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19

Reescrito. 

Nuestros cuerpos están débiles, estamos cansados y adoloridos ¿llegaremos al otro lado? No lo sé, pero juro que moriré intentándolo.

Die Trying - MICHL

. . .

Jimin se removió sobre la silla a la cual Yoongi lo había amarrado, se encontraba totalmente desnudo y sus manos estaban atadas a los reposabrazos de la incómoda silla dificultándole moverse.

El mayor se paseaba frente a él, observándolo totalmente indefenso y a su completa merced. El pecho de Jimin subía a bajaba mientras trataba de normalizar su respiración, sentía que estaba por volverse loco debido a los nervios y la actitud de Yoongi no ayudaba.

―Debo admitir que probablemente no disfrutes mucho lo que pienso hacerte. ―La mirada del mayor era lasciva y chispeante, hacia temblar a Jimin y le daban ganas de salir corriendo.

Jimin no emitió respuesta alguna debido a la mordaza que el mismo pelinegro había colocado en su boca, alzó la vista y observó como Yoongi revolvía algunas cosas en un cajón, sacando un aparato, el cual Jimin no tenía ni idea de que era.

― ¿Sabes qué es electroshock, Jimin? ―El pelirosa palideció. Yoongi lo miró exigiendo una respuesta y Jimin asintió no muy seguro. ¿Qué tenía que ver eso aquí?

Jimin se espantó cuando Yoongi acercó unas pinzas a sus pezones y ubicó una en cada uno de sus botones. La situación pintaba para nada bien.

Observó como movía de nuevo algunos botones en el aparato y se estremeció cuando captó lo que estaba sucediendo.

Un grito que fue ahogado por la mordaza escapó de sus labios cuando sintió el fuerte choque eléctrico en sus pezones, cerró los ojos con fuerza sintiendo la electricidad aún extenderse por todo su pecho. Respiró agitado y observó a Yoongi horrorizado, el mayor mantenía una sonrisa maquiavélica que asustó aún más a Jimin.

― ¿Te gustó? ―Jimin negó frenéticamente con la cabeza y Yoongi rio―. Y eso que apenas es el primer nivel... Espero que aguantes al menos hasta el quinto.

El sudor comenzaba a resbalar por la frente del pelirosa quien se movía inconscientemente tratando de liberarse, a la espera del próximo ataque de Yoongi.

Una nueva descarga lo hizo dar un pequeño salto y cerró nuevamente los ojos por instinto cuando sintió su pecho doler debido a la corriente.

―Mmm... No lo sé, esto me aburre un poco. ¿Qué tal si aumentamos esto?

El pelinegro movió uno de los botones pasando directamente al número cinco, Jimin negó repetidamente tratando de hablar, pero no eran más que quejidos inentendibles. Chilló y se sacudió cuando Yoongi presionó el botón, lo hizo seguido dos veces haciendo que se retorciera en el lugar mientras escuchaba el zumbido de la chispa en sus oídos de una forma desagradable, Yoongi soltó una carcajada y se acercó a Jimin sacándole la mordaza.

― ¡¿Estás loco?! ―ladró. Respiraba agitadamente y miraba a Yoongi encolerizado.

― ¿Te sorprende? ―Yoongi alzó una ceja divertido y rio una vez más antes de subir al nivel seis y apretar el botón.

― ¡B-Basta... Yoongi! ―Jimin apretó los dientes con fuerza y tiró de sus brazos con fuerza cuando su espalda se arqueó, con los ojos llenándosele de lágrimas debido a la frustración.

Yoongi apretó los botones un par de veces más y luego se acercó al menor desatándolo de la silla, Jimin cayó de rodillas al suelo en espasmos apenas Yoongi lo liberó.

― ¿No te gustó, cierto? ―Jimin no respondió, pues sentía su cuerpo demasiado pesado como para si quiera mover los labios―. A mí tampoco me gustó que te acostaras con Jackson.

Vete al demonio. Quiso decirle, pero no era momento de tentar a su suerte.

Yoongi tomó a Jimin arrastrándolo hasta la pared más cercana, le hizo ponerse de pie y esposó sus muñecas, un par de estas en cada mano, luego aseguro el otro extremo en unos aros que estaban fijos en la pared dejándolo de espaldas a esta con los brazos sobre su cabeza.

El mayor sacó de su bolsillo un collar muy parecido al que un perro usaría y se lo colocó, Jimin no protestó pues aún estaba recuperándose del juego anterior de Yoongi.

―Te ves mucho más lindo cuando no estás maldiciéndome. ―El pelinegro tomó a Jimin de la barbilla y lo besó con rudeza sacándole un jadeo al tomarlo desprevenido.

Jimin mordió el labio inferior de Yoongi y este lo azotó contra la pared sacándole un jadeo de dolor.

El azabache alzó a Jimin del suelo haciendo que enredara sus piernas en su cadera y lo tomó de las nalgas mientras seguía besándolo con un hambre angustiante, sus labios descendieron por el cuello del menor saboreándolo y deleitándose con la lechosa y suave piel del menor, Jimin se limitaba a ladear el cuello hacia un lado dándole mejor acceso al mayor al mismo tiempo que soltaba gemidos complacidos. El menor jadeó cuando sintió uno de los dedos de Yoongi rozar su entrada, apretó los puños sintiendo sus muñecas lastimarse y gimió cuando sintió uno de sus dedos invadiendo su entrada.

―Eres tan hermoso, quisiera besarte todo el día ―dijo el pelinegro.

―Hyung... ―gimió.

―Pero también quiero follarte ―continuó―, quiero follarte tan duro.

Yoongi embistió a Jimin con su dedo mientras seguía besando y succionando la piel del menor, embriagándose con el sabor del pelirosa en sus labios. Los labios de Jimin estaban rojizos e hinchados a causa de los besos desesperados que le daba el mayor y sus mejillas estaban calientes producto de la creciente excitación.

Yoongi observaba a Jimin fascinado, sus mejillas rojizas y la manera en que cerraba los ojos con fuerza mientras tiraba la cabeza hacia atrás ofreciéndole más de su piel. Al mayor le sorprendía como aún en estas situaciones el menor pudiera verse tan tierno e inocente y es que Jimin era sencillamente hermoso, cada vez que lo veía no podía evitar sentir que había robado un ángel.

―Me encanta lo dócil que te vuelves en mis brazos.

El mayor bajó a Jimin un momento y una vez en el piso lo giró haciendo que se inclinara para azotar una de sus manos contra sus glúteos, volvió a meter uno de sus dedos en la entrada del menor y lo movió bruscamente, seguidamente lo azotó repetidas veces sintiendo los pequeños gritos de Jimin como música para sus oídos mientras la piel de sus mejillas se enrojecía con sus palmas marcadas.

―Te encanta hacerte el difícil, pero al final sabes que no puedes resistirte a mi ―susurró lamiendo la concha de oreja. Jimin se estremeció. Amaba oír la voz ronca de Yoongi en esas situaciones.

El pelinegro hizo que Jimin se enderezara nuevamente y comenzó a besar todo su cuerpo, bajando desde su mandíbula hasta su pecho, haciendo que Jimin se retorciera. El pelirosa gruñía desesperado, rodando sus ojos a la parte trasera de su cabeza sintiéndose impotente al no poder mover los brazos. Gimió alto al sentir la respiración del mayor cerca de su miembro, Yoongi lamió la erección de Jimin con descaro y acarició su longitud de arriba abajo sacándole suspiros temblorosos al rosado.

El mayor se alejó bruscamente de Jimin dejándolo totalmente privado de contacto físico, Jimin jadeo y se retorció friccionando sus piernas mientras gimoteaba.

―Y-Yoongi... ―Jimin mordió sus labios y lloriqueó desesperado.

― ¿Qué es lo que quieres, Jimin? ―El mayor le sonrió de manera lasciva.

Jimin gruñó negándose a hacer lo que el mayor quería que hiciera, por nada del mundo le rogaría a Yoongi que se lo follara, no estaba tan desesperado. El pelirosa se puso serio y miró al pelinegro desafiante.

―Estoy esperando, Jimin. ―Yoongi se acercó a él quedando a solo centímetros de él.

El menor no dijo nada y mordió sus labios para no gemir, el dolor de su erección empezaba a hacerse insoportable. Jimin estuvo a punto de chillar cuando el mayor sacó su grande y rojiza erección de sus pantalones y comenzó a tocarse suavemente frente, Jimin gimió sin separar los labios y Yoongi lo miró con lascivia al mismo tiempo que masturbaba su miembro.

― ¿Quieres esto? ―murmuró―. Pídelo.

Jimin no podía quitar los ojos de los movimientos del mayor y poco a poco su entrada empezó a palpitar mandando al diablo toda su cordura. Yoongi escupió en su pene y se masturbó más rápido echando la cabeza hacia atrás mientras mordía sus labios. Su polla dura, llena de venas que resaltaban con el brillo de su saliva, con la punta rosa e hinchada... Sin duda valía la pena suplicar.

― ¡Yoongi! ¡Fóllame! ―gritó.

―No te estoy entendiendo, Jiminnie.

―Por favor Yoongi, ven aquí y fóllame con esa hermosa polla.

Las palabras accionaron alguna especie de modo animal en Yoongi, se acercó enseguida y sin aguantar mucho soltó al pelirosa antes de tirarlo sobre el sofá sacándose la sotana y los pantalones de golpe. Lo tomó de las caderas y elevó su culo poniéndolo en apoyándolo sobre sus rodillas y antebrazos. Jimin miró sobre su hombro ansiando que Yoongi lo embistiera de una vez por todas.

―Mírate. Estás tan desesperado por mi polla.

Joder, sí que lo estaba.

El pelinegro escupió sobre su agujero y lo frotó para humedecerlo, luego repitió lo mismo con su miembro y se enterró en su interior de una sola estocada. No le dio tiempo de acostumbrarse antes de comenzar a mover sus caderas de manera furiosa, Jimin gemía sin pudor alguno el balance entre el dolor y el placer era tan perfecto que lo tenía pidiendo por más. Yoongi tiró de su cabello y azotó sus nalgas aumentando el ritmo de sus estocadas haciendo el sonido de sus cuerpos chocando cada vez más intenso. Lamió el cuello del menor y lo mordió dejándole más marcas de las que tenía. Dos embestidas después, cambió de posición acostándose de espaldas en el sofá e hizo que Jimin se sentara sobre él.

―Móntame ―jadeó el mayor tomando a Jimin de las caderas, este hizo lo que se le indicaba y se enterró el miembro de Yoongi hasta al fondo.

Gimió alto al sentir como rozaba aquel punto tan sensible en su interior y comenzó a saltar de arriba abajo mientras Yoongi alzaba las caderas para ayudarlo y Jimin se apoyaba en su pecho para darse más estabilización.

Lo único que se oía en el lugar eran sus gemidos y el sonido de las nalgas de Jimin contra la pelvis de Yoongi, los jadeos entrecortados y las cosas obscenas que murmuraba Yoongi.

―Estoy cerca ―anunció Jimin sintiendo sus piernas temblar.

―Córrete para mí, Jimin. Eres un buen chico ―aduló entre jadeos mientras apoyaba sus talones en el sofá para embestirlo mejor.

Su orgasmo llegó luego de algunas estocadas más, tomándolos por sorpresa y haciéndolos caer gracias a la intensidad. Jimin cayó sobre Yoongi y como después de cada orgasmo, se sintió demasiado bien, totalmente liberado y en paz.

Todo se sentía bien cuando estaba con Yoongi, sabía que no era correcto, sabía que podría lastimarse.

"Las personas somos cómo cristales, nos rompemos con facilidad, y dañamos a quien intenta recogernos."

Yoongi era hermoso y dañino a la vez, como un cristal roto, pero al verlo, Jimin sentía que podría ser capaz de lamer ese cristal solo por tener algo de contacto.

Sí, se estaba volviendo loco, se estaba aferrando demasiado a Yoongi y quizá el hecho de que su cuerpo tibio estuviera sobre él y su respiración tranquila le acariciara la nuca, no lo dejaba pensar con claridad.

―Yoongi... ¿Esto terminará bien? ―preguntó. El mencionado se tensó ante las palabras del menor. Él entendía claramente lo que Jimin trataba de decir.

―No hay finales felices en la vida real, Jiminnie... La pregunta es. ¿Quién terminará peor?

El silencio reinó en el lugar, dejando a ambos chicos perdidos en sus pensamientos, rogando quedarse así para siempre, en aquella burbuja de tranquilidad para nunca correr peligro.

Pero había un problema. Jimin amaba el peligro, y Yoongi lo haría correr por él. Al final de todo ¿Qué es la vida sin algo de peligro?

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