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13

Reescrito.

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El pequeño pelirosa tenía alrededor de quince minutos estacionado frente al imponente edificio de la empresa de su padre, con la vista fija en el lugar suspirando pesadamente y pensando qué haría.

Sabía perfectamente que era lo que su padre necesitaba hablar con él y si, era cierto que había estado evitando sus llamadas con la esperanza de que dejara pasar las cosas y no volviera a molestarlo, pero no había sido así.

Se bajo del auto rendido y dio un portazo antes de empezar a caminar hacia la entrada aferrándose a la gruesa chaqueta que llevaba puesta.

La recepcionista le dedicó una sonrisa apenas entro y el corrió hasta las escaleras tratando de alargar su tiempo lo más posible. Al llegar al piso de su padre le faltaba el aliento, pero pese a eso no podía quitar los nervios.

Abrió la puerta despacio e ingresó al lugar en silencio observando a su padre sentado en su lugar habitual frente a su escritorio, se acercó hacia él más no tomó asiento, dedicándole una mirada inexpresiva.

― ¡Hijo! ¡Qué alegría! ― ¿Acaso eso no pudo sonar más falso? El pelirosa frunció el ceño mostrándole a su padre que no estaba para juegos.

― ¿Qué necesitabas? ―indagó con los brazos cruzados. Mordió el interior de su mejilla en señal de molestia y su padre lo miró con una sonrisa socarrona.

―Bien, si quieres qué vayamos al grano, así será ―El hombre se acomodó mejor sobre su silla y entrelazó sus manos sobre su pecho―. Me enteré de que has retomado tu relación con Min Yoongi, por lo cual todo se hará más fácil.

Jimin se tensó, pero intentó mostrarse relajado ante su padre, haciendo lo que mejor sabía hacer, fingir y manipular a las personas.

―Habla de una maldita vez y di que es lo que quieres ―escupió Jimin cambiando su peso de una pierna a la otra, su padre alzó una ceja.

―Averiguaras todo lo que sea posible acerca del proyecto W ―Jimin se mostró confundido―. Nosotros no sabemos mucho al respecto, solo sabemos qué no es nada bueno.

― ¿Cómo pretendes que haga eso? ―Jimin habló con sorna y su padre se encogió de hombros.

―Tú sabrás cómo hacerlo, hijo.

― ¿Y qué si no quiero? ―retó mientras observaba al hombre con expresión desafiante.

―No creo que sea necesario repetirlo, Jimin.

El mayor tragó fuerte y bufó molesto.

―No aseguro nada, pero voy a intentarlo. No puedo meterme en la vida personal de Yoongi a menos que quiera que me termine volando la cabeza.

―Puede qué disfrutes una bala en tu frente, pequeño masoquista. ―Su burló el mayor con una sonrisa y Jimin pateó saliendo del lugar y azotando la puerta detrás de él.

¡Mierda y más mierda!

El pelirosa agarró su cabello frustrado una vez qué salió a la calle y gruñó. La gente que pasaba cerca lo miraba extrañado y el solo se dedicó a arreglar su ropa y caminar hasta su auto dispuesto a largarse de allí mientras aún le quedaba algo de dignidad.

Condujo hasta su casa sobre el límite de velocidad, importándole poco si le ponían una multa, ya nada podía joderlo más. Al llegar se bajó del auto y suspiro varias veces para calmarse antes de atravesar el camino hasta los escalones del porche.

Abrió la puerta con cuidado y le dedicó una sonrisa a Seokjin quien se encontraba en la cocina preparando el almuerzo. ― ¿Cómo te fue?

Jimin asintió aún sonriente y se sentó en la barra agarrando una manzana. ―Normal, te dije que era una tontería.

El menor se encogió de brazos dándole una mordida a la fruta, no estaba dispuesto a comentarle al mayor las estúpidas ideas de su padre y mucho menos acerca de sus amenazas. Subió a su habitación y se tiró en la cama revisando cosas en su teléfono mientras masticaba la manzana. Su teléfono sonó y sonrió al ver el nombre de Jungkook en la pantalla.

― ¿Sí?

¡Jimin! ¿Qué tal todo? ―saludó el menor del otro lado de la línea.

―Todo bien ¿tú como sigues?

Mucho mejor, ya no me duele nada. ―Casi pudo asegurar que estaría sonriendo a pesar de que no lo estuviese viendo.

―Me alegro mucho.

¿Qué harás esta noche? ―Jimin pensó durante algunos segundos.

―Nada ―respondió al final.

¿Vamos a las carreras clandestinas? ―preguntó― Hoseok va a correr.

El pelirosa sonrió entusiasmando con el pensamiento de que tal vez podría ver a Yoongi.

― ¡Por supuesto! ¿A qué hora es?

A las ocho ¿paso por ti?

―No, yo llego, pásame la dirección.

Luego de intercambiar un par de palabras más, colgó. Jimin sonrió, al instante buscando un contacto en su celular que marcó con un poco de prisa.

― ¿Youngjae? ―preguntó apenas atendieron.

El mismo. Qué milagro, Jimin. Ya no llamas ―reclamó el chico al otro lado.

―Lo siento, he estado un poco ocupado. ―Qué mentira, de todas formas nunca llamaba.

No te preocupes. ¿Qué necesitabas?

―Un auto.

Es algo tonto qué pidas permiso para tomar uno de tus autos, Jimin. ―Ambos rieron.

―No es eso, quería una recomendación.

¿A dónde irás? ―preguntó el chico divertido.

―Una carrera clandestina.

Woah, Bugatti Bólide será.

―De acuerdo, en un rato paso a recogerlo.

Jimin saltó de la cama y se dirigió a la cocina cuando Seokjin le gritó que el almuerzo estaba listo. Se sentó frente a él y comenzó a comer en silencio pensando en la manera de informarle a su hyung que saldría sin tener que decirle a donde.

― ¡Esto está muy bueno, hyung! ―halagó Jimin llevándose un trozo de carne a la boca. Que muchacho tan adulador que era.

―Muchas gracias, Jiminnie.

―Saldré esta noche ―soltó de golpe mirando hacia su plato casi vacío.

―Sabía que había algo detrás de ese cumplido. ¿A dónde irás? ―El mayor lo interrogó con la mirada.

―Saldré con Jungkook, a beber. ―Mostró su mejor sonrisa inocente. Técnicamente no era del todo mentira.

―Hm, ese niño parece bueno, está bien. Pero ten cuidado y abrígate bien. ―Jimin asintió enérgicamente y se inclinó para besar la mejilla de su hyung.

SeokJin habló apenas vio a Jimin levantarse y tomar sus llaves. ― ¿Ya te vas?

―Debo ir a buscar otro auto ―anunció mientras se movía rápido para salir de casa. El mayor asintió y continuó con su comida cuando la puerta se cerró detrás del menor.


Abrió los portones del garaje mediante un mando a distancia e ingresó al lugar para luego bajar del auto siendo recibido por Youngjae quien lo recibió con cálido abrazo apenas estuvo frente a él.

―Han pasado 84 años, Jimin ―bromeó el mayor haciendo reír a Jimin.

Youngjae lo guio a través del garaje, en la zona de Jimin había dos filas de 12 autos cada una, desde joven había sido un gran fan de los autos, en vista de eso su padre le regalaba hasta tres por año, y aquella era la única parte de su vida en la que no se quejaba por el hecho de que su padre colaborara. Por otro lado, su amigo era quién se encargaba del mantenimiento de los vehículos y parte de la mecánica, a parte de que también era el responsable del garaje.

Llegaron casi hasta el final de la fila y Youngjae alzó unas llaves señalando un hermoso auto azul con negro de diseño moderno. ―Bugatti Bólide.

Jimin asintió complacido y le dedicó una sonrisa cómplice a Youngjae antes de subirse al auto sin cerrar la puerta. El motor rugió cuando lo trajo a la vida y un choque de adrenalina recorrió su cuerpo.

―Es increíble.

―Ya lo sé, y por favor, no te desaparezcas. ―El mayor hizo un puchero.

―No lo haré, te invitaré a salir muy pronto. ―Jimin le guiñó al pelinegro.

― ¡Me halagas! ―dramatizó poniéndose una mano en el pecho. ― ¿Desde cuándo te gustan las carreras clandestinas?

―Siempre es bueno probar cosas nuevas ―comentó con inocencia.

― ¿Cómo esta tú padre? Ya no viene por acá, siempre envía a su chófer. ―Jimin se removió incómodo.

―Está bien, ya sabes, trabajando. ―El pelirosa trató de sonreír, pero le salió más como una mueca, Youngjae asintió dejando pasar el tema y Jimin aprovechó para arrancar el auto.

―Nos vemos luego, Jae ―se despidió el menor guiñando una vez más al chico antes de salir. El pelinegro movió su mano a modo de despedida para luego dirigirse a su auto anterior y así poder estacionarlo en el lugar donde había estado el Bugatti.

Jimin salió del garaje fascinado por la fluidez y elegancia con la que se deslizaba el auto por las calles. Pero solo faltaba pisar el acelerador a fondo para mostrar la bestia que en realidad era, de repente sentía que su pie pesaba demasiado.

En el camino paró en una tienda de postres para tomar un helado, entro y caminó hasta el mostrador para pedir su helado, luego se sentó en una mesa para esperar pacientemente por su pedido. Comió el helado con la mayor paciencia posible tratando de matar tiempo, quizá estaba un poco ―demasiado― ansioso acerca de la carrera. Al terminar volvió a su auto y se puso en marcha nuevamente, esta vez paró en una tienda de donas para comprar algunas para Seokjin, esas eran las favoritas de su amigo. Al final pasó a una tienda de cosméticos para comprar algunos productos de higiene personal y otros de skincare. No sabía si eran ganas de perder el tiempo o de gastar dinero, pero no lo pensaría mucho.

Volvió a casa cuando se quedó sin ideas acerca de qué lugares visitar y luego de unos minutos aparcó el vehículo sobre la calzada de su hogar. Ingresó y enseguida su mirada fue al reloj del salón indicando que eran las seis.

Se dirigió a su hyung quien se encontraba sacando la ropa de la secadora y le tendió la caja con las donas. El mayor la tomó y chillo emocionado al ver el contenido de esta.

― ¡Gracias, Jiminnie! ―agradeció el mayor con una sonrisa y el pelirosa recibió el abrazo que le ofrecía su hyung junto a un beso en su mejilla.

―Iré a arreglarme ―dijo caminando hacia las escaleras.

Una vez estuvo en su habitación voló al baño para darse una buena ducha. Tardo al menos treinta minutos dentro y luego salió encendiendo el secador para secar su cabello. Se puso su loción para después del afeitado y salió del cuarto de baño para dirigirse al armario.

Rebuscó entre todas las prendas hasta sacar unos ajustes skinny jeans negros algo rasgados y los lanzó a la cama junto a una camiseta simple acompañada de su chaqueta de cuero negra.

Se colocó las prendas y luego se calzo sus botas estilo militar. Se paró frente al espejo para terminar de ajustar su ropa y ponerse un poco de perfume. Cambió su reloj colocándose un Louis Moinet y luego miró la hora indicándole que ya eran las ocho.

Luego de pasar su mano una última vez por su melena rosa volvió al salón encontrándose a SeokJin leyendo un libro sobre el sofá.

― ¡Qué guapo! ―silbó el mayor. Jimin le dedicó una sonrisa― Por cierto, que es ese monstruo de allá afuera.

Habló nuevamente el mayor señalando hacia la ventana. El menor ladeó la cabeza en señal de confusión.

― ¿Monstruo?

―Si, ese monstruo negro con azul. ―Jimin río al entender.

―Es un Bugatti Bólide ―sonrió con autosuficiencia y Jin asintió no muy seguro―. Ya me voy.

Sé acercó al mayor y depositó un beso en su mejilla a modo de despedida antes de marcharse.

Condujo siguiendo en el GPS la dirección que Jungkook le había enviado y unos minutos más tarde llegó a una gran avenida que estaba repleta de autos con colores muy llamativas. Había chicos y chicas recostados sobre los autos y otros en puestos de cervezas que había por todo el lugar. Jimin manejo con cuidado buscando el auto de Jungkook con la mirada entre todos los que había. No fue sencillo, pero luego de unas cuantas vueltas lo vio aparcado en medio de un McLaren P1 negro y un LaFerrari rojo.

Se bajó del auto y caminó hasta Jungkook, Taehyung y Hoseok quienes sonrieron al verlo.

― ¡Jimin! ―Jungkook se tiró para abrazar al pelirosa y este le correspondió amablemente.

Jimin abrazó con confianza a los otros chicos en forma de saludo y luego volvió a pararse junto a Jungkook.

― ¿Qué tal todo, Jimin? ―habló Hoseok recostándose sobre el LaFerrari.

―Todo bien.

― ¿Un Bugatti Bólide? ―comentó Jungkook examinando el auto del pelirosa―. Sin duda no te dejas opacar, Jimin.

El mayor río y se encogió de hombros.

―Yoongi se pondrá muy feliz cuando te vea. Debe estar por ahí ―habló Taehyung esta vez con una sonrisita insinuante.

Jimin se encogió y asintió sonriente tratando de simular que no le afectaba.

― ¿Son sus autos? ―preguntó tratando de cambiar el tema.

―El LaFerrari es de Hoseok y el McLaren es de Yoongi ―contestó el peliverde señalando a cada uno. Jimin asintió con la cabeza.

― ¿Contra quién correrás, Hoseok? ―cuestionó el pelirosa.

―Aún no lo sé, Yoongi es quién elige a los contrincantes ―explico el mayor se encogiéndose de hombros y luego pasó su brazo sobre los hombros de Taehyung atrayéndolo más hacia él. Jimin miró a Jungkook de reojo y este mantenía los labios apretados tratando de no mirar a la pareja.

Un flameante auto rojo pasó frente a ellos captando su atención y la ventanilla del copiloto bajó mostrando a un sonriente Baekhyun.

― ¡Hola chicos! ―chilló el rubio agitando sus manos en forma de saludo. Chanyeol también les sonrió saludando con la mano.

―Hola, Baek ―saludó Jimin con una sonrisa al mayor.

― ¡Jiminnie! ―El rubio bajó del auto enseguida y se abalanzó sobre Jimin envolviéndolo en un efusivo abrazo que el menor correspondió al instante.

Chanyeol volvió a poner el auto en marcha buscando un lugar para estacionarse y Baekhyun se dedicó a saludar al resto de chicos antes de comenzar a contar una divertida anécdota de su camino hacia acá.

Cinco minutos más tarde Chanyeol apareció junto a Yoongi y Jimin tuvo que cerrar la boca para no babearse. El chico tenía de nuevo su cabello negro y este se veía más brillante que nunca, llevaba unos jeans negros, una camiseta blanca y una chaqueta de mezclilla.

Yoongi sonrió de manera ladina al verlo y se acercó al instante para besar su mejilla.

―Hola, pequeño. ―Yoongi se paró frente al chico examinándolo con la mirada.

―Hola, hyung ―respondió el pelirosa sonriendo en grande a su mayor y luego besó su mejilla igualmente.

― ¿Contra quién voy a correr? ―preguntó Hoseok captando la atención de Yoongi.

―Matt Blake, es un americano. ―Hoseok solo asintió y siguió su charla con el grupo.

―No sabía que vendrías ―comentó Yoongi con las cejas alzadas.

―Jungkook me invitó ―respondió con simpleza.

―Ah, el conejo. ―Jimin soltó una pequeña risa debido al apodo y asintió.

―Corredores a sus lugares. ―Un chico se acercó a ellos e indicó a Hoseok donde debía colocarse, el pelirrojo asintió tomando sus llaves, miró a Yoongi antes de subirse al auto y este solo le dedicó un asentimiento.

Hoseok encendió el auto y lo guio hasta la línea de salida, Yoongi jaló a Jimin para ir hasta el frente y de esa forma poder ver mejor. Otro auto de color verde fluorescente se aparcó junto al de Hoseok y todos se alinearon a los lados de la avenida para poder presenciar la carrera. El pelirrojo bajo la ventanilla y saludó a su contrincante, el tipo le devolvió el saludo con una media sonrisa. Una chica con poca ropa se posó frente a los dos autos sosteniendo una bandera.

― ¡ESPERO QUE HAYAN HECHO BIEN SUS APUESTAS CHICOS! ―gritó la chica cambiando el peso de una pierna a otra apoyando una mano en su cadera―. Ya saben cómo es esto, a la cuenta de tres, salen.

―Uno. ―Los motores rugieron cuando ambos chicos pisaron el acelerador aún sin avanzar.

―DOS. ―Ambos fijaron su vista al frente apretando el volante entre sus manos.

―Y... ¡TRES! ―Las llantas chillaron y una nube de humo se formó, ambos autos salieron disparados hacia el frente, Hoseok llevaba la delantera, pero su contrincante estaba muy cerca de alcanzarlo. La multitud aulló y la adrenalina envolvió el ambiente.

― ¡Esto es tan emocionante! ―exclamó Baekhyun a su lado mientras aplaudía dando saltos en su lugar.

El zumbido de los autos era fuerte, y sin duda la velocidad a la que iban era increíble, la manera en que giraban en cada curva era fascinante, Jimin estaba sin aliento debido a la adrenalina. En un momento Hoseok fue alcanzado por su contrincante, pero no tardó en pisar fuerte para ganar ventaja, en la primera vuelta el fue el ganador, ahora sólo faltaban dos.

La brisa casi tumbaba a los espectadores en el momento en que los autos pasaban frente a ellos a toda velocidad. Jimin giró la cabeza para ver a Yoongi, este se hallaba serio con las manos metidas dentro de sus bolsillos y la mirada fija en la carretera.

Luego de algunos minutos ya solo faltaba la última vuelta, no podría decir quién ganaría ya que se veía bastante reñida la cosa, Matt llevaba la delantera por momentos, luego Hoseok lograba pasarlo nuevamente y así se mantenían.

La gente gritó cuando ambos autos se acercaron a la meta, Jimin prestó suma atención y gritó eufórico cuando Hoseok atravesó la meta antes que Matt.

Los silbidos y gritos inundaron el ambiente. Yoongi sonrió con autosuficiencia chocando su puño con el de Chanyeol y luego con el de Taehyung. Las personas recibieron a Hoseok apenas este bajó del auto con una gran sonrisa.

― ¿Te gustaría correr? ―Jungkook apareció detrás de él mirándolo de forma sugestiva.

― ¿Yo? ¡Claro! ―Jimin respondió sin pensar y Baekhyun lo miró atónito.

― ¿E-estas seguro, Jiminnie? Es muy peligroso. ―El pelirosa hizo un gesto con la mano restándole importancia.

― ¿Entonces? ―insistió Jungkook. Jimin asintió de nuevo―. Bien, entonces sígueme.

Jungkook tomó la mano de Jimin y lo guio hasta una chica que se dedicaba a apuntar los hombres de los contrincantes en una hoja.

― ¿Nombre? ―preguntó la chica mirando a Jungkook.

―Park Jimin ―respondió el castaño señalando al nombrado.

― ¿Eres mayor de edad? ―preguntó nuevamente la chica y Jimin solo asintió ―Bien. ¿Algún contrincante en mente?

Jungkook asintió. ―Kim Yugyeom.

―Perfecto. Ve a prepararte ―dijo la muchacha terminando de apuntar todo.

Jungkook se apresuró en jalar a Jimin hasta su auto, el pelirosa no protestó y sólo siguió al menor.

― ¡Corredores a sus lugares! ―gritó nuevamente el chico. Jimin tembló debido a la adrenalina y le sonrió a Jungkook.

―Te ves muy seguro. ―Jungkook lo miró cómplice.

―Volviendo a la vieja vida ―susurró antes de hacer que las puertas de murciélago se abrieran y luego se subió cerrando detrás de él. Condujo hasta la línea de salida y bajó las ventanillas

Observó a Jungkook pararse junto a los chicos quienes luchaban por ver dentro del auto. Todos abrieron la boca sorprendidos al verlo y Yoongi miró a Jungkook con una mirada hostil a punto de tirarse sobre él.

El auto de su contrincante se posicionó a su lado mostrando a un chico probablemente más joven qué el de cabello amarillo chillón. La chica de antes de posó al frente sosteniendo un banderín y habló.

― ¿LISTOS PARA EL SEGUNDO ROUND? ―Agitó la bandera en el aire.

― ¡Esta carrera es especial! ―anunció la chica encendiendo un cigarrillo en sus labios―. Pues tenemos a un viejo corredor, que al fin cumplió la mayoría de edad para venir aquí. ¡UN GRITO POR BABY PARK!

La multitud aulló y Jimin dirigió la mirada a sus amigos, todos tenían una expresión atónita a excepción de Jungkook, quien presumía una sonrisa socarrona en sus labios. Así que él lo sabía, eh.

―Uno... ―La voz de la chica atrajo su atención nuevamente y apretó sus manos sobre el volante relamiendo sus labios.

―DOS... ―Miró al chico y le dedicó una sonrisa pisando el acelerador.

― ¡AHORA!

Pateó el acelerador haciendo que el auto saliera como una bala, su espalda se pegó al asiento y sus nudillos se volvieron blancos sobre el volante. El viejo sentimiento de adrenalina lo envolvió haciendo que se le hiciera agua la boca y sonrió al sentirlo tan familiar nuevamente. Movió la palanca de cambios y giró el volante en la primera curva, las llantas chillaron cuando el auto derrapó y se escuchó cómo música para sus oídos. Se mantuvo totalmente concentrado en el frente, pisó el acelerador a fondo y giró nuevamente en otra curva, mirando por el espejo retrovisor el auto de Yugyeom envuelto en una nube de polvo.

Completó la primera vuelta y oyó el grito de la multitud eufórica cuando pasó junto a ellos, nuevamente movió la palanca, casi podía oír el motor haciendo los cambios y se sintió poderoso cuando la aguja subió en el tablero, giró nuevamente el auto girara, la brisa sacudió su cabello y sus oídos pitaban escuchándose lejano.

El auto se deslizaba a toda velocidad por las calles, girando bruscamente en cada curva para luego enderezarse nuevamente. Sabía que tenía una habilidad increíble frente al volante, no sólo amaba los autos, también amaba correr. Pateó el acelerador antes de llegar a la meta por tercera y última vez, la multitud estalló y frenó bruscamente parando el auto en seco, las llantas dejaron huellas sobre el asfalto. Bajó del auto, los chicos corrieron hasta él y lo felicitaron entre abrazos y cumplidos.

― ¡Como es que no sabía esto! ―reclamó Baekhyun en voz alta colgándose de su cuello. Jungkook le sonrió y le dedicó una sonrisa cómplice.

―Tú lo sabías ¿no? ―preguntó el pelirosa devolviéndole la sonrisa, el castaño se encogió de hombros fingiendo inocencia.

El resto lo felicitó enérgicamente, a excepción de Yoongi quien lo miraba con un brillo bastante curioso en los ojos.

―Vaya, sí que tenías un pasado muy alocado, Jiminnie. ―Yoongi habló cruzándose de brazos frente a él.

El menor le sonrió inocente. ―No creí volver a hacerlo de nuevo.

―Te veías malditamente caliente ―confesó acercándose a él, dirigió sus labios al lóbulo de su oreja sacándole un suspiro.

―H-hyung... ―jadeó el menor cuando Yoongi pasó su lengua por su cuello haciéndolo temblar.

El mayor se apartó y esbozó una sonrisa lasciva antes de alejarse de él.

―Muchas felicitaciones, Jimin. Eres sorprendente. ―Hoseok se posó a su lado palmeando su espalda.

―Gracias, Hobi. ―Jimin le sonrió en forma de agradecimiento.

Todos caminaron hasta un pequeño bar cerca del lugar y entraron siendo recibidos por el olor a alcohol y sudor. El lugar poseía una escasa iluminación y estaba abarrotado de gente que bailaba al ritmo de la música en el centro del lugar. Caminaron hasta una mesa redonda cerca de un rincón y se sentaron alrededor de esta. Jimin quedó en medio de Jungkook y Yoongi, Taehyung estaba al otro lado de Jungkook y al lado del peliverde estaba Hoseok, luego le seguían Chanyeol y Baekhyun.

Chanyeol pidió unas cervezas a una mujer, quien rápidamente regresó con una charola con varias botellas que depositó frente a cada uno.

Hoseok alzó la botella y hablo por lo alto. ― ¡Por las victorias!

Todos repitieron y alzaron sus botellas chocándolas con las demás entre sí. Jimin echó su cabeza hacía atrás para dar un trago a la suya y luego miró a Yoongi. Todos comenzaron una charla alegre, riendo y bromeando. Jimin se tensó al sentir la mano de Yoongi acariciar su muslo debajo de la mesa y rápidamente lo miró en señal de advertencia.

Los ojos de Yoongi brillaban con deseo haciendo que Jimin tragara fuerte al verlos. La mano del pelinegro fue subiendo hasta rozar su entrepierna con los nudillos mandándole cosquilleos a la zona. Jimin cerró los ojos cuando el mayor masajeó su creciente erección por encima de los jeans.

―Tengo un pequeño problema allí abajo ¿podrías ayudarme? ― susurró Yoongi en su oído causándole escalofríos.

Tragó saliva antes de relamerse los labios y miró al mayor nuevamente para sonreírle de manera insinuante, miró a los demás en la mesa, estos no estaban prestándoles ni la más mínima atención, ni siquiera Jungkook que se encontraba a su lado. Al final asintió mordiendo su labio inferior y se dejó arrastrar por el pelinegro hasta los baños.

Al entrar al lugar Yoongi cerró la puerta detrás de ellos y atacó la boca del pelirosa de manera hambrienta, delineando sus labios con su lengua y agarrándolo del cuello para atraerlo más hacia él.

―No entiendo porque me pones tango con solo verte. ―El mayor habló contra los labios de Jimin sacándole un gemido. El sentimiento era compartido la verdad, la tensión sexual entre años era tan espesa cómo una cortina de humo, cualquiera sería capaz de notarla.

―De rodillas ―demandó el pelinegro en tono imponente y Jimin obedeció rápidamente dejándose caer de rodillas al suelo.

El mayor desabrochó sus pantalones con desespero y los bajó sólo lo suficiente para sacar su miembro dejándolo frente a los labios del menor quien rápidamente lo tomó con su mano sintiéndolo tibio y duro. Movió su mano de arriba abajo con lentitud y luego rozó la punta de su lengua con su glande, degustando su sabor. Yoongi gruñó al sentir la lengua del pelirosa pasearse sobre toda su longitud, mandando grandes punzadas de placer, sin poder resistirse llevo su mano hasta su cabello y lo acarició sin dejar de verle.

Jimin metió todo el falo en su boca de golpe, tomando a Yoongi desprevenido e hizo círculos en el glande con su lengua gimiendo desde el fondo de su garganta por lo pecaminosa que era la situación.

―Jodida mierda... ―gimió el pelinegro al ver su polla desaparecer dentro de los labios del menor y no pudo evitar jalar sus cabellos obligándolo a tomar más.

Jimin movía su cabeza de arriba abajo sobre el miembro duro provocando unos sucios sonidos que sólo estaban excitando más al pelinegro. Lo obligó a ponerse de pie y le dio la vuelta para bajarle los pantalones junto a la ropa interior hasta los tobillos.

―Voy a follarte ―anunció haciendo que se inclinara sobre el lavabo.

―Dios, sí ―gimió el pelirosa en respuesta sintiendo cómo le separaba las piernas.

Escupió sobre su entrada para luego meter sus dedos, Jimin gimió al sentir los dedos del mayor moverse en su interior, con una lentitud delirante, tocándolo con tanto cuidado cómo si no fuese a romperlo en pocos momentos. Movió sus caderas, tratando de encontrarse con las embestidas de sus largos dedos.

―H-hyung... ―Jimin tembló. Yoongi movió su brazo libre y lo pasó debajo de su estómago obligándolo a alzar las caderas.

Se separó después de un momento y Jimin escuchó el tintinear de la hebilla de su correa mientras bajaba sus pantalones hasta sus rodillas, frotó la punta de su polla contra su entrada y ese sólo movimiento tenía delirando al menor. Se enterró de a poco en él, su interior caliente lo recibió tan bien que perdió el aliento.

―Tan apretado ―gruñó entre dientes.

Enseguida movió sus caderas embistiéndolo duramente, haciendo que el menor se sintiera ahogado con sus propios gemidos. Sentía que podría romperse con cada embestida del mayor, Yoongi lo tomó de la mandíbula y se inclinó para besarlo sin dejar de penetrarlo con una fuerza deliciosa. El miembro de Jimin rozaba con el borde del lavabo y jadeó complacido cuando sintió la grande y fría mano de Yoongi envolverlo para empezar a masturbarlo. Yoongi gruñó al escuchar golpes en la puerta del baño. Jimin mordió sus labios para ahogar los gemidos, aunque en ese momento no tenía pudor alguno, tampoco quería formar un escándalo.

―E-Está ocupado. ―Escupió el pelinegro con voz ahogada bombeando más rápido dentro de Jimin haciendo que este se retorciera debido a la estimulación.

Los golpes cesaron luego de esas palabras. Yoongi posó su mano libre sobre la garganta haciendo que su espalda se arqueara, Jimin gimió alto cuando sintió como rozaba su próstata, se deshizo en los brazos del pelinegro, no pudo hacer más que gemir y jadear sintiéndose privado del oxígeno, el mayor lo embestía con ferocidad viendo su reflejo en el espejo del lavabo, la imagen lo excitaba de sobremanera y sólo era cuestión de tiempo antes de que se corriera furiosamente en su interior.

―Yoongi... ―gimió el pelirosa cómo si fuese una plegaria.

Sintió el orgasmo formarse en su vientre y luego de unas duras embestidas más el pelirosa se vino manchando el suelo, Yoongi lo folló a través de su orgasmo buscando su propia liberación, las embestidas se volvieron erráticas y luego de unas cuantas estocadas se derramó dentro del menor.

―Eso fue exquisito ―musitó el pelinegro jadeante. Jimin asintió en acuerdo con la cabeza apoyada sobre el lavabo.

Permanecieron un momento en esa posición tratando de recuperar el aliento y luego Yoongi se alejó para tomar unas toallas de papel con las que limpiar el desastre que habían hecho.

Acomodaron su ropa y se dedicaron una sonrisa cómplice antes de salir del baño. Todos los miraron cuando llegaron a la mesa, pero nadie dijo nada, ellos sólo se sentaron junto Hoseok nuevamente cómo si nada hubiese sucedido. Los chicos continuaron bromeando y bebiendo hasta que en un momento Hoseok posó su mirada sobre Jimin robando su atención.

―Yo qué tú me alejaría ahora, aún estás a tiempo. ―Hoseok susurró. Nadie más les prestaba atención así que no tenía de qué preocuparse.

― ¿De qué me estás hablando? ―Jimin sabía perfectamente de que le estaba hablando el pelirrojo, pero estaba haciéndose el tonto.

―Sabes de lo que te estoy hablando. Estás jugando con fuego, Jimin. Estás jugando con fuego con un pirómano. 

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