Capítulo 9
Mamá y James me ven entrar, yo me hago la que no sé nada y suspiro.
-Estoy muerta.- Digo como aburrida mientras me dejo caer con ellos en el sillón. Ambos me miran con cuidado, seguro James decidió contarle todo a mamá y ella piensa que no sé nada al respecto y que necesita una manera ligera de explicarme las cosas.
-¿Te fue bien en la biblioteca?- Pregunta James.- Tu madre me contó que estabas ahí.
-Sí, quería leer unos libros de medicina para saber si me gustaría estudiar esa... ¿Qué pasa?- Pregunto viendo sus caras. Me he dado cuenta que soy buena actriz.-¿Ocurrió algo?
Mamá abre la boca pero James se le adelanta.- De hecho, sí. Algo está pasando, hay un virus que está atacando a la personas de manera mundial.
-Pero nosotros somos inmunes a cualquier virus.- Repico frunciendo el ceño hacia ellos que están sentados frente a mi.
-No sabemos si lo somos con este virus.- Dice mamá.- Creemos que los Primeros fueron los creadores.- La miro.
-¿Es la fiebre del hospital, cierto?- Pregunto.- Esa de la que hablamos la otra vez y dijiste que los doctores posiblemente ocultan información a la población.
Ella asiente.- Así es y hoy atacaron el hospital.- Dice James.- Tengo que aclarar que fue Sam, estaba buscando a un sujeto de prueba para hacerle un análisis.
-James estaba trabajando en eso pero no nos lo había dicho por seguridad.- Termina de decir mi madre, como si yo ya no lo supiera.- Esto es peligroso, incluso para nosotros, puede matarnos y por lo que dice James... También puede cambiarnos.
-Santo Dios.- Murmuro.- Esto es algo grande.- Me levanto del sillón.- Mamá, pero si los doctores escondían la información... ¿Significa que no saben lo suficiente o significa que saben de más?
-Creemos.- Dice James.- Que ellos ya saben sobre nosotros.
Los miro a ambos.- Haremos algo ¿cierto? No podemos quedarnos de brazos cruzados. James, dijiste que tenías a un sujeto, puedes no sé, estudiarlo, estudiar el virus y buscar una solución.
-Las personas a las que había contactado han desaparecido.- Cierto. Lo había olvidado. Luego recuerdo mi idea sobre Caín y el grupo en el apartamento de... No importa.
-¿Necesitas gente?- Pregunto.
Ambos me miran, curiosos. James asiente.
-¿Qué pasaría si llamáramos a Caín? Estoy segura que están en Old Town y también estoy segura de que si los llamo, ellos vendrán a ayudar.
-Ni siquiera preguntaré si son de fiar porque ya sé que sí.- Dice él.- Pero esto no es como la guerra que tuvimos antes, en donde cualquier podía ganar. Aquí, si no actuamos a tiempo, todos moriremos. Abby, esta vez no pueden haber remordimientos, si hay que matar... Hay que matar. ¿Segura que podrás con esto?
No lo sabía, sin embargo no podía quedarme de brazos cruzados viendo a James meterse a esto sólo. Si no hacía nada, si ninguno de nosotros hacía algo, la muerte llegaría a nosotros de momento a otro.
Era aterrador, escalofriante lo que sentía ahora. Ya fingía delante de ellos el no saber nada, en realidad no sabía lo que pasaría después de ésta charla.
Tal vez vendría el caos, tal vez un rayo de esperanza. En cualquiera de lo casos, habría que estar listos.
Asiento.- Estoy dentro.- Miro a mamá que con dolor asiente.
-Yo igual. No sé pelear... Así como ustedes pero puedo ayudar, trabajando en el hospital puedo..
-No.- Dice James.- Te quiero fuera de ahí.- Ella se niega de inmediato.
-Puedo ser de ayuda James, no me pidas que retroceda, es mi decisión.- Puedo ver el temor en los ojos de James antes de asentir.
James no es como Sam. Me doy cuenta. James tiene un corazón humano, él es bueno. Sam no, su corazón es oscuro al igual que sus pensamientos, estaba sólo y le gustaba estar así. Odiaba, despreciaba, cazaba. Esa era su rutina diaria.
Lo aparto de mi mente enojada por traerlo de vuelta a mis pensamientos.
-James esconde al chico en una bodega abandonada.- Dice mamá.
-¿Qué tan avanzado está el virus en él?- Les pregunto a ambos.
-Iniciando.- Dice James.- A penas tiene fiebre, supongo que le quedan un par de semanas.- Es cuando me doy cuenta de que Max va a morir. Y no íbamos a hacer nada para impedirlo.
