Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7

Pasé las siguientes horas, a solas, sin auto y sin comida en la nevera hasta que por fin escuché la puerta abrirse seguido de voces masculinas. Bajé a toda prisa las escaleras y me encontré con James y Sam en la planta baja.
Sam me miró bajar y me guiñó un ojo de forma tranquilizadora y relajada. Pero ahora su gesto no me parecía igual que antes, me refiero a inocente, ahora sabía que él era alguien peligroso, alguien que no dudaría en matar si se daba el caso. Me estremezco al pensar en nosotros solos la noche pasada. Me pregunto si él es uno de esos Medio Orígenes que se opuso a dejar de cazar. Porque sí, hay grupos que dan cazan Orígenes, pero son tan poco numerosos que los Orígenes no dudan en defenderse. Pero él... No lo sé. Ahora cobra sentido esa sombra de peligro en su mirada. Algo macabro se encendía detrás de cada una de sus sonrisas encantadoras.
-¿Algo nuevo?- Pregunto ignorando a Sam.
-Llevamos a la chica...- Dice Sam, al parecer no ha entendido mis indirectas.
-Tessa.- Lo corrijo.- Su nombre era Tessa.
-Bien, llevamos a Tessa a la bodega. El lugar estaba desierto aunque sucio, creo que será el lugar correcto para iniciar la investigación, necesitamos algunas cosas y quizá hasta gente.
-¿Y si alguien llegara a entrar?- Pregunto.
-Hay un sótano escondido.- Dice James.- Y a como dice Sam, será un buen lugar una vez que tengamos lo necesario.
-¿Quién los ayudará a investigar?
-Aún no sabemos, por el momento el cuerpo está escondido.
-De igual forma, pienso que no deberías dejar a tu hija sola, no sabemos si hay más como Tessa.- Dice Sam.- Será mejor que toda tu familia se quede en casa hasta que descubramos lo que pasa.- James me mira mientras él habla. Estoy esperando a que le diga que no es su problema pero para mi sorpresa asiente.
-Tiene razón, debes quedarte aquí.- La ira hierve dentro de mi mientras me giro hacia Sam.
-¿Y tú quien eres para prohibirme salir? Me estoy quedando fuera de esto pero no hasta el punto de dejar mi rutina diaria.- James se tensa y sé que es porque sabe lo que Sam es capas de hacer. Yo aún no del todo pero me hago una idea. Sam sigue mirándome con lo que parece diversión, James sigue tenso.
-No te estoy prohibiendo nada, es una sugerencia para tu seguridad.- Esta vez cuando habla puedo escuchar molestia en su voz.
-Bien, entonces no hagas sugerencias, nunca cumplo con ellas.-
Lo veo sonreír y ahora su sonrisa no me parece creída sino oscura, como esas que usan los asesinos psicópatas antes de asesinar a su víctima. Me sigo regañando a mí misma por no haber descubierto lo que él era antes.
-Me disculpo.- Dice él con voz baja y suave.- No pretendía ofenderte.
Miro a James de reojo, parece no saber qué decir.
-¿Te apetece un trago, Sam?- Le pregunta.
Sam no deja de mirarme pero asiente.
-Claro.- Murmura en el mismo tono suave. James espera a que lo siga pero no se mueve, el tiro le ha salido por la culata, ahora tiene que irse por los tragos. Tensa la mandíbula mientras casi trotando, va hacia la cocina.
Sam y yo estamos solos.
-¿Esto es porque no fui a recogerte, cierto?- Pregunta ahora con el cuerpo más relajado. Oh chico, estaba tan equivocado, ni siquiera me acordaba de ese tema. Se debía a la repugnancia que sentía contra los cazadores, es por la maldita forma en que realmente parece uno, con sus gestos y movimirntos calculados y palabras precisas y yo jodidamente no lo pude ver antes, no vi el peligro frente a mi.
-No, esto es porque ahora ya sé quien eres en realidad.- Murmuro.
Su mirada se oscurece.- Oh, ya veo. ¿Así que ahora me tienes miedo, pastelito? No te preocupes, ya no cazo a los de tu especie.- Frunzo el ceño.
-No te tengo miedo.- Le digo.
