12
Reescrito.
Jimin parpadeó varias veces tratando de asimilar lo que el castaño había dicho. La sangre seguía escurriendo de su nariz y Jimin corrió escaleras arriba hasta el baño para buscar algunos implementos con los que limpiar sus heridas.
Luego de limpiar un poco al castaño con alcohol y un par de gasas tomó una gran bocanada de aire antes de hablar.
― ¿Cómo que Taehyung te hizo eso? ―preguntó Jimin aún incrédulo de lo que había oído. Jungkook lo miró mientras sostenía la gasa contra su nariz y asintió débilmente.
Jimin frunció el ceño mientras analizaba, tratando de encontrar un motivo razonable por el cual el peliverde haya llegado a golpear de esa forma al castaño. No encontraba ninguna explicación válida. Jungkook pareció ver la batalla mental que estaba teniendo Jimin por lo que decidió hablar.
―C-conozco a Taehyung desde hace bastante gracias a Namjoon hyung... Siempre ha sido rival en las peleas, pero fuera de eso siempre hemos tenido una "buena" relación ―Jungkook hizo comillas en el aire y carraspeó un poco antes de continuar―. Él y yo nos acostamos una vez... Y desde ese entonces él se volvió demasiado posesivo.
La voz de Jungkook tembló, se veía avergonzado y Jimin pudo notar qué luchaba para que los recuerdos no le afectaran. El pelirosa acercó su mano a su rostro y acarició su mejilla tratando de consolarlo de alguna, tratando de hacerle saber que él estaba allí. Jungkook suspiro antes de seguir.
―La cosa es, qué dice que lo estoy engañando. Y le dije que no tenía ningún derecho sobre mí ya que no somos nada, el no reaccionó bien. Se puso muy agresivo. No es la primera vez que sucede, pero esta vez sí se pasó...
―Jungkook, no deberías dejar que te trate de esa forma y luego seguir cómo si nada, está abusando de ti ―habló Jimin suavemente haciendo que el menor lo mirase con ojos vidriosos.
―Lo sé. E-él dijo que iba matarme ―tragó fuerte, Jimin acariciaba su brazo mientras hablaba―. Si Suga no hubiese llegado, creo que lo hubiese hecho.
Jimin parpadeó al escuchar el nombre de Suga salir de los labios del castaño, pero se limitó de hacer comentarios.
―Perdón por venir hasta acá, pero no tenía a donde ir ―murmuró el menor con voz lastimera. Jimin sonrió indicándole no pasaba nada.
―Lo mejor sería que te alejaras de él, Kookie. No es sano, podría llegar a matarte algún día, tú mismo lo sabes ―dijo Jimin mirándolo fijamente. El nombrado se removió y un jadeo de dolor salió de sus labios, rápidamente llevo su mano a uno de sus costados y Jimin lo miró alarmado, el castaño levantó su camisa dejando a la vista los hematomas que comenzaban a formarse por todo su torso. El mayor apretó los dientes con fuerza y Jungkook bajó su camisa nuevamente antes de hablar.
―No puedo hacerlo, Jimin ―El castaño miró al suelo―. Estoy perdidamente enamorado de él.
Los labios del pelirosa formaron una línea y observó al menor con cierta lástima. ¿Por qué insistimos en aferrarnos a las personas que nos lastiman? ¿Por qué una persona cree que puede cambiar a otra?
Jimin nuevamente se dirigió al baño para buscar una de las tantas pomadas para golpes de Seokjin luego regresó y volvió a sentarse frente a Jungkook indicándole que subiera su camisa para poder aplicar la crema sobre los cardenales de su torso.
La puerta se abrió y Seokjin apareció, el mayor se sobresaltó y corrió al instante hacia el menor poniéndose de rodillas frente a él.
― ¡Jesús! ¡Pobre chico! ¿Qué le pasó? ―Seokjin examinó el rostro de Jungkook con cuidado haciendo que el menor se encogiera.
―Unos delincuentes lo atacaron ―mintió y enseguida su hyung le arrebató la pomada para aplicarla sobre él mismo sobre el torso del menor.
Jungkook jadeó debido al dolor y cerró los ojos mientras el mayor masajeaba los golpes con sumo cuidado. El aura fraternal del rubio lo hizo sentirse protegido, sintió nostalgia, nadie jamás, ni siquiera su madre lo había tratado de aquella manera.
―Te prepararé un té para que te relajes... ―hizo una pausa mirándolo expectante.
―Jungkook ―contestó el castaño con una sonrisa tímida. Seokjin asintió antes de levantarse para caminar hacia la cocina.
― ¿Es tu hermano? ―preguntó Jungkook mirando a Jimin quien aún examinaba las heridas de su rostro.
―Algo así, aunque es más como mi padre ―respondió el pelirosa con una risa y luego se levantó para ir al baño a guardar las cosas.
Un minuto después estuvo de vuelta en el salón y no dudó en sentarse nuevamente indicándole al castaño que recostara su cabeza sobre sus piernas, el menor se estiro sobre el sofá y se acomodó sobre el regazo de Jimin, obligándose a cerrar los ojos cuando este acarició su cabello.