-¿Entonces puedo acompañarte?- Le pregunto.-¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?
-Sí, primeramente. Necesito que llames a Caín y a su grupo y si es posible, que reúnas a los que puedas.- Me mira con fuego en la mirada, está tan nervioso como yo por lo que viene.- Y segundo, ya veremos.
La ilusión de hablar con ellos viene tan rápidamente como se va. Caín no contestó a mis llamadas la otra noche, ni esta mañana. Llamé unas treinta veces y escuchaba sonar y sonar el timbre pero nadie contestaba del otro lado.
Hay dos opciones. La primera: Él no quería saber nada de mi luego de que me fui hace seis meses y los dejé.
La segunda: Ellos estaban en peligro, tanto como para no contestar.
Sinceramente esperaba que fuera la primera pero que estuviesen bien.
Esta mañana ya lista para ir con James a la bodega estoy enviándole un mensaje a Caín advirtiéndole en pocas palabras lo que sucedía y que corrían peligro.
También le envié un mensaje a Zack, primeramente disculpándome por jamás haberle contestado y segundo advirtiéndole lo que pasaba y también que si necesitaba de mi que me llamara, le mandé mi dirección y le envié el mensaje. Solo esperaba que estuviese bien, él no me había mensajeado desde Diciembre cuando me deseó una feliz navidad.
Le texteo también a Cody pero ésta vez en un código, no le advierto lo que pasa sólo que me llame urgentemente porque había una posibilidad de que él haya cambiado de número en estos meses.
No tengo el celular de los hermanos Galeano por lo que solo me toca esperar si Zack decide contestarme.
Estamos terminando de desayunar cuando alguien toca la puerta. Mi cuerpo se tensa al darme cuenta de quién podría ser.
La cuchara en mi mano queda rozando mis labios mientras miro a mamá y luego a James.
-¿No van a abrir?- Pregunto llenando mi boca de cereal.
-Haz el favor y ve tú.- Dice mamá escribiendo algo de manera rápida.- Debe ser Sam.
Sí, y por eso no podía ir yo. Miro a James pero está trazando unos planos, una manera de remodelar la bodega, me lanza una rápida mirada y asiente.- No hay problema, ve.
Gruño mentalmente porque ninguno me lo pone fácil.
-Y Abby.- Dice mamá.- Dile al chico que venga a desayunar por favor.
Já, las cosas ni pueden ser peor. El karma me está acechando.
Camino hacia la puerta y cuando la abro me encuentro frente a frente con Sam. Su rostro está en blanco, no hay expresiones en él.
-Busco a James.- Es lo que dice en tono demandante y sencillo, como si jamás hubiese bromeado antes conmigo.
-Mi madre quiere que desayunes con nosotros así que es mejor que pases.- Le digo y me doy la vuelta para volver a la cocina.
Lo dejo en la puerta, si quiere entrar que lo haga, si quiere irse pues que también lo haga.
Entro a la cocina y continúo con mi comida. Mamá frunce el ceño.
-¿Y Sam?- Pregunta justo cuando la puerta principal se cierra.
-Aquí estoy.- Dice Sam llegando a la cocina. Cuando me giro (disimuladamente) me doy cuenta que le sonríe de manera educada a mamá.
-Por favor, siéntate.- Señala la silla al lado de la mía y casi quiero decirle. "Gracias mamá, eres una genio, gracias realmente"
Sam se aclara la garganta antes de sentarse a mi lado. Mamá se levanta y le trae un tazón de cereal. Me sorprendería si Sam no comiera comida normal y en su lugar bebiera sangre de Orígenes o algo así. Casi me atraganto ante la idea, incluso hago un ruido raro con la cuchara y la leche y tanto mis padres como Sam se giran a mirarme. Me limpio la boca y los miro.
-¿Qué?- Pregunto como si nada. Luego me meto otra cucharada y mastico sin prestarles atención.
-¿No han contestado?- Me pregunta James luego de un rato.
Niego con la cabeza.- No me sorprendería que estuviesen enojados conmigo por irme así por así, la verdad espero que sea eso y no que algo les pasó.
Mamá asiente.- Tal vez han estado ocupados y Caín no ha visto su celular.
-O cambió de celular, como Cody.- Apunto yo. Realmente me ponía mal no poder comunicarme con él, cuánto me gustaría escuchar su risa.
-Como ultimo recurso podríamos ir a Old Town.- Dice James y mi cuchara nuevamente se queda en el aire. Esta vez la bajo y aparto el tazón.
Había ido a Old Town con Jared pero no para buscar a los chicos sino para encontrarnos con Karum. Esto era diferente.
-Ni siquiera sé dónde están.- Digo yo.- Lo más lógico es que se hayan ido de... De donde estaban.
-¿Entonces esperaremos?
Asiento.- Podemos avanzar en otras cosas mientras tanto.
-Ya conseguí los instrumentos.- Le dice Sam a James.- Las armas son otra cosa, eso tienes que hacerlo tú. Falta quién pueda hacer el procedimiento.
-Drew viene hoy, podemos avanzar mucho con él.
Miro a James.-¿Quién es Drew?
-¿Te acuerdas del amigo que mencioné? Aquel hombre que se hizo doctor después de la guerra ya que era un sanador antes.- Asiento. Habia olvidado que se llamaba Drew.- Es él. Hoy viene y va a ayudarnos.
Quiero plantearle eso en la cara a Sam, que no todos se están mortificados como él, que algunos decidieron rehacer su vida.
Por un momento dejamos de hablar sobre todo lo malo, sobre lo que teníamos que hacer y mamá empezó a hablar con Sam.
En silencio me doy cuenta de que su nombre completo es Samuel Morrison, entrenó desde pequeño, sus padres eran los líderes por lo que él también quiso serlo. Lo que imagino no fue muy fácil. Armas en vez de autos de juguetes, lucha en vez de dibujo y sangre en vez de jugo de manzana, la infancia de Samuel Morrison, señoras y señores.
Ahora comprendía su falta de humanidad, nadie le enseñó lo que era.
De pronto, me doy cuenta de que estoy siendo muy dura con él mentalmente. A mi no me gustaría que dijeran eso de mi o de mis padres. Me digo que con ignorarlo es suficiente.
Dejo de escuchar su conversación cuando mi celular suena. O tal vez no es que haya dejado de escucharlos, tal vez ellos dejaron de hablar. Como sea.
Levanto la mirada y miro la pantalla del celular. Mis ojos no pueden creer lo que ven pero al parecer, mi corazón sí.
Recuerdo el día en que le tomé esa foto. Estábamos en una cafetería, él usaba un suéter negro muy suave, yo estaba riéndome de sus muecas y decidí tomarle una foto. Pero el descarado en vez de salir haciendo muecas grotescas sonrió como un modelo.
En la foto él sonríe abiertamente y el brillo del sol se refleja en sus lentes.
El nombre de Zack Anderson se refleja en la pantalla. Me atraganto con la saliva y puedo jurar que mi mano tiembla mientras agarro el celular y lo llevo a mi oreja.
Con voz temblorosa susurro:
-¿Zack?
-¿Abby?- Me llevo una mano a la boca para ahogar un sollozo. No puedo creer que sea el. Después de tanto tiempo, después de tantas lágrimas.
-Zack.- Digo ésta vez más alto.- Y-yo...
Quiero...- Miro a los tres pares de ojos sobre mi y me levanto de golpe. Salgo de la cocina casi corriendo y busco una chaqueta poniéndomela de manera rápida antes de salir de casa.
-Lo lamento.- Es lo que digo. Lo primero que me sale coherente.- Lamento no haberte contestado yo...- Se me escapa un sollozo pero es de felicidad. Realmente es él.
-Abby.- Vuelve a repetir. Extrañaba su voz cálida y suave, esa que te hace sonreír pero con sus chistes reír a carcajadas.- No puedo creer que llamaras, estoy tan feliz de escucharte.- Por increíble que sea, no escucho aquella tristeza de la última vez. Ahora parece el mismo que hace una año.- Esperé tanto tiempo ésta llamada...
-Lo lamento.- Repito.- No sabes cuanto. Fui una tonta.
-No, no.- Se apresura a decir.- Tranquila, sabía que necesitabas tu tiempo, lo importante es que estás bien.
-Lo mismo digo.- Contesto sintiendo.-¿Pero realmente estás bien? ¿Cómo está tu mamá?
Guarda silencio un momento.- Por tu mensaje supongo que escuchaste lo del virus.
-Así es ¿está mal todo por allá?
-Sí, pero no tanto como en las grandes ciudades. Mamá tiene miedo, no sabe qué hacer.
-James y yo estamos investigando algo en estos momentos.- Es lo que le digo.
-¿Es verdad que puede afectarnos?- Pregunta alarmado. Ya puedo imaginármelo con el rostro pálido. Quisiera imaginármelo otra vez con gafas, como el de la foto pero él había mejorado su visión cuando sus poderes aumentaron, cuando él supo manejarlo. Se volvió fuerte y rápido como yo... Como su hermano...
-Eso es lo que tratamos de averiguar pero... Al parecer sí, por favor, ten mucho cuidado.
-Lo tendré.- Dice de manera triste.- Te extraño demasiado, te juro que no he tenido otras amigas, tú eres la única.- Sonrío mordiendo mis labios para evitar que tiemblen como mis manos.
-Espero que así sea.- Digo con voz temblorosa.
-¿Cuándo puedo verte?- Pregunta esperanzado.- Me gustaría verte.
-¿Sigues en Bretder?- Le pregunto.
-Si.- Lo escucho murmurar.
-Zack... Si hubiese otra guerra... ¿Lucharías o te quedarías atrás?
-Depende.- Dice él de manera sencilla.
-¿De qué?- Pregunto yo.
-De si tú pelearás, si lo haces, no dudes que yo lucharía contigo.
-Tengo miedo.- Admito soltando aire y cerrando los ojos.- Todavía tengo pesadillas y... Tengo miedo de que vuelva a repetirse.
-Yo también tengo pesadillas, son muy feas pero no dejo que me ganen, no lo hagas tú tampoco. Todos tenemos miedo ahora, así como lo tuvimos una vez por ellos, ahora es otro tipo de temor, tenemos que hacer lo mismo que al inicio, luchar con lo que sea que venga después.
-Una vida luchando.- Pruebo como suena en mi boca.- No suena como una vida buena. Suena como una vida llena de muerte.
-Tú decides como vivir tu vida, Abby. Pero ya no me alejes, quiero estar cerca, yo también estoy solo y eso me está consumiendo.
-Ya no más.- Digo sonriendo.- Voy a pasar por ti, lo prometo.
-Te estaré esperando.- Dice riendo tímidamente, puedo escucharlo sonreír. Eso me da esperanza.
Cuando cuenco y vuelvo a entrar a casa, todo parece irreal.
¿Y si estoy soñando? Oh Dios mío, en verdad acabo de hablar con mi amigo Zack.
Llego a la cocina y me siento en el mismo lugar. Para entonces los cereales están demasiado blandos así que aparto la comida y digo:
-Reconsiderando lo que se dijo antes... Eso de ir a Old Town. Creo que sería buena idea.- Mis dedos no dejan de golpetear la mesa.
-¿Qué dice Zack?- Pregunta mamá.
Suelto aire mientras asiento.- Él dijo que si decido pelear... Él peleará conmigo.- Mamá sonríe con tristeza, ella apreciaba a Zack.
-Ese es el Zack que recuerdo.
Le lanzo una mirada a Sam, me está mirando fijamente pero luego aparta la mirada.
-Eso quiere decir que ya tenemos a uno más.-Murmura Sam.
-¿No serán dos? ¿Qué pasa con Lilith?- Pregunta mamá. Y es la primera vez que pregunta por su amiga ya que ella sabía que yo no podía hablar sobre los Thompson sin llorar.
-Por lo que Zack dijo ella... No, de hecho no la mencionó.- Recuerdo que dijo que se sentía sólo así que quiere decir que ella no está del todo presente.- Pero no creo que ella esté bien aún.- Digo tragando saliva.
-Es lógico.- Dice mamá.- Perdió a dos hijos...
Entonces lo siento, el vacío ahí está. Lo que temía sentir cuando hablara con Zack. Ahora pienso en Jesse y en que me gustaría que estuviese conmigo, que me sostuviera la mano y me dijera que contaba con él, que averiguaríamos lo del virus juntos.
Cierro mi mano en un puño, esa que tengo encima de la mesa y me levanto.
-Perdió a Sebastian pero el otro decidió irse.- Murmuro enojada. Si eso le hizo a su propia madre...
Sacudo la cabeza.- Creo que es mejor que nos vayamos, podemos discutir lo de Old Town después.
Sam se levanta antes que James y en secreto se lo agradezco porque si no los hubiésemos levantado la charla hubiese ido directo hacia un nombre que no quería mencionar.
Me despido de mamá y le ruego que tenga cuidado, luego voy junto a James al auto de Sam.
Sam conduce, James va en el asiento de copiloto hablando con él, yo voy en el asiento donde ayer estuvo Max y estoy tratando de no ponerme paranoica. Ni siquiera puedo preguntarle a Sam si lavó el auto porque primeramente. Se suponía que no estuve aquí con él.
La bodega quedaba en esos barrios peligrosos, de los que según mamá, alguien siempre llegaba apuñalado o con herida de bala al hospital. La bodega estaba a un lado de la calle. Verjas de alambres rodeaban todo el perímetro de esta. Parecía realmente abandonada, sus paredes están hechas de hierro, de hecho toda su estructura parece de ese material. Sam y James se bajan primero y yo voy detrás, estacionaron una cuadra antes por cualquier cosa. La calle parece desierta, esta llena de periódicos esparcidos y basura. Las casas parecen a punto de caerse por lo maltratadas que están, ésta zona parece realmente abandonada.
James le toma la mano a Sam con mucha masculinidad y entonces de mala gana, Sam me tiende la otra a mi.
Aquel familiar revueltijo llega a mi estómago cuando nos teletranspprtamos dentro de la bodega.
Hay papeles tirados por todo el suelo, mesas vacías y volcadas, huele realmente mal, me supongo, es por el cuerpo de Tessa. El techo es realmente alto y hay un segundo piso. Una barandilla da vuelta al rededor del segundo piso, un largo pasillo lleno de puertas es visible desde abajo, me pregunto qué habrá detrás de cada puerta. Recorremos varios pasos hasta llegar hasta la parte trasera de la escalera que da al segundo piso. Sam quita un cartón viejo y revela una puerta secreta. Jala de ella y deja al descubierto unos escalones hacia el sótano. Sin esperarnos a James o a mi, entra de primero.
-No te asustes.- Me dice James.- El cuerpo de Tessa está...
Según lo que había aprendido de las películas, ella estaba totalmente abierta. Me sentí mal por ella y su cuerpo, su espíritu no debía estar muy feliz conmigo en estos momentos.
Bajo los escalones y me topo con luz y un gran espacio lleno de computadoras, mesas de trabajo, mesas médicas, camillas, instrumentos de laboratorio, monitores, al fondo veo... El cuerpo de Tessa envuelto en una capa negra y a Max acostado en otra camilla, con el aparato que nos hace escuchar y saber el ritmo de su corazón conectado a su pecho. Respira, veo su pecho desnudo subir y bajar.
Esto es un laboratorio. Y ahí está Drew, sentado en el escritorio al final de este, es un escritorio grande de caoba lleno de documentos y una computadora encendida en una esquina. Él se para al vernos y nos saluda. Sam no se molesta en contestarle el saludo, se sienta en uno de los sillones que por cierto parecen bastante cómodos.
-Hola, tú debes ser Abby, James me ha hablado mucho de ti.
Miro a James de reojo.-¿Ah sí? Espero que cosas buenas.- Digo sonriendo y tendiéndole mi mano.
-Claro que sí. Me alegra que te unieras a esto, será un placer trabajar con su hija. Puedes observar lo que quieras pero te aconsejo que no toques nada de las mesas, puede ser tóxico o puede estar contaminado. Mientras, necesito hablar algo con James.
Los dejo y me paseo por el lugar.
No es pequeño y estrecho.
Parece como el primer piso del hospital, pero con mejores muebles. Creo que hasta huele a hospital.
Me voy a las mesas que están cerca de los escalones. Contienen objetos corto punzantes.
Trato de no ver las camillas en una de las esquinas, en dónde Max está acostado y la otra en donde Tessa yace muerta.
Supongo que el hombre, Drew vino hoy por la mañana o ayer por la madrugada porque parece estar avanzando bastante, lo sé porque hay tubos de ensayo llenos de lo que parece ser sangre u otras sustancias. Me sorprende que James y Sam consiguieran ambientar el lugar a la perfección. Aquí abajo incluso las paredes parecen recién pintadas.
Estoy de espaldas a Sam pero puedo sentir su mirada. ¿Estará pensando en las muchas formas de asesinarme?
Estoy por girarme cuando James me llama.
Hago mi camino hacia ambos que para mi desgracia examinan el cuerpo de Tessa.
Tessa está en la camilla de el fondo, la última. Hay como diez camillas y Max está en la primera, bastante apartado de ella. Sigue sedado.
James me entrega una mascarilla como la que él está usando y me la pongo.
-¿Lista?- Pregunta. No, no lo estoy. Me esfuerzo en no vomitar por el dolor y asiento. Escucho pasos detrás de mí y luego me doy cuenta de que Sam está justo a mi lado, no lleva mascarilla, su rostro está en blanco, sin muecas de asco o disgusto, supongo que está acostumbrado a este tipo de cosas.
El cuerpo de Tessa queda al descubierto de momento a otro y yo me tambaleo. Está desnuda, completamente desnuda.
Hay una abertura en su frente pálida, la sangre coagulada ya no se derrama. Todo su cuerpo parece entre color ceniza y azul. Debe estar completamente frío. Hay una gran brecha desde su pecho hasta su estómago. La han abierto para estudiarla desde adentro. Por suerte no veo los órganos, no creo resistir a eso. Trato de no ver más allá de lo necesario.
-Hay algo que descubrí.- Dice Drew. Parece más adulto con sus gafas puestas a pesar de que tiene al menos unos veinticinco años.- Encontré una cicatriz en la pierna de la chica.- Con su mano enguantada toca la pierna de Tessa. De inmediato comprendo. La cicatriz de la que habla es la mordida que recibió de un perro. Pero cuando veo dicha cicatriz me quedo de piedra. ¿Por qué está cicatrizada? No debería estarlo, la vez que la vi cuando ella estaba muerta en su cama, aquella herida estaba en carne viva, se miraba muy mal y olía peor, como si se estuviese pudriendo. Ahora aquella mordida no era más que líneas pálidas en forma circular incluso más pálidas que su cuerpo.
-No puede ser.- Murmuro acercándome para verla mejor. Ahí está delineada la mordida, las líneas lo delatan.
-¿Qué dijiste que fue lo que la mordió?- Pregunta James. Se refiere a cuando les conté esa noche que mi compañera estaba enferma y que quería verla. Les conté que un perro la atacó y la mordió.
-Un perro.- Digo sin aliento. Petrificada por lo que veo.- Pero esto no está bien, no tendría que estar cicatrizada, la última vez que vi la herida estaba en carne viva, murió así. Creo que la herida se infectó y luego tuvo fiebre.- Estoy hablando torpemente, no sé si me están entendiendo.
-Eso no fue de un perro.- Dice Drew.- No tiene las marcas de los colmillos, parecen más... Como de... No lo sé, es demasiado extraño. Y lo que es más extraño aún, es que el otro chico también tiene una mordida en su hombro bajo.- Nos hace señas y lo seguimos. Con cuidado voltea a Max y retira la venda de la herida. Y ahí está, la misma herida que le vi a Tessa, sólo que ésta parece ser más limpia, distingo los dientes, la carne apenas y está desgarrada. Pero parece igual de infectada que la de Tessa del mismo color entre morado y azulado e incluso había pus en la herida. Hago una mueca de asco.
-¿Cómo es posible que tengan la misma herida?- Pregunto mirando a Drew que suelta aire preocupado.
-No lo sé pero no creo que a Max lo atacara un perro también. Sería demasiada coincidencia.
-Ni siquiera parece una herida de ese tipo.- Comenta Sam.- Parece más como el mordisco de una persona.
-¿Y por qué la herida de Tessa cicatrizó de esa forma?
-Espera.- Dice James. Veo su cara es como si acabara de tener una revelación.- Tessa quería ¿cómo fue que dijiste? ¿Ella quería comerte?- Trago saliva y vuelvo a ver la herida de Max. Es verdad, ella me atacó porque quería alimentarse... de mí.
-Alguien los mordió.- Dice Sam en voz baja y analizando la situación.- Si Tessa quería alimentarse eso puede significar que... se alimentaron de ella.
-¿Estamos hablando de canibalismo?- Pregunto asqueada y aterrorizada.
Sam asiente aún viendo la herida.
-Eso parece.
Dios santo.
-Uniendo las piezas.- Dice Drew.- A ambos los mordieron, entonces la mordida los mata.
-¿Pero qué es lo que los trae a la vida?- Pregunta Sam.
Incluso con el extremo de la situación él no parece estar tenso o preocupado.
-O puede que la misma mordida.- Dice James con brazos cruzados.
Algo suena en alguna parte y me sobresalto, soy la única ya que veo a James y a Sam por señales de si están listos para atacar. Pero ninguno se mueve, Drew a paso tranquilo va hacia un aparato con muestras de sangre, las saca y analiza en silencio. Cuando me giro hacia Sam que sigue en la misma posición, parece estar sonriendo de lado, pero la sonrisa es tan pequeña que no sé si es real o me la estoy imaginando.
-Los análisis están completos.- Dice Drew mirando su computadora.
-¿Y qué tal?- Pregunta James.
Yo estoy pérdida. No sé de qué análisis hablan.
-Sam fue al apartamento de Tessa y encontró cabello en su cepillo.- Explica Drew para mí.- Lo utilizamos para saber si ella era una origen antes de cambiar, no podíamos usar su sangre ahora ya que está contaminada y puede hacer variaciones así que tomamos una muestra vieja. Y da positivo. Ella era una Origen antes.
Mi respiración se corta ante la pesadez de las palabras.
Tessa lo dijo aquel día en la librería. Era como tú.
En verdad lo era. Lo que significa que el virus afecta a los Orígenes. Estamos jodidos, realmente jodidos.
-Y luego el resultado de Max, también es positivo, es un Origen.
-Coincidencia.- Dice Sam.- No lo creo.
-Podemos enfermarnos entonces.- Dice James.
-Ahora solo queda saber si los humanos también son vulnerables a esto. Si no es así entonces los doctores ya lo saben y por eso mantienen a toda esa gente con fiebre aislada.
-¿Y que pasa con el método de transmisión?- Pregunta James.-¿Cómo se contrae?
-Hasta ahora, la única respuesta es por medio de la mordida.
-¿Algo así como zombies?- Pregunta Sam con sarcasmo.
Drew se encoje de hombros.- Supongo que así es, al parecer el virus los hace querer carne cruda, también tenemos que saber si se alimentan de carne humana o sólo de nosotros.
-Dios mío.- Digo. Es como si escuchara pero todo pero no lograra creerlo.
Es demasiada información para procesar.
-En resumidas cuentas.- Digo para ordenar mis pensamientos.- Ellos necesitan alimentarse y lo hacen de Orígenes y Medio Orígenes, pero si nos muerden, automáticamente tendremos el virus dentro de nosotros, eso significa que tendremos unos cuántos días más de vida antes de que caigamos gracias a la fiebre, nos matará y luego ¿qué? ¿Volveremos a la vida como Tessa?
Drew asiente.- Sí, por loco que suene, así es. Un virus Caníbal supongo.
-Tenemos que averiguar si esto afecta a los humanos...- Insiste James. Entonces Sam explota.
-¿Por qué?- Pregunta en tono confuso y enojado.-¿Acaso no estás escuchando? Ellos mantienen a varios como nosotros atrapados. Seguramente haciéndoles pruebas como ratas. ¿Por qué salvarlos? Si sabemos que cuando todos sepan que existimos vendrán por nuestra cabezas. Que se mueran, me da igual.
-¿Qué estás diciendo?- Pregunto.-¿Los dejarías morir?
Ni siquiera duda al responder.
-Claro que sí, ellos no dudarían en matarme.- Su odio ya no es hacia mi sino hacia los humanos.
-Sam, no es sólo por ellos sino también por nosotros.- Dice Drew.- Si ellos también se infectan al igual que nosotros, significa que en determinado tiempo no quedará nadie sano en la tierra. Tenemos que estar seguros. No tenemos muestras humamas, ahora que tenemos a Max que prácticamente es el virus andante, podemos utilizar la sangre de un humano y ver la reacción de los glóbulos y células.
Sam niega con la cabeza de manera exasperada. ¿Tan egoísta es?
-Lo haré, pero solo porque será para nuestro beneficio. ¿Qué hay que hacer?- Pregunta.
James es quien contesta.- Sarah puede conseguirnos una muestra de sangre.-La tendremos para mañana.
-O para hoy.- Digo yo.- Puedo traerla, fingir que la visito para el almuerzo como siempre hago pero en realidad ir por la muestra, así nadie sospechará nada.
James no responde al instante, veo la duda en sus ojos.- Probablemente hay mucha seguridad en el hospital, pueden registrarte en la entrada y la salida. Es muy arriesgado.
Nos quedamos en silencio hasta que yo hablo.- Si es así, también la registrarán a ella cuando salga.
-Entonces iré contigo, nos teletransportaré.- Dice Sam. Pero cuando lo veo no parece divertido como la otra vez, ahora me queda realmente claro que es por trabajo. Asiento y miro a James.
-¿Te parece?- Le pregunto.
Parece dudoso pero asiente.- La cuidas.- Le dice a Sam.
-Claro.- Contesta él de manera seria.- Entonces hagamos esto.
Le tiendo la mano justo cuando el me la tiende a mi así que nuestros dedos chocan. La sacudió por el dolor y luego envuelvo mis dedos con los suyos. Miro a James antes de desaparecer.
Estamos en el baño de hombres, no sólo en el baño, en uno de los cubículos pequeños y mal olientes.
Choco contra su pecho, me tambaleo lejos tratando de no tocar nada y hago una mueca al fallar.
-Llama a tu madre.- Dice en tono cortante.
Le marco, contesta al instante y me advierte sobre las revisiones, así que es cierto. Le digo sobre la bolsa de sangre y dice no puede conseguirnos toda una bolsa ya que la sangre está protegida ahora, lo que puede hacer es sacarle sangre a uno de sus pacientes, pero será apenas lo suficiente para un par de muestras. Acepto y me dice que espere, le digo dónde estoy y eso es todo.
Sam está en silencio y yo igual.
Pienso en todos esos Orígenes y Medio Orígenes que están encerrados aquí.
Deben estar sufriendo mucho.
Lo haría, conociéndome, los sacaría de aquí pero hay un problema. Ellos están infectados, si salen, de igual forma será un riesgo para nosotros. Ellos buscarán comida, lo comida se contaminará (la comida somos nosotros.)
Esto sin duda es cosa de los Primeros. Es así como van a acabarnos. No serán ellos directamente, nos usarán unos contra otros nuevamente y nos harán desaparecer.
Esto es letal y aunque Sam lo dijo de broma, se parece mucho a lo que los zombies son, la diferencia es que los Orígenes Caníbales están conscientes cuando reviven, cuando atacan. Pero hay algo que cambia, puedo saberlo por Tessa, ella parecía no sé, malvada cuando apareció, ya no quedaba nada de la chica dulce que conocí. Y en sus ojos antes de matarla incluso pude ver oscuridad. El virus no nos cambia sólo por fuera ¿nos cambiará por dentro también?
Las manos de Sam en mi cintura me sacan de mis pensamientos.
Abro la boca para preguntar qué le sucede pero entonces escucho las voces masculinas entrando al baño. Miro a Sam, él me levanta suavemente del suelo y me coloca sobre la taza del inodoro para que ellos no vean mis piernas. Está de espalda a la puerta del cubículo. Me indica que coloque mis manos en sus hombros para estabilizarme.
Nos quedamos en silencio.
Ellos sólo podrán ver a una persona dentro. Espero que mamá no llegue en este momento.
Me escucho contener el aliento para guardar silencio y entonces uno de los hombres habla.
-Ellos dicen que es Dengue, que es a causa de mosquitos. ¿Tú te crees eso?- Le pregunta uno al otro. Miro a Sam, está igual de atento que yo.
-Claro que no, pero no es de sorprenderse, el gobierno sólo suelta lo que quiere, pero sé que es algo malo, es demasiada gente aislada, no me sorprende que se les salga de las manos en cualquier momento.
-Mi primo es reportero, ha estado investigando, colándose y dice que la policía está involucrada, pero nadie habla al respecto, dice que encontró algo, que lo soltará este fin de semana.
-¿Algo grande?- Escucho como el otro ríe como si de verdad fuese gracioso.
-Muy grande amigo.- Y entonces salen.
Miro a Sam.
-La gente ya está sospechando.- Murmuro.
-Sabíamos que esto pasaría. Si ellos no hablan, el pueblo los hará hablar.- Contesta él.
Entonces mamá llega con las muestras de sangre.
-Nos vuelve Caníbales- Parece horrorizada, no la culpo.-¿Qué clase de virus es ese?
-Uno creado por los Primeros, estamos seguros.- Contesta Sam.- Creo que sería mejor si no viniese a trabajar más, esto nos afecta a todos y no sabemos si la mordida es la única forma de contagio.
Mamá asiente.- Bien, será mi último día.
-Cuídate mucho, mamá.- Digo abrazándola.
-Igual, cuídense.- Se despide.
La veo irse, la puerta del baño se cierra y nos quedamos a solas. Miro las muestras en mi mano, muestras de sangre humana. La clave de la verdad.
Los Orígenes podíamos contraer este virus gracias a la mordida de un Origen Caníbal pero ¿Quién fue el primero en ser infectado?
¿Cómo es que pueden volver a la vida y ser capaces de cicatrizar sus heridas de forma veloz? ¿Qué más saben los humanos? Y lo peor ¿Qué piensan hacer con nosotros?
Todo está hecho un borrón, todo es tan confuso. Jamás imaginé que esto llegaría a ser de esta forma.
Un virus mortal, una revolución que se avecinaba... Las cosas no hacen más que empeorar.
Aquí otro capítulo :) sé que están ansiosos por volver a leer sobre Caín y el grupo y sé que los he hecho esperar bastante pero les aseguro que todo va a su tiempo pero como no me gusta hacerlos sufrir (No demasiado jajaja) les dejo un poco sobre Zack 💓
Tal vez algunas cosas aún no estén claras sobre lo que sucede y está bien, es demasiada información pero todo se irá aclarando mediante los capítulos sean publicados. Tengan la mente abierta por cualquier pista. ¡Nos leemos pronto!
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