-No te creo.- Se encoje de hombros.- Y el por qué no fui, tenía otros asuntos que atender.
-No me importa, planeaba cancelar en cuanto llegaras, me hiciste un favor, te quiero lejos de mí.- Le advierto.- Olvida lo de la otra noche y pretende que no me viste más que aquel día en la librería, no eres mi amigo ni mi consejero ni nada ¿Entiendes?-
Su mandíbula se tensa y la oscuridad sigue poblando su mirada, ahora sus ojos parecen más verde oscuro con motas de negro. Un verde espectacular sin duda, qué lástima que sea un asesino y que disfrute siéndolo.
Y ¿Por qué tanto odio hacia él si nunca me atacó a mi o hizo algo para lastimarme? Porque cazadores como él, dichosos de su trabajo fueron los que mataron a mi padre. Sin remordimientos, sin nada más que ira en su corazón. Los odiaba, a cada uno de esos malditos enfermos. No los culpo a todos pero sí a los que disfrutaban hacerlo, a los que aún ahora con la oportunidad de ser libres, de buscar otra vida, siguen queriendo asesinar.
Sam asiente y baja la mirada antes de regresarla a mí, y en sus ojos puedo ver irritación y desconcierto, seguro he herido su ego de mujeriego.
-Lo entiendo, lo entiendo a la perfección.- Murmura sin apartar su mirada de mi, una mirada que parece lanzar chispas oscuras y justo en ese momento, James entra con los tragos. Los ojos de Sam se posan sobre él.- Ya no serán necesarios, amigo. Nos veremos mañana en la mañana para empezar.
-No hay problema, fue un gusto volverte a ver.
Sam sonríe de manera falsa.- Lo mismo digo.- Y entonces desaparece, desaparece frente a mi. Me sobresalto y miro hacia todos lados hasta que James habla.
-Teletransportación, ese es su don. ¿Qué le dijiste?- Pregunta dejando la bebida que sería de Sam en una mesa.
-Nada importante.- Me encojo de hombros todavía confundida y mirando a mi alrededor. Jamás había oído de se don.
-Te advertí sobre él, es peligroso , no creo que sacarlo de sus casillas sea algo bueno, es vengativo y no acepta conductas superiores a las de él, es una de las cosas que lo hacen peligroso.
-No debiste traerlo aquí entonces, ahora sabe en dónde vivimos.
-Tenía que venir, pasará por mí en las mañanas así que tú llevarás a tu madre al trabajo y luego irás al tuyo.
-Pensé que querías que nos quedáramos en casa.
-No te tendré prisionera, sólo ten cuidado siempre que salgas.
-¿Qué le diremos a mamá?
-Por el momento, nada. Estaba pensando en llamar a otros ex cazadores para que nos ayuden, sólo los confiables, descuida.
-¿Todos ellos estuvieron en esa guerra luchando contra nosotros?- Pregunto.- ¿Incluyendo a Sam?
Él asiente.- Sí, todos estuvieron, incluyéndolo.
-¿Y nos apoyaron con lo de no cazar a más Orígenes y ser de una misma raza? ¿O forman parte de los rebeldes?
-La mayoría huyó después de lo que pasó, no he escuchado mucho sobre ellos desde entonces y Sam... No lo sé la verdad pero al menos nos está ayudando, pero no te preocupes. No creas que no lo investigaré primero.
-Bien.- Digo de manera distraída.
Ahora entiendo por qué Sam preguntó ese día si me había visto antes en algún lado. Ahora sabía el por qué de su pregunta. Seguro fue ese día, el día en que los Orígenes nos enfrentamos a los Medio Orígenes.
Él debió haberme visto, supongo que ahora que sabe que James es parte de mi familia, sabe también que formé parte de esa guerra, una guerra contra los cazadores, contra él.

Los días pasaron, Katy se sorprendió al verme al siguiente día en la librería, la ayudé con lo que pude. Muchos libros estaban dañados, algunos incluso cubiertos de sangre.
-No me habías dicho que te hirieron.- Comentó ese día extrañada por la situación.
-No lo hicieron, no de esa manera, yo... Me defendí a como pude, corté a uno de ellos con la navaja que traía, mi padre me enseñó defensa personal hace años pero estoy oxidada, no pude hacer mucho.- Me había excusado yo.
Ella simplemente asintió con la mirada en los libros.
Pocos sobrevivieron y fueron los que aún estaban sellados. Se tuvieron que comprar nuevas estanterías, para cualquier persona hubiese significado hacer préstamos e incluso cerrar por días pero Katy al ser hija de abogados y doctores, y provenir de una familia adinerada, no tenía muchos problemas.
Así que una semana después, todo estaba como antes.
James no me hablaba mucho sobre si tenían avances y sabía que era para no involucrarme más de lo que estaba.
Vi a Sam una vez más, después de la discusión que tuvimos. Llegó a casa en la mañana cuando mamá estaba presente, James lo presentó como su nuevo asistente en el trabajo y mamá se lo creyó de maravilla. No volví a hablar con él, ese día, ni siquiera me miró.
Hoy estaba en casa limpiando la sala con el televisor encendido cuando escuché las noticias.
Al parecer el brote de fiebre que mamá había mencionado una de estas mañana se había complicado bastante y en ciertas zonas, incluso hay familias en cuarentena.
Y me pregunté enseguida si lo que le pasó a Tessa estaba relacionado con lo que estaba pasando. De hecho, Tessa tuvo fiebre antes de morir por primera vez.
La idea de que mis sospechas fueran ciertas, hizo que me estremeciera.
Iba a comentarle mis dudas a James en cuanto llegara.
Pero no fue James quien llegó temprano, fue mamá.
La situación entre ella y yo seguía tensa pero era soportable.
-Traje lasaña.- Dijo con bolsas en mano. Me levanté del sillón y la seguí a la cocina.- Escuché que asaltaron la librería en que trabajas.
-Ah sí, pérdidas materiales nada más.-
Ella está sirviendo dos platos, uno para ella y otro para mi. Se sienta en la mesa y yo hago lo mismo frente a ella.
La idea de comentarle sobre la propuesta de Katy me enloquece. Pero no estoy segura de cómo lo tomará.
-¿Cómo te ha ido en el trabajo?- Le pregunto.
-Trabajo pesado, supongo que ya sabes sobre la fiebre, te vi viendo las noticias.
-Si, es realmemte preocupante. ¿Cómo crees que la gente se contagia?
-No lo sabemos y eso es lo que más nos alarma, los doctores dicen que no habían visto una fiebre que mute de esa forma, es algo nuevo.- Pierdo el apetito al instante.
-¿Quieres decir que tú no estás al tanto de esos avances?
Ella niega con la cabeza.- Recuerda que soy enfermera, no doctora. Y aunque no esté trabajando en lo que ellos en estos momentos, no significa que no tenga mucho trabajo.- Yo en cierta forma esperaba que mamá avisara si veía algo extraño en los pacientes, algo en común con Tessa y el que ella no haya comentado nada durante esta semana, me dio un poco de alivio porque pensé que había una posibilidad de que no estuviese pasando nada malo, que lo de Tessa fuese algo especial y único pero ahora tenía mis dudas.
-Dijiste que los doctores no saben mucho sobre la fiebre. ¿Por qué eso no ha salido en las noticias entonces?
-Porque eso alertaría a la gente, según ellos.- Dejo el plato a un lado con un movimiento brusco. Si los doctores ocultaban ese pequeño detalle ¿Qué más ocultaban? ¿Qué tal si ellos tienen los mismos síntomas que Tessa y no lo han dicho por temor a cómo reaccionarían las personas? Sam lo dijo, todos se volverían locos si lo supieran. ¿Y si los doctores ya lo saben?
-¿Estás bien? Te pusiste pálida.- Comenta mi madre con el ceño fruncido.
-Estoy bien.- Miento.- Creo que beber tanto café afectó mi estómago. Voy a subir a mi habitación.- Empiezo a levantarme pero ella me detiene.
-Katy me llamó hace un par de días.- Me dice ella.- Y quiso que la ayudara a animarte.
-¿Animarme?- Le pregunto.
-Sí, animarte a aceptar la propuesta que te hizo.- Oh Dios, en serio voy a vomitar.
Me sostengo a la silla.- Sí, eso... No me he decidido aún.
-Pensé que me lo contarías, no que tu jefa lo haría.
-No pensé que me escucharías, estamos pasando por esos días oscuros ¿lo recuerdas?
-Claro, pero ya hemos pasado pro este tipo de días antes, debiste decírmelo.
- Lo sé, perdón.
-¿Y bien? ¿Aceptarás?
-¿Crees que debería?
Se queda callada.- Una vez mencionaste que te gustaría ser parte de una editorial, leer cosas nuevas, conocer nuevos escritores... ahora eso parece lejano.- Vaya que sí, fue hace mucho tiempo, creo que tenía trece o doce.
-¿Y crees que es una idea alocada aún?
-Sé que si quieres el puesto, serás buena en ello.
-Pero no podré ir a la universidad, sin un título no seré nadie.
-Eso es lo que te he dicho toda la vida, y lo he aprendido de mi madre y ella de la suya. Si buscas mi opinión, creo que deberías buscar algo asegurado, algo que a pesar de los años siga ahí, no sabes si tu amiga tendrá suerte o si en un par de años se cansará de administrar la editorial y te dejará sin trabajo. La vida da vueltas, vueltas bruscas y a veces esas vueltas te hacen caer, por eso debes esta lista para lo que venga. ¿Set editora es algo que de verdad quieres?-
Este no era el momento de pensar en mi ni en si quería el puesto de editora. Ese fue mi primer pensamiento antes de que me abofeteara mentalmente. Claro que iba sobre mi, era mi vida, mi futuro.
-No lo sé.- Admito.- Planeaba estudiar derecho así como papá pero... Era más por honrarlo, ahora... No creo estar dispuesta a hacerlo.
-Siempre te ha gustado ayudar a los demás, arriesgarte por salvar al resto. ¿No has pensado en la medicina?- Ahora que lo decía, sí, varias veces pero estaba dividida, no sabía qué camino tomar. ¿Me veía así en el futuro? ¿Con una bata y un estetoscopio en el cuello, corriendo de pasillo en pasillo para atender a mis pacientes? Siempre he admirado a los doctores, miles de vidas dependen de ellos, no todos aprecian lo que hacen pero estoy segura que si yo estudiara medicina y llegase a graduarme, estaría orgullosa de salvar a los que puedan.
-Creo que lo consideraré.- Admito. Y luego sonrío, el día oscuro ha empezado a aclararse.- Gracias, mamá.
Esperé hasta que James llegó a casa y le hice señas para que me siguiera.
-¿Ocurre algo?- Pregunta.
-¿Sospechas que la fiebre de la que mamá habló aquella mañana tenga algo que ver con lo que le sucedió a Tessa?
Él frunce el ceño.-Es una opción pero no hemos confirmado nada.
-¿Sabías que mamá no está en ese caso?
-¿A qué te refieres?
-Mamá no está al tanto de la situación, ella sabe sólo lo básico, que los doctores que atienden en los casos de fiebre no han podido descubrir casi nada sobre esta y que por eso los doctores no han informado mucho sobre la fiebre en las noticias. Mamá dice que es para no alarmar a la situación, lo mismo que Sam dijo que pasaría si las personas se dieran cuenta de lo que pasó con Tessa.
-¿Tu madre dijo eso?- Asiento.-¿ Te lo dijo o preguntaste por ello?- Empiezo a vacilar.-¿No quedamos en que te mantendrías lejos de esto?
- Lo sé, James y lo estoy pero tenía mis sospechas, sólo quería ayudar y al parecer lo he hecho, si quieren respuestas, es mejor que se den una vuelta por el hospital.
-Lo comentaré con Sam.- Dice.- Y gracias, no sabía que tu madre estaba tan alejada de la situación, aunque me alivia el que no esté tan metida en este asunto.

Al siguiente día, cuando llegué del trabajo, me encontré con Sam en mi habitación. Solté un jadeo en cuanto lo vi, él giró su cabeza hacia mi, estaba sentado en el asiento de la ventana, con las piernas estiradas, recostado a la ventana como si fuera su casa. No me dio una sonrisa divertida de esas con que solía saludarme.
-¿Qué haces aquí?- Le pregunto desde la puerta.
