Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 37

Estoy renqueando hacia la casa de Caín, estoy demasiado cansada para sentir, demasiado insensible para mentir, y por eso mismo les ordené a todos que no me hicieran más preguntas sobre lo sucedido, menos sobre Sam.

Scott murió. No necesité mis dones o un arma para hacerlo, y debo admitir que se mantuvo fuerte hasta el final. Se movía rápido incluso herido, y mi mandíbula amoratada es testigo de eso, sin embargo cuando peleé no sólo lo hice por mi o por los míos, me di cuenta de que es tiempo de ser tan egoísta. Cuando le rompí el cuello pensé en la humanidad y de lo que haré para que vuelva a restaurarse.

Sin embargo, antes de empezar a soltar mis planes y empezar a dar órdenes, tenía que hacer algo primero, y eso es ver cómo está Caín.

Cuando Drew me mira entrar suelta aire, Caín se incorpora de la cama con un rostro adolorido.

-Qué bueno que llegas, tuvimos que sedarlo para evitar que fuera a ver lo que pasaba.- Dice Drew. Caín lo interrumpe.

-Lo escuché, Scott logró entrar ¿Cómo ha pasado?

-Es posible que sucediera anoche, cuando tuviste ese bajón.- Lukas se mueve de la cama y me hace señas de que me siente, lo hago con el cuerpo adolorido.- Me imagino que estaba merodeando por los alrededores y aprovechó la situación.

-Es mi culpa.- Dice cansado.

-No, no es así. De hecho, me alegra que lograra cruzar, porque me ha abierto los ojos, en más de un sentido.

Frunce el ceño.-¿Te ha hecho daño?¿Dónde está? No podemos dejar que vuelva con su grupo.

-No lo hará, porque está muerto, yo lo maté.- Las palabras ni siquiera queman cuando las digo.-
Estoy segura de que ve a través de mis barreras porque les dice a Drew y a Lukas que nos dejen solos. Cuando nos quedamos a solas sé que está a punto de preguntarme lo que pasa pero no lo dejo ni comenzar cuando yo ya estoy hablando.
Cuando termino está más pálido de lo normal, sus ojos abiertos y enojados.

-Lo confirmó todo.- Le digo.- Así que no hay nada que explicar.

-No sé qué decirte.- Admite.- Me gustaría mucho poder salir de esta cama y poder golpearlo...
-Créeme, él ya está lo suficiente golpeado.- Digo con dolor al recordar sus heridas. Soy estúpida por aún preocuparme por él. Sam estará repuesto en un día o dos, mi corazón por otro lado quién sabe en cuánto tiempo.

Sam curó a mi corazón de la herida de Jesse, pero ¿Quién estará ahí para curarlo de la herida de Sam?
-Abby, no sabes cuánto lo siento, si pudiera eliminar todo ese dolor lo haría.- Sonrío tristemente.

-Lo sé Caín, lo sé.- Trago saliva.- Quería hablarte de algo, algo muy importante.
-¿Sobre qué?
-El futuro de todos.
Sus ojos se abren por la sorpresa, incluso yo me sorprendo al escucharme hablar. Parezco tan segura de mi misma, ni siquiera vacilo, las ideas no me hacen estremecer a pesar de que son demasiado duras y peligrosas, a pesar de que apestan a sangre y muerte.
-Si quieres mi opinión... es un plan arriesgado que hace que la guerra que tuvimos hace meses parezca un sueño en comparación con esta pesadilla, morirán mucho y los que no entonces se mantendrán bajo peligro las veinticuatro siete, pero si funciona, y tengo fe de que así será, nos salvarás a todos Abby.

-Sólo quisiera... tener un soporte en estos momentos, me siento tan sola Caín.

-No lo estás, recuerda que aunque seas la líder ahora, ellos no te obedecerán simplemente por el título, sino porque confían en ti. Yo lo hago.
Una lágrima se resbala por mi mejilla.- Estás preocupada.- Observa él.- Y no es por el plan.
Niego con la cabeza.- Quiero saber cómo está.
-¿Y por qué no vas a verlo?
-No estoy lista.
-No cometas los mismos errores Abby, no huyas.
No planeo hacerlo, es justo por eso que asesiné a Scott.

Cuando Jesse me dejó, yo corrí a esconderme, esta vez no pienso esconderme a pesar de que me esté derrumbando con cada segundo que pasa.

-Le diré a Elías que me avise cómo sigue ¿Te parece?
Yo logro asentir con la mirada en el suelo.-¿Tienes dónde pasar la noche?
-Donde mis padres, la casa de Natalia ya es ocupada por Maggie y yo... pasaba la noche con él así que...

-Puedes quedarte aquí, hay muchas habitaciones ahora que todos se han esparcido por el pueblo.- Logro asentir.

Busco la habitación más alejada y en cuanto entro me hecho a llorar.

Mi pecho se desgarra con cada respiración, la imagen de Sam aparece frente a mi y eso hace que solloce aún más fuerte. Sabía que era demasiado bueno para ser verdad, lo sabía en cada noche que me quedaba despierta mirándolo dormir.
¿Cómo pude caer de esa manera? ¿Por qué mi corazón siempre elige a los incorrectos?
¿Será este mi castigo por ser como soy?
Mi mente divaga en esa noche, me sentí tan libre con él, le conté mucho sobre mi y él escuchó como si de verdad le importara, no era así. Y sin embargo me curó, con sus mentiras y acciones falsas logró restaurarme. ¿Por qué si me quería muerta me devolvió a la vida?

