Capítulo 38
En la vida cada una de nuestras acciones cuenta.
A veces, lo que hacemos tiene consecuencias, consecuencias que no son pagadas hasta tiempo después.
La vida da vueltas, muchas vueltas y no sabes si terminarás a como iniciaste, o si la vida te regresará las cosas malas que algún día hiciste.
La vida nos regresó a Sam y a mi las cosas malas que una vez hicimos. Nos juntó de la peor manera y nos hizo enamorarnos.
Hay ciegos por defecto y también los hay por elección y yo sería una ciega si dijera que Samuel Morrison no me quiere ni un poco.
Ayer en la noche pude sentir su dolor y su cariño, también su miedo a perderme. Yo viví ese miedo una vez, con mi primer amor, pero él nunca volvió, al menos no por elección, lo hizo porque si no lo hacía moriría en esas celdas quien sabe de qué manera. Sam tiene razón, él no es como Jesse, porque Jesse juraba amarme, sin embargo no hieres a los que amas.
Sam no me conocía, no le importaba herirme, luego él me miró, me miró realmente, a través de todas mis barreras y cuando empezaba a quererme se alejó, justo para no hacerme daño, para no herirme con la verdad y aunque no pudo evitarlo se hecha toda la culpa, ayer por la noche no lo escuché ni una vez reclamarme por lo sucedido, sí admitió lo que ya sabía, que había asesinado a su amigo, pero no me lo restregó en la cara con odio.
Así que estaría ciega si pensara que lo que me pasó con Jesse se repitió con Sam.
Y sé que tal vez estoy siendo irracional por tratar de justificarlo pero...-¿Quién tiene una lucha contra su corazón y sale ganando?
No puedo decir que todo está bien o que yo lo estoy, porque a pesar de que ahora sé que no todo lo que viví con Sam fue mentira, mi corazón aún sigue lastimado y se niega a ser curado por alguien que no sea Sam.
Y es difícil, porque mi cabeza me está gritando que escoja lo mejor para mi y me aleje de Sam. Entonces los gritos de mi corazón y los de mi cabeza me confunden.
Soy prácticamente un zombie cuando llego a la habitación de Caín, me sorprendo al no verlo con la mascarilla de oxígeno. Se está riendo junto a Drew y Lukas.
-Woah ¿Qué está pasando aquí?- Pregunto acercándome.
Sorprendentemente la tez de Caín parece menos pálida y más con color.
-Bueno, el chico no necesita oxígeno, respira por sí solo.
-Eso es bueno.- Sonrío.-¿A qué se debe?
-Sinceramente no lo sé, de todas formas en sorprendente, no había visto antes una mejoría así, por lo general los infectados únicamente empeoran.
-Bueno, es que Caín es especial.- Bromea Lukas sonriendo, Caín se ríe y se llama fenómeno así mismo, pero yo no me río porque las palabras de Lukas me dan algo en qué pensar. Caín sí es especial.
Miro a Drew.- Oye ¿Le has hecho exámenes de sangre a Caín?
-Eh no...
-Hazlo, necesito el resultado lo más rápido que puedas.- Ahora los tres me miran con el ceño fruncido.
-No creo que debas ilusionarte tanto Abs, es sólo una mejoría temporal, no significa que mágicamente vaya a curarme.- Dice Caín.
Pero tal vez él esté equivocado.
Porque es especial.
Salgo de la casa corriendo y buscando a los gemelos, aporreo la puerta de su edificio y ellos salen con el ceño fruncido, ¿Quién diría que estarían dormidos a las cinco y media de la tarde?
Tal vez ayer les tocó hacer guardia, no sé.
-Necesito equipos científicos, quiero hacerle unas pruebas de sangre a Caín.
Se miran entre sí.-¿Surgió algún problema?- Pregunta Jordy.
-Al contrario.- Los miro a los dos, con el corazón latiendo a mil.- Creo que hay esperanza de salvarlo.
-No juegues con eso.-Dice Elías nervioso.
-No es seguro pero... debemos tener fe.
Y con eso los tres nos dirigimos a saquear enfermerías y laboratorios, juntamos todo en la casa de Caín, la sala ahora parece un laboratorio, Drew le saca sangre, la sangre aún es negra, Lukas se queda con Caín mientras los gemelos, Drew y yo nos ponemos a trabajar.
-Te ves como la mierda.- Me dice Jordy antes de tenderme una taza de café. Ambos nos sentamos en los sillones agrupados en una esquina, los que hacen el trabajo más duro son Elías y Drew que son los que saben de eso.
-Y me siento así también.
-Sé lo que pasó hace unos días, es sorprendente que a pesar de eso pudieras tener una idea tan fuerte como la que tuviste con lo de liderar el grupo.
-A veces ni yo sé cómo lo hago.
-Te sale natural.
-¿El qué?.- Pregunto.
-Ser líder.
Niego con la cabeza.
-Apenas estoy empezando, no sé nada sobre liderar, Caín es bueno en eso.
-Es increíble que esto le pasara.- Digo en voz baja.- De todos nosotros...
-Fue mordido por Aria.- Lo miro.
-¿Qué?- No sabía eso.
-Habían muchos, Aria dejó su espalda desprotegida, uno de ellos venía por ella y otro a un lado, Caín vio al de al lado pero no vio el que venía detrás, así que cuando la cubrió y asesinó al de al lado, no pudo moverse igual de rápido con el de atrás. Lo mordió en el brazo sin verlo venir.- Jordy habla mirando al vacío como si reviviera el momento.- Caín es como un hermano para mi, nos salvó a Elías y a mi de las calles, éramos prácticamente unos niños y todos habíamos perdido a alguien, es tan triste. Aunque me da pena decirlo, pero Aria no es la misma chica de antes, la muerte de Natasha la cambió demasiado, la volvió insensible con todos, incluso con nosotros, nos negábamos a verlo pero últimamente lo hemos aceptado, no podemos quedarnos aquí si ella decide hacerlo, debemos avanzar, hacer lo correcto, seguir al resto de la familia.
-Ella vendrá con nosotros, no se quedará aquí sola.
-No la conoces, al menos esa parte de ella no ha cambiado, cuando decide algo preferiría morir con ese pensamiento que cambiarlo a la fuerza.
-Tal vez sea terca pero es inteligente, te lo dice alguien terco.- Sonrío con tristeza.- Ella vendrá con nosotros.
-Me lamento personalmente por su actitud contigo, no tienes la culpa de lo que pasó.
-Ahora sé que es verdad, dejé de mortificarme con ello, pero no quiero cometer los mismos errores con Aria, por eso no pienso dejarla...
La puerta se abre y por un segundo incluso que espero que sea Sam, pero es mi hermano quien aparece con Karum detrás, al ver todo el desorden y los aparatos científicos y de muestra se quedan interrogantes en la puerta de entrada.
-¿Qué...?- Empieza a preguntar.
-Abby tiene una teoría.- Contesta Jordy.- Quizá Caín pueda salvarse.
-¿Cómo así?- Pregunta confundido.
-Los Primeros crearon el virus para los Orígenes y Medio Orígenes.- Empiezo a explicar, ellos escuchan atentos.- Existe una posibilidad de que el virus no funcione en Caín de la misma manera porque él es mucho más que un Origen, también es un hechicero y por lo que sabemos, el virus no afecta a los hechiceros.
-¿Pero qué pasa con su parte Origen?- Pregunta Karum.
-Es la parte que está siendo afectada, sólo queda esperar los resultados, espero que el ADN que predomine en él sea la de su padre hechicero, tengo esperanza ya que mencionó que su padre era muy poderoso, ya sabemos que él lo es, puede que mi teoría sea cierta y Caín no se vuelva un Caníbal y con los cuidados necesarios logre curarse.
Ambos chicos parecen confundidos, incluso yo lo estoy mentalmente, esto podría ser una falsa esperanza o la salvación de Caín. Sólo espero no estar equivocada.
La esperanza llena la sala, incluso me olvido de mis propios problemas mientras esperamos los resultados, aprovecho para habla con mi hermano, me cuentan cómo fue que se dieron cuenta de lo que sentían por el otro, me rompe el corazón escuchar cuánto tuvieron que luchar en contra de lo que sentían por temor a lo que nosotros diríamos, por Dios, soy su hermana, es mi familia, sólo alguien sin corazón vería a su familia por sólo el simple hecho de ser homosexual. No es un delito, no está prohibido e incluso, en el mundo, existen cosas peores.
El tiempo pasa y unas cuantas horas después el resultado de los análisis. Ninguno de nosotros es capaz de hablar enseguida.
Hasta que me doy cuenta de que esto deben saberlo todos.- Les diré a todos que vengan.
Me levanto del asiento tropezando con mis propios pies.
Ni siquiera siento miedo cuando salgo a la noche y empiezo a correr en medio de la oscuridad.
No podía creerlo, realmente no podía.
En medio de la oscuridad veo una silueta, me tenso mientras la veo acercarse, me doy cuenta de que es Julian.
No me relajo, las situaciones anteriores me han hecho ver que no puedo confiar en nadie.
-Eh Julian, necesito que vayas a la casa de Caín, hay algo que deben saber.- Parece confundido pero asiente.
-De hecho iba hacia allá porque quería hablar contigo.
-¿Sobre qué?- Mira tras de mi, del lugar del que vengo.
-Será después, no tenemos mucho tiempo.
Asiento y me alejo lo más rápido que puedo en busca del resto.
Logro avisarles a mis padres, a los Thompson, a Maggie y a Aria, cuando llego a la casa de Natalia estoy prácticamente hiperventilando.
Ella abre la puerta.
-Es Caín.- Alcanzo a decir.- Hemos descubierto algo.
-No puede ser.- Murmura alarmada. Cierra la puerta tras ella.- Vamos entonces.
-Ve, ya te alcanzo, debo decirles a Devon, Cam y Sam.- Su nombre todavía duele cuando lo pronuncio.
Empiezo a caminar en dirección a su casa.
-¿No lo sabías?- Natalia me pregunta, yo me giro con el ceño fruncido.
-¿Saber qué?
Natalia me mira preocupada por unos segundos.- Sam se fue, Abby.
Mi mundo empieza a caerse a pedazos, ya no sé de dónde agarrarme para no caer con el.
Niego con la cabeza.- No, no es así.- Sam no pudo haberse ido, me prometió que no lo haría, aunque bueno, prometió no hacerme daño también.
-Esta tarde, pensé que ya lo sabías y que por eso no habías aparecido por aquí.
El aire se me empieza a volver escaso.
No, no es posible. Sam no, Sam no.
Empiezo a correr en dirección a su casa, está cerrada así que eso me da un poco de esperanza. Empiezo a llamarlo, lo llamo incluso idiota pero no obtengo respuesta. El miedo empieza invadir mis venas.
Golpeo contra la madera con fuerza y cuando veo que no cederá derrito la cerradura. La casa está a oscuras así que enciendo las luces sin dejar de llamarlo. Las escaleras me parecen eternas y para cuando llego al dormitorio estoy desecha, enciendo la última luz de la casa, solo para encontrarme con la habitación vacía, él no está en la cama, ni en el cuarto de baño y mucho menos mirando hacia la ventana. Mi boca se abre en un intento vano de llamarlo.
Miro hacia la mesita de noche vacía, yo sé lo que había ahí normalmente, solamente el marco con mi foto que le regalé en una ocasión y puesto en el borde el separador que robó de la librería aquel día.
Y justo aquí, mirando a mi alrededor y dándome cuenta de que Sam no está a mi lado y que posiblemente no lo estará más, es cuando me doy cuenta de que su ausencia duele más que los errores que cometió al principio y ocultó.
Lo quiero a mi lado, quiero una segunda oportunidad con él.
Quiero días con él para arreglar las cosas, quiero días con él para olvidarnos de nuestros errores y curarnos mutuamente, porque estábamos rotos los dos, lo sé.
Estoy perdida sin mi ancla.
Salgo de la casa y choco con Natalia.
-Lo siento Abby, pensaba que sabías...
-¿Dónde está?- Pregunto con voz ronca.
-¿Qué?
-¿Dónde está Nat? Voy a ir por él.
-¿Estás loca? Está afuera, cruzó la barrera...
La hago callar y cierro los ojos con fuerza, me concentro no en el sonido del aire al soplar con fuerza o en los regaños de Natalia por no escucharla, me concentro en aquella cuerda que nos vincula a él y a mi, jalo de mi lado con fuerza, así como él jaló de su lado el día en que casi muero.
¿Puedes escucharme Sam?
No hay respuesta de regreso.
Maldita sea Sam, más te vale estar vivo porque si no prometo ir al mismísimo limbo y traerte de regreso idiota.
Digo con enojo.
Pero no hay respuesta, porque me ha bloqueado, así como yo lo estuve bloqueando a él.
No quiere ser encontrado.
Abro los ojos.-¿Cruzó la barrera eso significa que los últimos en verlo fueron los hermanos Galeano?
-Yo... sí, tal vez, sus amigos no sabían que se había ido hasta horas después.
-¿Fueron tras él?
-No...
Genial, lo había vuelto a hacer. Los dejó para cuidarme.
Ella ve la mirada en mi rostro.-¿Vas a volver a salir corriendo cierto?-
Pero no contesto, sólo lo hago.
Llegamos a la casa de los Galeano, Sabrina abre la puerta, yo entro sin esperar invitación.
-Necesito que rastrees a Sam.- Le tiendo la camiseta que le compré, esa que tiene un pastelito impreso en el pecho, Sam la usaba para dormir, lo que significa que le tiene un aprecio sentimental, lo esencial para hacer un hechizo rastreador.
-Pero él ya se fue Abby.- Dice Sabrina.- Fue hace horas y parecía realmente decidido.
-Sam es tan cabezotas como yo, se fue porque piensa que es lo mejor para mi, ya lo ha hecho en otras ocasiones.
-¿Pero quieres salir fuera de las barreras a buscarlo? Es demasiado arriesgado.- Dice su hermano entrando a la cocina, que es donde nos encontramos.
-Tengo que ir por él, no puedo dejar que se vaya.
-Pero te mintió...-Dice Natalia.
-No lo entienden...- Digo casi ahogándome por la presión que siento en mis hombros y espalda.- Somos complicados, nuestra historia es complicada y a pesar de todas las mentiras... lo nuestro es real.
-¿Entonces vas a arriesgar tu pellejo ahí afuera por él?
No lo pienso dos veces.
-Sí.
-Entonces es mejor que me dé prisa porque el tiempo es oro.- Ella alcanza la camiseta y la toma en sus dos manos, cierra los ojos y empieza a murmurar cosas en otro idioma. Pasan segundos que parecen horas hasta que ella vuelve a abrirlos.- Tienes suerte, está en un viejo hotel en el pueblo continuo a Old Town, al parecer no pudo ir más lejos.- Sonríe.
-Tengo que ir.- Murmuro poniéndome de pie.-Necesito poder pasar a través de las barreras y regresar.
-Te llevaré al borde y te estaré esperando cuando regreses.- Me asegura Sebastian.
-Hay una cosa más.- Murmuro antes de empezar a caminar a la salida.- Al parecer hay esperanza para Caín.
-¿A qué te refieres?- Pregunta Sabrina confundida.
-Es su ADN, es diferente al resto, por lo tanto el virus actúa diferente en él.- No escucho su contestación porque ya estoy corriendo en dirección a la salida del pueblo.
Me arrepiento de no haberlo escuchado antes, por haberme cerrado tanto y no dejarlo explicarme las cosas con calma y que cuando logré hacerlo lo empujé demasiado lejos.
Sam malinterpretó mis palabras cuando dije que quería espacio.
Quería pensar las cosas, entender qué debía hacer, pero sin duda, lo que no quería era que se fuera, y ahora él ya no está aquí conmigo.
No sé cuánto tiempo ha estado fuera o si está herido, esta vez me concentro en nuestra conexión, en sus latidos, pero no parece herido, al menos no físicamente. Cuando Sebastian y yo llegamos al límite donde el letrero nos indica que está, paro de correr.
-Ten esto.- Me da un arma.- Por si algún caníbal anda cerca.- Luego toma mi muñeca y coloca un brazalete en él, de esos que usamos en misiones para poder pasar desapercibidos.
-Muchas gracias Sebastian, prometo no dilatar.
Me despido de él antes de cruzar la frontera.
Empiezo a correr entre la oscuridad y los monstruos de la noche, todo para volver a verlo, para poder encontrarlo.
La melodía de la canción que Sam me tarareó cuando moría viene a mi mente, pero no sólo su melodía sino también su letra.
Se la recito a través de nuestra conexión.
Amando y luchando
Acusando, uniendo
No puedo imaginar el mundo contigo lejos.
Sólo pienso en cómo sería mi vida sin él, me doy cuenta de que estaría vacía.
La alegría y el caos
Los demonios de los que estamos hechos
Estaría tan perdida si me dejaras sola.
No puedo culparlo por los demonios de su pasado, así como no puedo culparme por haber asesinado a Isak ya que no sabía de quién se trataba. Podemos dejarnos ganar por los errores que hemos cometido o aprender a vivir con ellos.
Te presioné para sentir el latido de tu corazón
¿Puedes escucharme gritar ¡Por favor no me dejes!?
Pasamos por demasiado, sufrimos y peleamos demasiado como para que todo termine de esta forma. No quiero dejarlo ir, aunque eso signifique que mi corazón volverá a ser lastimado. Quiero arriesgarme una vez más, sólo con él, sólo por él.
Espera, aún te quiero
Regresa, aún te necesito.
Nunca había sentido nada así, Sam parece ser el pedazo que me falta en estos momentos, lo necesito para que repare mi corazón una vez más y así poder reparar el suyo. Vamos cariño, reparémonos juntos.
Déjame tomar tu mano
Lo haré bien
Juro que te amaré toda mi vida.
No dejo que el miedo de ver lo que queda del pueblo que conocí una vez, me aterre. Los edificios están destruidos, algunos incluso incinerados. Uno pensaría que el pueblo está desierto, pero no, puedo escuchar murmullos mientras corro dentro de los edificios, veo una que otra sombra asomarse por las ventanas rotas y me pregunto si son humanos, Caníbales o alguno de nosotros. No me concentro en eso ahora, sino en encontrar a mi compañero.
Espera, aún te necesito.
Estoy frente al hotel, el que está a un lado de la carretera, antes tenía un rótulo neon con su nombre, ahora no hay letrero. El lugar parece sacado de una película de terror, me pregunto qué estaba pensando Sam cuando se asentó aquí.
Hay tantas habitaciones frente a mi que incluso me mareo. Oh Sam, todo lo que nos hubiéramos ahorrado si me permitieras entrar.
Empiezo a abrir una por una, tratando de no hacer mucho ruido si por alguna razón alguien más ya estaba alojado aquí, trato de no pensar en los Caníbales que podrían estarlo.
Cuando estoy a la mitad del primer piso tengo un pensamiento, y ese es que Sam elegiría un piso alto para poder tener mejor vista hacia afuera, aunque ahora no hay mucho que ver. Subo las escaleras hasta el último piso y empiezo otra vez desde cero, estoy llegando al final del pasillo cuando una de las puertas no cede cuando intento abrirla. Me trago el manojo de nervios que tengo atorado en el pecho y toco la puerta.
Retrocedo unos pasos por precaución y aguardo pacientemente hasta que la puerta se abre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro