Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 31

Hay un momento en la vida en que tienes que enfrentarte tanto a tu presente como a tu pasado. Y el temerle al pasado depende de si estás lista para enfrentarlo y dejarlo ir. Yo lo estoy.
Estoy completamente segura de quien soy y lo que quiero.
Soy una guerrera y quiero a Sam, no cambiaría lo que tenemos por nada.
Yo quise mucho a Jesse, le di tiempo a mi corazón por sanar, le di seis meses e incluso en ese tiempo, si Jesse hubiera vuelto por mi, creo que hubiera sido capaz de perdonarlo, y quizá, quizá hubiera sido capaz de darle otra oportunidad. Pero, él no regresó, yo seguía rota y entonces alguien más me encontró por él.

Mi historia con Sam es diferente, lo fue desde el principio. Ahora le creo a la frase "Del amor al odio hay sólo un paso"
Sam era un cazador y yo odiaba a los cazadores, jamás pensé que terminaríamos juntos, que yo terminaría tan feliz a su lado. Y no tiene nada que ver con que él haya aceptado que su tiempo como cazador ya pasó, no, lo quise incluso cuando él se creía uno de ellos. Claro que al principio quería ahorcarlo... así como estoy segura de que él más de una vez quiso hacerlo también. Pero míranos ahora, más unidos que nunca, escucha nuestros corazones latir como uno y nuestras almas bailar juntas. Sam y yo somos uno. También en ese sentido literal.

Sam y yo regresamos a la casa de Caín cuando se nos llam y es que él ha recibido un mensaje de fuego, de parte de Jesse y Jared.

Están llegando.
Estoy emocionada, volveré a ver a mi hermano.

-Los quiero dispersos.- Dice Caín.- Tienen que vigilar cada perímetro. Tomen las armas por cualquier cosa, Abby y Zack estarán esperando en la entrada.

-¿Pero quién los protege a ellos?- Pregunta Sam

-Habremos algunos escondidos en el bosque, pero otros deberán estar del otro lado del pueblo, ya que cuando quite la barrera, se quitará por completo, no sólo en la entrada.

Sam asiente, sé que se postulará para estar cerca de mi, me lo confirma con una mirada de reojo.

-¿Iremos armados también?- Pregunta Zack.

-Si, por emergencia. Ahora escuchen sus posiciones, los que vaya nombrando pueden irse retirando con sus armas.

Zack y yo podíamos irnos, pero quise esperar a que nombrara a Sam, por suerte lo colocó cerca de mi. Empecé a acomodarme el cinturón de armas sobre mi ropa, ropa nueva que encontré en unas tiendas. La ropa por suerte es cómoda por si toca pelear. Pantalones talle alto y rasgados en el largo de la rodilla, una camisa manga larga color negro de franela y cuello circular y como nunca puede faltar, unos cómodos y hermosos botines negros hasta el tobillo. Me hice una trenza antes de venir con Sam y por la prisa de no llegar tarde la dejé un poco floja, por lo que algunos mechones de cabello se salen de su lugar.

-¿Nerviosa?- Me pregunta Nat mientras se enfunda un cuchillo.

-Sí, ya quiero ver a Jared, estaba preocupada por él.

-¿Y no estás preocupada por nada más?

La miro burlona.- Nunca lo estuve, pero la charla que tuve con Sam me dejó aún más relajada.

-¿Así que ahora él lo sabe?¿Todo?

Asiento.- Sí, era el momento.

-¿Y cómo reaccionó?

Dejo el arma en su funda cerca de mi rodilla y luego coloco una daga cerca de mi cintura, la tapo con mi camisa.- Sam conoce mis sentimientos hacia él, me conoce. No se molestó en absoluto.- Recuerdo sus ojos vidriosos y mi corazón da un vuelco. No me emocioné por verlo así, me dolió, pero sus palabras me hicieron sentir cosas hermosas.- Sam entiende que Jesse es parte de mi pasado.

-¿Y lo es realmente?

-Lo es, y ahí se va a quedar.

Ella me sonríe orgullosa.- Bien, esa es mi chica.

Rueda los ojos.- Suena como si se lo dijeras a un perro.

Se ríe.- Esa era la idea.

La golpeo de broma.

El viento está calmado por lo que ni el provoca sonidos al pasar entre nosotros. Zack y yo somos los únicos caminando en medio de la calle, cada vez acercándonos más al letrero, el dichoso letrero. Pero a pesar de que no miraba a nadie, sabía que estaban por ahí adentrándose en el bosque y al mismo tiempo vigilándonos, respaldándonos.

-Creo que voy a vomitar.- Murmura Zack. Y realmente parece que es así por su rostro pálido y sus manos temblorosas que ni su suéter largo y ancho cubren.

-Tienes que guardar la calma.- Digo no demasiado alto.- Yo también estoy nerviosa por ver a mi hermano.

-Pero conmigo es diferente y lo sabes. Ni siquiera sé si Jesse sabe lo que pasó con...- Suelta aire.- Sebastian.

Si no lo sabe aún, si no estuvo en su lecho de muerte fue por su propia culpa. Pero no se lo digo a Zack, eso lo agobiaría más, así que como consuelo coloco una mano sobre su hombro y lo aprieto.- Si no lo sabe, tú y Lilith estarán para darle la noticia y estarán para consolarlo.

-Sigo amando a mi hermano.- Me asegura.- Pero la verdad es que ahora lo veo como un desconocido.

Suspiro.- Para mi también lo es. Lo importante es que puedas perdonarlo.

-Tengo que hacerlo.- Me contesta Zack.- Pero ¿Y tú? ¿Lograrás perdonarlo?

Mi respuesta en estos momentos es no. Pero la vida da vueltas, todo lo que das se te regresa, el odio es un sentimiento muy fuerte, si lo odiara el resto de mi vida le estaría dando demasiada importancia. Así que pienso que algún día, de algún año tal vez pueda mirarlo y hablarle como un conocido, no como alguien que me traicionó y me rompió.

-Algún día.- Le aseguro.

Zack sonríe.- No pienses que porque es mi hermano me pondré siempre de su lado, soy tu amigo también y para mi eres mi familia, jamás te daré la espalda.- Y sé que detrás de esas palabras lo que en verdad quiere decirme es "Jamás te haré lo que él te hizo" Y se lo agradezco de corazón.

-Yo tampoco Zack, yo tampoco.

Llegamos al límite, no cruzamos el letrero pero miramos a nuestro al rededor en busca de alguna señal de vida. Más allá de los árboles hay un pueblo, un pueblo que antes estaba poblado, que tenía más habitantes que Old Town, ahora ya no hay nadie ahí, no hay nadie a nuestros alrededores.

Me comunico con Elías por el intercomunicador.- Estamos listos, la barrera puede bajar.

-Ellos están por llegar.- Me asegura él.- El último mensaje de fuego fue enviado, les avisamos que el camino está despejado, en pocos minutos estarán con nosotros.

Asiento olvidando que no puede verme.- Comprendo, estaremos al tanto.

Seguido de eso, no pasó mucho tiempo cuando la barrera que nos protege del mundo es borrada. Es invisible pero tanto Zack como yo sentimos el cambio. El viento es más brusco, menos puro, se siente el temor de las calles vacías, de los destrozos del mundo que ahora sí pueden alcanzarnos.

Llevo una mano cerca de mi arma y él y yo empezamos a esperar.

El cuerpo me tiembla ante las posibilidades de que esto no sea real.

Cada momento de mi vida, fuera bueno o malo, puedo recordarlo con Jared estando a mi lado.

Cuando cumplía años y él encendía mis velitas con su don de fuego, cuando andábamos en bicicleta, cada primer día de escuela e instituto, cada pelea entre ambos por cosas tontas como quién puede quedarse con el control remoto o quién puede tomarse el último vaso de leche, o cuando él, Karum y yo salíamos, claro que como eran chicos los lugares a los que acostumbraban ir eran carreras de moto, casas de otros amigos o aquel local de videojuegos. Yo aprendí a compartir incluso eso con Jared, hasta iba a sus aburridos partidos de fútbol, y yo odio el fútbol, si eso no es amor entonces no sé lo que sea. Diría también que lo aconsejaba con las chicas pero él nunca llevó una a casa o habló de alguna relación seria, yo por lo contrario si le hablaba de mis cosas personales.

Eso era antes, ahora él había estado lejos de mi, hasta ahora que regresaba a casa. Una casa destrozada y llena de cenizas, donde los edificios estaban abandonados y las calles cubiertas de suciedad. Pero es nuestra casa, la única que nos queda.

Primero se escucharon los gritos.

-¡Corre!¡Corre maldita sea!- Se escuchó un grito hacer eco pero por la distancia no soy capaz de distinguir a quien le pertenece la voz. Zack se tensa y levanta un arma con brazos temblorosos.

Veo movimiento a lo lejos, entrecierro los ojos tratando de mejorar mis sentidos. Ellos se acercan.

-¡Karum!- Grita alguien. Y me doy cuenta de que es Jared, mi respiración se corta y tengo que luchar contra el impulso de ir por él, pero no puedo dejar los límites, puede ser peligroso, puedo quedar del otro lado.

Me comunico con Elías.-¡Están llegando!

-Atentos antes de que cierre la barrera.- Parece agitado.

-¿Qué ocurre?

-Caníbales.- Murmura.- Unos cuantos se han filtrado, los estamos eliminando.

Veo los cuerpos venir corriendo en nuestra dirección. No sé si preocuparme más por lo que veo o por los caníbales.

-Los están siguiendo.- Murmuro con horror antes de cortar la conexión.

Puedo distinguir sus rostros ahora, al menos los de mis conocidos.

Veo a Jared, lleva prácticamente a Karum sobre él, Karum cojea y hace muecas de dolor, hay sangre sobre ambos y no sé a cuál de los dos pertenece o si también es de alguien más. Luego miro a Jesse, está manchado de sangre también y su camiseta destrozada, hecha tirones, veo a la chica rubia al lado de él y a un chico más joven que todos ellos a la par de la chica. Y detrás de ellos vienen un grupo de personas, no son demasiadas, cuento al menos seis pero les disparan, malditamente les disparan.

-¡Corran!- Les grita Zack.

Levanto mi arma y avanzando unos pasos llego hasta un paso fuera del letrero, justo lo que no tenía que hacer, y apunto a la cabeza de uno de los seguidores. Disparo, sin remordimiento, sin compasión. El hombre cae al suelo y su arma también.

Más disparos llueven y los hace tambalear, Jared incluso trata de mantener a Karum por los hombros mientras corren. Yo disparo a los que puedo pero muchos de ellos están fuera de mi alcance.

Sam
Lo llamo histérica.
Puedo verlos, dispararé a los que tenga más cerca.
Gracias.
Dos más caen y los disparos vienen desde el bosque, de nuestro lado.

Los nuestros están cerca, sólo unos pasos más, un poco más. Casi puedo tocar a Jared, puedo ver el color de sus ojos y su olor mezclado con la sangre.

Bajo el arma y cuando está a mi alcance jalo a Karum hacia mi y lo ayudo a apoyarse en mi, jadea contra mi y la sangre se me pega a la camisa, lo sostengo con fuerza mientras veo cómo terminan de cruzar el límite.

-Jared.- Murmuro con ojos llorosos.

Empieza a girarse hacia mi pero un disparo resuena y él cae al suelo, mi grito resuena hasta por encima de los árboles.

-¡No!

Mi hermano cae al suelo y Karum grita y se remueve hasta que sale de mi agarre y se tira junto a Jared, miro hacia al frente, donde sólo queda un par. Una chica con un arma levantada, con mirada furiosa y violenta y a su lado una pelirroja. Las dos apuntan sus armas, una hacia mi y la otra hacia Zack, espero por el disparo de Sam pero nunca llega y un profundo dolor en mi pecho me hace jadear. Algo le ha sucedido a Sam.

El tiempo en que me toma sacar mi arma es el tiempo que les toma a ellas disparar.

Escucho varios gritos a la vez, alguien choca contra mi cuerpo y me tira al suelo, cierro los ojos unos segundos y cuando los abro me encuentro con los ojos de Jesse. Esos zafiros.

Me giro hacia las mujeres que disparan y cuando me doy cuenta de lo que pasa una mezcla de alivio viene hacia mi. Las balas están suspendidas en el aire y a estas se les suman más, ellas disparan pero las balas se quedan congeladas, aparto a Jesse y me giro hacia la responsable. Natalia está saliendo del bosque con una mano en alto, el viento golpea en su dirección y le remueve la larga y oscura cabellera, la hace ver como alguien letal.

Me levanto y recupero el aliento. Miro a Natalia y le sonrío. Luego las miro a ellas.

-Están muertas.- Les digo. Por la corta distancia me escuchan.

Mi cuerpo se pone rígido mientras dejo salir mi fuego. Muevo mi brazo hacia atrás y luego dejo salir una ráfaga de fuego. Ellas gritan y lo esquivan deslizándose al suelo elegancia. Y cuando lanzo la segunda ráfaga una de ellas levanta la mano y el fuego se dispersa por todos lados menos hacia ellas. La rubia me mira sonriente y yo la miro con fuego retenido.

Aire.

Su don es el aire.

-¿Quieres pelear?- Pregunto. Natalia se coloca a mi lado, Zack está ayudando a Jared en el suelo, Jesse y la chica rubia ayudan a Karum a levantarse y Sam, aunque no puedo verlo sé que está en peligro. Tantos heridos, una pelea justo en frente y una sola yo. Aprieto mis puños para controlar mi histeria.- Entonces ven por mi.

Ellas ladean la cabeza y sonríen antes de correr hacia nosotras, Natalia y yo hacemos lo mismo, dándonos igual que la barrera esté por cerrar. Mis pies parecen moverse por si solos hacia ella y cuando estamos a poca distancia me elevo sobre mis pies y la golpeo de lleno en la cabeza y ella me golpea a un costado. Aterrizo en el suelo sólo para esquivar el puñetazo que manda en dirección a mi rostro. A mi lado, Natalia pelea con la pelirroja.

La rubia me lanza una patada y la esquivo.- A que no eres nada sin tus poderes.- Me reta. Yo sigo esquivando sus golpes.

La golpeo en la mandíbula y luego en el cuello, ella se hace hacia atrás.

-Podemos apostar si quieres.- Murmuro antes de tomar uno de sus brazos y doblarlo con fuerza. Ella grita y con el codo golpea mi brazo, la dejo y recibo un puñetazo en el rostro, mi cabeza se va hacia atrás, jadeo mientras busco aire y luego escupo mi sangre en el suelo. Basta de juegos. Empiezo a poner en práctica las lecciones que Sam me dio y no tengo remordimiento al golpearla.

-Diez segundos.- Dice Elías por el intercomunicador.

Diez segundos, justo lo que le quedan de vida a esta perra.

La golpeo en la tráquea, ella pierde la concentración tratando de tomar aire y aprovecho para impulsarme sobre mis pies y girar sobre ella hasta quedar del lado de su espalda, antes de que pueda girarse la tomo del cuello.

-No sabes con quien te estás metiendo.-Dice con mi voz amortiguada.

-Y tu no sabías a quien le disparabas.- Digo con voz apretada.- Por mi hermano.- Le susurro antes de romper su cuello.

Natalia hace lo mismo a mi lado y nos vemos.

-Cinco segundos.- Murmura Elías.

Entonces ella y yo empezamos a correr.

Jared sigue en el suelo, de eso me percato mientras corro, sangre sale de él. Karum nos está gritando que corramos más rápidos, Jesse me llama con desesperación y la rubia a su lado señala detrás de nosotros, aun corriendo me giro, sólo para encontrarme con un grupo enorme que corre hacia nosotras a una distancia poco larga. Por el hedor y la sangre que los cubre estoy segura de lo que son. Caníbales.

Tres segundos.

Nos quedan tres segundos y la distancia entre el rótulo y nosotras parece lejano. Si la barrera se cierra antes de que estamos dentro es nuestro fin. Apresuramos nuestro paso.

Dos segundos.

Jadeo cuando algo aparece detrás de nosotras y nos toma del cuello. Me remuevo porque ya no estoy corriendo, pero entones, ni siquiera estoy ahí.

Aterrizamos en el suelo. Golpeo el concreto con una parte de mi cuerpo y cuando dejo caer mi brazo golpe el rostro de alguien.

Me giro para ver el rostro de Sam y jadeo mientras lo envuelvo con mi brazo. Detrás de él está Natalia sentada en el suelo con cara pálida y jadeante.

Abrazo a Sam con todas mis fuerzas porque me doy cuenta de lo que ha hecho, nos ha teletrasportado al otro lado, miro hacia mi derecha, donde el grupo conformado por mi hermano, Karum, Zack, Jesse, la rubia y el otro chico nos miran con los ojos abiertos como platos. Y una barrera invisible evita que el grupo de caníbales que se abalanza contra ella pase a nuestro lado. Casi morimos ahí, un segundo más y nos quedamos atrapadas del otro lado. Casi muero, otra vez.

-Estás temblando.- Murmura Sam cerca de mi oído, sus brazos me abrazan fuerte.

Con voz débil contesto:- Pensé que eras tú el que temblaba.

Lo escucho tomar aire.

-No lo sé.- Acepta.

Cierro los ojos al pensar en lo que hubiera pasado. Mi cuerpo siendo despedazado por los caníbales, mi piel siendo abierta y desgarrada por esos filosos dientes, el horror que hubiera pasado al estar viva durante ese procedo y luego despertar como una de ellos, con el deseo de comerme a las personas que más quiero. Mi corazón late frenético pero dejo que Sam me ayude a levantarme.

Mis piernas están temblorosas, Natalia se nos acerca y con ojos vidriosos abraza a Sam.- Por Dios Sam, no sabemos cuánto te agradezco esto.- Le tiembla la voz y el cuerpo al igual que a mi.- Casi morimos... casi...- Un sollozo se escapa de ella y en menos de un segundo está abrazándome. Fue aterrador, entiendo por completo su miedo, lo entiendo.

-¡Nat!- Zack se acerca prácticamente corriendo, ella se despega de mi y corre hacia él. Veo como ambos se encuentran a mitad del camino y se envuelven en un abrazo hasta caer de rodillas frente al otro.

Miro hacia más allá, donde mi hermano se encuentra sentado y jadeando.- Jared.- Digo sin aliento antes de empezar a correr.

Me dejo caer frente a él y no sé qué hacer al ver tanta sangre.

-Por Dios.- Digo. Incluso herido me sonríe.

-Hola hermanita.- Dice con voz entrecortada.- No te preocupes, sólo me rozó.

Levanto su camisa y veo una herida ahí, definitivamente hay una herida.

Al ver mi impaciencia levanta una bala dorada y me la pone en la mano.- Sólo me rozó, tranquila.

Y me estrecha en sus brazos. Mis brazos tiemblan mientras le regreso el gesto y no puedo evitar derramar unas cuantas lágrimas.- Realmente estás aquí, estás aquí.

Me abraza más fuerte.- Estoy aquí, he vuelto a casa.

-No vuelvas a irte.- Le regaño sin soltarlo. Con él teniéndome así, incluso el temor de lo que podía haberme pasado empieza a despejarse.

-No es que tenga a donde ir.- Se burla. Sí, definitivamente es mi hermano.

-Ven, le ayudaré a levantarte.

-Estás loca.- Murmura mientras jalo de él, veo a Jesse venir hacia mi pero entonces Sam ya está ahí, ayudándome a levantar a Jared. Lo sostiene por mi y le hace poner su brazo sobre él, mi hermano se le queda viendo raro.
-Oye a ti no te conozco ¿Quién eres?

-Sí.- Dice Jesse mirando a Sam con cara de pocos amigos.-¿Quién es?

Evito su mirada, no por vergüenza, sino por falta de interés.- Ya habrá tiempo de bienvenidas, ahora estás herido y te llevaremos a un lugar seguro para curarte.

Miro a Karum que cojea hacia mi y me abraza sin decir nada al principio.- Pequeña Abby, como siempre es un gusto verte.

Lo palmeo en la espalda.- Estás jodido.

Se ríe.- Lo sé.

-Vamos.- les di digo a todos, incluyendo a los dos que no conozco. Por un momento mi mirada se centra en Jesse. No siento nada, nada de lo que sentía cuando lo veía, cuando sus ojos azules se contrabatan conmigo incluso en la distancia, mi corazón no late por él, sólo puedo sentir molestia, molestia por lo que hizo. Su mirada parece arrepentida, incluso dolida pero ni eso me hace reaccionar a él. Parece más alto y con más músculo que antes, su cabello está un poco más largo que antes y se ha dejado crecer la barba unos días, eso y la suciedad lo hacen ver más mayor.- Vamos para que los revisen.

Empiezo a caminar con Karum, Sam ayuda a mi hermano más adelante, Natalia y Zack no dejan de abrazarse incluso mientras caminan, Jesse va en medio de los dos chicos nuevos.

Lo logramos, con sangre derramada y todo pero lo logramos.

-¿Quiénes eran esos?- Pregunto al cabo de un rato, cuando ya estamos llegando a la casa de Caín en el bosque. Se nos han unido Cam y Devon que van atrás de nosotros.

-Es una muy larga historia, pero en resumidas cuentas, no querrás volverte a encontrar con ellos, menos con lo que hiciste.

Frunzo el ceño.-¿Qué hice? Esa... chica le disparó a Jared.

-No, me malinterpretas, no te estoy regañando, si tu no lo hubieras hecho lo habría hecho yo, la cuestión es, quien era ella.

-No me digas que era la líder del grupo que los estaba persiguiendo.

-Peor.- Murmura él en voz baja.- Era la chica del líder y él... es peligroso, no quiero pensar en lo que hará cuando se dé cuenta de que asesinaste a su pareja.

Trago saliva.-¿Y él es tan peligroso?

-Sus poderes lo hacen peligroso, es el engaño en carne y hueso.

Miles de teorías empiezan a surgir en mi mente pero llego a la misma conclusión una y otra vez. No cambio lo que le hice a esa perra.

Cuando llegamos a la casa, Zack y Natalia son los primeros en entrar pero todos paramos de golpe cuando ellos se quedan en la entrada sin moverse.

-¿Qué ha pasado?- Pregunta Natalia con horror.

En las primeras personas que pienso son en mamá y James y la sangre se me vuelve hielo.

-No puede ser.- Dice Zack y se gira hacia nosotros con el rostro en blanco y con miedo en los ojos.

-¿Qué?- Pregunto yo.- ¡Zack, habla por favor!

Y lo que sale de sus labios temblorosos hace que el mundo se remueva y tiemble bajo mis pies.

-Han mordido a Caín.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro