Capítulo 6
Recuerdo el sueño que tuve esta mañana, lo recuerdo claro como el agua.
Fue sobre la noche en que conocí a Jesse. Las mismas sensaciones que sentí cuando lo vi por primera vez, fueron sacados de una caja cerrada con llave y expuestos al aire. El recuerdo de sus ojos posados por primera vez sobre mi, me hizo estremecer, sus palabras, aunque frías en ese momento me hicieron sentir una sacudida en mi pecho, su olor se mantuvo conmigo hasta cuando desperté y luego me quedé unos veinte minutos más, acostada y viendo hacia el vacío, tratando de calmar a mi corazón y el dolor en el hasta que el despertador sonó. Odio cuando aún sabiendo que algo no pasará, tengo esperanza de que suceda.
"¿Me escuchas, corazón? Jesse no volverá y aún si lo hiciera, jamás volvería corriendo a sus brazos. Así que acéptalo y sigue adelante, no hay nada que ver aquí."
Con eso me levanto lo más rápido que puedo y me alisto para bajar a desayunar.
James me saluda cuando entro, mamá no. Pero eso no es lo que me hace querer correr de regreso hacia mi habitación. Es el vacío en la mesa, en donde mi hermano se sentaba a tomar café por las mañanas. Me siento sin decir palabra y James me entrega una taza de café.
-¿Te sentó bien salir ayer? pensaba que volverías un poco más tarde.- Dice en voz baja para que sólo yo lo escuche y antes de responder, miro a mamá que está distraía con la comida.
Me planteé el decirle que volví temprano porque casi muero y un desconocido (cuyo nombre sigo sin conocer) me salvó. Pero eso lo hubiera puesto paranoico y posiblemente no me dejara "tomar aire" más seguido.
-Sólo conduje por aquí y por allá hasta que me sentí mejor. Pero no te preocupes, llené el tanque de gasolina antes de volver.- Mamá se aproxima, ambos callamos.
Coloca un plato de huevos y tocino frente a James y frente a mi y cuando cree que ninguno lo vemos, ella le lanza una rápida mirada al asiento vacío a mi lado que ahora está vacío.
-¿Algo nuevo en el trabajo?- Le pregunto en voz baja. Ella me mira y puedo descifrar que la rabia bajó ahora.
-No mucho.- Admite para mi sorpresa, pensé que me ignoraría.- Aunque ha habido un brote de fiebre ésta última semana, algo así como la fiebre amarilla. Les diría que se cuiden pero ya saben, no nos enfermamos, aún así tengan cuidado.- Nos dice a James y a mi.- No queremos que sospechen de nuestras altas defensas.
Eso es de lo último que hablamos, luego nos levantamos, yo me lavo los dientes y los sigo al auto. El asiento a mi lado sigue vacío y el recorrido es más corto. Ahora sólo dejamos a mamá en la clínica y vamos directo a la librería. Me cruzo al asiento de copiloto de momento a otro.
-¿Sientes el vacío?- Le pregunto a James.
James asiente.-Demasiado.
En todos estos meses que él estuvo con nosotros, mi hermano y yo lo evaluamos las veinticuatro siete hasta que confirmamos que él sería el correcto para mamá. Al principio dormía en una habitación a parte o bueno, eso decían, en mi opinión, creo que luego que él yo dejáramos de ejercitar, se cruzaba a la habitación de mamá pero bueno, eso nunca lo dije en voz alta. La cuestión es que, tanto Jared como yo, nos encariñamos de él, fue como el padre que una vez perdimos. Y fue ahí, en ese momento cuando me di cuenta que lo quería, que el rencor hacia Jesse aumentó. Porque él iba a asesinar a James, fue él quien lo ató a ese árbol cuando James logró escapar de la trampa que los "cazadores" le tendieron, Jesse lo ató por órdenes de su padre y ¿por qué? porque James ya sabía sobre la verdad de Los Primeros y no querían que uno de sus soldados los delatara. Así que enviaron a Jesse, si no hubiéramos llegado a tiempo, James no estaría aquí con nosotros. James había tenido que explicarnos lo que le había pasado y cómo llego a ser atado a ese árbol así que ese día me miró con dolor y empezó a hablar.
"Lo siento" había murmurado James al terminar de hablar y ver las lágrimas salir de mis ojos. Ni siquiera fue su culpa y se disculpó, y Jesse ni siquiera eso dijo antes de marcharse, sólo lo hizo.
-James, quiero confesarte algo.- Le digo mirándolo, él me mira de reojo y asiente.- Jared y yo... te vemos y queremos como un padre.- Lo que pasó a continuación fue tanto gracioso como terrorífico. El volante se le desvió un poco por lo que se salió hacia el otro carril justo cuando un camión venía de frente. Grité y en eso, él regresó a nuestro carril correspondiente.-Demonios.- Murmuro con los ojos abiertos. James me mira de igual forma.
-L-lo lamento, no, no esperé escuchar eso.- Le sonreí a pesar del susto. Era la segunda vez que casi muero en el año y dos veces seguidas por Dios, denme una maldita medalla.
-Bueno, es la verdad y Jared te llamó de esa forma en una carta de despedida que me escribió. Decía "cuida de mamá y de papá"- Trago aliva antes de continuar.- James, quiero que sepas que lo que te sucedió aquella vez durante la guerra... lo que Jesse te hizo, jamás volverá a suceder, soy capaz de asesinar a cualquiera que te quiera hacer daño a ti o a mamá, no me importaría tener las manos rojas una vez más con tal de que estén a salvo.- Hemos llegado a la librería pero no me muevo, espero su reacción, espero que haya alguna. Luego de un segundo, la hay.
-Yo... me siento honrado de que me consideren una figura paterna... no, no había tenido unos hijos antes y... yo también haría cualquier cosa por ti, por todos ustedes. No quiero que olvides a tu padre, tampoco quiero reemplazarlo pero no renunciaré a quererlos como si fuesen míos.- Agarra mi mano.- Desde el momento en que me salvaste ese día, cuando se suponía que yo te cuidaría a ti, supe que si alguna vez me daban la oportunidad de formar parte de ustedes, los haría felices a cualquier costo. Eso no ha cambiado, más que tu... padre, quiero ser tu compañero y si las circunstancias llegan a... a cambiar, quiero ser incluso tu aliado.- Sus palabras me dejan sin aire. Mi pecho se llena de felicidad mientras sonrío.
-Gracias, papá.- Me abraza con fuerza. Nunca pensé que encontraría a alguien como él, tan bueno para mi madre, tan bueno para mi hermano y para mi. Es perfecto.
Katy está detrás del mostrador contando el dinero de la caja y cuando me ve aún creo que veré tristeza por lo de Tessa, ya que ellas eran un poco más unidad pero no es, así, sus ojos brillan.
-Te tengo una buena noticia.- Dice Katy.- Mi padre compró una editorial este fin de semana, es empresario y la dejó a mi nombre, quiere que sea la directora.- Mi boca se abre por la sorpresa.
-Oh, felicidades, sé que lograrás llevar adelante el proyecto, tienes ese toque, en serio.- Ella sacude la mano y me mira divertida.
-No, espera, no me dejas terminar de hablar por Dios.- Se queja.- Lo que quería decirte es que me gustaría mucho que trabajaras conmigo, verás, tienes buen gusto en literatura, has leído cientos de libros y sé que sabrás reconocer el talento de los nuevos escritores, quiero que seas mi editora.- Me quedo sin habla, yo, yo no sé que decir, la idea me parece alocada pero al mismo tiempo increíble y según yo, demasiado bueno para ser verdad.
-Y-yo... no, no lo sé...
-Te pagaré bien, el salario que estás ganando aquí, no será nada en comparación con lo que te pagaré siendo mi editora.- Oh por Dios, esto no está pasando.
Trabajar en una editorial era un sueño lejano que tuve cuando empecé a leer, al igual que el trabajar en una librería o ser escritora. Ahora la idea aunque me seguía pareciendo fascinante, me sonaba aloca. Yo ni siquiera había ido a la universidad aún y tampoco sabía lo que estudiaría el próximo año, ésta oportunidad puede ser mi salvación pero al mismo tiempo mi perdición. Es algo que debo pensar.
-Me encantaría trabajar contigo, aunque debes saber que no he sido preparada para esto, apenas unos meses salí del instituto, como ya sabes y si lo piensas bien, hay cientos de personas más adecuadas que...-¿Qué demonios estoy diciendo? ¿Me estoy menospreciando a mi misma diciendo que puede haber alguien mejor para el trabajo? La conversación con el chico de los ojos verdes viene a mi mente. Buscar cosas que me gusten, con que me sienta cómoda. Suspiro. Tengo que recordarlo.- Lo lamento, estaba hablando sin pensar, lo que quiero decir es... ¿puedo darte mi respuesta mañana?- Ella asiente de manera energética.
-Por supuesto, me encantaría saber tu respuesta, eres genial Abby, sé que si aceptas, serás perfecta para puesto.
El resto de la mañana me la pasé con una sonrisa enorme en mi rostro. La idea de ser una editora me emocionaba aunque no podía serlo así por así. Tenía que prepararme un poco si es que llegaba a aceptar. Era una decisión complicada, riesgosa que definiría mi futuro.
Estaba agrupando unas facturas cuando escuché su voz.
-Buenos días, pastelito.- Mis ojos recorren su rostro. Sonríe abiertamente con un pastelito de chocolate y una pequeña vela encendida en la mano. Me río nerviosamente ignorando su apodo ridículo hacia mi.