-Quería hablar contigo.- Me dice. Abro la boca para hablar pero me detiene.- No es de lo que crees, todo lo de la charla anterior me quedó muy claro. Vine a hablar sobre lo que quieres hacer de ahora en adelante.
Frunciendo ceño lo miro mientras me acerco y deposito mi bolso en la cama.
-¿A qué te refieres?
-James y tu acordaron que te quedarías lejos de esto, él me lo dijo y también me advirtió que no te dijera nada.- Levanto una ceja. Es justo lo que está haciendo.- Pero tú no has cumplido al parecer, James mencionó que descubriste que tu madre no estaba al tanto de lo que pasaba en el hospital, lo que fue de gran ayuda, gracias, supongo. Ahora, tu padre y yo hemos acordado que iré y me colaré en dicho hospital e investigaré lo que pueda. Te preguntarás qué tienes que ver tú con todo eso. Bien, sino he sido lo suficientemente claro, te estoy diciendo que tomes una decisión ahora. Puedes, A: Aceptar mi oferta y estar dentro pero fingir que no lo estás con James e ir conmigo a investigar o B: Quedarte lejos, pero hacerlo realmente no ir por ahí preguntando o averiguando cosas por tu cuenta provocando que seas la diana para un arquero. Dilo ahora o aléjate.
Me quedo sin habla ante su propuesta. ¿Por qué alguien como él quiere hacer eso por mi?
-Debe haber algo que quieras a cambio, supongo.- Le digo haciéndolo fruncir el ceño.
-Sólo que no se lo comentes a James.- Dice serio.- Y no creas que con esto me estoy arrastrando hacia ti para que seamos amigos ni nada de eso, lo hago porque me cae mejor la chica que vi luchando aquel día que la chica que estoy viendo ahora, sentada, sin hacer nada para ayudar.
-Tenía mis razones.- Me defiendo.- Y James lo sabe, por eso acordamos que me mantendría lejos.
-Sin embargo no lo has hecho.- Contracta él.
-No del todo, sólo le pasé información, no me metí en peleas ni...
-Ni mataste a nadie más.- Termina él por mi y es entonces cuando lo capta.- Es eso, odias lo que el matar le hace a tu cabeza.
-Ya sé porqué pensaste aquel día que me habías visto antes.
Levanta una ceja.- ¿Ah sí?
-Sí. Fue en la guerra, el día en que ustedes dejaron de ser cazadores y se convirtieron en Medio Orígenes. Tú estabas ahí, yo también, luchábamos en bandos diferentes.-  Cuando me mira con los ojos entrecerrados mo trata de ocultar su oscuridad con egocentrismo. Ésta vez deja que la oscuridad fluya y que yo la vea.
-Sigo siendo un cazador.- Dice y me hace estremecer. No había estado tan cerca de un cazador sin un arma en mi mano, James no contaba, él era familia y no se divertía cortando cabezas como lo hace el chico delante de mi. El pensamiento de lo que él podría hacerme me hace estremecer. Ni siquiera sé por qué lo he dejado hablar tanto o estar tan cerca. Tenía mi respuesta, quería sacarle información.
-¿Eso quiere decir que sigues matando a los de mi clase?
-No, pero yo nací siendo un cazador y moriré siendo uno, no soy el único que piensa eso.
-James dice que eres peligroso.
Asiente sin vacilar.- Lo soy.
-Y que te gustaba matar y que disfrutabas hacerlo. ¿Es verdad?- Sabía que lo era, confiaba en James y en mi instinto que me señalaba lo peligroso que era.
-Es verdad y no me avergüenzo de admitirlo, y tampoco me arrepentiré de admitir frente a ti que extraño matar a los de tu clase junto a mis compañeros.- Él suspira como recordando viejos tiempos.- Eso era vida. Ahora estoy varado, no soy nada gracias a ti y a tu grupo.- Lo escucho reírse sin gracia. Él estaba loco, completamente loco y transtornado ¿Cómo es que no me había matado todavía? Podía sentir el odio hacia mi, hacia los de mira raza simplemente por existir. Todo un cazador, un cazador podrido hasta la médula.- Estamos en peligro ahora que los Primeros saben que sabemos la verdad, ellos atacarán y cuando lo hagan no será bonito.
-Eres un cínico.- Murmuro procesando sus palabras. Lo había admitido, le gustaba matar, no tenía pesadillas por las noches con los rostros de aquellos que les quitó la vida. Todo lo contrario a mi. Si yo me consideraba un monstruo por lo que había hecho, a él y a sus crueldades ni siquiera podía darles un nombre.
-No tengo tiempo para esto. ¿Te unes o no?- Contesta exasperado.
Le miro, contemplando esta otra versión de él, la verdadera y oscura versión. James no confía en él, no del todo. ¿Qué tal si intentaba matarme?
Seguro esto era una trampa. Sí, debía ser. Sino no estaría aquí con esa tonta excusa...
Y por muy arriesgado que fuera tenerlo aquí, por muy arriesgado que sería aceptar lo que me propone, la duda fluye en mi cabeza. Odiaba matar, sí, pero también odiaba quedarme sentada. ¿Cómo podía ayudarle a James sin ensuciarme las manos. ¿Cómo estar al tanto de todo sin apretar otra vez un gatillo o atravesar con mi daga? Estaba jodido, todo estaba jodido y yo no hacía nada más que lloriquear en mi interior. Quería ser valiente, cooperar pero el miedo no me dejaba. Había una salida frente a mi pero Sam estaba en medio, él bien podría ser mi guía o mi trampa. Para saberlo debía arriesgarme o podía continuar sentada, muriendo lentamente a causa de mis pensamientos grises y rotos. Al mirar al asesino frente a mi me pregunto qué es peor. Ser la cobarde que soy ahora o la persona que fui hace meses en ese campo de batalla.
-Bien, me voy.- Dice levantándose, me doy cuenta de que me había quedado ida, sumida en mis pensamientos.
-¡No!- Exclamo, demasiado alto.- Espera.
Levanta una ceja y ahí está otra vez esa mirada coqueta. Suelto aire.
-No voy a matar a nadie.- Le advierto y eso hace que sonría de lado.
-Eso déjamelo a mi.
-No.- Le advierto.- Nada de matar a gente inocente.- Él bufa rodando los ojos.- Lo digo enserio, pasaremos desapercibidos, buscaremos información y luego saldremos.
Hace un gesto con la mano, restándole importancia.
-Como quieras, tú le quitas la diversión a las cosas.- Y entonces me tiende su mano en un gesto elegante.-Milady...
Oh sí, lo que faltaba, ni siquiera iríamos en auto, sólo poof apareceríamos y ya. Con un resoplido tomo su mano. El cierra sus dedos alrededor la mía y me atrae más cerca. Lo miro con los ojos entrecerrados mientras él luego de un parpadeo, nos teletransporta al hospital.
La sensación es espantosa, es como caer y la sensación es rápida pero cuando aparecemos detrás el hospital, ya en tierra firme, me doy cuenta de que la sensación de caer, sigue ahí. Me tambaleo y Sam me toma de los brazos, yo gruño y lo parto de un manotazo, él se ríe y niega con la cabeza.
-Eres terca.
-Y tú un bruto.- Contesto sintiendo cómo lo que comí en el almuerzo empieza a intentar salir otra vez. Él deja de reír cuando ve mi cara y entonces habla, tenía que hablar ¿No se podía quedar callado?
-Si vas a vomitar, muévete hacia allá, detrás de los arbustos porque de verdad odio estar cerca de la gente que vomita.- Hace una mueca. Yo parpadeo alejando el mareo e ignorando sus estúpidas palabras.
-La próxima vez, cuando de verdad vaya a vomitar, es mejor que no estés cerca.
Cuando estoy estable, lo que me toma un minuto más, ambos entramos al hospital con el perfil bajo. Yo pocas veces he entrado aquí a traerle la comida a mamá cuando está de turno por la noche, pero he estado lo suficiente para saber dónde se guardan algunas batas y cubre bocas.
Es en el segundo piso por lo que tomamos el ascensor escuchando una música clásica, las puertas se abren y Sam me sigue hasta la puerta que dice "Sólo personal autorizado"
-¿Estará vacío?- Pregunto.
-Si no, entonces diles que buscas a un doctor y has como si estuvieses a punto de vomitar como hace unos nminutos.- Ruedo los ojos.
-No ayudas.- Le gruño mientras lo hago a un lado para meter la cabeza por la puerta. Hay camillas vacías en donde los doctores toman una pequeña siesta en sus noches de turno, también hay casilleros en donde guardan cambios de ropa y un cuarto de baño que comparten.
-Está vacío, entremos.- Le digo a Sam.
Cerramos la puerta con seguro y nos avalanzamos a los casilleros. Tienen candados pequeños, miro a Sam que asiente y luego con su mano, rompe el candado como si fuese de plástico.
Yo rompo el otro y busco dentro una bata. La encuentro y uh. Hago una mueca.
-Está cubierta de sangre.- Le digo.
-Sólo son unas manchas, no te vas a morir por eso.- Dice él colocándose la suya que está impecable, incluso planchada. Suelto aire. Vuelcos meterla y rompo otro candado. Bingo, y encontré un cubre bocas también. Me los pongo lo más rápido que puedo.
Me mira de arriba hacia abajo.
-¿A dónde hay que ir?- Le pregunto, porque él es el que sabe sobre el plan ya que James nunca me dice nada.
-último piso, hay que buscar en los archivos un par de nombres que conseguimos.
-¿Personas con "fiebre"?- Asiente.
-Vamos.
Recorremos los pasillos, él lo hace de manera engreída, metido en su papel, con la boca y nariz cubierta lo único que se ve de su rostro, son sus increíbles ojos verdes, eso y sus cejas pobladas de manera impecable.
Yo por otro lado me hice una trenza improvisada para que el cabello no se me meta en los ojos mientras buscamos lo necesario.
El hospital es enorme y lujoso, las paredes crema con un rodapiés de cerámica verde. Hay bancas metálicas en los pasillos, uno de los pacientes levanta la mirada y me saluda con la cabeza. Algo en mi pecho se contrae. Con torpeza le devuelvo el gesto, sonriendo bajo la mascarilla que llevo.
¿Me saludarán alguna vez de esa forma si llego a ser una doctora? ¿Seré una de verdad la próxima vez?
Sam señala una puerta a su izquierda, una que está antes del final del pasillo en donde unas grandes puertas dobles metálicas se alzan, tapando ma vista del otro lado. Hay un aparato con una hendidura larga en medio, me doy cuenta de que se necesitan tarjetas para entrar. Miro a Sam y luego meto la mano en los bolsillos de mi bata, nada. Lo miro, hace lo mismo y su mirada se ilumina cuando la encuentra.
Miro el nombre en su tarjeta y me río en voz baja.
-Es un gusto trabajar contigo, Lisa Rogers.- Sam rueda los ojos y pronuncia "Ja já" sin gracia alguna.
La puerta se abre y la cerramos tras nosotros.
La habitación frente a nosotros no es ni muy grande ni muy pequeña, las paredes están cubiertas por archiveros con letras del abecedario escritos en tickets blancas.
-¿Cuáles son los nombres que debemos buscar?- Le pregunto.
Se mete la mano en el bolsillo de su pantalón oscuro y desdobla una página blanca.
Hay tres nombres en la lista.
Dayana Roberts
Savannah Collins
Max Barrow.
Todos con fiebre.
-Busca al chico.- Me dice Sam empezando a buscar las letras correspondientes en los archiveros.
Están ordenados por apellidos así que busco la B.
Hay un archivero entero para la B, ahora sé por qué hay tantos, cada palabra es un archiveros, y por lo que parece, están todos llenos.
Encuentro la Max Barrow justo cuando mi celular suena. Sam me lanza una mala mirada y yo lo apago para no hacer ruido.
Pero la carpeta está vacía, el único documento contiene su nombre, fecha de nacimiento, número de cédula y cosas personales. Nada sobre su actual enfermedad o las anteriores.
-Está prácticamente vacío.- Le digo a Sam quien revisa otra carpeta vacía.-¿Qué crees que signifique?
-Que los doctores no quien que nadie más sepa sobre sus pacientes.- Comenta distraído.
Miro la foto de Max y me pregunto si él estará aquí.
-¿Crees que no dejen salir a los enfermos?
-¿Te refieres a cuarentena?- Asiento empezando a temer por lo que viene. Si incluso los doctores quieren ocultar la información, significa que es algo de qué preocuparse. El gobierno puede estar metido en esto. Los humanos son explosivos, piensan más con la política y la religión que con la cabeza y el corazón, por eso se han dado tantas guerras, tantas muertes. Y los Orígenes y Medio Orígenes no somos tan diferentes a ellos en ese aspecto.
-¿Crees que podamos buscarlos?- Frunce el ceño.
-Es demasiado arriesgado, James sólo pidió los documentos.
-Los documentos no están.- Lo corrijo.- Lo que significa que fracasamos en buscar incluso unos papeles.
Suelta aire.- Ni siquiera sabemos en dónde se encuentran éstas personas.
-Pues lo averiguaremos, no tiene que ser hoy, puedo investigar cuando mamá tenga turno.
Me mira sin expresión alguna.- Te estarías arriesgando demasiado.
-¿Y?
Rueda los ojos.
-Eres terca, pastelito.
-No me llames así, esto va en serio.
-No puedo acompañarte siempre, James sospechará.
-Puedo hacerlo sola.
-Se suponía que trabajamos juntos, que justo te ofrecí esto para que no anduvieras buscando problemas sola.
-¿Entonces no haremos nada?- Pregunto cruzando los brazos.- Qué fácil te rindes.- Sam se ríe.
-Deja de retarme, pastelito que de los dos, yo soy el que más peligros ha corrido.- Sonríe de manera satisfactoria pero su comentario no me causa gracia, a lo que se refiere es que ha asesinado a muchos Orígenes en su vida y que lo ha disfrutado al máximo. ¿Cómo puede no arrepentirse de lo que hizo? Yo lo hago a diario, pensando en qué otro método pudimos haber usado para evitar la matanza. Y me doy cuenta siempre que si Jesse no hubiera atado a James al árbol, él hubiera llegado a tiempo para advertirle a los Medio Orígenes lo que sucedía, así el líder hubiera sido desenmascarado y asesinado, sólo él, nadie más.
Pero no fue así, todo se complicó y hubieron muchas muertes más.
-¿Entonces, lo haremos?- Pregunto.
-Bien, tienes que darme las fechas en las que tu mamá está de turno para pasarte trayendo.
-Claro, pero hay algo más.
-¿Qué?
-Tienes que darme la información que tienen hasta ahora. No sé nada, así no puedo avanzar y seré un estorbo, tengo que estar al tanto de las cosas.
Me mira con los ojos entornados, es como si se pensara mis palabras, seguro se está arrepintiendo de haberme traído. Pero suelta aire resignado.
-James llamó a unos ex compañeros, vienen en en unos días, quizá semanas, hasta ahora hemos limpiado el sótano de la bodega para usarla como un laboratorio, hemos comprado instrumentos, computadoras e incluso armas y las hemos estado ocultando ahí, es como nuestra guarida secreta ahora. ¿Feliz?- Pregunta sarcástico.
-Estoy de todo menos feliz, no sé cómo puedes siquiera mencionarlo.
Rueda los ojos.- Y ahí vamos otra vez.-
Entonces escuchamos los pasos y dejamos de hablar, nos quedamos mirándonos y justo las voces acompañan los pasos.
-El doctor J se encargará de ello, mientras tanto, que nadie más pase.- Sam y yo cerramos los archiveros y dejamos las carpetas vacías dentro ya que no van a servirnos de nada, entonces Sam me da la mano y  cuando la puerta se abre, nosotros desaparecemos.
Aterrizo en mi cama y Sam en el piso. La diferencia es que él cayó de pie y yo no. Me incorporo sintiendo ese mareo otra vez. Demonios, ¿Cómo puede aguantar esto?
Sam se ríe entre dientes.
-¿Estás bien, pastelito?
Suelto aire y asiento.- Tengo que irme.- Dice.- James se empezará a preguntar dónde estoy. ¿Cuándo actuaremos?
Me enderezo, me aliso el cabello y lo miro seria, así, como si no me importara nada, como si yo no estuviera temblando por dentro.- Dentro de dos días.

Aquí un capítulo sorpresa 7v7
Gracias por leerme, gracias por votar y comentar, sobre todo por comentar, me encanta que interactuemos, siento que los conozco un poquito más de esa forma
-Lectorac24

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro