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Reescrito.
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El pelinegro salió del edificio al mismo tiempo que encendía un cigarrillo en su boca para luego darle una calada antes de arrojar el encendedor hacía atrás, sintiendo como el fuego se levantaba a sus espaldas al hacer contacto con la gasolina que había sido esparcida previamente sobre el pavimento, giró la vista sobre su hombro y observó como las llamas empezaban a envolver el edificio haciéndole sonreír complacido al contemplar lo que para él parecía una obra de arte e imaginó el cuerpo que se estaría calcinando dentro de la estructura en ese mismo momento.

Su celular comenzó a sonar en su bolsillo y arrojó el cigarrillo al piso para luego pisarlo con su bota, sacando su celular para contestar.

―Ya está todo listo para esta noche, señor Min. Pero hay un problema. ―La voz de su asistente sonó calmada.

¿Qué problema?cuestionó.

―En la empresa de los acompañantes no había chicas disponibles, así que tuve que contratar a un chico ―habló la mujer temiendo un poco por su respuesta. Yoongi rió.

Ese no es ningún problema Jean, lo sabes soltó con un bufido y luego rodó los ojos. 

―De acuerdo, lo esperará a las siete en el lugar de la dirección que le envíe ―finalizó y luego cortó la llamada.

Yoongi guardó su celular de nuevo y se dirigió a la camioneta escuchando el sonido de las sirenas a lo lejos, sin pensarlo arrancó el vehículo para dirigirse a la casa que compartía temporalmente con Hoseok y Taehyung. El tráfico era casi inexistente debido a la hora por lo tanto no le tomo mucho tiempo llegar a su destino.

En el camino sólo se mantuvo pensando en la cena de esa noche, tendría que verles la cara a muchas personas que no le agradaban, pero no tenía otra opción, al menos esperaba que su acompañante le entretuviera un poco y así quizá no sería tan aburrido.

Jimin avanzaba con pasos animados a través de un largo pasillo que era el camino a la oficina donde se encontraba su padre. Abrió la puerta despacio sin siquiera tocar y asomó su cabeza con ciertas dudas, observando al hombre frente a su escritorio revisando algunas carpetas.

Carraspeó un poco para llamar su atención antes de entrar haciendo que su padre alzara la cabeza al cabo de varios segundos y enseguida el hombre le hizo un gesto para que pasara.

Creí que no ibas a venir. Su padre habló con voz dura mientras devolvía su vista a las carpetas que reposaban desordenadas sobre la superficie.

Pasaba por aquí así que decidí entrar a saludarte. El rubio sonrió hasta que sus ojos desaparecieron ganándose una risa sarcástica por parte de su progenitor.

Casi sonó como si de verdad quisieras verme comentó el hombre con burla alzando una ceja.

Jimin se encogió de hombros restándole importancia. Ambos sabían que no querían verse en lo más mínimo.

¿Qué era eso tan importante de lo que me querías hablar? No tengo mucho tiempo ahora, debo ir a trabajar, tengo un cliente muy importante enfatizó la última parte y luego se dejó caer en una silla frente al escritorio.

¿Qué cliente es ese? Si se puede saber ―cuestionó el mayor con auténtico interés.

Park Choi y Park Jimin no tenían la mejor relación del mundo, incluso varias veces Jimin llegaba a pensar que ni siquiera lo soportaba, y el sentimiento era mutuo, a decir verdad; pero su repentino interés sí que lo tomó por sorpresa, aun así, decidió dejarlo pasar. Su padre muchas veces llegaba a ser demasiado entrometido y hasta celoso, Jimin quería creer que se debía a que era su único hijo. El hombre a pesar de su fría y distante actitud a veces lo cuidaba demasiado, por fines propios, pero lo cuidaba.

En realidad no lo conozco, pero su nombre es Min Yoongi comentó el menor sin darle demasiada importancia al asunto.

Enseguida notó como el semblante del hombre cambió, su mandíbula se tensó ante la simple mención de aquel nombre haciendo que dejara incluso de remover los papeles y subiera su vista hasta verle a los ojos. Jimin ladeó la cabeza sintiéndose confundido ante aquella reacción, y más por el hecho de que se había quedado completamente mudo.

Luego de unos minutos de tenso silencio el mayor carraspeó un poco y miró su reloj.

Creo que ya debes irte, se te hará tarde, hablaremos en otro momento exclamó con tono vacilante desviando el tema de forma abrupta, haciendo que sus palabras sonaran casi como una orden.

Jimin se levantó no muy seguro y caminó con pasos dubitativos en dirección a la puerta despidiéndose desde allí, hizo su camino hacia la salida aún demasiado confundido, no podía descifrar la expresión de su padre, si no lo conociera hasta podría decir que en algún momento vio el reflejo del miedo en sus ojos, como si ese nombre hubiese accionado algo en él.

Al salir de aquel lugar el aire frío le sacudió haciendo que se encogiera un poco, acomodó el traje que llevaba puesto reajustándose el saco y asegurándose de que el cuello de su camisa y la corbata estuviesen perfectos, luego de eso sacó un pequeño frasco de perfume que siempre rellenaba en casa y lo llevaba consigo para casos de emergencia, sin más se puso un cómo si no hubiese casi vaciado ya el frasco antes de salir de casa.

Se paró en la esquina cerca del lugar el cual le habían indicado y sacó su celular para corroborar la hora, si el tal Min Yoongi era puntual debía estar allí dentro de unos cinco minutos.

El tiempo pasaba demasiado lento para su gusto, Jimin no era una persona especialmente paciente y tener que esperar demasiado lo ponía de mal humor, había verificado que su aspecto estuviera perfecto más veces de las necesarias y cada tanto se rascaba la nuca de manera incomoda cuando la gente pasaba a su lado mirándolo más de lo debido. Pensó que quizá se había puesto demasiado maquillaje o tal vez era el perfume.

Al cabo de unos dos minutos más un auto negro deportivo con vidrios polarizados se detuvo poco a poco frente a su persona y Jimin tuvo un debate interno acerca de si sería o no la persona que estaba esperando. Aún vacilante se acercó y abrió la puerta subiendo al vehículo no queriendo hacer esperar demasiado a su cliente.

Apenas subió pudo identificar el aroma del perfume Invictus invadiendo el interior del vehículo, luego de acomodarse cerró la puerta y desvió la vista en dirección al hombre dispuesto a presentarse.

Mucho gusto soy Park Ji... Las palabras quedaron atascadas en en su garganta y su mano vaciló en el aire apenas captó ese familiar rostro frente a él, se sintió como una bofetada directa a su mejilla y no supo cómo reaccionar, lo único que pudo hacer fue bajar la mano con una mirada ansiosa mientras carraspeaba y pasaba una mano por su cabello tratando de desviar la atención de alguna manera.

Se sintió pasmado, se veía incluso más hermoso de lo que Jimin recordaba, claro, ahora no estaba salpicado de sangre y con el sudor pegándole el cabello a la frente, tampoco estaba esa cara de psicópata. Al contrario, ahora llevaba un pulcro traje Armani hecho a medida, su cabello negro caía en ondas ordenadas detrás de sus orejas y su perfume era uno de los favoritos de Jimin.

Sentía como si la mirada del pelinegro estuviese calando en lo más profundo de su alma, él también estaba examinándole cómo si no pudiese creerlo, pero lo estaba disimulando mejor. Al cabo de varios segundos el hombre se aclaró la garganta decidiendo que era momento de hablar.

Yo... Soy Min Yoongi dijo con voz ronca y serena al mismo tiempo que elevaba su mano, Jimin no dudó ni un momento en corresponder el gesto estrechando su mano con la del contrario. Sus dedos fríos hicieron que la piel de su nuca se erizara.

Park Jimin respondió el rubio tratando de mostrarse calmado mientras le dedicaba una sonrisa tímida. El contrario asintió devolviendo su vista al frente y poniendo toda su atención en conducir. Sinceramente Jimin le agradecería silenciosamente que lo ignorara mientras terminaba de asimilar toda la situación.

Ni en un millón de años Jimin imaginó que volvería a encontrarse con aquel tipo, y menos de esa manera. Pero allí estaba, y el menor nunca había estado tan nervioso en toda su vida. El camino era silencioso, ninguno de los dos se atrevía a hablar y él necesitaba que le dijera que era lo que debía hacer esa noche. Soltó un suspiro y giró su cabeza en dirección al mayor luego de recolectar el valor para hablarle, este mantenía una mano sobre el volante y con la otra acariciaba su mentón como si pensara.

¿Qué papel se supone que debo tener esta noche? preguntó con cautela haciendo captando su atención por algunos segundos antes de que volviera a mirar al frente.

Puedes ser lo que quieras, es solo una cena de negocios ―soltó el pelinegro con tranquilidad.

Jimin se preguntó cuál sería exactamente el trabajo de Yoongi, pero si de algo estaba seguro era que había algo detrás de aquello más que sólo simples negocios. El pelinegro pareció notar el silencio del menor por lo que habló de nuevo.

Puedes ser mi pareja, o un amigo cercano, lo que sea, solo debes fingir que somos cercanos y llevarme la corriente en todo. No será muy difícil explicó suave y pausadamente, tanto que resultaba extraño.

Yoongi lucía sereno, incluso demasiado, pero Jimin podía notar que aquello no era más que una fachada, sabía que detrás de toda esa calma, de ese semblante relajado, se escondía algo muy sombrío. Aún no olvidaba la mirada que tenía aquel día que lo vio por primera vez, esa sonrisa sádica y el brillo de lujuria que inundaba sus ojos. Cómo si sólo estuviese practicando su deporte favorito y no torturando a una persona. Algo le decía que debía alejarse de ese tipo, que debía salir corriendo y no verlo nunca más.

Pero quería conocer lo que escondía, quería saber quién era en realidad ese chico, sentía como una fuerza peligrosa le jalaba hacia él, sentía como su mirada avisaba "peligro" cada vez que lo miraba, pero Park Jimin amaba el peligro. Y podía sentir como esta vez había encontrado el peligro en persona.

El auto se estacionó frente a un hotel bastante conocido en la ciudad, era frecuentado por la élite del país, embajadores, famosos, en resumen, gente de la "alta sociedad" como dirían por allí. Bajaron del auto, Yoongi fue todo un caballero al sostener la puerta para él y una vez que entregaron las llaves al valet parking el pelinegro lo guio situando una mano en su espalda baja, Jimin luchó por ignorar aquel gesto.

Entraron al inmenso lobby y Jimin deslizó su vista por el lugar, la decoración de estilo barroco moderno predominaba en el lugar con tonos dorados y vinotinto creando un contraste exquisito. Yoongi se acercó a la recepcionista y le mostró una tarjeta negra con letras en color rojo metálico que parecía ser una invitación, ella le dijo algunas cosas y señalo explicándole la dirección por donde debían ir.

Caminaron por un ancho pasillo con suelos de mármol pulido en tono negro, no parecía haber nadie hasta que llegaron al final en donde había una inmensa puerta con un par de hombres custodiando la misma.

El chico de cabello oscuro seguía guiando al más bajo, los dos hombres de seguridad completamente vestidos de negro exigieron a Yoongi que se identificara apenas estuvieron frente a ellos.

Yoongi saco la misma tarjeta que había enseñado en la recepción, el hombre la tomó y la examino un momento para luego asentir en dirección a su compañero quien se acercó a ellos y comenzó a revisarlos para asegurarse de que no llevasen armas o algún otro objeto que no estuviese permitido, acto seguido abrieron las puertas permitiéndoles el acceso a un gran salón.

A diferencia del resto del hotel esta zona poseía una decoración de color negro y azul muy oscuro, había algunos sillones, una barra, y unas elegantes escaleras de piedra que daban a un balcón interno en el cual se encontraban algunas puertas.

Había mucha gente, hombres vestidos de traje y mujeres con elegantes vestidos de seda que portaban copas de champán en sus manos. Un hombre se acercó a Yoongi y le tendió una mano en forma de saludo, el azabache correspondió y luego el hombre repitió el acto con Jimin quien correspondió cortésmente con una media sonrisa.

La mayor parte de la noche había transcurrido de la misma forma, las personas se acercaban a Yoongi refiriéndose a él cómo Suga, saludaban, intercambiaban algunas palabras, otros simplemente se limitaban a hacer una reverencia y luego se retiraban para dar paso a los siguientes.

Cada uno tenía una copa en su mano, a diferencia de que la de Yoongi se encontraba vacía y Jimin apenas le había dado un sorbo a la suya. Una de sus reglas principales para el trabajo era no beber más de lo necesario.

El momento de la tan esperada cena había llegado, y todos los hombres debían pasar al comedor que se encontraba en la parte superior del lugar, mientras los acompañantes debían esperar en el salón principal.

En el tiempo que habían estado allí Jimin habían confirmado que aquella no era una reunión de simples accionistas, había personas de todas partes del mundo, algunos lucían tan intimidantes como Yoongi y otros evitaban relacionarse lo menos posible, a Jimin le había estado picando la curiosidad toda la anoche queriendo indagar más en el tema, pero Yoongi parecía una persona demasiado reservada y además no era su asunto.

Jimin se encontraba sentando en una silla de la barra meciendo sus pies tratando de distraerse. No se había sentado en toda la noche y sus pies dolían, pidió una bebida al azar y bebió el contenido de un trago para darse un descanso. En un momento sintió como el asiento a su lado era ocupado y desvió la vista hacia el lugar observando a un chico de cabello casi tan oscuro como el de Yoongi.

El chico clavó sus ojos en él y sus miradas se cruzaron haciendo que el chico pelinegro sonriera mirándolo fijamente a través de sus gruesas pestañas, Jimin envidio aquella sonrisa con esa dentadura tan perfecta.

Byun Baekhyun habló el chico aun sonriendo mientras extendía una mano al rubio quien la tomó y sonrió de vuelta.

Park Jimin respondió cortésmente presentándose al chico al mismo tiempo que lo examinaba tratando de no ser muy obvio.

¿Eres un acompañante, cierto? El chico lo miro con cautela, temiendo haber ofendido al menor con su pregunta, aunque no podía evitarlo, el ser directo era una de los rasgos del pelinegro.

Jimin alzó una ceja sorprendido, la gente nunca lo descubría en su trabajo, Baekhyun era sin duda bastante observador. Pensó un momento antes de responder.

¿Por qué lo preguntas? El pelinegro lo miró con una sonrisa.

―De no ser así, estarías allá, presumiendo lo increíblemente millonario qué es tu pareja ―dijio señalando un lugar donde había un grupo de mujeres hablando, probablemente acerca de lo que Baekhyun había dicho―. Aparte, vienes con Min Yoongi, todos saben qué él no es de relaciones serias, ni siquiera se sabe si es hetero o no

Había cierto tono de diversión en su voz, y a pesar de que la situación no era tan graciosa el parecía estar punto de romper en risas, parecía una persona bastante agradable.

Entiendo. Y sí, soy un acompañante, pero no lo digas muy fuerte. Jimin no se avergonzaba de su trabajo, no había motivos en realidad, a pesar de que la gente pensara qué solo eran prostitutos de gente rica y mejor pagados, él sabía que no era sí.

Pero a pesar de eso uno de los códigos de la empresa era la discreción. Baekhyun asintió y bebió del vaso que tenía frente a él.

¿Por qué tu no estas allí? Jimin señaló con la cabeza el grupo de mujeres, Baekhyun hizo una mueca.

No me gusta ese tipo de gente, aparte, esas mujeres suelen ser muy despectivas, no ven muy bien el hecho de que haya hombres qué vengan con otros hombres cómo pareja. Por primera vez esa noche Baekhyun había dejado de sonreír.

―Oh, ya veo respondió Jimin sabiendo a lo que Baekhyun se refería. No era un secreto para nadie que en Corea el tema de las parejas del mismo sexo no era muy bien visto.

Qué bueno que coincidimos.

Conversaron de varios temas triviales, como qué edad tenían, a que se dedicaban, todas esas cosas. Baekhyun era de esas personas que siempre tenía algo para decir, habían congeniado muy bien, hasta decidieron intercambiar números con la intención de encontrarse de nuevo. Había sido una plática bastante amena y el tiempo se les había pasado volando mientras conversaban.

Las personas que habían estado en el salón de la planta superior empezaron a salir indicando qué la reunión había finalizado y Jimin buscó a Yoongi con la mirada hasta que lo visualizó caminando al lado de un hombre alto de cabello rojo, al instante se acercaron hacía a ellos y el pelirrojo sonrió.

Vaya, parece que nuestras parejas se han conocido. Su voz era neutra, y le inundaba un sentimiento de confianza a Jimin.

Yoongi asintió con una media sonrisa y se acercó a Jimin abrazándolo por la cintura, el rubio se tensó debido a la corriente eléctrica que recorrió su cuerpo y casi se alejó de Yoongi, pero se contuvo obligándose a mantenerse quieto.

Jimin, él es Chanyeol. Uno de mis amigos y compañero habló Yoongi señalando al pelirrojo quien extendió una mano hacía Jimin, este respondió el gesto amablemente y desvió su mirada a Baekhyun quien se encontraba mirando a Chanyeol como si fuera una obra de arte, y Jimin envidió no tener a alguien que lo mirara de esa manera.

Park Jimin se presentó el menor quien se había distraído un momento mirando a la pareja.

Yoongi miró su reloj y jaló un poco a Jimin para que se levantara.

Ya es hora de irnos, mañana tengo muchas cosas que hacer. ―Suga se despidió de Chanyeol con un pequeño abrazo y luego tendió una mano hacía Baekhyun. El rubio copió el acto y miró a Baekhyun.

Te escribiré luego para que salgamos. El pelinegro asintió con una sonrisa y sus parejas se miraron algo confundidas pero no dijeron nada, luego se marcharon en silencio hacía la puerta.

Yoongi soltó a Jimin apenas cruzaron la puerta y Jimin agradeció eso, no entendía porque, pero la presencia de Yoongi lo aturdía y en cierto punto lo hacía sentirse mareado, su aroma, su presencia, su manera de caminar, su postura imponente hacía que Jimin se sintiera intimidado, débil. Y él no era así.

El camino a la empresa en la que trabajaba Jimin era silencioso, nadie decía nada al respecto y la verdad es que no había mucho que decir. El trabajo de Jimin era cumplir con su papel y representar a Yoongi delante de todos, luego de eso no tenía ninguna otra obligación.

Yoongi se mantenía firme frente al volante, no sonreía, casi parecía que ni siquiera pestañeaba, su mirada no demostraba nada, y ni siquiera el frío que estaba haciendo parecía incomodarle.

El auto se detuvo frente al conocido edificio y Jimin miró a Yoongi antes de bajar del auto, el pelinegro lo examinó unos segundos sin expresión alguna, cosa que hacía que la ansiedad creciera dentro de Jimin.

Gracias por tus servicios, te contrataré seguido. Jimin asintió y bajo del auto, casi huyendo del ambiente tenso, no muy seguro de si Yoongi esperaba que respondiese algo.

Caminó con las manos en los bolsillos hasta un auto estacionado frente al lugar de trabajo y sonrió saludando al chico apoyado sobre el auto.

Linda noche ¿no, Jimin? Jimin sonrió más haciendo que sus ojos se cerrasen y se subió al asiento de copiloto.

Casi tan linda como tú, Sehun respondió arrebatándole una sonrisa al contrario antes de que este pusiera en marcha el vehículo.

Sehun era uno de los chóferes de la empresa. Debido al código de privacidad, los clientes no podían saber el lugar de residencia de los acompañantes, eran bastante reservados con temas personales, con suerte y podían saber su nombre real.

¿Qué tal Min Yoongi? preguntó Sehun con curiosidad mientras conducía hacía la casa de Jimin, la pregunta del chico había tomado a Jimin por sorpresa y vaciló un momento antes de responder.

¿Acaso lo conoces? Jimin frunció el ceño y miró a Sehun con atención esperando su respuesta.

¿Quién no conoce a Min Yoongi? Creí que eras más actualizado, Jiminnie. Sehun rió como si se tratase de una broma haciendo que Jimin se sintiera aún más confundido―. La mayoría de las chicas que han salido con él dicen que apenas y han intercambiado algunas palabras.

¿Por qué debería conocerlo? ¿Qué lo hace tan famoso? La curiosidad empezaba a inundar a Jimin, todos sabían parecer algo sobre Min Yoongi haciéndolo quedar como un completo ignorante.

Hay muchas cosas que hacen famoso a Min Yoongi, es un hombre muy nombrado...Sehun hablaba como si narrara una película de suspenso ―. Todo depende de qué historia quieras escuchar, hay dos versiones.

―Dime ambas versiones exigió el rubio, tenía la mente en blanco y casi sentía como la boca se le hacía agua. Queriendo saber de una vez por todas.

Sehun lo miró un instante antes de que el semáforo cambiara de color y pusiera el auto en marcha nuevamente. El más alto suspiró y miró al frente mientras meditaba sus palabras.

Lo que todos quieren creer es, que Yoongi fue un soldado digno de admirar en el ejército a pesar de su corta edad, y luego lo dieron de baja a causa de una depresión tras la muerte de su mejor amigo. Y ahora es un empresario común y corriente con demasiado dinero para contar y con una personalidad dura y fría debido a su "entrenamiento militar", todas esas mierdas, tú sabes de lo que hablo el pelinegro miró al más bajo un instante antes de continuar ―... Y la otra versión, que es lo que yo creo y un grupo más grande de personas cercanas a él es...

—¿Es...? —Jimin alzó una ceja ante el silencio de Sehun, instándolo a continuar.

—Qué estuvo en el ejército, pero no en el ejército de las fuerzas nacionales, más bien un ejército en el que preparan a las personas para hacer todo menos el bien, ya sabes: matar, robar, engañar, manipular, todas esas cosas, una mafia. Pero, tuvo que "dejarlo" o más bien lo obligaron a hacerlo, debido a que no podían controlarlo.

Sehun miró a Jimin y este se relamió los labios prestando suma atención al pelinegro y asintió invitándole a seguir. Por lo que había visto, Jimin también se dejaba llevar más por la segunda versión.

—¿Lo que quieres decir es que Min Yoongi es un mafioso? —El pelinegro asintió en respuesta y luego continúo.

Yoongi no es una persona del todo "normal" muchos rumores indican qué no es solo un asesino a sangre fría, algo más enfermo se esconde detrás de esa personalidad dura y serena, algo que sería demasiado sádico para cualquier persona normal. Aparte de que debe estar respaldado por gente importante si nunca han llegado a atraparlo, y no es como si se moleste en esconderse.

Un brillo algo extraño inundaba los fanales de Jimin y sentía como ese sentimiento de querer salir corriendo reaparecía, todo lo que tuviera que ver con Yoongi le hacía sentir el peligro, pero también lo atraía demasiado y no sabía qué hacer. Era como estar jugando a la ruleta rusa, sabía que era demasiado peligroso, pero no quería dejar de hacerlo.

Sehun buscó la mirada de Jimin esperando alguna señal, y no percibió nada así que solo siguió.

Hoy en día, Yoongi sigue trabajando para la mafia, según lo que yo creo, solo qué de encubierto ¿qué hace exactamente? no lo sé, tampoco me gustaría saberlo, porque te puedo asegurar que no es nada agradable. Así que, si yo fuera tú mantendría mi relación con el del lado profesional, trata de involucrarte en su vida personal lo menos posible, solo haz lo que te indique hacer tu trabajo.

Sehun miraba a Jimin seriamente, como si estuviera advirtiéndole de un gran peligro y eso solo hizo que un escalofrío recorriera la espina dorsal del pequeño, este asintió casi automáticamente y se percató de que habían llegado a su destino.

Gracias por la información, nos vemos luego, feliz noche.Jimin se forzó a sonreír y abrió la puerta para bajar del auto con rapidez sintiéndose asfixiado.

Sehun se despidió de la misma manera y espero a que Jimin entrara a su casa, el frío lo golpeo y era casi insoportable, el hecho de que llevara aquel traje tampoco ayudaba mucho, así que casi corrió hasta llegar a la puerta.

Abrió esta con una mano temblorosa y miró la hora notando que eran pasadas las doce.

Dejó su saco a un lado de la puerta y encendió la lampara del salón, SeokJin se había quedado dormido en el sofá, probablemente mientras veía una película y le esperaba, subió a buscar una manta y luego bajo nuevamente para arropar al mayor con delicadeza antes de darle un beso en la frente para luego dirigirse a la cocina en silencio, encontrándose allí la taza de té humeante que su amigo siempre le preparaba para dormir, sonrió con ternura y envolvió sus manos alrededor de la tasa disfrutando el calor que esta emanaba.

Luego de acabar el té de sándalo subió a su habitación para ponerse un pijama, no le gustaba dormir con ropa, pero debía hacerlo o de otro modo moriría de hipotermia debido al frío. Dejó su celular sobre la mesita y se recostó metiéndose debajo de las gruesas mantas, había mucho que procesar respecto a su día, tenía demasiada información por digerir, pero ahora se encontraba agotado tanto física como mentalmente, al cabo de un par de minutos cerró los ojos y no pasó mucho tiempo antes de que Morfeo lo arrastrara a su mundo.

La luz del sol, y el sonido de las cortinas siendo abiertas de manera agresiva le hizo despertar de golpe, frunció el ceño cuando la luz pegó en su rostro haciéndolo gruñir con fastidio.

¡Despierta, sol! Son las doce del mediodía y no has comido nada, así que arriba, debemos ir al supermercado a comprar algunas cosas que hacen falta. El grito de SeokJin hizo que Jimin lloriqueara como un crío, de seguro solo había dormido un par de horas. A veces odiaba a Seokjin por querer actuar como su padre.

SeokJin empezó a remover cosas en la habitación haciendo más ruido del necesario lo que hizo que Jimin se diera por vencido y abriera los ojos con pereza, el mayor lo miró dedicándole una sonrisa fraternal de esas que tanto lo reconfortaban.

¿Por qué te empeñas en actuar cómo mi padre? preguntó el menor con voz ronca mientras restregaba sus ojos con sus manos.

No es mi culpa qué te comportes como un bebé y me hagas sentirte como mi hijo. El rubio mayor se encogió de hombros y recogió la ropa esparcida por el suelo para luego aventarla a una cesta y llevársela consigo seguramente para lavarla.

Arréglate y baja a comer para que podamos irnos. Jimin asintió y SeokJin salió de la habitación.

Luego de varios minutos de permanecer sentado viendo algún punto fijo de la habitación decidió que era momento de ponerse de pie y caminar al baño, tenía una pereza inhumana, pero no había nada que una buena ducha no resolviera. Ajustó la temperatura y luego dejó que la lluvia artificial lo empapara asegurándose de lavarse perfectamente.

Tardó al menos unos quince minutos bajo el agua y luego salió secando su cuerpo y cabello con una toalla, se lavó los dientes y luego caminó hasta el armario para buscar algo que ponerse, sacó  una camiseta, unos vaqueros y un abrigo, luego se calzó unas botas negras y volvió al baño para peinarse un poco.

Una vez listo bajó las escaleras directo a la cocina, siendo guiado por al aroma del café recién hecho de Seokjin, la comida estaba sobre la barra haciendo que el hambre se despertara, el mayor tomó asiento junto a él y comieron juntos en un silencio agradable.

¿Cómo te fue anoche? ¿Qué tal el cliente? ¿Te trató bien? SeokJin empezó a disparar sus típicas preguntas haciéndole reír.

Las palabras del mayor hicieron que Jimin comenzara a recordar todo lo que Sehun le había dicho, había tratado de mantener su mente alejada de Min Yoongi, pero sabía que eso sería algo imposible, sin embargo, no estaba dispuesto a darle detalles a su hyung acerca del asesino psicópata con el que había salido.

Todo bien, Hyung. Todo fue normal igual que siempre, una cena importante, hablar con algunas personas, luego nos marchamos y listo. Se encogió de hombros restándole importancia y el rubio asintió conforme. Sintió una punzada de culpa por estar ocultándole cierta información al mayor, pero lo ignoró, ya hablarían de ello si se daba el momento.

El resto del desayuno transcurrió en silencio y al terminar se levantaron para marcharse al supermercado, SeokJin verificó todo antes de salir de casa, tomó su abrigo, las llaves de la camioneta y cerró la puerta revisando que todo estuviese bien asegurado, el mayor siempre era bastante precavido en esa parte.

Se subieron a la Range Rover blanca de Seokjin, como siempre el mayor de piloto y Jimin a su lado, rápidamente encendió el vehículo no sin antes recordarle a Jimin que debía colocarse el cinturón de seguridad.

Primero pasaremos a comprar comida para llenar la despensa, y luego iremos a la tintorería a buscar tus trajes, luego podemos ir a tomar un helado o lo que quieras habló SeokJin con la mirada fija en la carretera.

Jimin asintió en acuerdo, siempre valoraba los momentos que podía compartir con el mayor. En el camino escuchó las típicas conversaciones de Seokjin acerca de las peleas qué tenía en su trabajo, o de lo mucho que se quejaba de lo idiota que era Namjoon por aún no aceptar sus sentimientos por él. Jimin estaba de acuerdo en esa parte, Namjoon era un idiota.

El camino al supermercado transcurrió alegre y lleno de risas debido a las anécdotas graciosas por parte de Jin. Al llegar bajaron de la camioneta y entraron al lugar tomando un carrito antes en la entrada y empezaron a recorrer los pasillos en búsqueda de lo que hacía falta.

Jimin se movía alrededor de Seokjin correteando de vez en cuando haciendo reír al mayor, a veces tenía razón, se comportaba como un bebé y era demasiado infantil, pero no lo admitiría en voz alta.

¿Podemos llevar eso? preguntó el menor señalando una caja de cereales de chocolate.

Ya tienes cereales en casa, Jimin SeokJin seguía mirando las etiquetas de las salsas de tomate para saber cuál tenía menos calorías, cual era más healthy, cual tenía menos componentes químicos y todas esas cosas.

Pero estos no los he probado. El menor esbozó un puchero y Seokjin no pudo evitar rodar los ojos y asentir dándose por vencido.

De acuerdo, de acuerdo finalizó el mayor y enseguida Jimin metió dos cajas al carrito haciendo que Seokjin negara divertido con la cabeza.

Habían recorrido casi todos los pasillos del súper mercado y por un momento Jimin se separó de Seokjin para ir en busca de algo de helado. ¿Qué si estaba loco por comer helado en invierno? Efectivamente.

Caminó por el pasillo de los helados mirando todos los refrigeradores que contenían helados de diferentes marcas y sabores. Escoger un helado era una tarea bastante complicada.

Debes ser muy indeciso si ni siquiera puedes escoger un helado. Una voz un poco familiar hizo que sus sentidos se pusieran alertas y enseguida se giró hacía el lugar de donde provenía. Su ceño se frunció al ver el chico pelirrojo que había conocido el mismo día que conoció a Yoongi parado justo a su lado, quien sabe desde hacía cuanto tiempo.

Y de todas las personas en el mundo, justo tenía que encontrárselo a él allí mismo, en un supermercado, cuando esperó no volverle a ver nunca más.

¿Lo estaría siguiendo? ¿Yoongi lo habría mandado?

Si voy a gastar mi dinero en helado al menos tiene que ser uno que valga la pena comentó con gracia el menor tratando de aligerar el ambiente.

No creo que el dinero sea un problema para ti, Park Jimin.  El chico lo miraba fijamente, con los ojos entrecerrados tratando de intimidarle, pero no había nada intimidante en él.

Estaba por responder cuando escucharon el estallido de los vidrios del supermercado haciendo que ambos se sobresaltaran y enseguida miraran a todos lados, no pasaron más que algunos segundos cuando se vieron rodeados de tipos envueltos en ropa negra con capuchas que cubrían desde su cabeza hasta su cuello.

Jimin se giró y detrás del pelirrojo se encontraba su amigo el castaño con mechones verdes sosteniendo una pistola en cada mano apuntando a dos de los tipos en el lugar, ni siquiera sabía en qué momento había aparecido, la gente se tiró al suelo y otros empezaron a correr para salir del lugar, el pelirrojo también sostenía un arma en su mano, pero no entendía cómo iban a poder ellos dos con el montón de hombres de negro qué habían entrado, no podía estar más confundido, parecía una escena sacada de una película de acción, pero no podía ponerse a meditar en ese momento, debía mantenerse alerta a cualquier movimiento.

Un hombre de traje se hizo presente en el pasillo y caminó en dirección a ellos.

¿Dónde tú amigo, Jung? Se dirigió directamente al pelirrojo. El hombre mantenía un cigarrillo en sus labios y se mostraba tranquilo como si la situación no fuera lo suficiente incómoda para él.

Cuantas veces debo decírtelo, Yong. El pelirrojo miró al hombre desafiante―. No tengo contacto con Suga.

Jimin frunció el ceño ¿Estaban buscando a Yoongi?

La última vez me dijiste que se había ido del país, sin embargo, mis hombres lo vieron anoche con este mocoso, el hijo de Park. El hombre desvió su mirada a Jimin y le sonrió con sorna, el menor estuvo a punto de hablar ¿Acaso conocía a su padre? ¿De dónde?

Después de una seña por parte del mayor dos hombres se movieron casi de manera automática y lo tomaron por los brazos impidiéndole moverse, Hoseok pareció alertarse mientras Jimin se sacudía y miraba al hombre con rabia.

Él es solo un acompañante habló de nuevo el pelirrojo tratando de defender al menor.

No puede ser solo un acompañante, es el hijo de Park examinó a Jimin con la mirada y este lo miró desafiante, su voz era hostil, sonaba altanero, el rubio no tenía idea de quien era, y mucho menos entendía que tipo de relación podría tener con su padre, pero comenzaba a hartarle el hecho de que hablara cómo si le conociese.

La voz del hombre se vio interrumpida por el sonido de las sirenas de policía, sonrió con soberbia y desvió su mirada al pelirrojo.

Dile a tu amiguito, que no se moleste en esconderse, porque tarde o temprano, lo encontraremos y lo destruiremos, a él y todo a su alrededor, así que te recomiendo que te alejes si no quieres salir lastimado, Hoseok. Tú también, Taehyung.

Miró al pelirrojo y luego al de mechones verdes, dio la última calada a su cigarrillo y luego se acercó a Jimin sujetando su rostro, el contrario se removió, pero no pudo soltarse debido a los hombres que aún lo sostenían.

Lindo mocoso, al final serás sólo un muñeco de trapo roto habló con voz penetrante y apagó su cigarrillo contra su nuca provocándole un ardor terrible que le hizo sisear y maldecir en voz alta, retrocedió e indicó a los hombres que hicieran lo mismo, enseguida empezaron a salir del lugar y este quedó vacío tan rápido como entraron.

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