-¿Qué es esto?- Pregunto tomándolo con cuidado sin dejar de verlo a él. Se encoge de hombros.
-Bueno, tú no comiste pastel en tu cumpleaños, pensé que era lo menos que podía hacer para arreglarlo.- Su voz es baja y relajada al igual que su postura. Viste una gabardina negra con el cuello en alto, toda su ropa era oscura... como su alma.
Fruncí el ceño ante sus palabras y su gesto.¿Por qué él haría esto? ni siquiera me conoce.
De pronto, las cientas de charlas que tuve con Cody vinieron a mi mente. Esas en donde él hablaba sobre cómo hacía para llevarse a las chicas a la cama, los planes, frases y movimientos que planteaba y usaba con naturalidad. Eso es justo lo que este chico está haciendo, está ligando conmigo, ahora tiene sentido, nadie puede ser tan bueno. Lo veo mal, ya cuando descubrí su mentira.
-Estás tratando de ligar conmigo ¿cierto?- El frunce el ceño e inclina su cabeza hacia un lado, su cabello espeso lo sigue en el movimiento.
-¿Eso crees?
-Conozco los trucos de los chicos, mi mejor amigo es uno y bueno, como que me ha hablado sobre lo que les gusta hacer para llevarse a las chicas a la cama.- Levanto una ceja, la velita amenaza con apagarse y él rápidamente forma un círculo con sus manos para proteger el fuego de extinguirse, no ha dejado de verme curioso. El fuego no se apagará si no quiero, pero eso él no lo sabe.
-Déjame decirte algo, yo no hago cosas como estas para llevarme a las chicas a la cama, sólo me acuesto con ellas, les doy la mejor noche de su vida y luego adiós, si no te has fijado bien, mi rostro y mi cuerpo son un imán para todas, como miel para las abejas, no tengo que pedirlo, ellas simplemente vienen a mi.- Lo dice de una forma tan cínica que me hace querer golpearlo donde más le duele.
-Tu ego está por encima de las nubes.- Me quejo.- Y no, no, tu rostro y cuerpo no son como miel para las abejas, en todo caso, tus palabras serían como sal para las babosas.- Mis palabras lo hacen reír, lo contrario a lo que planeaba.
-Por eso me agradas, pastelito.- Ruedo los ojos. Sus palabras me molestan pero las mías, cargadas de veneno hacia él, no parecen hacerle más que cosquillas.- Y deja de rodar los ojos, sólo pide un deseo.- Dice mirándome divertido.
-Aún no me has dicho por qué...- Esta vez si resopla y yo me río victoriosa.
-Bien, bien ya voy.- Pienso en mi deseo. Quisiera tantas cosas, tantas que no sería posible decirlas ahora. Pido lo primero que se me viene a la mente. Quiero un ancla. Un ancla para que cada vez que sienta que estoy naufragando y perdiéndome en medio de un mar eterno, el ancla me mantenga firme, en un mismo lugar, en un buen lugar
Soplo la vela y veo como un hilo de humo se esparce por el aire y se desvanece. Suelto aire. Eso se sintió bien, aunque no lo admitiré en voz alta.
-Gracias.- Le digo.- Aunque sé que tus intenciones no son del todo buenas.- El chico sonríe de lado.
-Créeme, son todo menos buenas.
-Aún no sé tu nombre.
-Eso es porque nunca me lo has preguntado.- Se queja él.
Lo miro por unos segundos y lo que siento mi pecho es miedo. Miedo por dar un paso en falso.
Sin quererlo, Jesse me viene a la mente, también el sueño que tuve sobre él y por alguna razón, siento que con sólo preguntarle el nombre a este chico, estoy ensuciando lo que Jesse y yo vivimos. Aunque es lo menos que se merece, sin embargo, yo no lo merezco.
Aparto la mirada.
-Yo... creo que es mejor así. Gracias por el pastelito.- Le digo levantándolo un poco.
Frunce el ceño evaluándome.-¿No quieres saber mi nombre?- Niego.-¿Y querrías tener una comida de cumpleaños atrasado?- Lo miro mal.
-Es enserio, yo... no creo que esté bien, no te conozco en absoluto.
-Creo que eso empezaría a cambiar si tan sólo supieras mi nombre pero no quieres saberlo.
-No sé lo que buscas en mi pero yo no daré nada ¿Entiendes? no quiero ligar con nadie, no quiero ver a nadie ni nada por el estilo. Me gusta estar sola con mi corazón intacto.- Eso último no era cierto, mi corazón estaba todo menos intacto.
-Alguien de verdad te hizo daño.- Susurra él.- Pero como ya te dije, no busco ligar ni nada de eso, no es mi estilo. Sólo... puedo ser tu amigo.
-¿Y por que querrías eso?
-Porque de una forma u otra, me identifico contigo.
Frunzo el ceño.-¿También estás loco?
Sonríe.-¿Estás admitiendo que estás loca?
Me encojo de hombros.- Tal vez. Y es un tal vez para lo de la comida.
-Para que conste.- Dice él sonriendo de manera más abierta.- No es una cita, pastelito.
-Claro que no.- Hago una mueca.
-Paso por ti a medio día.- Dice antes de guiñarme un ojo. Entonces se aleja, no antes sin darle una larga mirada a una chica de curvas bonitas, ella se da cuenta de él y cuando lo ve, sonríe de manera sensual. El chico de ojos verde se ríe y me mira señalando su rostro y formula "¿Ves?" sin producir sonido. Maldito egocéntrico. Niego con la cabeza.
-Y por cierto.- Dice en la puerta. Al principio creo que se lo está diciendo a la chica, pero no, me lo dice a mi, me mira a mi.- Mi nombre es Sam.
Sam. Su nombre suena bien, en comparación a cómo es él realmente, hasta suena dulce.
Sonrío y asiento.- Soy Abby.
Sonríe y luego se va.
Sam. Repito su nombre en mi cabeza.
Y entonces algo me golpea. No puedo hacer esto, no quiero.
Jesse viene a mi mente, todo sobre él, incluso su aroma y mi corazón duele.
¿Cómo pude aceptar la propuesta de Sam? No estoy lista para esto, independientemente que no sea una cita o que él no esté interesado en mi como dijo. Sólo... No puedo hacerlo.
La idea de pasar el rato con alguien que no sea... Él, Jesse, me hace sentir culpable, como si él y yo siguiéramos juntos y yo estuviera engañándolo.
Me paso las manos por el rostro. Aceptar fue una estupidez, sólo me dejé llevar.
Estaba decidida a cancelar todo, me disculparía con él y le pediría que no insistiera o me buscara para cosas así, se lo diría en cuanto viniera.
Las horas pasaron, me parecieron eternas. Casi nadie vino a comprar, Katy se había ido hace horas, mucho antes de la entrada de Sam y yo estaba sola.
A las doce y media, me encontraba entre aliviada e indignada.
Sam no se presentó lo que en sí, hacía nada más que confirmar el tipo de chico que era. Pero estaba bien, así no tendría que explicar el por qué no quise acompañarlo.
Comí de lo que mamá me empacó, ella sabía que no saldría a almorzar, cuando lo hacía era porque Jared me lo pedía pero ahora eso no iba a pasar más.
Una hora más tarde estaba arreglando unos libros de las estanterías superiores, encajada en una escalera corrediza pegada al librero cuando escuché pasos subir por la escalera.
Coloqué los últimos libros y bajé para darle la bienvenida al cliente.
Mi boca se quedó entreabierta cuando la vi.
Su cabello castaño perfectamente peinado, como solía llevarlo, su cuerpo de tez pálida ahora parecía ser del doble de tonalidad, sus ojos me miraban tranquilos pero no vi el brillo en ellos. No podía creer lo que veía. ¿Cómo es que estaba aquí?
Mis labios temblaron mientras la llamé por su nombre.- Tessa.
Ella permaneció ahí, frente a mi sin hablar.
Mis manos estaban tensas, yo estaba tratando de procesar cómo es que esto era posible. Yo la vi sin vida, compré una corona de flores para su funeral y ahora ella estaba aquí frente a mí, mirándome como si fuera la primera vez.
-Pensé que...- No termino de hablar porque ella sonríe de manera estrecha, sus ojos incluso se achican por su sonrisa.
-¿Pensabas que estaba muerta? Bueno, sí, yo también, de hecho, todos lo hacen ¿No?
Había visto muchas cosas, pero jamás a alguien que regresara de la muerte.
Y sabía por mucho, que esto no era bueno.
Ni siquiera me atreví a buscar mi celular, porque sabía que estaba en el piso de abajo, lo que sí podía hacer, era tomar mi daga, escondida en mi espalda.
Fingí estremecerme (Lo que no fue difícil en realidad) y llevé mis manos hacia mi espalda, desde su punto de vista seguro parecía que quería llorar o abrazarme a mí misma. Sentí el mango en mi palma y con cuidado, deslicé el arma bajo la manga de mi chaqueta. Luego me abracé los brazos y me encogí aún más.
-¿Cómo es esto posible?- Le pregunto.
-Bueno.- Dice ella caminando, tocando los libreros y los bordes de los libros.- En efecto, morí pero luego, adivina mi sorpresa al verme metida en una caja de muertos, uf, que bueno que no soy claustrofóbica.- Se ríe.- En fin, con unos muy, muy fuertes golpes, logré abrir el ataúd y boom, estaba fuera, cubierta de tierra pero fuera. Pero eso no fue nada, mi cuerpo estaba descomponiéndose, adivina qué horror.- Se acerca, incluso más, mi mano derecha cubierta por la izquierda, tomo el mango de la daga y lo aprieto con fuerza.- Sabía que me estaba pudriendo, todo mi cuerpo dolía y más la mordida que ese maldito me hizo pero entonces lo sentí, ahí estaba, el instinto empezando a despertar, supe entonces lo que tenía que hacer para sentirme bien.- Está a unos pasos de mi, ahora he dejado de fingir el estremecimiento. Ella sonríe.- ¡Vamos! ¡Pregunta qué tuve que hacer!- Grita con rabia, como si todo esto fuera mi culpa.
Respiro profundo.-¿Qué tuviste que hacer?- Pregunto, mi voz no tiembla suena más bien enojada.
Avanza un paso más.- Lo mismo que haré ahora. Comer.- Y lo próximo que sé es que está corriendo hacia a mi con su boca abierta llena de dientes filosos. Ahogo un grito mientras saco la daga y la clavo en su garganta.
Ella retrocede con los ojos y boca abiertos así como murió la primera vez en su cama. La daga está clavada en medio de su garganta, sangre brota y me imagino que saldrá a chorros cuando la daga sea retirada. Ella agarra la empañadura mientras se atraganta con su propia sangre, yo retrocedo unos pasos.
¿Qué he hecho? He vuelto a matar...
Ella retira la daga y la herida... Se cierra y ella ríe. Lanza la daga al otro lado del lugar y cae al primer piso.
-Oh vamos, ¿Acaso no has entendido nada? Yo ya estoy muerta querida, y ahora te comeré para seguir estando fresca cuan lechuga.
Se acerca a mi. Nunca había visto algo igual.
-No puede ser.-Murmuro.-¿Qué eres?
-Ahí está el sunto. Yo era como tú.
Y entonces estoy girando en el aire y chocando contra una estantería por el empujón que me ha dado, atravieso la estantería y luego golpeo la otra. Suelto aire involuntariamente mientras caigo al piso. Escucho sus pasos pero miro nada, todo gira, todo cambia ante mi.
El dolor en mi espalda es intenso, no me deja respirar bien. Me arrastro para quedar contra algo y así poder enderezarme. Mi cuerpo se sacude violentamente mientras lo hago, no controlo los temblores.
Ella aparece frente a mi y me agarra del cuello. Veo sus dientes, los miro con horror y los comparo con los de un tiburón adulto. Quiero gritar, de hecho lo intento pero sólo sale un leve jadeo lo que me cuesta el poco aire que me queda.
Ella dice algo pero queda difuminado por el pitido de mis oídos.
¡No te duermas! Me digo a mi misma.
¡Levántate!
Me obligo a ver como ella, gustosa se lanza hacia ni cuello expuesto y sangrante.
Entonces ella es empujada lejos de mi y yo caigo hacia atrás, golpeando algo a mi paso. Jadeo y me incorporo lentamente mientras veo manchas oscuras moverse violentamente frente a mi, destruyendo todo a su paso.
Y cuando logro enfocar la vista me doy cuenta de que no son manchas, son personas. Es ella, Tessa siendo golpeada por alguien más, no logro ver quien es ya que está de espaldas a mi, su cuerpo tenso y moviéndose a causa de los golpes que propina.
Los dos luchan mano a mano, ella es muy fuerte pero él sabe defenderse. La lanza contra la pared y esta se fragmenta.
Me levanto y voy hacia la daga tirada y sepultada por los libros.
Toda mi espalda duele, yo a penas puedo ver con claridad.
Miro la daga en mi mano ¿Qué puedo hacer si sus heridas se curan tan rápido? ¿Cómo puedo matar a alguien que ya está muerto?
Entonces lo comprendo, por muy terrorífico que sea, recordando algo sobre una de mis series favoritas. Todo está en el cerebro, sin su funcionamiento ella no podrá ni moverse, tiene que ser en la cabeza. No en el corazón, no en el estómago. ¡La cabeza maldita sea!
Avanzo hacia ellos, y ahora puedo reconocer al chico. Es Sam y está debajo de ella tratando de no ser mordido por sus filosos dientes. Corro hacia ellos y sin atreverme a pensarlo dos veces, me lanzo contra ella, quitándola del cuerpo de Sam. Las dos caemos al suelo bruscamente y yo me incorporo buscándola, antes de que ella sea capaz de levantarse, me apresuro y me subo sobre ella. Tessa forcejea y gruñe como un animal, huele mal, realmente huele mal. Trata de agarrar mis manos pero yo las esquivo y atrapo con dificultad, luego levanto mi mano libre y ella me mira con ojos como platos. Algo dentro de mi se estremece y ya no es por el miedo, es mi humanidad.
Estoy a punto de hacerlo, aunque sé que ella ahora es una amenaza antes no lo era y trabajaba conmigo, a veces compartíamos café y hablábamos sobre libros o sobre sus citas con su novio, esa era Tessa, y ella murió aquel día.
-Lo lamento.- Le digo a Tessa, no a esta con el hambre voraz capaz de asesinar, se lo digo a mi antigua compañera de trabajo, esa que nunca mataría ni a una mosca. Y entonces clavo la daga en su frente y ella deja de moverse por debajo de mi, las manos que tengo sujetas a mi alrededor empiezan a pesar y las deja caer.
Tensa aún tiene los ojos abiertos, me mira, no hay odio ni otro sentimiento en su mirada, a como vi antes de que me atacara, su mirada esta vacía.
Trago saliva sin dejar de ver el cuerpo, cierro sus ojos con una mano temblorosa. Entonces alguien toca mi hombro y sé que estoy en problemas. Sam no debió haber visto esto, él es humano, normal, no debió haberse metido en esto, es mi culpa.
-Deberías irte.- Le digo.
Pero no hace caso, en lugar de irse me toma por los hombros y me aleja del cuerpo de Tessa. Me obligo a verlo, tiene cortes finos en su rostro. Sus ojos parecen furiosos.
-¿Te ha herido?- Pregunta. Ya no parece el tipo vanidoso ni el chistoso, ahora sólo es él, con cierto temblor en su cuerpo mientras me mira y luego lo que queda de la librería.
-N-no.- Digo.-¿Y a ti?
Lo miro negar con la cabeza.- Tenemos que arreglar esto antes de que alguien venga.- Dice.
-Voy a llamar a alguien que puede ayudarnos.- Logro decir.
Demonios, esto estaba mal, muy mal.
Marco el número en la planta baja mientras Sam va hacia la puerta y cambia el cartel de "Abierto" por "Cerrado"
Él contesta al segundo timbre.-¿Hola?
-James, ha ocurrido algo y necesito tu ayuda.- Miro a Sam, frunce el ceño, luego señala hacia arriba y asiento.
-¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?- Pregunta alarmado.
-Yo... Es mejor que vengas a la librería lo antes posible, no le digas a mamá.- Y con eso cuelgo.
Media hora después, Sam y yo estamos haciendo lo posible para arreglar el lugar pero en su mayoría es imposible. Estoy tratando de no pensar en el cadáver envuelto en una esquina, ni pensar en Sam que debe estar procesando todo y preguntándose si está loco.
Tampoco me permiso pensar en que la oportunidad de ser editora se ha ido a la mierda o que acabo de matar a mi antigua compañera de trabajo.
Logramos enderezar los libreros, uno de ellos tiene un enorme agujero en el centro y los estantes están partidos. Sam mira el agujero con el ceño fruncido. Lo señala y me ve.-¿Pasaste por ahí?- Me toco la espalda en modo de respuesta.
-Me han hecho cosas peores.- Sam levanta las cejas y no me preocupo en pensar en que he revelado algo inapropiado de mi pasado.
Escucho la puerta abrirse y bajo a toda prisa. James entra viéndome
-Ven.- Le digo antes de cerrar con seguro.
-Santo cielo.- Dice mirando el cuerpo y todos los destrozos.-¿Qué ha pasado aquí?
-Tessa pasó.- Le digo destapando el cuerpo. El olor nos golpea, mejor dicho, el hedor.
-¿Tessa?- Pregunta confundido.-¿Cómo es eso posible? Estaba muerta.
-Al parecer no tanto.- Dice Sam caminando hacia nosotros.
Quiero advertirle que su comentario es inapropiado pero me callo al ver las miradas que él y James se lanzan, son de asombro y condición.
-¿Stark?- Sam menciona el apellido de James.
-¿Morrison?- Dice James.
Los miro mirarse.
-¿Se conocen?- Les pregunto. James es quien contesta.
-Trabajábamos juntos.
¿Trabajar? Frunzo el ceño.
El trabajo de James era cazar Orígenes, por lo que Sam...
Lo miro y me siento una estúpida por no haberlo adivinado antes. Él no era humano, no era normal y por eso supo cómo defenderse de una forma ten felina y precisa. Él era un Medio Origen.
Estúpida, estúpida...
-No sabía que estabas en la ciudad.- Contesta Sam acercándose a James. Se dan la mano como personas civilizadas.
-Ni yo que tú lo estabas.
-Larga historia.- Contesta Sam encogiéndose de hombros.
-¿Cómo es que la conoces?- Me señala James, yo miro a Sam con los ojos abiertos, le ruego con la mirada que no mencione mi (no) intento de suicidio.
Pero ni siquiera me mira.- Pasé a comprar algo para leer pero me encontré con que la chica que atiende estaba siendo atacada por... Esa cosa.- Hace una mueca y entonces por fin me mira y lo hace como si no me conociera, como si ayer por la noche no hablamos y me salvó de caer de un edificio o como si hoy por la mañana no me trajo un pastelito de chocolate por mi cumpleaños.- Supongo que es tu hija.
James asiente.- Sí, lo es y te agradezco que la ayudaras.- Mirándome, pregunta-¿Qué fue lo que sucedió?
-Yo estaba arreglando las estanterías cuando Tessa apareció.- Les explico.- Yo no supe como reaccionar, ella empezó a hablar, dijo que había muerto pero que cuando despertó estaba en el ataúd, salió destruyéndolo y dijo que se estaba descomponiendo y que entonces su... Si instinto le hizo ver qué era lo que tenía que hacer, dijo que tenía que alimentarse.
-¿Alimentarse?- Dice James.-¿De qué?
-Ahí está la cuestión, cuando lo dijo, vino por mi, quería carne.- Trato de no vomitar al recordarlo.- Pero dijo algo que me desconcertó aún más, ella dijo que antes era como yo. ¿Se refería a ser una Origen?
James niega con la cabeza.- No lo sé, nunca habia escuchado sobre esto.
-Sus dientes.- Dice Sam.- No eran normales, eran largos y afilados, perfectos para desgarrar la piel con facilidad.
James se agacha frente el cuerpo, la herida en la cabeza de Tessa no ha cicatrizado, la sangre está coagulada, una prueba más de que su cuerpo ya estaba muerto desde hace días, como si las pruebas no fueran suficientes...
-¿Por qué en la cabeza?- Pregunta James sin tocar la herida o tocarla a ella.
-Intenté en el cuello pero ella sacó la daga y le herida cicatrizó casi al instante así que probé una hipótesis y ataqué hacia la cabeza.
-No estarás hablando de esa serie de zombies que veías ¿verdad?- Me pregunta James. Por acto reflejo miro hacia Sam que me mira con diversión escondida y mi rostro se vuelve rojo.
-Bueno... Sí, pero funcionó.
-En efecto.- Dice Sam.
James suelta aire y se pone en pie.
-Esto está mal, muy mal.- Murmura.- Antes que nada hay que llevarnos el cuerpo.
-Hay que enterrarlo.- Digo yo, lo cual es lógico, ella debe descansar de una vez.
Tanto James como Sam dicen que no al mismo tiempo.
-Hay que examinar el cuerpo.- Me explica Sam.- Como no se sabe lo que ella es entonces debemos buscar una respuesta.
-Y rápido.- Concuerda James.
-¿Será que hay más como ella?- Pregunto yo.
-No hay que descartar la idea.- Dice Sam.- Y eso puede ser malo, si las personas se dan cuenta de esto, van a empezar a suponer cosas, será un alboroto.
-¿A dónde la llevaremos?- Pregunto.
-A casa no.- Dice James de manera rápida.- Tu madre me mataría por manchar los sillones.- Lo miro mal.
-Mi apartamento no es buena idea, hay muchos testigos.
-Entonces hay que encontrar un lugar vacío.- Dice James.
-Conozco una bodega abandonada, ha estado cerrada por mucho tiempo y los chavales creen que está embrujada, lo que lo hace un lugar perfecto.- Sugiere Sam. El comentario no me pasa por alto. Él dijo que estuvo abandonada por mucho tiempo pero ¿cómo sabe él que fue así por mucho tiempo si acababa de llegar? eso fue lo que le dijo a James.
Trato de que mi rostro quede neutral y más cuando Sam se gira hacia mi.
-Tienes que quedarte aquí, fingir que te han robado, por cómo quedó el lugar, será creíble.- Miro a James buscando su aprobación, él asiente.
-De acuerdo, pero para analizar el cuerpo de Tessa y saber lo que ha pasado con ella, necesitarán a gente experimentada en este tipo de cosas ¿Saben en quien pueden confiar?
-Ese es el punto.- Dice Sam mirándome.- No puedes confiar en nadie.
No, no lo hago, ni siquiera en él.
Miro a James.- Llamaré a Katy, pero quiero ir con ustedes así que vayan a dejar el cuerpo y luego ven por mi.
-¿Por qué quieres ver eso?- Pregunta él.
-Porque no te puedo dejar solo.
Media hora después, cuando escucho la puerta principal abrirse, empiezo a llorar con fuerza enroscada en una esquina con la cabeza a pollada en mis brazos. Katy corre hacia mi y trata de tranquilizarme.
-Está bien, está bien.- Me tranquiliza Katy. Está preocupada y yo me siento culpable por mentirle de ésta forma. Pero sé que si le digo la verdad será peor para ella.
-Lo destruyeron todo.- Sollozo.- Querían robar, lo lamento Katy, destruyeron todo.
-Lo importante es que estás bien.- Dice levantándome y apartándome el cabello de la cara. Jamás había fingido llorar de esta forma, ni de ninguna forma y me sorprendió el hacerlo tan bien.- Tengo una botella de agua en el bolso, voy a traerla.- Dice caminando hacia los sillones, estos al estar en la planta baja están intactos, de hecho todo en el primer piso estaba en buenas condiciones.
Me entrega la botella y de mala gana me la bebo.
-Debo llamar a mi padre.
-Seguro.- Dice ella.- Deberías ir a revisarte, éstas cojeando.
Le marco a James, que ya sabe el plan.
-¿Hola?- Dice James, se escucha agitado.
-Papá.- Sollozo.- Se han metido a robar a la librería, me han atacado pero...- Otro sollozo.- Estoy bien, sólo necesito que pases por mi.
-Enseguida voy.- Dice.
Miro a Katy.- No deberías quedarte aquí sola.- Le advierto.
-Voy a cerrar mientras mando a alguien para que limpie este desastre, no te preocupes, toma el tiempo que necesites, puedes incluso tomarte toda la semana.
-Muchas gracias Katy.- La abrazo.
- Y por si te lo preguntas, esto no cambia la propuesta que te hice, no fue tu culpa.
Asiento. -Muchas gracias.
Cuando James pasa por mi dice que me llevará a casa.
-¿Qué? ¿por qué?
-No te quiero metida en esto.- Me explica él.- Sam y yo ya hemos pasados por peligros como estos, claro que nunca habíamos visto algo como ella pero conocemos el proceso para descubrir lo oculto, él se ofreció a ayudarme en lo que necesite, confío en él, muchas veces cumplimos misiones juntos.
-¿Es verdad entonces? ¿Ese chico cumplía misiones contigo?
Asiente.- Él, a pesar de su edad, era uno de los mejores, de los más ágiles e inteligentes pero no lo quiero cerca de ti.- Quería decirle que no tenía ni por qué mencionarlo. De hecho era lo que tenía planeado hacer, decirle que se alejara. Pero su comentario sobre él, despertó curiosidad en mí.
-¿Por qué? ¿Es él malo?
James no niega o acepta eso.- Él es diferente.
-¿Diferente en qué aspecto?
-En que no sabes si es uno o lo otro. Lo que sí es, es despiadado, él asesinaba sin preguntar, no dudaba y... A diferencia de muchos de nosotros, creo que hasta disfrutaba asesinando.- Mi cuerpo se tensa. Pensaba muchas cosas sobre él. que era un engreído, farsante y mujeriego, pero nunca imaginé que tuviese tanta sed de sangre.
-¿Y aún así crees que es confiable?- Pregunto alarmada.
-Por eso mismo. Sé que me ayudará por su instinto de supervivencia, esto no te afecta sólo a ti, podría afectarnos a todos así que si él decidió ayudar, no fue por caridad, eso te lo aseguro.
-¿Por qué me estás dejando fuera de esto? Puedo ayudar.
-No estás pensando las cosas con claridad, en realidad no quieres estar metida en esto, no sabemos cuán malo es, de verdad, quiero que te queden en casa.- Pienso protestar pero él sigue hablando.- Por fin eres libre de ese peso Abby, ya no tienes por qué matar más, o lamentarte sobre tener las manos manchadas de sangre, ella ya no es tu problema, no tienes por qué preocuparte, yo me encargaré de esto y si te alejo no es porque crea que no eres capaz de ayudar, sé lo capaz que eres pero no quiero que vuelvas a marchitarte después, no tienes por qué volver a involucrarte.
-¿Y tú sí?- Le pregunto.
-Alguien tiene que hacerlo.- Contesta.
-¿Y esa no puedo ser yo, también?- Justo el semáforo de pone en rojo, él aprovecha para verme.
-Mírame a los ojos y dime en este instante que en verdad quieres ponerte en peligro de nuevo, que quieres ensuciarte las manos y si es posible, hasta volver a tomar vidas. Dímelo y serás parte de esto.- Lo miro a los ojos y no tengo ni qué intentarlo, las palabras no vienen, no quieren salir. La respuesta es no, no quiero involucrarme de nuevo, aún tengo pesadillas, no quiero agregar otras.
-No.- Admito.- No quiero volver a esa vida pero tampoco quiero que tú lo hagas.
-No necesitas preocuparte también por mí. Sé lo que haces, tratar de mantenernos a todos vivitos y coleando pero no tienes que hacerlo, debes vivir tu vida, no mantenerte atada a nosotros, necesitas vivir, eso es lo que deseo para ti, una buena vida.
El semáforo se pone en verde. Estamos a unas calles de casa.
Vivir, vivir sin preocupaciones de lo que pasará mañana. Suena tan bonito pero a la vez, tan lejano.
-Prométeme que te cuidarás.
-Lo prometo.- Dice él.
Hola de nuevo, ya nos vamos introduciendo a la trama principal chicos, así que ojo con todo ;)
PD: Si les gustó que el capítulo fuera así de largo, entonces les tengo buenas noticias, porque la mayoría de ellos son así❤
-Lectorac24
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro