther intervino por mi.
—Cinco, vamos hermano —Klaus se coloco a un lado de Cinco—. Solo quiere comida.
—Son exasperantes, todos ustedes.
Cinco toma una bata del armario y sale en dirección al baño.
—¿Siempre es así? —pregunto.
—Es un anciano, que podemos decirte —Klaus sonríe—Esta amargado.
¿Anciano?
Supongo que se referían a que tenia alma de uno. Porque para nada ese ser tan atractivo era un anciano.
Quiero decir.
Ese horrible y feo ser...a quien voy a engañar.
De feo, solo tenia el nombre.
—Si prometes no escapar, te llevaremos a comer algo —Luther extendía su mano hacia mi.
—Bien, trato hecho —Acepto el trato, además no es como que tuviera opción. No podía ir a ningún lado, no sabia que cosas mas extrañas había aquí.
Bajamos a la cafetería del hotel y en cuanto vi la comida. No pude evitar comenzar a comer deprisa, me sentía como un animal pero llevaba horas sin haber probado algo.
—¡Esta comida es grandiosa! —Suspiro de placer al comer.
—Podrían intentar masticar —le dijo con enfado Klaus a sus hermanos.
El tiempo que llevo comiendo con ellos, me han podido explicar las cosas. Fueron adoptados por Reginald, los llamo como números pero su madre robot fue quien les dio sus nombres. Sigo sin explicarme, como Cinco es el único que se sigue llamando como un numero.
Su familia era de los mas peculiar y extraña. Por la poca historia que ahora conozco se que sus infancias no fueron normales. Menos por el hecho, de que su hermano Ben haya muerto en una misión.
No podía evitar sentir cierta empatía, porque de alguna forma habíamos vivido lo mismo.
—Entonces son unos superhéroes, que arruinaron su lineal temporal viajando por el tiempo ¿cierto? —muevo los palillos de madera mientras hablo.
—Correcto. Gracias por darle toda nuestra información a la extraña chicos —Cinco llego con la bata puesta.
—Te vez feliz —Luther lo miro confundido.
—Estaba feliz, hasta que nuestro pequeño problema llego.
Le di un sorbo a mi pasta y lo mastique despacio.
—No quería estar aquí, fue un accidente —Pase mi lengua por mis labios, a lo que Cinco bajo la mirada por un leve segundo a ellos poniéndome los nervios de punta—. Prometen que no entraran en crisis.
—Salve el mundo dos veces, no creo que ahora vaya a perder la cordura.
—Bien —trague saliva—Soy de otro universo.
Los cuatro chicos soltaron una carcajada y algunos escupieron lo que tenían en la boca, con molestia deje el sobrante de mi comida con asco.
—Claro, ahora nos vas a decir que viniste a prevenir el fin del mundo —Diego se seguía riendo—. Esto es muy gracioso, eres divertida.
Mantengo mi cara de seriedad unos momentos antes de suspirar y golpear la mesa con las palmas de mis manos.
—A ver estúpidos cerebros de alga, cuando les digo que soy de otro universo es porque lo soy —Ruedo los ojos—. El anillo que me quito su querido numero, es el objeto que usamos los hechiceros para viajar entre el multiverso.
—Ahora, eres mago de fiestas —Klaus sonreía divertido— A ver has un truco de magia.
—No somos estúpidos magos de fiesta, Klaus.
—Todos ustedes son unos tarados.
Me pongo de pie y salgo de la cafetería. Alguien me viene siguiendo los pasos, pero no hago nada por girar la cabeza, quería estar sola, no podía creer que se estuvieran riendo en mi cara. Un sentimiento de nostalgia me invadió, sintiéndome sola por primera vez después de meses.
Quería ver la cara seria de Wong.
Me gustaría ver a mi padre adoptivo.
Mientras camino me tropiezo con una señora que viste de forma elegante, a lo que solo doy una reverencia en forma de disculpa.
—Te dije que no podías escapar niña.
—Solo quiero estar sola maldito numero —Me seco la lagrima que ha salido de mi mejilla derecha—. Sin mi anillo no puedo ir a ningún lado.
El se transporta frente a mi y detengo mi paso de forma abrupta.
—Primero, mi nombre es Cinco —Toma mi barbilla—. No se que clase de juego vas a intentar con nosotros, porque no te creo un carajo tu faceta de niña indefensa.
— ¿De que me hablas ahora?
—Que no te creo tu estúpida mascara que te has colocado no hace mas que darte cero credibilidad —Aprieta mi mentón con fuerza—. ¿Crees que me voy a tragar ese cuento de damisela perdida?
—No me importa que no confíes en mi. Porque yo tampoco confió en ti.
—Claro que te importara —su tono de voz es amenazante e intimidante—. Porque a la mínima sospecha que tenga sobre ti, te matare con mis propias manos. No seré piadoso contigo.
—Vuelve a tocarme y te juro que tu serás el primero en terminar bajo tierra numerito.
Aparto su mano de mi y me doy la vuelta para dirigirme a la habitación donde estabamos. Me subo en la cama donde me dejaron al inicio y me envuelvo dentro de esta para intentar dormir un momento. Siento un extraño vacío cuando recuerdo mi hogar, tenia miedo. Quería regresar con el señor Strange. Quería a mi padre, no quería seguir mas en este lugar.
Las lagrimas no se hicieron esperar y comencé a llorar en silencio. Tiempo después la puerta de la habitación rechino. Un par de pasos se escucharon y algunos susurros mas.
—Estaba llorando, que carajos le dijiste Cinco —escuche la voz de Diego.
—Que la mataría si hace algo sospechoso —Cinco hablo sin remordimiento.
—Es una niña Cinco —Luther le dijo enojado— Deberías de calmar tus impulsos de asesino. Que por lo que vi sus poderes son tan débiles como los de Klaus.
—Eso mismo pensamos de Vanya y la subestimamos. —les recordó Cinco— Por si acaso sufren memoria a corto plazo, les recuerdo que casi destruye el mundo dos veces.
Todos guardaron silencio e intuí que se había dado por terminada la conversación. Cerré los ojos un instante pero me puse alerta cuando sentí la cama hundirse en un costado, señal de que alguien se había acostado a mi lado.
—Se que escuchaste, ahora te repito. A Vanya no la mate por ser mi hermana pero a ti, no pienso titubear en rebanarte el cuello pequeña comadreja —Escuche a Cinco susurrar—. Buenas noches.
Un miedo se hizo presente en mi sistema. No respondí nada y solo seguí llorando durante toda la noche hasta quedarme dormida. Quería irme de este estúpido lugar, no podía quedarme con esta familia, porque cualquier cosa extraña que hiciera, este chico no dudaría en matarme.
Nuevo capitulo, espero que les guste
Buen inicio de semana.
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