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26

Reescrito.

El amor es mi religión, pero él era mi fé, algo tan sagrado, tan difícil de remplazar, enamorarme de él fue como caer en la desgracia. Todo envuelto en uno, él era tantos pecados, hubiera hecho cualquier cosa, todo por él.

Heaven – Julia Michaels.

. . .

Fueron divididos en dos celdas, Hoseok, Yoongi, Taehyung en una y Jimin junto a Jungkook en la otra. La verdad no sabía que pensaban los guardias al ponerlos juntos.

Jungkook se encontraba sentado en su cama tarareando una canción y Jimin estaba recostado en los barrotes viendo hacia afuera. Habían pasado cinco días desde el juicio y desde entonces no veían al resto de los chicos. Aún no los dejaban salir al patio y los mantenían en la parte de alta seguridad debido a que creían que acabarían con todo y todos, y probablemente tenían razón. La comida era llevada hasta sus celdas así que no salían por ninguna razón.

Cinco días totalmente encerrados y parecía que habían sido años, Jungkook se había limitado a hablarle lo menos posible debido a que se sentía avergonzado de que todos hayan descubierto su oscuro pasado. Jimin había intentado hablar con él en varias ocasiones, pero el castaño solo hacia como si él fuese invisible.

Por otro lado, sabía que los chicos estaban tramando algo, ya que la noche anterior pudo observar a través de la pequeña ventana que daba al patio como alguien se colaba en el lugar vestido de guardia y caminaba hacia la celda en la que se encontraban los chicos. Jimin se giró para ver a Jungkook quien mantenía su mirada fija en el suelo. El pelirosa camino hasta él para tratar de hacer un nuevo intento de hablar con el menor.

―Kookie ―El mencionado alzó su vista por un efímero segundo y luego devolvió su vista al suelo―. Si no hablas vas a enfermarte.

Jimin trató de acariciar su mejilla y este se alejó como si el tacto quemara. Lo miró con una mueca de tristeza sin saber que más podía hacer.

―No me mires así, Jimin ―El menor habló por primera vez luego de mucho tiempo y miró afuera de la celda―. No merezco tu empatía, ni nada de lo que tengas para ofrecerme.

―Todos nos equivocamos en la vida, Jungkook. Todos tomamos decisiones erróneas. ―Jimin se acercó un poco más.

Las lágrimas resbalaron por los ojos del menor y volteó su vista para verlo, el alma de Jimin se rompió al ver su expresión destrozada y fue en ese momento que vio todo lo que escondía detrás de sus ojos cafés y de su sonrisa, lo duro que era para el cargar con ese pasado.

―No tenía opción, Jimin... ―sollozó el menor―. Necesitaba el dinero, no sabía que otra cosa hacer.

El chico cerró sus ojos fuerza negando con la cabeza y Jimin observó como este se ahogaba en sus pensamientos.

―N-no quise matarlo... L-lo juro...

Jimin observó cómo se rompía así que lo envolvió en sus brazos, dejando que se desahogara y que soltara todo lo que había estado conteniendo.

―L-Le dije que parara... le dije... que ya no quería ―sorbió su nariz y miró a Jimin―. Estoy sucio, Jimin. Me odio.

Las palabras del castaño hicieron que las entrañas de Jimin se revolvieron y se maldijo a sí mismo cuando trató de hablar y las palabras no salieron de su boca.

―No digas eso, Kookie... Eres hermoso, eres un ser humano maravilloso, tu pasado no define quién eres. Ahora hay muchas personas que te queremos, no tendrás que volver a pasar por eso, no estás solo ―Jimin acarició su cabello castaño y limpio sus lágrimas con suavidad.

―Vendí mi cuerpo, Jimin... Necesitaba comer, mis padres dejaron de ser mis padres cuando comenzaron a sospechar que era gay... Estaba asustado, no sabía qué hacer. ¿Estoy enfermo, Jimin? ¿Qué me gusten las personas de mí mismo sexo me hace un fenómeno?

El dolor en la expresión de Jungkook y sus palabras rotas hacían que Jimin se sintiera muy mal, quería curar el dolor del castaño, quería verlo sonreír, Jungkook era un chico maravilloso y no merecía nada de esto. Las mejores personas eran las que más tenían cicatrices.

―No, Jungkook. Ser diferente no te hace un fenómeno, mucho menos quiere decir que estés enfermo. No existe la homosexualidad, ni nada de eso. Somos solo personas que amamos a otras personas. Esas personas, cómo tus padres, son los que están mal por creer que estamos locos por gustar de alguien de nuestro mismo sexo. Amor es amor, Jungkook. De la forma que sea.

Jungkook miró atentamente a Jimin con sus ojos brillantes debido a las lágrimas y Jimin le sonrió como solo él sabía hacerlo, indicándole que todo estaba bien.

Y por primera vez en mucho tiempo Jungkook entendió que no estaba haciendo nada malo, nada estaba mal con él. Se aferró a Jimin en un abrazo y se dejó llenar de todos esos sentimientos que no recibía desde hace mucho tiempo.

―Gracias, Jiminnie. ―El rosado le había dado esa paz mental a Jungkook que tanto había esperado, le había dicho esas palabras que tanto había querido oír.

―Quiero que sepas que a partir de ahora siempre estaré para ti, Kookie. Siempre podrás contar conmigo ―dijo. El castaño asintió y volvió a abrazarlo quedándose dormido después de un rato.

Jimin sonrió complacido al saber que había logrado calmarlo al menos un poco. Y el entendía perfectamente como se sentía Jungkook, a veces es así, tenemos muchos sentimientos reprimidos por dentro, sentimientos amargos que nos hacen sentir ahogados y que no nos dejan avanzar en nuestras vidas, como piedras en nuestro camino, siempre hay recuerdos que guardamos para nosotros con miedo de contarle a alguien debido a que podrían juzgarnos o decirnos algo que no queremos oír. Pero está bien cometer errores, también está bien admitirlo y debemos gritarlo si es posible, sacar esas emociones amargas, romper todos esos muros para después renacer, ya que si tragas todo lo que sientes llegará un momento en el que vas a explotar, en el que llegarás a tu límite y solo te harás más daño a ti mismo.

Uno de los guardias interrumpió los pensamientos del menor cuando trajo sus bandejas con comida y se levantó con cuidado de no despertar al menor para tomarlas.

Una vez que el guardia se alejó dejó las bandejas sobre una mesilla y espero a que Jungkook despertara para comer juntos.

Al cabo de pocos minutos el castaño abrió sus ojos lentamente posando su vista sobre las bandejas. Jimin se encontraba limpiando su herida y se giró cuando sintió al otro levantarse.

― ¿Como sigue tu herida? ―preguntó el menor sentándose nuevamente en la cama.

―Mucho mejor. ―Jimin sonrió y tomó la otra bandeja sentándose en su cama frente a Jungkook.

La verdad el no hacer nada allí le había permitido descansar bastante, lo que había sido bueno para su herida. Comieron en silencio una especie de pasta con condimentos hasta que algo llamó su atención, hurgo un poco con los palillos dentro de la comida y sacó una pequeña tira de papel. Jungkook frunció el ceño y lo miró.

― ¿Qué es eso? ―Jimin limpió un poco el papel y leyó el mensaje.

Mañana. Escape ―leyó Jimin en la nota y Jungkook rebuscó en su comida sacando otra tira de papel.

Diez de la noche. Los carceleros les darán las armas. ―Ambos se miraron cómplices y sonrieron.

Eliminen la evidencia ―habló Jimin leyendo el reverso de la nota y acto seguido la metió en su boca para masticarla y tragarla. Jungkook copió su acción y sonrió cómplice para luego continuar comiendo.

Ya era hora de salir de este maldito lugar.

Jimin caminaba de un lado a otro sin saber qué hacer y sintiéndose nervioso, al mismo tiempo Jungkook miraba a través de la pequeña ventana donde ya todo estaba oscuro, no tenían idea de que hora era, pero sabían que se acercaba el momento. Sus corazones palpitaban desenfrenados y sus bocas estaban secas.

Un ruido se escuchó proviniendo del pasillo indicando que alguien se acercaba y enseguida se pusieron alertas. Los carceleros se acercaron portando dos grandes armas con naturalidad. Los hombres sonrieron y miraron a todos lados antes de abrir las celdas dejándolos salir.

―Fusil AR-15 ―habló uno de los tipos entregándoles las armas. Jungkook silbó examinado el arma y luego miraron expectantes a los hombres.

―Sigan derecho por el pasillo y al final cruzan a la derecha, la puerta al patio trasero está abierta, los demás los esperan allí y traten de no hacer mucho alboroto al menos hasta que hayan atravesado la mitad. ―Los chicos asintieron y en seguida comenzaron a caminar por donde los carceleros habían indicado.

Jimin y Jungkook miraban a todos lados manteniéndose en alerta mientras cruzaban el largo pasillo lleno de celdas tratando de hacer el menor ruido posible. Listos para disparar si la situación lo ameritaba.

Justo antes de cruzar a la derecha dos guardias aparecieron y antes de que pudiesen hablar Jungkook y Jimin dispararon, gracias al cielo las armas tenían silenciadores.

Los chicos corrieron hacia la puerta y la empujaron saliendo al patio. Giraron sobre sí mirando en todas direcciones hasta que se toparon con los chicos, corrieron hacia ellos, Jimin se tiró encima de Yoongi y lo abrazó con fuerza, el mayor le devolvió el gesto y besó su mejilla con dulzura.

―Lamento la tardanza ―habló el pelinegro con una sonrisa.

Taehyung abrazó y besó a Jungkook con todas sus fuerzas, luego saludaron a los demás y concluyeron en que ya era tiempo de ponerse en marcha, no había tiempo que perder.

