Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12

Primero son las risas, luego la luz es encendida. El lugar queda iluminado y somos capaz de ver a los diez hombres que nos rodean, tengo que girarme para contar a los de atrás quienes bloquean la salida. Todos sonríen malévolos, pero hay uno en especial, el que está en frente, apoyado en la vitrina de vidrio llena de armas. Ese nos mira como un gran premio gordo. Mamá me agarra del brazo, de repente, ha dejado de temblar, pero sé que no es más que para hacerse la fuerte frente a estos Caníbales. 

Yo sabía que nada podía sacarnos de aquí. Eran demasiados, y si tratábamos de luchar sería en vano ya que sólo llevábamos un par de estacas, y como ya sabíamos, la única forma de matarlos es atravesando su cabeza. 

Uno de los hombres dio un paso hacia mi a mi lado, me giré hacia él y le mostré los dientes al mismo tiempo que levantaba la estaca hacia él.- Apártate.- Rugí.

El hombre no hizo más que reír, y todos lo siguieron.

-Oh, miren eso, la chica tiene agallas aún sabiendo que no saldrá con vida de este lugar.- Dice el de la vitrina. Estoy casi segura que fue él quien se asomó por la ventana del edificio de correos. Estaba lleno de tatuajes, sus brazos e incluso su cuello, era delgado y con barba, lo peor, su camiseta parecía manchada con sangre seca, de hecho, todos tenían eso en común, estaban sucios, hediondos.

Era inútil preguntar lo que querían, era clara que nos querían a nosotras.- Te preguntarás.- Dice el de los tatuajes.-¿Cómo supimos que venían hacia acá?- Dice sonriendo de una manera que me hace temblar. Y yo que creía que la sonrisa de Sam guardaba algo oscuro... 

Sam. Oh, espero que él y James no estén cerca, son demasiados. Incluso para ellos.

No le contesto nada, me limito a mirarlo con odio, en mi cabeza estoy planeando varias formas de salir de aquí pero ninguna es funcional, todas terminan en la misma mala manera.

-Bien, te lo diré de todas formas...- Se separa de la vitrina y se acerca. Me congelo en mi lugar, totalmente asustada. Pero mi madre no, ella parece más activa que nunca. No lo piensa dos veces antes de crear un círculo de fuego alrededor de nosotros. Todos los hombres se sorprenden, incluso retrocede, menos uno, que se queda de pie mirándonos curiosos.

-Te acercas a mi hija y te quemaré vivo.- Le amenaza mi madre al de los tatuajes.

Este levanta su cabeza y mira a mamá con odio reprimido, luego la señala, el movimiento me deja sin aliento.- Tú, tú serás la primera en morir.

Y esas palabras para mi son como un catalizador, la furia supera al miedo. En un abrir y cerrar de ojos mis brazos están en llamas, siento el calor irradiar de mi. Mi madre me sigue, también está en llamas. Sonrío maliciosa.

-¿Quién será el primero en probar esa teoría?- Pregunto en un rugido furioso. Y aunque esté ardiendo, literalmente, puedo sentir frío en mis dedos por la adrenalina. 

-Oh.- Dice él formando de su boca una O abierta, sus ojos brillan de diversión.-¿No te ha enseñado mamá que con la comida no se juega?

-¿No te ha enseñado tu madre que los muertos deben pertenecer así?  

Veo por el rabillo del ojo a uno que se mueve, finjo que no lo veo y cuando se acerca lo suficiente, formo con mis manos una bola de fuego que le da justo en el pecho.

Lo escucho gritar, y sé que en parte es malo porque el ruido puede atraer a más. Pero no me detengo, lanzo otra al siguiente que intenta acercarse, incluso la estaca en mi otra mano está en llamas. 

Todos avanzan hacia nosotras al mismo tiempo, y era lo que me temía. 

Me posiciono espalda contra espalda con mamá y observo a los hombres que debían estar quemados pero cuando los veo, están repuestos, se han curado ya. El fuego no era útil aquí. 
-Finalmente.- Dice el tatuado.- Se dan cuenta que no hay salida, puedo verlo en sus ojos grises como el metal.- Tal vez hayamos perdidos nuestros dones, sin embargo ganamos otra cosa... Grandes habilidades para cazar.- Sonríe maliciosamete. Sus palabras no me pasan por alto, ahora sé por qué Tessa no usó sus dones conmigo, o por qué ellos no habían intento nada aún. No tenían dones, al parecer el virus lo anula, eso es información valiosa.
Mi voz no tiembla cuando le digo.- Vete al infierno.
-Seguro, te espero allá.
Estamos rodeadas y esta vez con menos espacio. Ellos cruzan las llamas, gimen de dolor pero al cabo de unos segundos, se acostumbran al dolor. ¿En qué clase de criaturas nos convertimos al ser mordidos?  

Levanto la estaca así como mamá y cuando el de los tatuajes asiente a sus hombres, estoy segura que jamás me sentí así de derrotada. 

Y entonces hay un rayo de luz segadora. Gimo y me tapo los ojos. Es cuando escucho los disparos. Abro los ojos a tiempo de ver cómo varios de los Caníbales caen al suelo, alguien me toma de la cintura, alejándome de los que se aproximan a mi. Ese alguien es Sam. Me coloca tras él y empieza a disparar directamente a las cabezas de estos. Busco a mi madre con la mirada pero la encuentro a salvo, detrás de James. Los Caníbales que estaban detrás, en la puerta están muertos, yaciendo en el suelo. 

Con cada disparo y uno menos estamos retrocediendo a la salida. Sam dispara con una mano y con la otra me sujeta la mano. Entre los cuerpos no reconozco al tatuado y él me preocupa más, parecía una especie de líder. Lo busco con la mirada mientras retrocedemos a la salida pero entonces el último cae y Sam se gira hacia mi y debo admitir, jamás me sentí tan aliviada de verlo. Tiene sangre en su rostro y cuello, su camiseta está desgarrada en ciertas partes. En sus ojos hay preocupación viva. Pero está bien, al igual que James y eso hace que deje salir aire con alivio.
-¿Estás bien?- Asiento.
-¿Tú?- Pregunto.
Sam sonríe de lado mientras suelta aire.- Ahora sí.
Y entonces escucho el seguro de un arma ser retirado. Todos nos movemos a tiempo para ver al tatuado apuntando hacia Sam detrás del mostrador. Me doy cuenta de que en realidad no es él el objetivo, él solo está entre el arma y yo.

-¡Al suelo!- Grito al tiempo que empujo a Sam al suelo y el gatillo es presionado. Caigo sobre Sam en un torpe intento de cubrirlo. La bala impacta en un estante de vidrio pegado en la pared a unos centímetros de mi cabeza y los cristales rotos nos caen encima. Sam en un rápido momento nos cambia de posición y estoy debajo y él está disparando. Dispara una y dos veces en la frente del tatuado y este cae al suelo, muerto con los ojos abiertos con expresión vacía. Respiro profundamente y miro a Sam. Está mirando al hombre, su mandíbula tensa y sus músculos en el mismo estado. Entonces suelta aire y cierra sus ojos, presionándolos como para calmarse y entonces me mira. Me mira desde arriba y veo delicadeza en ellos. Mi pecho se estremece por alguna extraña razón. Y cuando Sam enreda sus brazos a mi alrededor, no me aparto, sin dejar de mirarme nos levanta. Hay algo distinto en su mirada, no es el mismo Sam sarcástico, ahora él parece realmente concentrado en mi. Trago saliva cuando me doy cuenta que he estado aferrada a su pecho por mucho tiempo y parpadeando me aparto. Sam baja la mirada y yo miro a James y a mamá. Están abrazados pero mamá que no está de espaldas como James, me mira. Siento alivio al verla bien, tuve mucho miedo de perderla. 

Sale lentamente del abrazo de James, le da un casto beso, le sonríe y viene hacia mi. Corro hacia ella, con lágrimas al borde de mis ojos. Se siente tan bien tenerla aquí, en mis brazos, respirando y bien. 

-Estuviste genial.- Le digo en voz baja.

-Tú igual, Dios, estoy orgullosa de ti, jamás te había visto así.- Me sonríe alisando mi trenza ahora en mal estado. 

Sam y James empiezan a recolectar armas, cambian los cartuchos de las que llevaban.

-Así que las encontraron.- Murmuro, me refiero a las armas que yo tenía escondidas en casa. Eran en su mayoría M9 . Acompaño a Sam y agarro un arma. La inspecciono.

Sam asiente. Luego señala el arma en mis manos.-CM901.- La nombra.

Utilizo la banda para colgarla en mi hombro mientras busco dagas.-Espero no pensaran que los abandonamos.- Digo en voz baja evitando mirarlo. En cambio reviso entre los cristales rotos algo que pueda servirme. Mamá y James hacen lo mismo, cargándose de armas hasta los dientes.

-Revisaremos el perímetro, chicos.- Anuncia James.- Sam, cuídala.- Le advierte serio, Sam asiente distraído. Mamá sigue a James, era obvio que no lo dejaría ir solo. 

-No, no fue así.- Se cuelga un arma al hombro.- Escuchamos los ruidos en la casa de al lado pero fue justo cuando un par de Caníbales aparecían del patio trasero. No pudimos ir tras ustedes o ayudarlas, sabíamos que se fueron en dirección contraria para no llevarlos hacia nosotros, fue valiente, de parte de las dos, eran demasiados para ustedes. Pensamos lo peor, James y yo y cuando recibí tu mensaje...- Suelta aire pesadamente y entonces me mira, haciendo que mi cuerpo se tense pero no de una mala forma, lo contrario.- Me sentí aliviado. 

Se sintió aliviado. Su declaración me deja de piedra y sin contestación. No hago más que asentir apartando la mirada, de pronto sintiéndome extraña al darme cuenta de que yo también estaba aliviada de verlo. Quizá al trabajar a su lado, al contarle mis secretos esa noche y al ver su mejor lado antes que el malo, lo empecé a ver como un amigo y no me había dado cuenta. Pero no iba a decírselo, yo no era su amiga, no me veía así pero ahora estaba confundida. Muy confundida.

Pero de algo estaba segura.- Me alegro de que estés bien.- Admito.- Y me siento agradecida contigo por haberle salvado la vida a mi madre y también la mía.- Me giro completamente hacia él.- Y no importa si sigues odiándome por ser quien soy o por haber participado en algo desastroso para ti, yo te estaré agradecida de igual forma y si algún día tengo que pagarlo, lo haré, porque te lo debo.- Digo en voz baja. Entonces me alejo para buscar mis dagas. O bueno, tal vez sólo me alejo porque lo necesito. 

Hay unas dagas colgadas en la pared de ladrillo, las tomo con cuidado, son de hoja larga y recta de al menos once centímetros. El mano de ambas es circular y de color metálico. Las guardo una a una en cada botín. 

James aparece en la puerta con mamá, agitados los dos.- Ya vienen, son demasiados.

Frunzo el ceño sintiendo el ya familiar cosquilleo es las entrañas.

-¿De dónde han salido tantos? No creo que tantos vivieran en Old Town.

-Si recordamos lo que el reportero dijo, cada cinco de diez personas son Orígenes o Medio Orígenes así que sí es posible que tantos fuesen convertidos después de que atacaran al lugar.- Contesta Sam quitando el seguro de su arma. Lo dice sin mirarme. 

-También, al estar abandonado el pueblo más de ellos pudieron buscar cobija aquí. Cazar de día, tener un lugar asegurado de noche. 

-A como sea.- Dice mamá.- Ya vienen. 

-¿Atacamos o nos escondemos?- Pregunto yo. 

-Fugarnos.- Me corrige James.

Un manto pesado parece caer sobre mi, y la esperanza se va al darme cuenta de que no volveré a saber nada de Caín y su grupo. Asiento tensando la mandíbula y quitándole el seguro al arma.

-Bien, salgamos de aquí.

Vamos hacia la salida, llevo el arma apuntando hacia la calle con la postura que me enseñaron meses atrás. 

No podía escuchar nada así que le pregunto a James:-¿Dónde están?

-Lado izquierdo, a dos calles. Están registrando edificios.

-Supongo que están buscando comida.- Digo en tono de asco. La comida somos nosotros.
-Pues pueden irse a la mierda porque hoy no moriré como un banquete.- Contesta Sam haciendo una mueca.- Salgamos de aquí.

Avanzamos en pareja, James y mamá en el frente, Sam y yo vamos detrás, mirando hacia atrás cada dos por tres.

En tanto silencio, ahora puedo escuchar cosas siendo arrojadas, voces gritando órdenes y risas sin gracia. 

Estamos a mitad del camino, la misma distancia entre doblar en la siguiente curva o retroceder y regresar a la otra calle por donde venimos y donde los Caníbales posiblemente ya estén.

Trato de tranquilizar los temblores internos, me digo a mi misma que ahora tenemos más posibilidades de salir con vida, somos más, tenemos armas...

Cuando miro hacia atrás, me doy cuento de que mi pesadilla está doblando la esquina. Me quedo sin aliento al ver al grupo que se acerca. A penas tengo tiempo de hablar cuando ellos gritan al mismo tiempo que yo. 

-¡Ya vienen!- Exclamo.

-¡Ahí están!- Gritan ellos empezando a correr hacia nosotros.

Sam empieza a disparar y yo hago lo mismo, son al menos el doble de los que habían en la armería.

Sam da en el blanco una y otra vez, caminando de espaldas, James y mamá también disparan, pero me doy cuenta, en dirección contraria. Por medio segundo me giro y veo que otros Caníbales han aparecido del otro lado también, nuevamente estamos atrapados. Las balas no durarán para tanto. 

Mientras disparo visualizo a más en los tejados, estos se lanzan y caen al suelo como gatos. Se nos acercan ahora hasta por los lados.   
Le advierto a Sam pero él no puede hacer más que seguir disparando al frente. Apunto hacia el Caníbal que va directo a él y lo derribo, luego al siguiente y al siguiente. Me giro a mi propio lado para derribar a los que vienen por mi.
-¡Sam!- Exclama James.-¡Sácanos de aquí!
Pero me doy cuenta al instante, de que Sam no puede hacerlo lo suficientemente rápido, hay cinco Caníbales que vienen directamente hacia nosotros y ni él ni yo tenemos balas para eliminarlos a tiempo, lo peor, es que él no conoce bien el pueblo así que por un mínimo descuido puede enviarnos al lugar equivocado. Si Sam decide teletransportarnos, no lo hará a tiempo y se abalanzarán sobre nosotros. Si queremos salir, primero debo eliminarlos. Saco el par de dagas lista para atacar. Avanzo unos pasos, la chica de cabello rojo encendido que me muestra los dientes, literalmente salta hacia mi. Escucho el grito de Sam que me advierte sobre la mordida que la chica quiere darme en el cuello. 

Esquivo a la chica y agarro su cabello, haciendo su cabeza hacia atrás y antes de que pueda soltarse clavo la daga en la parte trasera de su cabeza. La sangre me salpica y trato de no relamer mis los labios para probar su sangre contaminada. Me doy cuenta de que los cuatro restantes están demasiado cerca, los cuatro vienen a atacarme de una vez. Sam me jala a su lado, chocamos con las espaldas de James y mamá. También se acabaron sus balas.

Para mi horror, otros más doblan la esquina y se les unen a los cuatro que están a centímetros de nosotros. Mamá agarra mi mano con fuerza, sé lo que significa. Está dejándose llevar. Miro a Sam y a James. Ellos también lo saben, no hay nada que hacer, son demasiados. Las siluetas a lo alto de los edificios se asoman sonrientes y hambrientos.¿Este es el fin? 

Al menos moriré en el lugar donde nací, al menos moriré en casa. Trago saliva y parpadeo para evitar las lágrimas. Siento a Sam tomarme de la otra mano y miro hacia nuestras manos y a las suyas con las de mamá y a las de mamá con las de James.  Somos una cadena y moriremos como una. Sonrío de lado y cuando veo las siluetas más cercas que nunca. Cierro los ojos y espero mi fin. 
James toma mi otra mano con fuerza, escucho un sollozo que proviene de mi madre...

Una luz y cuando abro los ojos estoy siendo tragada por chispas moradas y naranjas. Casi me quedo sin aliento al darme cuenta de lo que significa. No fue Sam quien nos sacó.

Cuando las chispas desaparecen estamos a salvo en medio de una estancia. Caín está frente a nosotros. Nos soltamos las manos, el aire se me queda pegado en la garganta. 

Caín Warner acaba de salvarnos la vida. Camino hacia él con el corazón en la boca, estoy tan feliz de verlo. Asiente en mi dirección con una sonrisa discreta en su rostro. 

-Encantado de verte de nuevo, Abigail Williams.

Caín está más alto y más fuerte, su corte ha cambiado desde la última vez que lo vi, ahora el cabello a los lados está más corto que en la parte media.

-Por Dios.- Suelto.- Creo que jamás estuve más aliviada de verte.- Lo abrazo fuertemente y él me lo devuelve con tibieza.-¿Cómo lo supiste?- Pregunto apartándome. Mamá ya está a mi lado saludándolo con un asentimiento y murmurando un "Gracias por salvarnos" Caín asiente hacia ella sonriendo de manera amigable.- Escuchamos el sonido de disparos, tenemos sensores en todo el pueblo y luego... te sentí.- Frunzo el ceño y saco el collar de debajo de la camisa. Siempre lo llevo, escondido pero lo llevo.- Bueno, eso evita que la conexión se establezca pero puedo sentirte.- Dice contestando a mi pregunta.

-Oh.- Murmuro confundida por su confesión.-Dios¿Dijiste "Escuchamos"? ¿Quieres decir que los chicos están aquí?- Pregunto mirando a mi alrededor, sin duda un lugar que se me hacía conocido pero estoy segura que jamás estuve aquí antes, qué raro.- Pensé que se habían ido con el resto de la gente.

-Estamos los chicos y yo. Elías, Jordy y Aria. Sin embargo se nos unieron un par de chicos.- Sonríe como si supiera un secreto oculto. Estoy segura de que tiene muchos.- No nos fuimos, no teníamos a dónde más ir y decidimos que si íbamos a morir, lo haríamos en nuestro hogar.- Sus palabras me dejan cruda. Eso fue lo último que pensé antes de que el portal creado por Caín nos enviara aquí. Ese iba a ser mi último pensamiento si no hubiese intervenido. Nos refugiamos en una pequeña casa que tengo en medio del bosque pero era muy pequeña para todos así que la mejoramos.- Señala el lugar. Y entonces el recuerdo de lo que era esta casa me golpea. Jamás estuve aquí personalmente, sin embargo, hubo una vez que vi a Caín en este lugar, leyendo el diario que su madre le dejó, para ese entonces, lo odiaba y vine a buscarlo para raptarlo junto con Jesse, Zack, los hermanos Galeano y Sebastian. Puedo recordar los detalles de ese día, un día que parece realmente lejano. Y sí, lo han mejorado bastante. Ahora el lugar es de tres pisos, todo de madera. El techo es alto y hay una escalera que lleva un pasillo abierto  lleno de puertas y al final de este pasillo, otro piso igual que el segundo. Debían ser los dormitorios, habían más de diez puertas. 

La planta baja era un lugar muy, pero muy espacioso, estábamos en medio así que desde aquí podía admirar los detalles. La sala se mezclaba con la cocina. 

Hay un juego de sillones grandes y esponjosos a un lado. En la pared de la izquierda hay un televisor pantalla plana con parlantes a cada lado y una mesa de vidrio en medio de el juego de sillones. En la esquina hay un asiento que cuelga del techo en forma de huevo. A la derecha hay una gran barra y los utensilios de cocina. Luego un amplio pasillo con cuatro puertas, dos a cada lado, este quedaba al lado de la cocina. Y la puerta, para mi sorpresa estaba abierta, como si no temiera que los Caníbales se metieran.

-Este lugar es... no puedo creerlo.- Dice mamá igual de fascinada que yo.

-¿Dónde están todos?- Pregunto yo.-¿Cómo han hecho para evitar a los Caníbales?- Caín frunce el ceño ante la mención de estos, seguro ellos tienen otro nombre para ellos.-Te llamé, cuando todo esto comenzó traté de ponerme en contacto contigo pero jamás contestaste, ahora entiendo por qué. No sabía lo que había pasado aquí. Por favor, necesito saber cómo empezó.

-Y se los contaré, pero primero¿No les gustaría algo de beber? pónganse cómodos. Señala los sillones.

-¿Se supone que debemos confiar en él?- Pregunta Sam detrás de mi. Su ceño está fruncido.

-No es un extraño.- Digo yo con calma.- Es Caín Warner, mi alma gemela.

La expresión de Sam cambia abruptamente y tensa la mandíbula. 

-Ah, así que eres "él" el líder de.- Caín levanta una ceja y me mira.- Olvídalo.- Se corrige Sam. 

-Podemos confiar en él.- Le digo a Sam. Este se ríe sin gracia.

-Lo harás tú.- Contesta.- Yo, jamás. Conoces mis razones.- Lo señala con la cabeza. 

Me quedo callada.

-Disculpa ¿Te conozco?- Le pregunta Caín.

Sam avanza unos pasos, ignorando la mirada de James. Se posiciona a mi lado y le tiende la mano a Caín. Este la toma dudoso.

-Soy Sam Morrison, luché contra los Orígenes en la guerra de Junio, mucho gusto.- Lo dice en tono sarcástico, sin embargo el peso de sus palabras no sólo me llega a mi, sino que también golpea a Caín. 

Pero se recompone al instante.

Estrecha la mano de Sam y sonríe a su altura.- Caín Warner, lideré el grupo que masacró a varios de los tuyos en la guerra de Junio.- La mandíbula de Sam se tensa mientras mira con odio a Caín. El enfrentamiento de ambos era inevitable. Odiaba a Caín por el simple hecho de haber liderado al grupo que luchó contra el suyo. Y Caín odia a los cazadores. Tomo el brazo de Sam.

-Por favor, no hagas esto.- Le pido en voz baja, sólo para que él me escuche. Sam me mira de reojo antes de asentir. Se aparta y se sienta en el sillón más cercano sin apartar la mirada de mi. Asiento. Y luego miro a Caín quien seguro se hace muchas preguntas.

-Traeré bebidas, siéntense.- Me toca el hombro.- Me alegra volver a verte.

-Lo mismo digo.

Estamos sentados en los cómodos sillones grises. James junto a Sam hablan en voz baja, por la mirada de Sam que irradia aburrimiento, sé que James lo está regañando y también sé que a Sam no le interesan sus regaños. 

Me siento segura aquí, aunque los recuerdos no tardan en venir. Es difícil no recordar cuando llegué a la comunidad, me sentí fuera de lugar pero gracias  a Caín e Isabel no tardé en acostumbrarme al lugar. Luego volví a ver a Cody y todo mejoró. Todo parece haber pasado hace años pero en realidad ha pasado medio año desde eso. Caín regresa con tazas de té caliente y coloca la bandeja en medio de la mesa de vidrio de forma rectangular. Yo tomo mi taza. 

-Entonces.- Dice Caín, sentándose en un sillón para uno.-¿Realmente quieren saberlo? lo que pasó no fue bonito.

-Sí, así vimos.- Contesta James.- Todo está hecho polvo.
-Fueron las bombas.- Dice Caín.- Las lanzaron por doquier.

-Empieza por el principio.- Digo yo.

Caín suelta aire y se acomoda en su asiento.- Luego de que todos eligieron su camino y la comunidad quedó vacía, los chicos y yo decidimos no quedarnos ahí, puesto que había una posibilidad de que los Primeros atacaran primero. Así que venimos aquí, pero como dije, el lugar era demasiado pequeño, así que trabajamos en ello. El tiempo pasó, tomamos una vida tranquila, nos dimos una oportunidad, luego encontramos a una chica, es una Medio Origen, su poder es extraordinario, y a un chico, es un Origen de hielo.- La taza en mis manos casi se cae y Caín carraspea.- No, no ese chico.- Dice.- Ninguno de nosotros lo había visto antes, pero es muy agradable.- Suelto aire, fui demasiado obvia, hasta Sam que no sabe nada sobre Jesse, me está viendo raro.- Los acogimos también y aquí empezamos a vivir todos. Luego empezó lo de la fiebre, al principio lo tomamos como una enfermedad humana, hasta que vimos al primer infectado. Estaba en el bosque, nosotros estábamos trotando como hacemos cada mañana y trató de atacar a Aria, unimos las piezas  descubrimos que los Primeros ya estaban empezando a formar su venganza. Lo que hicimos fue usar un hechizo protector para que nadie viera la casa, cualquiera que se acercara se iría a otra parte. La casa está protegida.

-Así que es cierto lo que dicen.- Dice Sam.

Caín lo mira dudoso pero no titubea cuando pregunta:-¿Y qué es lo que dicen?
-Que eres un híbrido.

Caín asiente.- Es verdad.- Luego me mira.- Entonces, un día, unos helicópteros empezaron a rondar el pueblo. Ese día estábamos en el centro haciendo las compras cuando soltaron las bombas. Muchas personas murieron, los edifico, como me imagino, ya vieron, están en el suelo.

-No fuimos al centro donde me imagino es aún peor.- Caín asiente.

-Sí, fue principalmente ahí y como me imaginaba, donde antes era la comunidad. Destruyeron a su paso gran parte del bosque, gracias al hechizo la casa se mantuvo intacto, sin embargo me debilitó. Luego de las bombas soltaron a los infectados, cayeron desde el cielo en las azoteas, de las azoteas al suelo y luego empezaron a atacar. Pero nos dimos cuenta que no era a los humanos, que era a nosotros. Ellos parecían elegir a su presa. Elías casi muere ese día salvando a una pequeña que casi es atropellada, se encontró frente a frente con una de esas cosas. La policía vino, empezaron a evacuar el pueblo pero nosotros venimos a casa. Cuando todos se fueron salimos y nos encontramos con que los únicos pobladores, además de nosotros, eran los infectados. Así que cuando salimos, sólo lo hacemos para traer lo necesario como comida, ropa, agua...

-Pero las ciudades aún no están así, pudiste contactarme. Lo sabes.

-No queríamos molestarte, te fuiste por una razón.- Me dice él.

-No es una excusa Caín, jamás les hubiese dado la espalda.

-De todas formas, es sólo cuestión de tiempo para que las ciudades también caigan, al menos nosotros ya estaremos acostumbrados a esta vida. 

-¿Entonces se han dado por vencidos?- Pregunto.- Eso es nuevo.

-No es eso, simplemente no podemos hacer nada para detener lo que sucede. No podemos enfrentarnos a los Primeros, ni con mil Orígenes, Medio Orígenes y hechiceros podríamos tocarlos, son inmortales. 

-Nosotros estamos haciendo algo.- Dice James interrumpiendo.- Hemos estado estudiando el virus, sabemos sus características y pensamos que hay una posibilidad de descubrir la cura.
-¿Y qué me dicen de los humanos? vimos lo del reportaje, la gente nos llama mutantes, no crean que los humanos dejarán pasar eso.- Dice Caín.

-Ellos ya lo saben, los doctores, el gobierno... Tienen en sus manos a varios Caníbales en el hospital, les están haciendo pruebas. Es sólo cuestión de tiempo para que salga todo a la luz y por eso mismo, no podemos implemente no hacer nada. 

-¿Así que vas a luchar?- Pregunta.- Pensé que ya no querías hacerlo más, que querías... tener una vida normal.

-No puedo darme ese lujo en estos momentos.- Me encojo de hombros.

-Así que Caín.¿Quieres venir con tu grupo a Canadá y ayudarnos en lo que viene?- Pregunta James. Caín dirige su mirada hacia él.

-Es algo que tenemos que decidirlo entre todos, somos un grupo, no pudo tomar la decisión solo. 

Asiento.- Lo entiendo.

-Si gustan pueden quedarse a pasar la noche, ya casi son las seis de la tarde, los chicos no tardan en volver, nunca van muy lejos y Abby.- Dice mirándome.- Hay alguien que creo que te gustará volver a ver.

-Vaya, tú siempre sorprendiéndome.- Sonrío.

No puedo imaginar quien es, aunque espero, sea Cody otra vez.

James le dice algo a Sam que asiente. 

Caín se levanta.- Iré por ellos.- No salgan de la casa.

Asentimos. 

Camina hacia el centro donde con un rápido movimiento de manos, crea un portal frente a él, desaparece en un dos por tres.

-Entonces.- Dice mamá mirándome.- Tú decides si nos vamos o nos quedamos. 

-Creo que es mejor quedarnos, Sam está demasiado débil como para teletransportarnos fuera del pueblo y nosotros debemos descansar. Además, creo que será bueno verlos de nuevo, estoy casi segura de que aceptarán venir con nosotros.

-Entonces nos quedamos.- Dice mamá.

-Pero Sam.- Lo llamo, él levanta la mirada hacia mi.-¿Estás bien con eso?

Parece sorprendido con mi pregunta pero asiente.

Estuvimos cerca de cinco minutos solos, viendo los detalles de la casa sin embargo no subimos al segundo piso, nos limitamos a husmear en la primera planta. 

Estoy sentada en el asiento que parece huevo cuando el portal se abre y uno a uno va saliendo de el. El primero en salir es Elías y cuando me ve sonríe abiertamente.-¡Eh estás viva! 

Me levanto y voy a abrazarlo.- Y estás más alta.- Susurra cuando me suelta.- Eso es bueno.

-Ay Dios, casi no te reconozco con ese corte.- Su cabello ahora con un corte militar casi a rape lo hacen ver distinto.

-Lo sé, lo sé, no puedes con tanto glamour.- Dice su gemelo detrás de él.- Hola Abby.- Asiente.

-Hey Jordy, tú si conservaste tu cabello.- Bromeo. Se pasa una mano por este, tiene una franja rubia a un lado

Aria es la siguiente en salir, le sonrío pero ella me mira con cara de pocos amigos. Es entendible, lo entiendo perfectamente, en parte, fui culpable de que su hermana esté muerta, yo tampoco le perdonaría eso a alguien. Ella pasa de largo y se sienta en uno de los sillones. Un chico sale por el portal a paso tranquilo y hago una mueca al ver su aspecto. Su cabello es negro y sus ojos azules como el hielo, sin embargo, es más delgado que la persona que se me vino a la mente. Sus ojos parecen demasiado grandes para su rostro pero eso no le quita el atractivo. Se acerca a nosotros, sonríe amablemente.- Hola, supongo que eres Abby.- Asiento y me tiene la mano.

-Soy Julian.

Trato de formar una sonrisa.- Un gusto, Julian. 
Y entonces, cuando la veo aparecer, todo mi mundo se sacude. Ella no parece sorprendida al verme pero se queda parada en un punto frente a mi, como si no se decidiera entre venir a saludarme o salir corriendo. Mi madre también se queda de piedra cuando la ve.

-¿Cómo es posible?- Pregunto en shock.

Los chicos se apartan para dejarnos el camino libre. Ella sonríe tímidamente.- Hola Abby.- Es lo que dice antes de avanzar a paso lento. Yo no soy capaz de moverme, es la impresión la que paraliza, no es que no quiera ir y abrazarla. Llega frente a mi, siento a los chicos alejarse y acercarse a Sam. 

-Y-yo...- No soy capaz de hablar lo que me hace bufar.- No lo entiendo Nat, ¿Cómo es que estás aquí con ellos?

-Tenemos mucho de que hablar pero primeramente quiero decirte... Lo lamento, lamento haberte dejado sola, no haberte escuchado, no haberte ayudado, me asusté cuando supe que eras una Origen. Me sentía dolida, asustada y bueno... me alejé.

Lo único que puedo hacer es abrazarla.- Oh Nat, no sabes cuanto te extrañé.- Digo sosteniéndola con fuerza.-¿Cuánto sabes?- Pregunto.

-Todo Abby, lo sé todo.

La miro a  los ojos.- Caín mencionó a una Medio Origen.- La miro con confusión. Parece ella misma, los mismos ojos, el mismo cabello, la misma sonrisa amistosa.-¿Eres tú?

Sonríe aún más, se suelta de mi agarre y entonces, eleva sus brazos.

-Oh, oh.- Dice Jordy.- Aquí vamos otra vez.

Al principio no comprendo lo que dice pero luego escucho un ruido en la cocina, miro hacia los cajones que tiemblan y de golpe se abren. Las cucharas, tenedores y cuchillos salen disparados hacia arriba.- Me tapo la boca por la sorpresa mientras miro como los cubiertos flotan en el aire justo arriba de nosotros. Giran y giran en círculos bien formados.

-Magnokinesis.- Dice ella con tono orgulloso.- Puedo controlar el metal. Doblarlo, manipularlo...

-Es.... es fascinante.- Logro decir.

-Santo Dios.- Dice mamá con la boca abierta. De hecho, todos miran lo que ella hace con admiración. 

-Te dije que su poder era extraordinario.- Dice Caín desde un lado.

-Sí.- Murmuro.- Lo es.

Ella guía los cubiertos de regreso a su lugar.-Tenemos mucho de qué hablar.- Es lo que me dice.

-Pero tendrá que esperar.- Dice Caín.- Hay algo que necesitan saber.- Le dice a su grupo.

Nos sentamos todos en los sillones, alcanzamos sin problema. Y todos escuchan atentos lo que Caín tiene que decir. 

-¿No es arriesgado tener a ese chico ahí encerrado?- Pregunta Elías.- Si lo que dicen es verdad, él puede descontrolarse y atacarlos a pesar de que al principio estuvo dispuesto a ser un sujeto de prueba.

-Lo tenemos cubierto.- Dice James.

-¿Y qué piensan hacer con los que están en el hospital?  si salen a las calles, será algo así como lo que pasó aquí pero tampoco lo podemos dejar ahí, están en manos del gobierno, eso podría ser peor.

-Como dijimos antes, somos pocos.- Dice James.- Necesitamos de su ayuda para actuar. No podemos hacerlo solos.

-¿Qué dicen?- Les pregunta Caín.- No los obligaré a nada. Ustedes deciden.

-De todas formas.- Dice Jordy.- Ya estaba cansado de no hacer nada.- Y me sonríe.- Estoy dentro.

Su hermano lo mira y suelta aire.- También estoy dentro incluso, si me dejan, puedo ayudar en lo que pueda sobre el estudio del virus. 

-Claro que voy.- Dice Nat mirándome.

-Siempre quise conocer Canadá.- Dice Julian encogiéndose de hombros.

Caín mira a Aria.-¿Aria?

Ella rueda los ojos.- No sé por qué le ayudan cuando ella nos dio la espalda una vez.- Dice mirándome con odio.- ¿También se les olvida que ella fue en parte culpable de lo que le sucedió a Natasha?- Se levanta y me señala.- Pudiste haberlo detenido, ¡era tu maldito novio! lo que significa que era tu maldito problema también. Pero Natasha estaba ahí en medio y luego, al siguiente minuto estaba muriendo a manos de ese imbécil y tú.... tú no hiciste nada.- No puedo bajar la mirada aunque es lo que quiero hacer.

-Acepto la culpa, sé que pude haberlo evitado.- Digo lentamente para evitar sofocarla más.- Y en serio lamento lo que pasó...

Ella se ríe secamente.- No mientas, no seas hipócrita, siempre la odiaste y cuando murió tuvo la mala suerte de que eras la única a su lado, para su mala suerte, fue lo último que vio antes de morir.¡Eres una maldita sin corazón! No pretendas ni por un segundo que te duele como a mi.- Y entonces se va. Me quedo callada sintiendo las miradas sobre mi, me hago pequeña en mi lugar. Y ahí estaba, una de las razones por las que no quería volver a sostener un arma. También había sangre de Natasha sobre mi. 

-Abby.- Dice Sam sentado al lado de mamá.- Si quieres irte...- Niego con la cabeza.

-Está bien, ella tiene razón. Fue mi culpa yo...- El recuerdo me hace querer salir huyendo.- No pude detenerlo y me arrepiento por no haberlo hecho, por haberlo dejado ir luego de que la... luego de lo que hizo.- Los miro. Sus miradas son grises, también sienten su pérdida y puede que en silencio, también me culpen.- También lamento haberme ido así, estaba asustada y dolida. Había sangre en mis manos y estaba aterrada por eso.- Trago saliva mirando mis manos.- Pero ella tiene razón, les di la espalda y aunque no lo crean, también me di la espalda a mi misma hasta que...- Miro a Sam, él escucha con atención y no me juzga con la mirada, lo contrario, parece querer darme fuerzas.- Hasta que alguien me abrió los ojos y salí de mi cueva. 

-No te juzgamos.- Dice Jordy.- Entendemos, nosotros a nuestra forma, también sufrimos por lo que pasó.- Está bien tener miedo a veces.- Asiente.

-Y por eso mismo iremos con ustedes.- Dice Caín.- A pesar del miedo, estamos dispuestos a enfrentarlo. 

-Y Abby.- Dice Elías.- No estás sola.- Señala a todos sentados a mi alrededor.- Nos tienes a nosotros.

Luego de que nos levantáramos, Caín nos dio un recorrido por la casa, yo aún seguía repitiendo las palabras de Aria en mi cabeza. Resulta que las puertas son los baños y duchas. En el segundo y tercer piso sólo son las habitaciones. 

-Partiremos en la mañana.- Dice Caín.

-Pero antes, hay alguien que vendrá con nosotros también. Ya sabes, es delgado, alto, usaba lentes, le encantan los suéteres.

-¿Shakespeare?- Bromea él. 

-Já, no. Qué cosas dices. Hablo de Zack, él también vendrá con nosotros.

-Es bueno saberlo.- Dice sonriendo.- Aquí pueden dormir ustedes.- Dice para mamá y James. Estamos en el tercer piso, en la última puerta del pasillo.

-¿Y mi hija?- Pregunta mamá con cautela.

-En la habitación de al lado.- La tranquiliza Caín. Miro a mamá.

-Vengo a despedirme luego¿sí?- Ella asiente.

-Hay ropa en el ropero.- Dice Caín.

Ambos se meten en la habitación dando gracias, miro a James darle una mirada de advertencia a Sam que está a mi lado.

-Sam dormirá en la habitación contiguo a la tuya.- Dice mirándome. Abre la puerta de él.- Hay ropa dentro.- Le dice

Sam entra observando el espacio de la habitación, es más pequeño que su apartamento pero al menos tiene ventanas que dan vistas al bosque. Asiente.

-Gracias.- Le dice a Caín, luego me lanza una mirada antes de cerrar la puerta tras él.

Señala la puerta entre Sam y mis padres.- Esa es tu habitación.- Asiento.- Aunque, si necesitas hablar...

-Hoy no.- Le digo.- No tengo energías suficientes pero créeme, pronto hablaremos.

Asiente.- Entiendo. Duerme bien, si necesitas ducharte puedes bajar.

-Gracias por todo, no sé qué hubiese pasado si no hubieses intervenido hoy. Y sobretodo, gracias por no negarnos tu ayuda. 

Se ríe suavemente.- Para eso sirvo.

Me meto en la habitación y cierro la puerta. Todo es de madera. En la habitación hay una cama mediana, un pequeño ropero y una mesita de noche con una lámpara. Voy hacia la ventana cubierta por la cortina blanca. Apenas y es visible un pedazo del bosque y los pocos que se ven están en buen estado. Si me miento a mi misma, trato de no pensar en que el pueblo está destrozado y los únicos normales aquí somos nosotros, entonces hasta me imagino que estoy en casa. 

Pero sería una mentira.

Nada está bien. Estamos en peligro, lo que pasó en Old Town es sólo el comienzo. 

No puedo creer que los encontré, o bueno, mejor dicho. Caín volvió a encontrarme.

Volví a ver a Natalia, después de tanto tiempo, y descubro que ella es como yo. Todo este tiempo fuimos iguales y no lo sabíamos. 

Falta Zack, mañana iremos por él y luego iremos todos a Canadá. Verán mi casa, recorrerán las calles que yo recorrí en estos meses, me siento con esperanza. 

Pero hay algo malo todavía en mi. Aria me lo recordó y otra vez la culpa me invade, amenazando con hundirme. Eso me aterra, no quiero volver a hundirme, no quiero volver a caer. 

Me doy cuenta de que no puedo estar aquí sola así que bajo hasta el primer piso, hay una luz encendida en la planta baja pero no hay nadie abajo o bueno, eso creía. 

Natalia está frente al refrigerador sacando lo que parece un trozo de pastel, cuando me escucha, se gira con cara culpable pero se relaja al ver que soy yo.

-Hey.- Me saluda. Mira el pastel en su mano y luego a mi nuevamente.-¿Quieres?- Me ofrece sentándose en el comedor, yo la sigo pero niego con la cabeza. Fue bueno encontrarla aquí aunque sigue siendo extraño. Tal vez esto es uno de esos locos sueños que últimamente tengo, esos en los que vuelvo a ver a la gente que quiero. Temo que sea un sueño así que tomo su mano desde el otro lado de la mesa.

-No sabes cuánto te extrañé.- Le digo.

-Y tú no sabes cuánto lamento alejarme de ti.¿Podemos hablar?- Y en medio de todo lo malo, ella con esas palabras me levanta el ánimo. Por unos segundos me permito recordar cómo era todo antes de los desastres. Asiento y me relajo mientras la escucho.

Feliz día del amor y la amistad mis queridos lectores. Me habían estado pidiendo mucho el regreso del chico de fuego y aquí lo tienen, es mi regalo de San Valentin
Hay una noticia que quiero comunicarles, y es que la plataforma Litnet se ha comunicado conmigo y quieren que participe en un concurso, en el cual si gano, puede que publiquen mi libro en físico. Es una gran oportunidad y se lo debo en parte a ustedes, porque han votado, comentado sobre el libro, han echo esto posible. Gracias, muchas gracias.
Noticia número dos.
Tiene que ver con la primera y es que gracias a esta oportunidad, aproveché para corregir Infierno Helado y pasarlo a PDF, muy pronto corregiré los capítulos de Wattpad.
Hasta el siguiente jueves

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro