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Reescrito.
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La sonrisa no abandonaba su rostro y casi podía saltar en su lugar debido a la emoción que sentía. Yoongi no podía creer que siempre se salía con la suya.
Luego de que Jimin se recuperara de su fogoso encuentro lo había llevado a su auto de vuelta a la empresa para la que trabajaba y durante todo el camino no pudo dejar de pensar en todo lo que se venía a partir de ahora.
Sinceramente creía que le costaría un poco más de trabajo hacer caer al rubio, pero al final había resultado bastante fácil.
"Lo drogaste" le habló la voz de la razón en su cabeza por primera vez en mucho tiempo. Yoongi rodó los ojos.
Sí quizá, pero eso solo había sido una pequeña ayuda.
El punto acá era que a Yoongi le costaba bastante controlarse estando cerca del rubio y es que desde el primer momento en que lo había le habían entrado unas ganas tremendas de arrancarle la ropa —y eso que no se conocieron en un buen momento—, su aroma, su rostro infantil con esa expresión infantil le embelesaba y al mismo tiempo sentía ganas de permanecer a su lado durante todo el día. Patético.
Desde el momento en que vio a Jimin por primera vez supo que tenía un nuevo objetivo, hacía ya bastante tiempo que no tenía a alguien para divertirse y la verdad no tenía mucho tiempo para andar buscando, por lo que llegó a la conclusión de Jimin había caído del cielo.
Y tenía que ser suyo, semejante obra de arte no la podía tener cualquiera. Pero estar junto a Yoongi implicaba muchas cosas y probablemente ninguna era buena, por eso sabía que no podía obligarlo a estar él, de otra manera podría recriminárselo en un futuro.
Así que, si hacía que Jimin tomara la decisión por él mismo de estar a su lado, entonces no sería su culpa... O tal vez sí. Pero Yoongi no tenía demasiadas ganas de analizar la situación, sólo estaba seguro de una cosa.
Lo volvería loco. Le daría todo lo que pida y mucho más, le dará donde le gusta, lo hará volver. Lo hará que vuelva en busca de más, lo hará que el mismo se condene hasta que se desconozca completamente. Lo guiaría al mismo pecado desde las sombras.
Hasta que el mismo termine volviendo una y otra vez a él.
Y luego, cuando este a sus pies, dispuesto a hacer todo lo que él quiera.
Lo destruiría.
De la manera más dulce y satisfactoria, lo haría amar el dolor que causaría en él.
Lo destruiría.
Hasta que no quedara nada de él.
Lo destruiría.
Hasta que sus amigos no puedan reconocerlo.
Lo destruiría... Y solo esperaba que él no lo destruyese a él...
Jimin bajó del auto de Sehun y caminó a la puerta de su casa tratando de no tambalear demasiado, metió la llave en la cerradura y luego de forcejar un poco logró abrirla, ni siquiera tenía idea de que hora era, pero debido a la oscuridad suponía que aún estaban lejos del amanecer. Seokjin se encontraba dormido en el sofá como de costumbre, se acercó con pasos silenciosos y lo miró con una sonrisa dulce mientras lo cubría con una manta. Luego subió a su habitación con pasos inseguros, sentía que sus piernas no respondían correctamente y tuvo que agarrarse del barandal de las escaleras para no caer, estaba mareado, los ojos le ardían y se sentía exhausto cómo si hubiese estado de fiesta un fin de semana completo.
Se sentó sobre la cama y escondió su rostro entre sus manos. ¿Qué había hecho?
Sus pensamientos eran un lío y no entendía del todo lo que había sucedido hace unas horas.
Había tenido sexo con Yoongi.
Probablemente el mejor sexo de toda su vida.
Y no sabía si era lo droga o qué, pero la verdad es que lo había disfrutado.
Trataba de descifrar el sentimiento que le atacaba en este momento, que no era culpa, mucho menos arrepentimiento.
Sea lo que sea, no se volvería a repetir. Se dijo mentalmente.
Mantendría su relación con Min Yoongi del lado profesional, tal y como había dicho Sehun.
Solo esperaba poder cumplir esa promesa.
Luego de un largo suspiro se dejó caer en la cama y se durmió apenas su espalda tocó el colchón.
El rubio se hallaba sentado en un banco que se encontraba ubicado a la derecha de la puerta del salón de clases, su profesor lo había sacado de clases cuando le hizo una pregunta y no supo que responder, ahí se dio cuenta de que no había estado prestado la más mínima atención ―y tenía razón―. La verdad es que se encontraba perdido luego de lo sucedido, aún ayer cuando salió a hacer las habituales compras con Seokjin no oyó el momento en que el mayor le había pedido que esperara a Namjoon que pasaría a dejarle unas cosas en casa hoy por la tarde.
Jackson se encontraba parloteando algo a su lado desde hacía más o menos quince minutos.
― ¿No lo crees, Jiminnie? ―La voz del pelinegro logró captar su atención, lo miró con las cejas alzadas tratan de comunicarle qué no había entendido nada, mejor dicho, no le había escuchado.
―Te estaba hablando sobre Mark ―Jimin asintió invitándole a seguir. ―. Sobre nuestra relación y de que no debería estar detrás de él y dejar que él me busque a mí.
―Oh si, tienes toda la razón, no debes estar siempre detrás de él. ―Jimin al fin captó lo que Jackson trataba de decirle.
―También te decía que el raro de la clase lleva más de media hora mirándote. ―El menor frunció el ceño y giró bruscamente encontrándose con Jungkook, su compañero de banca, mirándole fijamente. Devolvió la mirada a Jackson y frunció el ceño.
― ¿Crees que necesite algo de mí? ―Jackson rio y Jimin frunció aún más el ceño, no entendía que le causaba gracia al mayor.
―Yo creo qué deberías ir a hablar con él ―insistió Jackson. Jimin asintió y luego se levantó de inmediato para caminar hasta él.
Jungkook aún no había apartado la vista de él y eso lo extrañaba demasiado, ya que antes nunca le había sostenido la mirada más de un milisegundo.
―Hola, Kook. ―El rubio sonrió con simpatía y Jungkook esbozó algo más parecido a una mueca que a una sonrisa.
Jungkook no respondió así que solo se sentó a su lado para examinarlo con la mirada, no estaba golpeado ni rasguñado como de costumbre, Jimin siempre había creído que era un chico lindo, pero ahora que lo miraba mejor se daba cuenta de que no era solo eso, era hermoso. Su ceño fruncido y la manera en que miraba al frente mientras pensaba lo hacían verse demasiado sexy, era alto y tenía un cuerpo bien torneado, sin duda iba al gimnasio. Por un momento estuvo mirando detenidamente sus brazos hasta que la voz del chico lo sacó de su embelesamiento.
― ¿Qué harás esta noche, Jimin? ―preguntó Jungkook con voz serena. Una sonrisa coqueta se escapó de los labios del rubio. ¿Acaso lo invitaría a salir?
―Hmm, la verdad esta noche no tengo nada que hacer. ―Jungkook lo miró y asintió con la cabeza.
― ¿Te gustaría ir a una pelea? ―soltó con normalidad.
¿Qué? ¿Acaso había escuchado bien? Jimin luchó por no mostrar lo sorprendido qué estaba debido a aquella pregunta.
― ¿Una pelea? ―cuestionó con una ceja alzada, Jungkook lo miró a punto de reír.
―Sí ―respondió como si fuera lo más cotidiano del mundo―. Una pelea clandestina, apuesto que nunca has ido a una.
Jimin negó con la cabeza sin poder decir ni una palabra. Obviamente nunca había ido a una pelea clandestina ¿Acaso era tan normal como ir a clases de Yoga?
―Bien, si quieres entonces puedo pasar por ti a las ocho. ―El rubio asintió aun aturdido. ¿Quién pelearía? Estuvo a punto de preguntar pero el castaño se levantó antes de que pudiese volver a hablar. ¿Cómo sabría siquiera donde vivía?
Jackson lo miraba con una sonrisa qué decía "te lo dije" y Jimin solo bufó cuando fue salvado por la campana que indicaba que las clases habían terminado.
― ¿Qué harás antes de tú cita? ―habló Jackson con cierto tono de burla lo que generaba cierta molestia en Jimin.
―Debo ir a casa a esperar al novio de Seokjin y, por cierto, no es una cita ―recalcó Jimin con hostilidad. Jackson soltó una risita.
― ¿Seokjin tiene novio? ―cuestionó el pelinegro cambiando el tema y Jimin agradeció al cielo que no siguiera con sus burlas acerca de su salida con Jungkook o terminaría golpeándolo.
―Bueno, en realidad aún no es oficial, pero están cerca ―explicó Jimin, Jackson asintió sin preguntar nada más al mismo tiempo que caminaban a la salida.
―Nos vemos mañana, Jiminnie. ―El mayor se despidió mientras plantaba un beso en la mejilla de Jimin para luego dirigirse a su auto al mismo tiempo que el rubio hacía lo mismo.
Jimin se subió al asiento de piloto y apoyó su cabeza en el volante mientras suspiraba, estaba exhausto y su mente no dejaba de sobre pensar. Luego de unos minutos arrancó el auto y condujo hasta casa en silencio.
Había dormido algunos minutos y ahora estaba bañado y vestido con una simple camiseta, jeans y una chaqueta de cuero. Esperaba a Namjoon sentando en la sala de estar mientras jugaba con su celular cuando el timbre sonó, se levantó y se dirigió a la puerta abriéndola para encontrarse con un Namjoon muy pulcro con él cabello morado.
―Buenas noches, Jimin ―saludó siendo tan formal como siempre al mismo tiempo que le extendía la mano en forma de saludo, Jimin correspondió el gesto.
―Buenas noches, Namjoon. ―Jimin le sonrió como era habitual y Namjoon alzó la caja que había dejado sobre el suelo para luego dejarla sobre la mesita de café.
―Estas muy arreglado. ¿Vas a salir? ―cuestionó el moreno justo como la haría un padre y Jimin solo asintió. Una cabellera negra se asomó detrás del mayor.
― ¿Te falta mucho, Kim? Vamos tarde. ―Una voz los interrumpió y Jimin enseguida desvió la mirada quedándose sin aliento cuando observó al dueño de esas palabras. Los ojos felinos de Yoongi hicieron contacto con los del menor al instante y este sintió como si una corriente eléctrica envolviese su cuerpo.
Namjoon movía su mirada entre Jimin y Yoongi esperando que alguno de los dos reaccionara.
―Qué agradable sorpresa, Jiminnie ―exclamó el pelinegro con ojos brillantes, Jimin aún se encontraba pasmado.
― ¿Se conocen? ―preguntó Namjoon con nerviosismo, aunque ya él sabía perfectamente cual era la respuesta.
Yoongi miró a Jimin esperando alguna respuesta de su parte, pero el rubio no pudo hacer más que asentir sin apartar sus ojos del azabache
―B-Bien Jimin, dile a Seokjin qué lo llamaré luego, diviértete esta noche ―habló Namjoon tratando de cortar el encuentro lo más rápido posible. La mirada de Yoongi cayó sobre el rubio apenas el moreno habló.
― ¿Una salida nocturna un lunes por la noche? Interesante... Diviértete, Jiminnie. ―Luego de eso Yoongi se dejó arrastrar por Namjoon no sin antes lanzarle una última mirada a Jimin quien había soltado por fin el aire que había estado conteniendo.
Quince minutos después de que Namjoon se había ido el timbre sonó, avisando la llegada de Jungkook.
Jimin se levantó rápidamente para abrir la puerta tropezando con la mesa de café haciendo que casi cayera al suelo. Apenas abrió le sonrió al castaño a modo de saludo.
―Qué guapo, Jimin ―habló el menor mientras examinaba al más bajo con la mirada.
―Gracias, tú igual. ―Y vaya que si estaba guapo, Jimin casi no podía creer que fuera Jungkook, su compañero de banca en clase.
― ¿Nos vamos? ―La sonrisa de Jungkook era fresca e insinuante, Jimin solo asintió y salió de casa cerrando la puerta detrás de él.
Se subieron al auto de Jungkook, que cabe resaltar, no sabía que tenía uno y de echo era muy llamativo. Un Audi R8, para ser exactos.
El motor rugió cuando Jungkook metió la llave en el contacto y enseguida comenzó a deslizarse por las calles con elegancia, el castaño era un gran piloto y cada vez dejaba más sorprendido a Jimin, de vez en cuando hablaban de temas tribales y reían. Jimin se concentró en las calles, que eran unas que no conocía muy bien, pero podía deducir que no era un lugar muy seguro.
Jimin creía que Jungkook era un chico bastante tímido, pero ahora podía notar que solo era demasiado reservado y un poco misterioso, aún no podía creer que ese muchacho de mandíbula cuadrada y cabello medio rapado era el mismo chico asustadizo que se sentaba cada día en silencio a su lado.
Jungkook parecía una persona con muchos secretos.
Luego de un rato el auto se detuvo frente a un bar el cuál parecía estar abarrotado de gente, muchos vehículos como el de Jungkook e incluso aún más llamativos se encontraban aparcados por todo el lugar, luego de bajar caminaron hasta la entrada del lugar y apenas entraron el humo golpeó a Jimin haciendo que tosiera un poco.
El interior estaba repleto de todo tipo de gente, había lo que parecía un ring de boxeo en el medio del lugar y un balcón interno a la derecha en el cual se encontraban varias mesas donde se ubicaban unos cuantos hombres trajeados junto a sus acompañantes.
Jungkook tomó su mano para no perderlo entre la masa de gente y lo guio a las escaleras que daban al balcón interno, una vez allí caminaron directo hasta una mesa vacía.
―Quédate aquí, debo prepararme ―anunció el castaño guiñándole un ojo. Jimin lo detuvo antes de que pudiese marcharse tomándolo del brazo mientras lo miraba confundido.
― ¿Prepararte? ―repitió con el ceño fruncido.
―Debo pelear ―dijo el castaño y luego se alejó dejando a Jimin con la palabra en la boca mientras miraba el mismo lugar donde había estado de pie hacía unos instantes.
¿Pelear? ¿Jungkook? ¿Lo había traído para que lo viera pelear? ¿Por qué? Jimin no entendía nada y por más que trataba de buscar una respuesta a sus preguntas, no la encontraba. Jungkook nunca le había hablado. Si acaso le habría saludado un par de veces y ahora lo invitaba a salir o, mejor dicho, a ver una pelea. A ver su pelea. Había algo que le resultaba extraño en todo eso.
Jimin se mordía las uñas con ansiedad mientras observaba hacia el ring de boxeo en donde se encontraba un hombre limpiando y asegurando los cables que rodeaban el mismo. Un hombre saltó al ring y habló por un micrófono llamando la atención de toda la gente, quienes se amontonaron alrededor del mismo. Jimin observó con atención.
Un mano se posó sobre su hombro haciendo que se girara bruscamente se sorprendió al ver a Baekhyun sentarse a su lado, pero aun así sonrió.
―Qué gusto verte, Jimin. ¿Vienes con Yoongi? ―preguntó el pelinegro sin dejar de sonreír.
― ¿Con Yoongi? ―preguntó Jimin con el ceño fruncido en señal de confusión. Back ladeó la cabeza.
―Si no es con él, entonces ¿con quién? ―cuestionó Baekhyun con autentico interés.
―Un amigo, se llama Jungkook. ―Los ojos del pelinegro se abrieron con sorpresa.
― ¿Jeon Jungkook? ―preguntó. Jimin asintió y Baekhyun abrió los ojos aún más.
La voz del presentador interrumpió al mayor justo cuando estuvo a punto de hablar de nuevo.
― ¡Esta noche tenemos una pelea muy esperada, de seguro muy sanguinaria y probablemente habrá una muerte! ―La multitud gritó de manera apabullante, la adrenalina ya podía sentirse en el ambiente.
―De este lado, tenemos al favorito, a nuestro ganador nato. ¡KIM TAEHYUNG! ―El público aulló, gritos y silbidos resonaban en el lugar―. Y por este lado tenemos al novato más famoso. ¡JEON JUNGKOOK!
Nuevamente el público aulló y ambos chicos subieron al ring de boxeo, estos vestían solo pantalones cortos dejando a la vista sus torneados abdómenes, sus manos estabas vendadas y después de eso no llevaban absolutamente nada de protección.
Jimin miró a Baekhyun quién sonreía, Chanyeol se hizo presente al momento saludando a Jimin al mismo tiempo que le indicaba a Baek que se levantara para él sentarse y luego este se sentó de nuevo ahora sobre el regazo del pelirrojo.
― ¿Dónde está Yoongi? ―Preguntó Baekhyun a Chanyeol.
―Ya debe venir, estaba ayudando a Taehyung a prepararse. – Y como si hubiese sido invocado, Yoongi se hizo presente. El pelinegro arrastró una silla para sentarse al lado de Jimin haciendo qué este se tensara.
Una campana indico qué la pelea había comenzado y Jimin fijó toda su atención en el ring. Apenas la campana había sonado Taehyung se había abalanzado sobre Jungkook con sus puños. Pero el castaño ni siquiera se inmutó y enseguida respondió a los golpes, este lanzó un gancho directo a su mandíbula y el peliverde le respondió propinándole un golpe en el abdomen con su rodilla haciéndole perder el aliento, Jungkook se tambaleó hacía atrás y cuando recuperó el aliento se abalanzó sobre Taehyung tomando su cabeza entre sus manos obligándolo a inclinarse para conectar su rodilla directo con su cara.
La sangre escurría por sus cuerpos y los ojos de Jimin brillaban con fascinación, la escena no le desagradaba en lo absoluto, al contrario, le parecía una obra de arte, la sangre corriendo por sus hermosos rostros. Probablemente estaba volviéndose loco.
―No sabía que te gustaran las peleas clandestinas, Jiminnie ―comentó Yoongi, su voz golpeó directo en su nuca en forma de susurro haciendo sus vellos se erizaran, Jimin tragó saliva sin apartar los ojos de la pelea.
Ambos chicos respiraban con dificultad al mismo tiempo que la sangre se mezclaba con sudor volviéndola más liquida, en un momento Taehyung golpeó nuevamente a Jungkook haciendo qué este cayera, justo antes de levantarse el peliverde se posiciono sobre él y empezó a golpearlo repetidas veces, el castaño estaba a punto de caer inconsciente, ni siquiera estaba luchando por defenderse. El hombre qué según Jimin era el "representante" de Jungkook miraba la pelea sin expresión alguna, justo cuando parecía que Jungkook caería desmayado dio la vuelta a Taehyung cambiando de posición, todos gritaron sorprendidos, ahora Jungkook estaba sobre el mayor y solo bastó un solo golpe seco directo a un punto específico para que el peliverde perdiera la conciencia.
― ¡Tres! ¡Dos! ¡Uno! ―contó el presentador dando tiempo para que el peliverde se levantara, pero este no reaccionó― ¡Tenemos un ganador!
La multitud aulló y Jungkook se levantó con una sonrisa victoriosa al mismo tiempo que el presentador alzaba su brazo anunciando que era el ganador. Jimin también aplaudió y silbó sintiéndose orgulloso del menor.
Por un momento giró su vista a Yoongi quién mantenía los dientes apretados, acto seguido se levantó bruscamente haciendo que la silla callera al suelo y caminó directo hasta el lugar donde preparaban a los luchadores, Chanyeol se levantó para seguirlo dejando a Jimin a solas con Baekhyun.
―Uh, Taehyung recibirá una paliza peor de la que le dio Jungkook por parte de Yoongi ―anunció Baek con una mueca. Jimin lo miró aún con ese brillo en los ojos fascinado por lo que había presenciado, tenía la boca echa agua con la sangre bombeando detrás de sus orejas.
Jungkook llegó a su lado con una toalla sobre los hombros y una botella de agua en la mano aún sin camiseta, le sonrió y Jimin no pudo evitar devolverle la sonrisa.
―Felicitaciones. Lo hiciste muy bien ―halagó Jimin mientras se levantaba, luego se acercó un poco para dejar un beso en la mejilla del castaño.
―No podía dejar que me vieras perder la primera vez que te traigo a una pelea. ―En ese momento Yoongi se encontraba detrás de Jungkook mirándolo de manera expectante, Jimin tembló debido al sentimiento que le transmitió aquella mirada.
― ¿Te gustaría ir a celebrarlo? ―volvió a hablar el castaño captando la atención de Jimin, este solo asintió―. Bien, iré a cambiarme, ya vuelvo.
Y dicho esto se marchó de nuevo hacía los camerinos.
Yoongi aún lo miraba de manera hostil, se sentía intimidado. Desvió la mirada y se dirigió a donde se encontraban Namjoon y Chanyeol. Miró a su lado y Baekhyun no se encontraba allí, no se había percatado de cuando de cuando se había marchado.
Jungkook regresó al cabo de una media hora vestido y con las heridas tratadas y vendadas. Salieron a la calle y caminaron hacía el vehículo, justo cuando estuvieron a punto de subir la puerta del bar se abrió de golpe y Taehyung apareció siendo empujado por Yoongi al mismo tiempo que trataba de no caer, el muchacho se alejaba, pero no fue lo suficientemente rápido, apenas el pelinegro estuvo frente a él lanzó un puñetazo directo a su mandíbula, Baekhyun, Chanyeol y Namjoon quienes venían corriendo detrás de ellos se acercaron tratando de contenerlo. Jimin se sorprendió al ver a este último.
Jungkook y Jimin observaron la escena en completo silencio. Yoongi propinó un segundo golpe haciendo qué la nariz del peliverde sangrara casi. Luego de un par de golpes más Namjoon al fin habló.
―Basta, Suga. ―La voz de Namjoon salió como una orden y Yoongi automáticamente paró dejando su puño estático en el aire.
Baekhyun ayudó a Taehyung a levantarse ya que este había caído al suelo. Jimin se preguntó porque ni siquiera había tratado de defenderse.
Namjoon se percató de la presencia de Jimin por primera vez en la noche y abrió los ojos más de lo que era posible.
―Vámonos, Jimin ―habló Jungkook captando la atención de Jimin quien casi había olvidado la presencia del castaño, asintió y justo cuando estaba por subir al auto alguien lo tomó por el brazo, enseguida giró la cabeza topándose con la mirada felina de Yoongi.
―Yo puedo llevarte, Jiminnie. ―Ahí estaba de nuevo ese tono, ese tono qué convencería a cualquiera de hacer hasta la cosa más impura.
Jimin miró a Jungkook quién mantenía el ceño fruncido y miraba a Yoongi con confusión. El pelinegro apretó su agarre en el brazo del rubio haciendo que este lo mirara y le dedico una sonrisa insinuante.
―Te... te veo mañana Jungkook, gracias por todo. ―Y dicho esto Yoongi cerró la puerta del auto de Jungkook y arrastró al rubio hasta el suyo, qué no era el mismo qué Jimin conocía, era un deportivo igual al de Jungkook, incluso más llamativo.
Yoongi abrió la puerta de copiloto para Jimin e hizo qué se subiera antes de dar la vuelta para subir al lado de piloto. El menor aún se encontraba meditando cómo era que se había dejado arrastrar por Yoongi, así como así, sin poner resistencia alguna.
El pelinegro arrancó el auto y condujo detrás de los autos de Namjoon y Chanyeol.
― ¿Qué hacías con Jeon? ―preguntó el pelinegro de forma directa tomando a Jimin por sorpresa quién sólo lo observó durante algunos segundos pensando en qué responder.
―El me invito. ―No consiguió otra respuesta, Yoongi lo miró con una ceja alzada.
― ¿Te gusta o algo? ―habló el pelinegro con el mismo tono.
Jimin negó con la cabeza.
―No, de hecho, es la primera vez que salgo con él. ―Yoongi asintió más convencido.
El camino continuó en silencio luego de que Jimin le indicara su dirección a Yoongi ―aunque este ya la conocía seguramente― sólo se acurrucó en el asiento y cerró los ojos.
Era increíble la explosión de sentimientos que sentía cuando estaba cerca de Yoongi, sus alarmas se disparaban y al mismo tiempo sentía una paz enorme, sentía que debía correr y al mismo tiempo que debía quedarse allí para siempre. Yoongi rompía el balance y los límites de todo, lo estaba volviendo loco.
Luego de varios minutos el auto paró haciendo que abriera los ojos, percatándose de que ya estaban estacionados frente a su casa.
Jimin miró a Yoongi antes de bajar del auto, se permitió examinarlo completamente por un momento, el traje qué llevaba, su rostro inexpresivo, sus manos sobre el volante, su aroma, todo. Todo le fascinaba y le parecía perfecto, todo en Min Yoongi le atraía de manera peligrosa y cuando estaba a punto de bajar del auto Yoongi lo frenó pasando una mano detrás de su cuello para atraerlo hacía él. Jimin cerró los ojos por inercia cuando sus labios rozaron con los del pelinegro.
Yoongi lo beso con dureza, introduciendo su lengua en la boca del menor sin permiso alguno haciéndolo temblar de excitación, no se había dado cuenta de cuanto había necesitado ese beso, de que era lo que había necesitado durante todo el día.
Se separaron y Yoongi lo miró a los ojos, cuando estaba a punto de salir del auto su voz lo interrumpió de nuevo.
―La próxima vez no necesitarás de ninguna droga, Jiminnie ―habló con lujuria y Jimin luchó para no pedirle que le arrancara la ropa en ese momento.
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