29
Reescrito.
Jungkook observó a Hoseok durante unos segundos, ambos debatiéndose qué es lo que debían hacer. Giraron la vista hacia la ambulancia donde se encontraban atendiendo a Yoongi y observaron que este ya estaba medio despierto.
― ¿Deberíamos decirle? ―Los grandes ojos de Jungkook se posaron en el pelirrojo y este negó enseguida.
―No. Ahora no es un buen momento.
― ¿Entonces qué haremos? ―preguntó. La duda bailaba en los fanales de Jungkook quien mantenía el ceño fruncido mientras miraba como los paramédicos ponían oxígeno a Yoongi.
―Iré a Hong Kong, a ver a Jimin ―dijo Hoseok. La atención de Jungkook fue captada nuevamente por el pelirrojo.
― ¿Cómo sabes que está en Hong Kong?
Hoseok se encogió de hombros. ―No fue muy difícil, solo revisé los vuelos que salieron el día que Jimin se fue.
― ¿Hackeaste el sistema de la aerolínea? ―El castaño abrió la boca en demasía ante la confesión del mayor.
―El sistema del aeropuerto para ser exactos. ―Hoseok guiñó.
―Eres mi ídolo, Hobi. ―El menor repitió sus propias palabras.
―Ya lo sé, Kookie. ―Ambos rieron y al instante su atención fue llamada por uno de los paramédicos.
― ¿Son familia de este chico? ―preguntó el hombre señalando la camilla.
―Sí. ¿Él está bien? ―Hoseok respondió volteándose para ver mejor al médico.
―Sí, solo unas pequeñas quemaduras y un poco de humo en los pulmones, pero nada serio. Lo que, si pudimos notar, es que había mucho alcohol en su sistema.
― ¿Qué causó el desmayo exactamente? ―intervino Jungkook.
―Fue un colapso debido a la deshidratación, deben asegurarse de que coma y beba agua cuanto antes. ―Ambos chicos asintieron al unísono y caminaron hacia Yoongi quien estaba sentado en la camilla bebiendo un vaso de agua.
El pelinegro lucía totalmente demacrado, su cabello negro carecía de brillo al igual que sus ojos que se encontraban rodeados de unas profundas ojeras, sus labios estaban resecos y su ropa estaba sucia debido al humo. Yoongi los miró por unos segundos totalmente inexpresivo y luego se bajó de la camilla como si nada, descalzo.
Jungkook y Hoseok se miraron antes de agradecer a los paramédicos y siguieron al mayor que caminaba en dirección al auto. El pelinegro se subió al asiento de copiloto y Jungkook se subió atrás, esperando a que Hoseok se subiera en el asiento de conductor.
El pelirrojo encendió el auto y posó sus ojos en Yoongi que miraba fijamente al frente, luego de largos segundos Hoseok suspiró. ― ¿Qué fue lo que pasó, Yoongi?
El mayor ni se inmutó. ―Arranca el auto, caballo. Tengo hambre.
El mencionado se resistió un momento, pero luego se resignó obedeciendo la orden de Yoongi, sabía que era inútil tratar de hablar, si él no quería, no diría una palabra. Condujo en silencio mientras el pelinegro miraba por la ventanilla y Jungkook texteaba cosas en su teléfono, el menor de los tres mantenía una expresión preocupada en su rostro y Hoseok sabía a qué se debía, pensó en decirle a Yoongi o no, pero al final decidió que lo mejor era mantener silencio.
Apenas el pelirrojo aparco el auto frente a la mansión Yoongi bajó dando un portazo y caminó a paso rápido hasta la entrada del lugar, al entrar paso de largo hasta su habitación sin siquiera mirar a Taehyung que se encontraba en el salón.
Se quitó la ropa apenas entró a la habitación y se metió a la ducha dejando que el agua corriera por su cuerpo, cerró los ojos escuchando como las voces en su cabeza se reían de él, de lo patético que estaba siendo y de lo bajo qué había caído. Lo único que había cambiado desde el día en que Jimin se había ido, era que cada día se sentía peor. Había destrozado su apartamento totalmente, hasta había provocado un incendio y no sentía absolutamente nada de calma, todo seguía igual, incluso peor. Comenzaba a frustrarle el hecho de sentirse de ese modo y no saber que hacer. Ya no quería gritar, tampoco romper cosas, simplemente no tenía fuerzas.
Había pensado decenas de veces en acostarse con alguien más y hasta estuvo a punto de pedírselo a Jungkook o a Taehyung, aún no había descartado la idea, pero no estaba seguro de que fuese la mejor solución.
Podía torturar a alguien, quizá, eso siempre había logrado relajarlo, de nuevo era una opción, pero no estaba seguro.
Cuando sintió sus dedos arrugarse y el cosquilleo en su cuerpo debido al tacto constante del agua sobre su cuerpo cerró la llave y salió del baño envolviéndose en una toalla.
Caminó hasta el armario y se puso ropa interior para luego sentarse en la cama, su mente seguía maquinando alguna solución que pudiese quitarle toda esa mierda que estaba sintiendo. De pronto una débil idea llegó a su mente, como si ya no lo hubiera pensando.
¿Por qué no simplemente buscar a Jimin? Fácil, se había metido en la cabeza que necesitaba dejar de depender de él. Debía admitir que estuvo a punto de hacerlo, apunto de obligar a Hoseok a conseguir su ubicación e ir a buscarlo, pero decidió que era mejor ahogarse en el alcohol y quemar su apartamento.
Yoongi miraba a un punto fijo en su habitación, perdido en sus pensamientos. Mientras tanto Hoseok estaba investigando donde se encontraba Jimin, había comprado ya un boleto de avión y Taehyung estaba haciendo sus maletas, se estarán preguntando ¿por qué quería ver a Jimin? bien, pues ni siquiera él lo sabía, primero quería confirmar que era cierto que había tratado de suicidarse, ―y es que no podía imaginar que ese pequeño rayito de sol fuera capaz de hacer tal cosa―, y si había hecho eso significaba que estaba mal, entonces quería ver si estaba igual de mal qué Yoongi, y si era así, quien sabe, quizá, volver a juntarlos.
― ¿Exactamente porque haces esto? ―preguntó Taehyung mientras doblaba ropa y la metía en la maleta de Hoseok.
―Quiero hablar personalmente con Jimin.
― ¿Acerca de qué? ―El peliverde alzó una ceja.
—Aún no lo tengo claro...
Hoseok mantenía su mirada fija en la computadora frente a él, mientras seguía buscando el nombre de Jimin en los hospitales de Hong Kong.
Yoongi estaba acostado en la cama con los pies en el suelo y mirando al techo aún en ropa interior cuando un toque en la puerta lo sacó de sus pensamientos. El pelinegro frunció el ceño sin responder y sintió como la puerta se abría suavemente con un chasquido, alzó su vista hacia la puerta observando como Jeonghan entraba en la habitación, frunció el ceño y alzó una ceja mientras el pelibeige entraba a la habitación para sentarse a su lado.
― ¿Qué haces aquí? ―cuestionó el mayor incorporándose en la cama para observar mejor al menor.
Jeonghan bajó su vista a sus manos mientras jugaba con ellas. ―Quería ver cómo te encontrabas.
―Pues, ahora me estás viendo. ―Yoongi habló sin un poco de diversión en su voz, pero aun así Jeonghan rio.
― ¿Lo extrañas mucho? ―Los labios de Yoongi formaron una línea y asintió lentamente― ¿Porque lo quieres tanto?
―Son temas personales, Jeonghan. No quiero hablar de eso con nadie. ―El menor alzó su vista a los ojos del pelinegro y este captó como un brillo esperanzado se extendía en sus fanales.
—¿Ya no te gusto? —
Un bombillo se encendió en la mente de Yoongi ante las palabras del menor. ¿Y si se acostaba con él?
― ¿Por qué lo preguntas? ―Yoongi relajó su expresión mirando al menor profundamente.
―Y-Yo... ―Jeonghan tomó un suspiro antes de continuar, pero fue interrumpido por Yoongi.
― ¿No te gustaría recordar viejos momentos, Jeonghan? ―Los ojos del pelibeige se abrieron con sorpresa al escuchar la voz lasciva del mayor.
Yoongi no le dio tiempo de contestar y enseguida se acercó al menor para besar sus labios, el contrario respondió casi al instante pasando sus manos por la nuca de Yoongi atrayéndolo más hacia él.
Sintió un tirón de culpa en su interior, pero alejó todos los sentimientos y se dejó llevar, disfrutando el momento. Después de todo, lo estaba haciendo para probar un punto. Que todo podría seguir normal, con o sin Jimin.
Porque era así. ¿O no?
Hoseok tomó su pasaporte y su bolso de mano antes de bajar para salir de la casa. Taehyung y Jungkook lo esperaban en salón para llevarlo al aeropuerto, y al bajar le indicaron que ya estaban listos para irse.
―Las maletas ya están en el auto. ¿Le informaste a Namjoon? ―habló Jungkook.
―No. Le diré cuando ya esté allá, de otro modo puede que intente detenerme. ―Los tres comenzaron a salir de la casa para subir al auto.
― ¿Crees que te dejen salir del país? Ya sabes, estuvimos en la cárcel hace poco y eso. ―Taehyung preguntó mientras hacía sonar la alarma del auto antes de subirse al asiento de piloto junto a Jungkook quien iba como copiloto, Hoseok se subió atrás.
―Sí, los cargos ya fueron retirados, por ahora. Y si no es así, tengo una identificación falsa. ―Hoseok sonrió y guiñó un ojo.
― ¿Conseguiste la ubicación de Jimin? ―preguntó el peliverde mientras comenzaba a conducir.
―Conseguí hasta su número de teléfono.
―Repito, eres mi ídolo, Hobi ―habló Jungkook revoloteando sus pestañas.
Los tres rieron y Taehyung siguió conduciendo hasta el aeropuerto, el pelirrojo revisaba en su celular la hora de salida de su vuelo y buscaba hoteles por si lo llegaba a necesitar.
La claridad en la habitación hizo que Yoongi abriera los ojos con pesadez y parpadeó varias veces tratando de adaptarse a la iluminación, se estiró un poco y se dio la vuelta encontrándose con el cabello largo de Jeonghan esparcido sobre la almohada y su delgado cuerpo entre las sábanas. Yoongi dio un manotazo con rabia tirando las cosas sobre su mesita de noche haciendo que el menor se despertara exaltado al instante.
― ¿Qué paso? ―preguntó el chico aún adormilado.
―Nada.
Yoongi se levantó tan rápido como pudo y se colocó su ropa interior, se dirigió a su armario y sacó lo primero que vio antes de salir casi corriendo de la habitación dejando a Jeonghan aún en su cama confundido acerca de la actitud del mayor.
El pelinegro caminó directamente a la habitación de Hoseok, encontrando la cama ya hecha y ni rastro del pelirrojo. Miró al reloj en la habitación percatándose de que eran las doce del mediodía, Jungkook entró en la habitación frunciendo al ceño al encontrar al mayor en ropa interior parado en medio del lugar.
― ¿Dónde está el caballo? ―asaltó Yoongi al instante.
―De viaje en una misión. ―Jungkook respondió al instante, como si hubiese practicado esa respuesta tiempo antes.
Yoongi frunció el ceño no muy convencido y habló. ― ¿En una misión?
Jungkook asintió serio y el mayor decidió dejarlo pasar, caminando hacia el baño de Hoseok. Una vez dentro escuchó la voz de Jeonghan hablando con Jungkook y preguntando por él, Yoongi agradeció que Jungkook dijera que había salido y suspiro sentándose en la tapa del inodoro mientras cubría su rostro con sus manos.
Sin duda nada había mejorado, ahora incluso se sentía peor. Casi le daba vergüenza admitir que no había podido joder a Jeonghan como se lo merecía ya que el chico de cabellos rosados no había abandonado sus pensamientos en toda la noche, incluso se había molestado demasiado cuando notó que Jeonghan ya había acabo tres veces y el aún luchaba por llegar a la primera y esto solo sucedió cuando cerró los ojos e imaginó que era el lindo culito de Jimin el que envolvía su pene.
Ahora había llegado a considerar que hasta podría estar enfermo. ¿Era normal que ya nadie lo provocara como antes?
Lo único que Yoongi sabía es que necesitaba una solución cuanto antes, y la única idea que le estaba quedando, era ir a buscar a Jimin.
Hoseok había tomado un taxi al hospital tan pronto como había dejado sus cosas en el hotel, Jungkook le había enviado un mensaje diciéndole que Yoongi al parecer se había tirado a Jeonghan y luego había salido corriendo a su habitación en busca de refugio, el pelirrojo rio al imaginar esa escena, pues Yoongi solo corría a él luego de un polvo cuando esté había sido muy malo.
Hoseok pagó al taxista y bajó entrando al hospital con su celular en la mano verificando que fuera el lugar correcto, entró al lugar saludando a la recepcionista que se encontraba tras el mostrador rellenando unos papeles.
―Buenas tarde. Me gustaría ver a Park Jimin. ―Hobi habló con una sonrisa y la señorita tecleo algunas cosas en su computadora antes de responder.
―El joven Park fue trasladado esta mañana a un hospital psiquiátrico. ―Los ojos del pelirrojo de abrieron con sorpresa y tuvo que tomar aire antes de hablar nuevamente.
― ¿Podría darme la dirección del lugar? ―La muchacha asintió amablemente y anotó la dirección en un papel para luego entregársela a Hoseok.
Agradeció y salió del lugar suspirando. ¿Así de mal estaba Jimin como para enviarlo a un hospital psiquiátrico?
Tomó un taxi y le dio el papel que la chica le había dado anteriormente con la dirección, el hombre asintió y comenzó a conducir mientras Hoseok observaba por la ventanilla meditando lo que le diría a Jimin.
¿Cuándo se imaginaria qué aquel chico intrépido y extrovertido que "amaba los lugares abandonados" sería la perdición de su mejor amigo? Y ahí estaba, a punto de verlo en un hospital psiquiátrico porque había tratado de suicidarse.
Entró al lugar, que no lucía muy diferente a un hospital común, pero sin duda había más movimiento. Caminó por los pasillos del lugar prestando suma atención a cada rincón del lugar, las paredes eran blancas y tenía un gran patio, avanzó siguiendo los anuncios y llegó a una especie de sala de espera donde se encontraba SeokJin, la pareja de Namjoon.
Hoseok se acercó al rubio con una sonrisa y este sorprendió al verlo. ―Buenas tardes, hyung.
El pelirrojo hizo una reverencia aún bajo la mirada atónita del mayor.
―Hoseok. No esperaba verte por aquí. ―El rubio lucía cansando y ojeroso aparte de que sus ojos estaban algo hinchados debido a las lágrimas.
―Vine a ver a Jimin. ¿Como se encuentra? ―La expresión del rubio se mostró triste.
―No muy bien... No ha querido hablar conmigo, los médicos dicen que debe ser porque se siente avergonzado por lo que hizo. ―Seokjin habló haciendo referencia al intento de suicidio de Jimin y Hoseok esbozó una mueca.
― ¿Entonces es cierto? ¿Trató de suicidarse? ―Los ojos de Jin se llenaron de lágrimas al instante y asintió.
―Fue hace dos días en la mañana, estaba bañándose y tardó mucho, se me hizo raro, luego escuché el agua de la bañera desbordarse, quise entrar, pero la puerta estaba cerrada con seguro, tarde mucho tiempo buscando la llave de repuesto y al encontrarla y abrir la puerta... Estaba inconsciente. Por suerte la ambulancia llegó a tiempo y lograron reanimarlo, le hicieron unos cuantos exámenes y decidieron que lo mejor sería internarlo. —Las lágrimas rodaban por los ojos del rubio mientras el menor escuchaba atentamente sintiendo su corazón encogerse.
―Lamento que hayas tenido que vivir ese momento, hyung... ―Jin negó.
―Al contrario, gracias al cielo estuve allí, si no... No quiero ni imaginar que hubiera pasado ―Jin secó sus lágrimas y suspiro antes de hablar nuevamente―. Esa es su habitación, si quieres ve y trata de hablar con él.
Hoseok asintió y dejó su bolso junto al mayor antes de caminar hacia la puerta que el mayor había indicado. Giró la llave que estaba introducida en la cerradura y abrió la puerta, era una habitación completamente blanca, el suelo era de alfombra y se encontraba vacío a excepción de una cama, en la cual se encontraba Jimin, que parecía más un fantasma que otra cosa. Su piel estaba casi tan pálida como la ropa blanca que llevaba y su cabello ya había perdido casi todo el rosa, estaba notablemente más delgado y las ojeras rodeaban sus ojos dándole una apariencia descuidada, nada que ver con el Jimin que conocía.
Al adentrarse en el lugar el menor ni siquiera se inmutó, así que Hoseok caminó para sentarse a su lado en la cama.
―Hola, Jimin ―saludó el pelirrojo haciendo que Jimin al fin lo mirara. El menor lo examinó en silencio durante unos segundos y Hoseok hizo lo mismo, quedando cada vez más sorprendido ante el drástico cambio del menor.
― ¿Hobi? ¿Qué haces aquí? ―La voz de Jimin sonó bajita y rasposa, como si tuviese demasiado tiempo sin hablar.
―Vine a verte ―Jimin mantenía sus ojos sobre el mayor, aún sin creer que fuera él― ¿Por qué estás aquí, Jimin?
―Todos creen que estoy loco, Hobi... pero esta situación no me ayuda, me hace sentir peor, me tratan como un enfermo. ―Jimin hablaba seguro de sus palabras, pero Hoseok podía notar perfectamente que no estaba bien, era como un muñeco, sin vida, actuando de manera monótona.
―Trataste de suicidarte... ―Jimin miró hacia otro lado.
—Necesitaba sentir algo... No siento nada, me lo quitaron todo ―Jimin suspiró—. No necesito terapias de electroshock, no necesito antidepresivos, no necesito ninguna de esas drogas, no necesito estar aquí, solo lo necesito a él. ¿Eso me hace estar loco?
―No es una relación sana, Jimin.
― ¿Y qué me tengan encerrado aquí y me traten como un loco si lo es? ―Hoseok se mantuvo en silencio―. Necesito verlo, Hobi. Si no lo veo, de verdad voy a volverme loco.
Jimin mantenía su mirada fija en Hoseok, que también lo miraba directamente, el pelirosa podía sentir un poco de esperanza al tener al mayor ahí, esa esperanza que había perdido el día que trato de ahogarse en su bañera. Jimin no sabía con exactitud porque lo había hecho, la idea simplemente llegó a él como muchas veces antes y pareció buen momento, así que solo lo hizo. Se arrepintió tan pronto cómo despertó en el hospital, con Seokjin a su lado sosteniendo su mano y llorando sin consuelo. Y lo lamentaba, pero cada vez era más débil y no podía evitarlo, cada día se rompía un poco más, cada día lo extrañaba un poco más y se volvía más difícil soportarlo.
―Hagamos un trato ―Jimin asintió no muy seguro―. Tú te quedas aquí un tiempo, haces todo lo que te digan y los haces creer que todo está bien y que has vuelto a estar como antes. Cuando todos estén engañados, te sacaré de aquí y te llevaré con Yoongi.
― ¿Cuánto tiempo debo hacerlo?
―Un mes. ―Hoseok extendió su mano y Jimin lo miró dudoso unos segundos.
―Trato hecho ―respondió el pelirosa estrechando la mano del mayor.
Era hora de poner en práctica una de las cosas que mejor se le daban, manipulación.
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