―Bien, este es el plan ―continúo Yoongi―. Nuestra misión es atravesar este campo, una vez lo hagamos debemos escalar por esa cuerda para salir de aquí. Namjoon está esperándonos con los chicos del otro lado ―Yoongi hizo una pausa y Jimin examinó el extenso lugar que parecía un campo de batalla―. Lo difícil será, cruzar sin activar ninguna alarma, si activamos una alarma sin ir si quiera a la mitad, estamos fritos.

Todos asintieron en respuesta. ―Bien salgamos de aquí ―finalizó Yoongi destrabando el seguro del arma, todos copiaron su acción y cuando Yoongi comenzó a correr, lo siguieron

El aire frío les calaba los huesos y hacían más rígidos sus movimientos, su respiración era dificultosa y los nervios no ayudaban, pero la adrenalina los impulsaba a no parar ni un segundo.

―No toquen las cuerdas ni los puntos rojos ―advirtió Yoongi y enseguida la mirada de todos se dirigió al suelo.

Saltaban y corrían tratando de evitar a toda costa tocar alguno de los censores, todo parecía a ir bien hasta que unos ladridos les pusieron alerta. Yoongi apuntó y disparó hiriendo a uno de los perros y Jungkook hizo lo mismo. Observaron al frente dándose cuenta de que casi llegaban a la mitad.

La herida en el abdomen de Jimin comenzaba a doler demasiado, y estuvo a punto de parar cuando una estruendosa alarma se hizo presente, aturdiéndolos al instante. Yoongi maldijo y aceleró el paso, todos hicieron lo mismo está vez sin preocuparse por no pisar los sensores.

Voltearon hacía atrás observando como los guardias comenzaban a salir y de repente se escucharon las balas chocando contra la grama. Miraban hacia atrás y disparaban sin dejar de correr al mismo tiempo que oían los gritos de los guardias ordenándoles que pararan.

Una bala rozó la oreja del pelirosa y enseguida giró disparando a los hombres que comenzaban a acercarse detrás de ellos.

Hoseok Taehyung y Jungkook también disparaban mientras Yoongi sacaba un pequeño celular marcando un número.

―Estamos cerca, pero ya nos descubrieron. ―La voz de Yoongi sonó agitada contra el celular y Jimin observó al frente percatándome de que ya casi llegaban.

El primero en llegar fue Yoongi. Y cuando estuvieron todos miraron atrás y soltaron las armas por un momento. El sonido de las alarmas era demasiado ensordecedor y lograba ponerlos aún más nerviosos.

―Tu primero, Jimin. Supe que tomaste clases de gimnasia y ballet, muéstranos tus habilidades. ―El pelirosa sonrió y enseguida se trepó a la soga.

El pequeño ignoró el dolor que causaba su herida y se trepó usando sus manos y pies, en menos de un par de minutos ya estaba en la cima, y al ver la cerca eléctrica se alarmó.

― ¡Está desactivada! ¡Apresúrate! ―grito Yoongi quien ya estaba debajo de él, Jimin pasó sobre la cerca y pudo observar a Namjoon del otro lado del muro―. Agarra los guantes que están en el muro y deslízate.

Jimin hizo lo que se le ordenó y se aferró a la cuerda deslizándose hacia abajo. Las sirenas de policía se hicieron presentes y giró observando como Yoongi bajaba seguido de Jungkook, luego Taehyung y por último Hoseok.

―Andando. Tenemos cinco minutos para salir de aquí ―dijo Namjoon subiéndose al auto. Los chicos se subieron detrás de él y luego arrancó metiéndose por todos los callejones que encontraban.

Jimin jadeó de dolor y Yoongi volteó a verlo enseguida, viendo la mancha de sangre en su uniforme naranja. El mayor se alarmó y maldijo.

― ¿Qué ocurre? ―preguntó Namjoon.

―Creo que la herida de Jimin se abrió de nuevo.

Namjoon asintió y sacó su celular. ―Llamaré al médico para que nos espere en la mansión.

― ¿Iremos a la mansión? ―Todos se miraron confundidos entre sí.

―Claro.

―Pero... sabrán que estamos allá. ―Yoongi habló aún sin entender nada y frunció el ceño.

―Tengo un plan.

― ¿Qué plan? ―preguntó esta vez Taehyung, algo en el tono del jefe no los convencía.

―Entregaremos a Jimin a su padre, si hacemos eso el hará que levanten los cargos por ahora.

― ¿Qué? ―Todos en el auto se quejaron en unísono y Yoongi enseguida sintió como la colera crecía dentro de él.

― ¿Cómo que lo entregaremos?

―Su padre vendrá a buscarlo mañana, va a enviarlo a no sé dónde, así que ve despidiéndote, probablemente no lo verás en un largo tiempo.

El pánico inundó a Yoongi y Jimin comenzó a temblar debido a la ansiedad, los demás seguían en shock asimilando que era lo que estaba sucediendo.

¿Acaso había escuchado bien? ¿Irse? ¿Lejos de Yoongi?

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