Las cosas no tienen sentido pero son ciertas, cada una de ellas. Y con horror me doy cuenta de que el pensamiento de verlo irse así como Jesse lo hizo una vez me produce más dolor que la verdad.

Sam me dijo que me odiaba, yo no sabía por qué hasta ahora. Estaba demasiado ciega para ver que era verdad, que él me estaba cazando.
¿Cómo era capaz de ver en mi dirección sabiendo lo que había hecho?¿Cómo pudo haberme besado con tanta pasión y haberse unido a mi siendo la asesina de su amigo?

Me paso el resto del día y la noche así, no salgo de esta habitación pequeña, no me muevo del mismo lugar. Con cada respiración que tomo siento como si me ahogara. Lo necesitaba conmigo, me acostumbré tanto a él, a que me tomara en sus brazos cada vez que me sentía mal, que me besara cuando lo necesitara o me hablara a través del vínculo aunque fuese para cosas tontas que ahora mi cuerpo está muriendo sin él. Y lo peor es que si me quedo cayada e ignoro mis sollozos puedo escuchar su corazón latir junto al mío.

Escucho su corazón, me dejo llevar por su sonido y no sé qué día es o si es de noche, yo me duermo con sus latidos y me dejo caer al suelo.

Cuando mis ojos se vuelven a abrir estoy en la cama que había en la habitación, estoy abrazando a una almohada tan fuerte que se ha salido de su funda naranja.

Dejo ir a la almohada con lentitud y empiezo a incorporarme, es cuando me doy cuenta de que Natalia está sentada en una mesita en el rincón, parece incómoda en esa pequeña silla de madera.
Todo me impacta de golpe y el dolor vuelve a cántaros a mi.
Scott, Sam, la pelea, el plan, Caín....
-¡Por Dios!- Exclamo. Los ojos de Natalia se abren de golpe y se levanta como un rayo.-¿Cuántos días estuve dormida?
Ella se limpia la boca y me contesta:- Tres...

-¡No!- Exclamo con horror.-¿Caín ha...?
La mirada de Nat se suaviza.- No, no Abby, él no ha muerto pero la mayor parte del tiempo se mantiene dormido, le han puesto oxígeno porque ha tenido problemas para respirar, Drew dice que es porque sus pulmones están muriendo.

Siento un poco de alivio, no puedo romper mi promesa hacia él.

Trago saliva mientras vuelvo a sentarme, los ojos me arden como el infierno y en el pecho pareciera que tengo bloques de concreto, me siento tan débil, tan rota, tan muerta...

-No te preocupes.- Nat se acerca a mi y se arrodilla tomando mis manos, me mirada desde abajo.- Es normal que durmieras tanto, lo que hiciste tomó de ti mucha energía. Te hemos estado viniendo a ver, tu mamá acababa de irse hace unos minutos.- Habla lentamente, como si temiera que enloqueciera en cualquier momento. Me pregunto si Sam ha venido a verme. No, eso es estúpido ¿Por qué lo haría? Yo maté a Isak.
-¿Está bien?- Pregunto en un susurro.
-¿Sam?- Pregunta ella, suelto aire, me duele escuchar su voz.
-Sí, Sam ¿Cómo está?
-Recuperado, su brazo lo volvieron a encajar en su lugar, su energía también está recuperada, él ha querido venir pero... no se lo hemos permitido. Todos ya saben la verdad, que ustedes son compañeros.- Asiento con la mirada perdida en el suelo.
-Esto duele.- Admito en voz alta.
Ella peina mi anudado cabello, estoy mugrienta, todavía llena de sangre, la piel me pica y estoy segura de que no huelo bien.- Necesito una ducha.
-Por supuesto.- Nat trata de sonreírme mientras me lleva al baño al final del pasillo.- Te espero afuera.
-Claro.- Susurro.
Abro la llave y el agua fría impacta contra mi piel, dejo salir aire mientras tiemblo y trato de tomar respiraciones constantes.
Me estoy ahogando con mi propio aire.
La sangre se lava de mi pelo, mi propia sangre mezclada con la de Scott. Lavo mis brazos y mi torso, tengo varios moretones de la pelea final entre él y yo.
Abby...

Me quedo sin aliente al escuchar la voz de Sam en mi cabeza, dejo salir un sollozo.
Por favor déjame explicarte todo.
Las lágrimas inundan mi rostro, soy incapaz de mantenerme de pie así que me siento sobre las baldosas frías.
Yo te quiero Abby, escúchame, te quiero.
No me mientas más.
Le digo con enojo y tristeza.
No te estoy mintiendo, lo juro cariño, no quiero perderte, eso me mataría ¿Puedes sentirlo? Siente mi corazón cariño, él no te mentirá.
Cierro los ojos y estúpidamente me lo imagino frente a mi, las lágrimas se mezclan con el agua en mi rostro. Guardo silencio sólo escuchando el agua caer y luego su corazón. Late intrépido, late dolorosamente, hay algo en sus latidos que se sienten tan pesados. Es dolor, es tristeza, así late mi corazón también.
No, él está mintiendo.
No lo creas.
No lo creas.
Cariño, por favor, no te cierres.

Es justamente lo que hago, cierro mi mente para él, dejo de escucharlo hablarme.
No puedo escucharlo, amo demasiado su voz y me vendría abajo si sigo escuchándolo. Mucho más abajo de lo que estoy en estos momentos.
Me doy cuenta de que no sirvió de nada, porque mi mente sigue repitiendo sus palabras.
¿Puedes sentirlo? Siente mi corazón cariño, él no te mentirá.
Escucho su corazón, lloro con sus latidos y me quiebro, me quiebro.

Escucho voces en la planta baja, gritos y cosas rompiéndose. Me paro de golpe y me envuelvo en una toalla. Limpio mi rostro a cómo puedo y cuando estoy por abrir la puerta esta se abre por sí sola, Nat me mira preocupada.
-No salgas.- Me advierte.
-¿Por qué?- Pregunto con voz débil.
-Sam está aquí.
Todo mi cuerpo se estremece, Nat me guía hacia el fondo del baño otra vez y cierra la puerta tras ella. Escucho todo el bochorno desde aquí, sacudiéndome violentamente con el llanto cada vez que escucho la voz de Sam.

-¡Abby!¡Cariño estoy aquí, por favor habla conmigo!
Me tapo los oídos y empiezo a contar, cuento en voz alta con los ojos cerrados hasta que me arde la garganta. No sé cuánto tiempo después Natalia regresa y me quita las manos de los oídos. Y sin una palabra salgo del baño y me encierro en la habitación que se siente tan fría para mi.
-¿Cómo te sientes?- Le pregunto a Caín. Son casi las seis de la tarde para cuando por fin salí de la habitación.
Sonríe de lado por debajo de la mascarilla, parece adormilado.
-Supongo que bien, no sé qué es lo que me está dando Drew pero me siento mejor.
Me siento a su lado.- Me alegro que no te sientas tan adolorido.
-Cumplí una semana y sigo respirando, sí que soy un guerrero.
Le acaricio el cabello.- Por supuesto que lo eres, pensé que ya lo sabías.
-¿Y tú cómo estás? Lo escuché venir más temprano.
Suelto aire.- Quiere hablar conmigo.
Sonríe burlón.- Así escuché.
-Pero yo... no puedo.
-¿No te interesa saber lo que quiere decirte?
-Siento que serán solo mentiras, pero no es por eso, es porque me duele escuchar su voz, me duele imaginarlo, pensar que... todo eso que me hizo quererlo fue mentira.
-No lo sé Abs... estaba seguro que era un maldito bastardo por hacer lo que hizo, o mejor dicho, casi hacerlo. Pero luego lo escuché hoy, de hecho, a venido varias veces en estos tres días, se gana un golpe cada vez pero sigue viniendo. No es como Jesse.
-Eso no lo sabemos Caín, ya no lo conozco en absoluto, antes creía saber lo que pensaba por...-Lo miro.
-El vínculo.- Asiento.- Sí, lo supe hace unos días.
Vuelvo a asentir.- Sí, por el vínculo, pero hasta eso fue mentira, él no quería unirse a mi, se arrepintió...
-¿Eso fue lo que te dijo?
-No, fue lo que Scott me dijo.
Se queda pensativo.- No me parece creíble ¿Por qué Sam se uniría contigo así por así? Aunque te quisiera muerta, aunque fuera sólo una fachada para acercarse a ti, es demasiado, incluso para él, con estos tipos de vínculos no se juegan. Deberían hablarlo, luego decides si creerle o no.

-De todas formas no es el momento, vine a avisarte que los reuní a todos, les diré el plan pero no sé, quería que estuvieras ahí.

- Le pondré un intercomunicador a Lukas y así lo que escuche lo escucharé yo también.

-Volveré pronto.- Le aseguro.

-Te esperaré.
Sabía que encontrarme con él en esta reunión es inevitable, mientras veo a todos entrar sonrío falsamente y les digo que estoy bien cada vez que preguntan, incluso Aria que me odia tanto me pregunta e incluso posa una mano en mi hombro antes de tomar asiento con el resto. Entonces Sam llega, junto a Devon y Cam y mi mundo vuelve a sacudirse. Sus ojos verdes se encuentran con los míos y los veo iluminarse, su corazón empieza a latir loco y sincroniza con el mío.

Todos mis sentimientos hacia él salen a la luz en cada uno de mis latidos.
El amargo recuerdo de la verdad me hace retroceder un paso, Natalia llega a mi lado y mira de manera asesina a Sam. Cam le dice algo al oído y segundos después Sam aparta la mirada, camina junto a sus compañeros a uno de los sillones. Dejo salir aire sintiendo a Nat apoyar su mano en mi hombro.

Cuando Jesse llega junto a Maggie sé que no me sentiré cómoda al respecto. En cuanto él entra se acerca a mi.

-Hola Abby.- Me saluda de forma gentil.

Trago saliva.-Hola Jesse, puedes sentarte, la reunión está por empezar...

-Quería recordarte que estoy aquí para ti.- Lo miro con el ceño fruncido.- Recuerda lo que te dije en la noche de la fogata, creo que hasta lo presentí...
-Jesse, tus comentarios están fuera de lugar.- Lo regaña Natalia.

Jesse me mira.- Estoy aquí para ti Abby, sigo esperando.- Roza mi mejilla con sus dedos y me estremezco.

Maggie le da un manotazo y lo mira mal.- Ya déjala Jesse.- Le dice con enojo.

Por suerte hace caso, Jesse empieza a caminar hacia los sillones y Maggie lo sigue, me da una mirada comprensiva antes de sentarse.

-Eso empeoró la cosas ¿Cierto?- Me pregunta mi amiga en voz baja.

No tengo voz para contestar así que me encojo de hombros.

Luego mis padres llegan, y lo primero que pienso al ver a James es que debí hacerle caso cuando me advirtió sobre Sam.

Cuando todos estamos juntos empiezo la reunión.

-Me enfrenté a Scott, el segundo líder de los cazadores, el mismo del que Jesse, Maggie, Lukas, Jared y Karum escapaban hace una semana, ellos nos hablaron sobre ese grupo de rebeldes que Scott dirigía, que vivían escondidos en lo que antes fue un centro comercial.

-Sí, pero el centro comercial es una fachada, abajo de él parece un gran buker militar.

-Exacto.- Concuerdo yo con mi hermano.- Justo antes de enfrentarlo pensé en todo ese grupo que ahora se encuentra sin un líder, pensé en todas esas armas resguardadas ahí y ese lugar seguro y oculto. ¿Cuánto tiempo creen que sobreviviremos aquí?- Les pregunto.

-No lo sé, la comida está disminuyendo, quedan pocas frutas en los árboles...- Empieza a decir Elías.

-No, me refiero en la tierra ¿Cuánto tiempo creen que nos queda de vida con todo eso que sucede afuera? Ni los hermanos Galeano ni Lukas son inmortales, algún día morirán, de hambre, de alguna enfermedad...- Las palabras duelen pero son verdad.- Estamos viviendo en una burbuja que poco a poco se va haciendo más débil, no podemos vivir así para siempre.

-¿Qué propones entonces?- Dice Aria.

-Que vayamos a ese lugar, que lideremos a toda esa gente y lleguemos a un acuerdo con los humanos para que esta guerra termine.

-¿Qué?- Pregunta ella.-¿Crees que ellos te escucharán?
-No, sé que no, al menos al principio. Pero con todos esos Orígenes, Medio Orígenes y brujos... toda esa comida, esas armas, podemos incluso ser más. Les enseñaremos a los humanos que no pueden con nosotros y como no pueden que será mejor dejarnos en paz, debemos llegar a un acuerdo.
-Es demasiado arriesgado.- Dice Jordy.- Podríamos morir en el intento.

-Que no se nos olvide el virus.- Concuerda su hermano.- Han pasado casi dos meses, el mundo debe estar lleno de Caníbales, debemos enfrentarnos también a ellos, oh y los Primeros, si ellos se dan cuenta de que seguimos vivos no dudes que vendrán por nosotros, ya nos buscaban por desenmascararlos antes.

Veo la mirada de todos, cargas de terror y angustia.-¿Así que quieren quedarse aquí y esperar lo inevitable?¿Quieren quedarse en esta burbuja hasta que les explote encima?¿O prefieren intentar curar al mundo ahora que tenemos la oportunidad?
-Ese es el problema.- Dice Cam.- No la tenemos.
-Eso no lo sabes.- Contesto yo y la próxima pregunta se la hago a los gemelos y a Aria.-¿Cuántos eran cuando empezaron a planear enfrentarse contra los cazadores?
La pregunta los toma por sorpresa, puedo ver a Cam y Devon tensarse.- Eh... sólo nosotros.- Contesta Elías.- Sólo cinco.
-¿Y cuántos fuimos al final?
-Más de trescientos.- Contesta Jordy.
Evito tensarme al recordar quienes murieron en esa guerra. Levanto mi mentón.- Pues somos más que cinco ¿Quién dice que no podemos ser más de trescientos al final?
Me encuentro con la mirada de Sam, por alguna razón, al verlo asentir en mi dirección me da fuerzas para seguir. Aparto la mirada cuando siento la amenaza de las lágrimas otra vez.

Sé que es arriesgado, pero es aún más arriesgado quedarnos aquí, la comida se agota, el agua también, si un hechicero más se enferma o muere estamos perdidos.

El grupo querrá vengar la muerte de su líder, bien, yo me convertiré en su nuevo líder. Aunque tenga que atemorizarlos primero.

-Es un paso que haremos si queremos sobrevivir, tendremos que hacer lo necesario para parar todo esto, les haremos saber a los humanos que no pueden contra nosotros y cuando lo vean, no tendrán nada más que ceder. Será un nuevo mundo, pero la única forma de llegar a él es levantarnos de las cenizas y convertirnos en fuego. Miro a todos, no se me escapa ni una sola cara.-¿Quién está conmigo?
-Los humanos no nos aceptarán ¿Acaso no lo ves?
-No nos aceptan porque les hemos mostrado la parte más fea de nosotros.- Digo yo.
-Estoy contigo.- Dice Natalia.- Ya te lo dije antes, lucharé a tu lado.
-Yo también iré contigo.- Murmura Zack.
Sam se pone de pie y mi corazón se detiene.- Estaré ahí contigo, pelearé a tu lado aunque tú no lo quieras, sangraré cuando tu sangres y caeré cuando tu lo hagas, pero no dudes que también te ayudaré a levantarte.- Sus palabras me llegan al pecho, retumban en el agujero que queda ahí.
Quisiera creerte, quisiera hacerlo, tanto que duele...
Cam y Devon también se levantan, luego los gemelos, mis padres, Jesse y su madre. Maggie sonríe de lado y asiente en mi dirección, Drew incluso se mira aliviado, todos lo hacen menos Aria.
Me lanza una mirada.- No pienso participar en ese suicidio y parece que también se les olvida que Caín será enterrado aquí.
-Caín está de acuerdo con Abby.- Dice Lukas.- De hecho, está escuchando en estos momentos.
El rostro de Aria se vuelve blanco.
-Aun así no pienso seguirlos, yo ya lo perdí todo, a mi familia, no me queda nada.
-Somos tu familia.- Digo yo.- Todos somos una familia, no sólo un grupo.

-Eso es una vil mentira, el asesino de mi hermano sigue aquí y nadie a hecho nada, jamás lo vería como mi familia.
-Aria...- Le digo yo.- No hagas esto.
-Es mi decisión final.- Dice levantándose.
Cuando se va, los gemelos no la siguen.
-¿En cuánto tiempo nos vamos?- Pregunta Cam.
-Es mejor que vayan empacando sus cosas.
Cuando todos empiezan a irse me despido de mis padres, Sam es el único que queda además de Natalia.
-Sam, es mejor que te vayas.- Le dice Nat.
-Necesito hablar con ella.- Mientras habla no aparta sus ojos de los míos.
-Eso no será posible.- Le dice mi amiga.
Sus ojos no dejan los míos.
Por favor.
Murmura en mi mente.
Cierro mis ojos.
¿Dejo que me siga mintiendo?¿O me miento a mi misma diciéndome que no quiero escucharlo?
-Nat... Está bien, hablaré con él.- Me lanza una mirada preocupada, yo asiento haciéndose saber que estaré bien.

Empieza a caminar a la puerta pero se para justo al lado de Sam para susurrarle algo al oído.
-Si le haces algo te mato.-Sam baja la mirada mientras asiente.

-¿Qué quieres?- Le pregunto cuando Nat se va.

-Quiero contarte toda la verdad, no puedo dejar que vivas pensando que yo jamás te quise, porque lo hago Abby, eres la única persona a la que he querido y la única por la que he querido pelear.

Mis labios empiezan a temblar así que los relamo para simular.- Hablaré contigo con una condición.

-Lo que quieras.

-Que no mientas.

-Lo juro, por mi corazón.
Asiento.- Entonces habla.

-Aquí no.- Dice él y me tiende la mano.- Vamos.

-No lo haré, no confío en ti Sam.
Veo dolor cruzar sus ojos antes de que trague saliva y se acerque un paso más.- Una vez más, por favor.
-¿Cómo sé que no me harás daño?¿Que no me matarás así como deseas hacerlo?
-Porque si tu murieras Abby, yo moriría contigo.- Mantiene su mano extendida hacia mi.- Confía en mi una vez más.- Me pide con voz suave.

Escucho su corazón latir frenético antes de ser estúpida y tomar su mano.
Entonces desaparecemos de la casa y cuando abro mis ojos me topo con la noche y la luna llena brillando adornada con miles de estrellas. El aire me sacude el cabello y cuando miro a mi alrededor y no hacia el cielo me doy cuenta de donde estoy y me estremezco.

-¿Por qué estamos arriba de un edificio?- Pregunto insegura.

Sam camina hacia mi y cuando me ve retroceder se detiene.- Porque cuando realmente te conocí fue arriba de uno, te sinceraste conmigo, ahora es mi turno.

El corazón me late con fuerza, mezclado con miedo y muchos sentimientos dolorosos.

Sam camina hacia el borde del edificio y se sienta, sus piernas cuelgan fuera, me está dando la espalda.

La noche es fría, incluso para mi, o tal vez son los nervios los que me hacen sentir así.
Veo la luz de la luna reflejarse en los cabellos desarreglados de Sam, su porte no es recto, como suele ser, parece destruido, incluso cansado. Lo imito y me siento en el borde, a una buena distancia de él pero en un buen ángulo para ver un lado de su rostro, está viendo hacia abajo, hacia la calle desierta.
-No soy como él.- Son sus primeras palabras, sé de inmediato a qué se refiere.- La situación es completamente diferente. Jesse te traicionó aun teniendo sentimientos por ti, yo ni siquiera te conocía.
Aunque sinceras, sus palabras duelen.- Ese día en la guerra miré cómo lo atravesabas con una espada, yo estaba demasiado lejos, peleando contra varios Orígenes que me habían rodeado, para el momento en que llegué hasta él su corazón no latía y tú estabas saliendo de un edificio con el rostro descompuesto, recuerdo ver a Zack también, supe que también habías perdido a alguien.- Sebastian.- Me dije a mi mismo que... que iba a vengar la muerte de Isak, te perdí varias veces entre la multitud y luego no tuve tiempo de buscarte porque James y Caín desenmascararon a los Primeros en frente de todos, la guerra terminó en ese momento pero era demasiado tarde para Isak. No voy a mentirte, mis pensamientos eran demasiado oscuros cuando se dirigían a ti, cuando te volví a encontrar entre la multitud, fue cuando estabas encendiendo la hoguera para quemar los cuerpos, te miré desde lo alto de un edificio, estaba ahí porque no quería vivir de cerca cómo quemaban el cuerpo de Isak, y desde la distancia te vi levantar tu rostro hacia mi, fue cuando memoricé tu rostro para nunca más perderte de vista. Te seguí a Old Town, me fui en el último camión militar en la parte de arriba y luego me escondí en el bosque mientras te despedías del grupo, pude matarte ahí mismo, pude hacerlo cuando te quedaste a solas en esa cabaña, sufriendo porque Jesse te había roto, pero... pero quise tomarme mi tiempo.- Cada vez que aceptar los hechos algo muere en mi, mi cuerpo está temblando y no por frío, sino por miedo, siempre supe que el pasado de Sam era oscuro pero no hasta este punto, no hasta su forma de pensar tan... cínica, despiadada.- Te seguí a Canadá, te vi terminar tu instituto, te observé desde lejos en las calles, estaba asechándote, esperado el momento pero ¿Sabes cuál fue el problema?- Niego con la cabeza.- No eres lo que esperé. La chica a la que seguía no parecía ser la que asesinó a mi amigo, tú eras demasiado humilde, demasiado buena, demasiado humana. Te vi sonreír a los niños pobres de las calles y darle monedas, te vi atender a los clientes de esa librería con una sonrisa en tu rostro, y no era falsa porque aun cuando se daban la vuelta tenías ese brillo, fue cuando comprendí que te gustaba lo que hacías. Pero también miraba tu tristeza, a pesar del tiempo, de los meses, tú seguías sufriendo por él, ese día que entré a la librería lo hice porque estaba confundido, quería saber quién eras realmente. Y sí, no eras lo que esperabas, no eras ni la chica de la guerra, ni la chica tímida que miraba desde lejos, eras diferente, eras... tú.- Se gira hacia mi, su rostro demasiado inexpresivo, sin embargo su corazón estaba todo menos tranquilo. Estaba nervioso.- Me enojé conmigo mismo por no haber cumplido mi promesa en todos esos meses y prometí que la próxima vez que te viera lo haría.
-Déjame adivinar.- Digo con voz seca.- Fue la noche del edificio.
Suelta aire.- No esperaba verte ahí, pero lo estabas, no lo pensé dos veces, te asusté, me teletransporté de un rincón a otro, eso fue lo que viste, lo que te asustó. Y cuando te vi caer esperé sentir ese vacío llenarse, pero no sentí nada, no se sentía bien como solía sentirse el vengarse de mis enemigos, cuando te escuché gritar, cuando te escuché decir que no podías más... no pude dejarte ahí colgando, me sentí estúpido por ayudar al asesino de mi hermano pero ahí estaba yo, subiéndote y luego charlando contigo sobre tus problemas, lo peor de todo fue que... por un tiempo olvidé por qué realmente estaba en Canadá, olvidé mi propósito, así que cuando te cité para ese almuerzo al siguiente día, era para...- Cierra la boca, como si le costara decirlo. Así que lo hago por él.
-Para matarme, querías matarme.-Asiente cabizbajo.
-Sí, ese era el plan, pero cuando llegaron las doce me debatí afuera del local sobre si entrar o no, imaginé el momento en que tus ojos se cerraran y el pensamiento de no volver a ver esos ojos grises como el acero no me agradó para nada. Así que entré, y ahí estabas tú, luchando contra esa chica Caníbal, me paralicé, preguntándome si era el destino que me decía que debías morir, no me moví mientras eras lanzada por los aires, por unos segundos vi de nuevo a la chica de la guerra, me di cuenta de qué era esa mirada en tu rostro, querías vivir. Me moví casi sin pensarlo, me enfrenté a esa cosa que no sabía ni qué era, por una extraña, por la persona que debía asesinar. Casi fui mordido por ella pero entonces te arrojaste sobre ella y la apartaste de mi, te vi, vi el dolor en tus ojos cuando tuviste que asesinarla, vi que no eras mala, que tu alma era pura aún con la cosas que hiciste, porque no lo hacías por pasión como los cazadores, lo hacías para sobrevivir. Tuve que alejarte de esa chica porque no dejabas de verla y parecías a punto de derrumbarte por su muerte, no sólo estaba frustrado contigo sino conmigo mismo por no poder entender las cosas. No intenté volver a matarte otra vez, no sólo porque las cosas ya no tuvieran sentido para mi, sino porque teníamos que unir fuerzas contra el virus. Seguí observándote, ahora de cerca y las cosas parecían con menos sentido pero de alguna manera, pude llegar a entenderte, odiándome a mi mismo cada vez que sentía que tenías razón, sintiéndome confundido cuando te arriesgaste y te expusiste en el hospital sólo para comprarme tiempo, frustrado porque sabías que te odiaba pero no entendías por qué, quería gritártelo, en ese momento quería que te rompieras por lo que hiciste... Me dije a mi mismo que estaba mal por no ceder y asesinarte pero de momento a otro dejé de pensar de esa forma contigo, empecé a sentirme tranquilo, a veces ni siquiera hablábamos, sólo nos mirábamos y todo estaba bien, me sacabas de mis casillas pero también me hacías reír, reír realmente, me hiciste dudar sobre mis principios, sobre lo que era correcto y qué no. Lo aceptaste en una ocasión, los dos lo hicimos, que ambos habíamos perdido a alguien y que estábamos pagando por ello. Cada vez que nos acercábamos un paso yo me alejaba dos porque... porque se me hizo difícil empezar a verte de otra forma sabiendo lo que había pasado, yo estaba confundido, enojado. Un día era yo quien quería hacerte daño y luego, era yo quien te protegía de aquellos que querían herirte, me sentía patético,, débil, sólo tú me has hecho sentir así.- Me estoy abrazando a mi misma para evitar hacer cosas de las que me arrepentiré luego. Sus palabras parecen sinceras, ha aceptado que nuestro inicio fue falso, que sus acciones eran trampas, trampas que el cazador puso para su presa, me hace sentir como una tonta por no haberlo visto antes, y más como una tonta enamorada por haber caído de todas formas.- Aquella vez que te propuse ser compañeros no fue planeado pero lo que dijo Scott es totalmente falso, nunca me arrepentí de decirlo, yo quería hacerlo y aunque no lo sabías, tú también, por eso una parte del ritual a estaba hecho. Pensé que me sentiría mal luego pero... no lo hice, me sentí bien, por primera vez, después de tanto tiempo, me sentí lleno. Y aunque el ritual todavía no estabas completo, para mi fuiste mi compañera desde ese día.- Para mi lo fue también, era más que mi amigo o mi compañero de combate, el recuerdo me hace mirar hacia otro lado, la mirada se me empaña pero me rehúso a llorar otra vez.- El día en que supe que estaba perdido, que mis principios ahora eran nada y mi nuevo propósito era verte cada día, fue aquella noche en Los Ángeles. Mientras bailábamos en esa pista llena de gente, pero a la única que quería tocar, sentir u oler era a ti, supe que había caído, de rodillas justo frente a ti. Fue entonces cuando el verdadero miedo llegó, la voz de Isak preguntándome qué demonios estaba haciendo, tenía que alejarme porque no era lo correcto, y justo cuando tomé la decisión ese Caníbal te llevó y yo... aparté la voz de Isak, la apagué dentro de mi cabeza y fui a buscarte, porque no podía dejar que algo te pasara. Cuando caí por ese risco y me zambullí en el agua helada estaba listo para morir, sabía que nadie iba a rescatarme, que tú aunque tuvieras un buen corazón no te arriesgarías a nunca volver a ver a tu familia por alguien como yo, alguien que te empujó demasiadas veces y te dijo cosas dolorosas, pero ahí estabas, gritando mi nombre entre la oscuridad, nadando en la deriva para encontrarme, y quise vivir... solamente para volver a ver tus ojos. Y los vi, mientras me congelaba en lo único que pude pensar fueron tus ojos y se miraban tan preocupados... tenías miedo de que muriera y ni siquiera sabías la verdad.- Regreso mi mirada hacia él cuando escucho que su voz se quiebra. Me está mirando, con lágrimas en sus ojos, su mandíbula está tensa. Quiero ir hacia él y abrazarlo, a pesar de todo, a pesar de la verdad, lo único que quiero es refugiarme en sus brazos a pesar de que él tendría la oportunidad de clavarme un puñal por la espalda, lo siguiente que dice me hace cubrirme el rostro con las manos para que él no mire mis lágrimas.- No había visto tanto miedo en otros ojos a causa de mi estado, pero tú estabas haciendo lo posible para mantenerme despierto, escuché cuando me rogaste que nos llevara de regreso y con mis últimos esfuerzos lo hice, no sólo por mi, porque no podía dejarte tirada en Los Ángeles. Y luego me cuidaste, viste mi debilidad y no te aprovechaste de eso, sino que me ayudaste. Mientras hacía lo posible por mantenerme despierto me repetía una y otra vez que dejar que te acercaras tanto era un error, que nadie debía verme tan débil, eso era lo que mi padre me enseñó desde pequeño, pero yo te dejé cuidarme, porque me sentía seguro contigo, y cuando nos abrazamos para entrar en calor nunca me había sentido tan... completo, tú me contemplas Abby.- No sé cómo, pero está frente a mi, tomando mis manos y alejándolas de mi rostro, dejo que sus manos tomen las mías y limpien las lágrimas de mi rostro, sus suaves manos las apartan con dulzura. Su mirada me grita que me quiere y su corazón canta con pasión.- En la madrugada te despertaste enferma y aunque mi cuerpo aún se sentía rígido te acompañé en el baño y te sostuve mientras vomitabas, todo eso me pareció tan...- Sonríe.- íntimo, nunca había vivido eso con nadie, que me cuidaran y cuidar, y... me gustó. Te llevé a la cama en mis brazos cuando terminé de limpiarte y te abracé hasta que te quedaste dormida otra vez. Y supe que algo tan bueno como tú no debía estar junto a alguien tan enfermo como yo, por eso, justo en ese momento decidí que lo mejor era que me alejara. Y lo hice, eres testigo de eso. Me permití escuchar la voz de Isak otra vez, diciéndome que me mantuviera alejado de ti, que te olvidara pero pastelito, eres imposible de olvidar.- Sonríe con tristeza.- Nunca me fui realmente pero para mi estábamos a miles de kilómetros, Devon y Cam me avisaban sobre tu seguridad, con eso me mantenía a raya, hasta que un día Devon vino a mi apartamento con esa foto y esa nota tuya, fui por ti ese día, admitiste todo eso frente a mi y no pude estar más de acuerdo porque yo sentía lo mismo, pero para mi era difícil, ya que debía dejar mi pasado por mi presente, debía arriesgarme a ser tu veneno o tu remedio y cuando tomé la decisión y fui por ti... casi muero cuando me di cuenta del estado en que te encontrabas, casi te pierdo ese día, estabas desangrándote arriba de aquel edificio y pensé que tal vez el destino si estaba jugando conmigo, por ponerte en mi camino, hacerme sentir todo eso por ti y luego arrebatarte, entonces decidí jugar con el destino y te até a mi. Te hice mi compañera, no podía perderte, no a ti también, tiré, tiré de nuestra conexión todo lo que pude y cuando vi que tus ojos seguían sin abrirse... fue como vivir la pérdida dos veces, y durante esos momentos no me importó si yo moría también por el esfuerzo de traerte de vuelta, estaría feliz de irme contigo, pero entonces te moviste y tus ojos grises como el hierro me devolvieron la mirada y supe que tenía una nueva oportunidad y que no podía dejarla ir. A partir de ese momento cambié, me empecé a mover cuando tú lo hacías, no como tu sombra ni tú como la mía, sino como uno. Tal vez seguía asustado por lo que podía pasar en el futuro, pero estaba aún más asustado de volver a perderte. Abby yo te quiero más de lo que me quiero a mi mismo, sin ti no era nada, nada más que carne y hueso, tú me llenaste de luz, tú me diste vida, no, ¿Pero qué estoy diciendo? Tú eres mi vida. Cometí errores, errores que... no puedo cambiar ahora.- Sus ojos buscan frenéticamente los míos.- Por favor, entiende que no te conocía, que no sabía lo que hacía, que estaba lleno de odio y rencor, pero no creas en ningún momento que mis sentimientos por ti son falsos, porque yo te quiero y si te pasara algo yo moriría sin ti.- Cuando mis labios se separan se me escapa un sollozo. Esto es demasiado, sus palabras son demasiado hermosas, tal vez hasta demasiado para ser verdad. Estoy confundida y me estoy ahogando. Aparto sus manos de mi rostro y veo su dolor cuando lo hago pero no forcejea, se aleja y me da mi espacio, el cabello se le pega en la frente y su mechón está empapado por las lágrimas.

Tomo aire, respiro lo más estable que puedo y alejo mi mirada de él.

Lo quiero, con todo mi roto corazón pero necesito procesar todo esto, no puedo tomar una decisión tan a la ligera.- Por favor entiende.- Digo con voz temblorosa.- Que lo que hiciste cambia muchas cosas, y no creas que te hecho toda la culpa a ti, también es mi culpa, cometimos errores y ahora estamos pagando por ello.- Me levanto, él me sigue con la mirada, empiezo a retroceder dos pasos cuando también se levanta, parece preocupado.- Quiero mi espacio.- Digo con fuerza, quizá demasiado, eso hace que retroceda de manera mecánica.- No quiero que me presiones ni que insistas, por ahora lo mejor es que...- Me atraganto con las palabras.-Déjame sola Sam.- Le pido.
-Abby...- Dice en modo de súplica, cuando lo miro a los ojos, a sus ojos brillantes por las lágrimas, lo único que puedo hacer es recordarle su promesa.
-Prometiste no llorar Sam, no rompas tu promesa.
Veo el momento en que comprende mis palabras, cuando él habló sobre mi gran corazón y sobre que eso me mataría, casi pasa con Scott, porque mi corazón estaba siendo colgado mientras me golpeaban, pero ahora repito las palabras para que no insista, para que no siga derramando lágrimas, la visión es demasiado desagradable y hace que quiera besar cada una de sus lágrimas. Y no puedo hacerlo, porque necesito tiempo para pensar, para decidir qué hacer. Para saber si podré perdonarlo o como con Jesse, tener que olvidarlo y borrarlo de mi corazón, porque si no lo hago, este dolor que siento en mi pecho, en mi corazón... me matará.
Lo veo asentir con la mirada baja y con un gran dolor lo escucho decir:-Adiós Abby.- Antes de verlo desaparecer.
Me quedo sola en ese edificio, viendo hacia la luna y las estrellas, la oscuridad recordándome al chico que conocí hace meses en aquella librería, con el que me sinceré en una noche como esta en un edificio como este.
- Espero verte de nuevo.- Asiente en mi dirección y antes de girarme veo como saca un cigarrillo de uno de los bolsillos de su chaqueta y lo enciende con cuidado. Está expulsando el humo cuando contesto:
-Yo espero que no.
El recuerdo me hace sentarme y llorar como una niña pequeña.
Lo quiero, lo quiero tanto que duele.

Ya hasta me da miedo comentar... jajsjdh
Ya bueno, perdón por darles más ataques ._. Quería preguntarles si les interesaría leer una pequeña historia sobre cómo se conocieron Sarah y James, algo así como un pequeño relato, estaba pensando en eso, escribir su historia mientras me preparo para la tercera parte y puede que incluso escriba pequeños relatos de otros personajes, sólo déjenme saber si les interesa :)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro