Capitulo 10
Armelle
—Todos son pervertidos.
Escuche decir a la pelinegra antes de soltarnos una patada, con esto cayendo de las escaleras. Ambos caímos al suelo de forma abrupta. Cinco sobre mi, el cual no hizo nada por ponerse de pie y solo se quedo mirando a la sala donde había aparecido hace un instante.
—Oye Marcus —escuche decir a uno pero no logre terminar de escuchar cuando Cinco me tomo de la cadera para ponerme de pie.
—Ponte de pie, a no ser que quieras morir con estos idiotas.
Tenia mi anillo, era mas que obvio que tenia que quedarme con el.
—¡Luther! —Una chica grito— ¡Vete! ¡Ahora!
La chica que había gritado fue levantada por los aires por los poderes de la castaña y dejándola caer de forma abrupta sobre el suelo. No pude evitar soltar un pequeño grito al ver la brutalidad con la cual la trataban.
Cinco me jalo de la mano y comenzamos a correr por el pasillo, detrás de un chico fornido y la chica de fleco que había visto en varias ocasiones.
— Carajo, el maletín —Cinco dijo asustado.
—Encárguense de ella, debo de regresar —me lanzo hacia las dos personas pero me zafe de su agarre. Tomando de la mano a Cinco, teletransportándome con el. Ambos aparecimos en la sala frente a la familia extraña.
— ¿Dónde esta el maletín?—Cinco buscaba por el lugar—. ¡Vanya, sal de ahí!
Cinco me miro asustado cuando la tal Vanya estaba brillando como si se tratara de una luciérnaga. No había visto tal cosa desde que la bruja escarlata apareció. Este solo agarro mi mano y me llevo con el.
Unos instantes después aparecimos en un pequeño parte, a lado de un lago. Todos ellos parecían ser una familia, el chico jamás soltó mi mano, hasta que nos sentamos en una de las bancas.
—Si por un segundo intentas escapar, te prometo que romperé tu cuello.
Sus amenazas me las pasaba por el...ya saben que.
—Como quieres que escape genio, tienes mi anillo.
—Ahora, tu nos vas a explicar como carajos llegaste aquí y porque sabias mi nombre.
—No quiero explicarte ni un carajo pequeño idiota.
Todos los asistentes se ríen de la situación.
—Te puedo sacar la verdad de las peores formas que conozcas, así que no te conviene contradecirme.
—Quiero ver que lo intentes... —Mi cerebro hace un recuento de los hechos de hace unos momentos y mi cuerpo se llena de furia en cuanto recuerdo el beso —. Por cierto, tu eres un estúpido.
Le suelto un puñetazo en la mejilla derecha. Recordar el beso que me había dado pensando que era "Dolores" jamás se me iba a olvidar por varios puntos. Uno de ellos, que el chico había sido mi primer beso.
—¿Es por que fue? —El cerro su puño conteniendo la furia—. Estaba en una ilusión niña tonta.
—Vaya, ahora me siento mucho mejor.
El rodo los ojos, aplico la ley del hielo hablando con sus hermanos.
—Hay dos problemas con eso —Cinco se puso de pie—. El primero.
—Ya empezó —Klaus hizo una seña de cansancio.
—El primero, es que viajar en el tiempo es complicado.
Ahora si les contara el cambio de universos. Mire con curiosidad a Cinco, era guapo, de mi edad pero aun no entendía porque hablaba como un anciano. De hecho, hasta parecía que mandara sobre ellos.
—Ya entendimos, tu trabajo es muy duro —Diego estaba a nada de perder los estribos de nuevo.
—Es un mandón —susurre despacio y Klaus se giro a verme. Mostrando un me gusta con los dedos en señal de aprobación.
—El segundo, es que ya no tengo el maletín.
¿Maletin?
Creo que su maletín, es como una gema del infinito. Viajes en el tiempo, no podía compararla con otra cosa. Se veían bastante preocupados. Mientras mas pasaba el tiempo, peor me sentía.
El cansancio se hizo presente y me desvanecí en el suelo mientras caminábamos por el parque, a lo que según Cinco llamo: sus momentos de meditación.
—Cinco creo que tu nueva novia no se siente bien —Klaus me señalo mientras Allison se arrodillaba frente a mi.
—No se ve muy bien, parece que tiene fiebre —Ali toco mi frente y en eso Cinco se transporto detrás de mi.
—Si no nos dices algo, no puedo hacer nada por ti linda —cierro los ojos y me recuesto en su pecho en señal de cansancio.
Quería decirle como me sentía pero el agotamiento se hizo presente, sin quitar el hecho de que me dolía la cabeza por el golpe que me di en el suelo, al caer de las escaleras.
—Esta sangrando de la cabeza —Diego señalo mi cabeza—. Déjame llevarla, no creo que ahora puedan.
Diego me agarro de la cadera y me puso de pie. Mi vista se sentía mas pesada, tenia que salir de aquí pero por ahora no podía hacer mas que intentar confiar en estos extraños. No estaba en mi realidad, no tenia mi anillo y sin considerar que muy posiblemente jamás volvería con mi padre.
— Primero vamos a un lugar seguro —Vanya intento relajar la situación.
—Pensemos en un lugar discreto, donde podamos descansar sin llamar la atención —Cinco intervino.
Cerré los ojos unos minutos, intente mantenerme cuerda unos momentos antes de entrar al lugar donde nos quedaríamos. El recepcionista se me quedo mirando, supongo que no era normal que un par de niños estuvieran sangrando.
Luther fue el que tuvo que sacrificar a su reloj para poder obtener una habitación. Fue bastante gracioso como Diego intento poner su cuchillo para poder obtener algo. Le dedico una sonrisa débil. Cinco me da una mirada rápida provocando nervios en mi.
—Dos habitaciones lo único que puedo darles.
Allison tomo las llaves y sin esperar a ninguno emprendió el camino hacia elevador. Vanya la siguió perdiéndose entre las puertas, dejándome con los chicos.
—¿Qué voy hacer con ella? —Diego me señalo.
—Entrara con nosotros —Cinco dijo con simpleza.
Entramos a la habitación, con mucho cuidado Diego me dejo sobre la cama de abajo de una litera.
—Gracias —agradecí en voz baja.
Diego me mostro una sonrisa tensa.
— ¿Dónde esta el baño? —mire como Diego se pasaba por la habitación.
—Por ese pasillo o al aire libre —Klaus dijo con emoción.
Cinco se acerco a mi y se sentó sobre la cama donde estaba.
—No seas asqueroso Klaus, hay una chica —Luther decía mientras saltaba sobre el pequeño sofá.
—No seas dramático, en algún momento vera uno —sin importarle, abrió la ventana de la habitación y orino hacia afuera.
No podía ser mas asqueroso.
Cinco me dio una mirada y una media sonrisa se hizo presente. Sus cambios de actitud me daban ansiedad. No podía creer que hasta hace unos minutos me había dicho que me mataría si intentaba escapar.
—Ahora dolcezza (dulzura), tenemos un tema del cual hablar.
Baje la mirada cuando me miro de forma seria.
Sabia que no podía evitar esta conversación si quería recuperar mi anillo.
Capitulo nuevo, espero que les guste mucho.
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