Cuando trataba de moverse pequeños jadeos de dolor se escapaban de sus labios de forma involuntaria. Jimin encendió la tv y colocó un programa al azar, luego de unos minutos Seokjin apareció nuevamente con una taza humeante y una pequeña pastilla blanca. Le tendió ambas cosas al castaño quien se incorporó para sentarse sobre el sofá y así poder beber el té junto a la pastilla.
―Muchas gracias, hyung ―agradeció el menor con una sonrisa en dirección a Seokjin, quien se sentó en uno de los sofás individuales mientras miraba el programa en la televisión
― ¿Estudias con Jimin, Jungkook? ―El mencionado asintió tomando un sorbo del té que estaba muy bueno para ser medicinal.
―Te ves mucho menor. ―El castaño asintió nuevamente.
―Hice un examen y me adelantaron dos años. ―Jin abrió los ojos con sorpresa y miró a Jimin quien se encontraba viendo a un punto vacío en el suelo, asimilando la maraña de pensamientos que tenía.
―Pareces un niño muy bueno. ―El mayor le sonrió con ternura y el menor se sonrojó sintiéndose demasiado mimado. Jimin desvío la mirada al techo.
Jungkook le entregó la taza a Seokjin una vez que tomó la pastilla y terminó el té antes de ponerse de pie.
―Tengo que irme... Es algo tarde, de verdad muchas gracias por todo. ―Seokjin se levantó de inmediato y miró a Jimin.
―Jiminnie, deberías llevarlo a su casa. ―El pelirosa asintió también poniéndose de pie para buscar sus llaves.
El castaño agradeció internamente, la verdad no le parecía muy atractiva la idea de caminar a esta hora con el frío que estaba haciendo, aparte de que su cuerpo dolía demasiado.
―Vámonos, Kookie. No tardaré, hyung. ―Jimin dio un beso al mayor en la mejilla y Jungkook se acercó tomándose el atrevimiento de abrazarlo gesto que Seokjin correspondió gustoso.
Salieron de casa y se subieron al auto de Jimin. Jungkook le indicó la dirección a Jimin y este puso el auto en marcha para comenzar a conducir a la casa del castaño.
El camino era silencioso, el menor se dedicaba a mirar por la ventanilla y Jimin prestaba atención a la carretera, debatiéndose entre hablar o no.
― ¿De verdad estás enamorado de Taehyung? ―La pregunta tomó por sorpresa a Jungkook quien tragó saliva y se encogió en el asiento junto a él.
―Desde hace tiempo ya, la verdad ―respondió el menor mirando en dirección a sus pies.
― ¿Él lo sabe?
Jungkook lo miró con una expresión afligida, cómo si no quisiese decir lo que estaba pensando, pero luego de unos segundos al final soltó el aire que estaba conteniendo decidido a hablar.
―Sí. Pero, él tiene una especie de relación con Hoseok.
Los ojos y la boca de Jimin se abrieron dejando ver lo sorprendido que aquellas palabras lo habían dejado.
― ¿Qué? ¿Es enserio? ―El castaño asintió avergonzado― ¿Tiene una relación con Hoseok, pero igual cree que eres de su propiedad y no te permite ver a nadie más?
El castaño nuevamente bajó la mirada sintiéndose idiota, Jimin tenía toda la razón. Ni siquiera él se explicaba por qué mantenía la ilusión de que algún día podría tener alguna relación seria con el peliverde, más de una vez le había dicho que por más que se acostaran, nunca llegarían a nada. Él era solo su amante y nada más.
―Vaya mierda. ―Jimin bufó molesto entrando a la urbanización en la que vivía Jungkook.
El castaño miró a Jimin cuando estuvieron frente a su casa y dudó unos segundos antes de acercarse a abrazarlo.
―Muchas gracias por todo, Jiminnie. ―El castaño habló casi en un susurro y luego de algún tiempo vio de nuevo esa faceta vulnerable del menor. Lo miró con ternura y acarició su mejilla.
―No hay de qué, Kookie. Ven a mi cuando me necesites ―ofreció haciendo que Jungkook se sonrojara. Cuando este estuvo a punto de bajar, Jimin carraspeó para atraer su atención de nuevo― Eh, Jungkook. Una vez dijiste que yo... Que yo te gustaba.
Jimin no pudo tragar más la pregunta, había estado en su cabeza desde que había escuchado toda la historia, no lograba entender por qué el castaño le había dicho que gustaba de él cuando estaba enamorado de Taehyung. Jungkook lo miró con una sonrisa al comprender lo que el pelirosa trataba de decirle y tomó su mano antes de responder.
―Me gustas, Jimin. Pero las cosas con Taehyung son diferentes. Probablemente tú eres lo que necesito, pero con Taehyung es diferente. ―Jimin asintió con una sonrisa tierna y el menor finalmente salió del auto.
Él entendía perfectamente lo que Jungkook trataba de decir.
Jimin condujo de vuelta a su casa con suma tranquilidad, respetando todas las señales y parándose en cada luz roja mientras analizaba todo durante el camino. ¿Como era posible que después de todo lo que Taehyung le hacía a Jungkook él seguía teniendo ese brillo en los ojos al hablar de él?
Jimin suspiro con pesar y bajó del auto para entrar a su casa con el frío calándole los huesos. Al entrar Seokjin lo recibió con una taza de chocolate caliente que aceptó al instante agradeciéndole antes de sentarse junto a su mayor en el sofá para ver el programa en la tv.
―Tú padre llamo, dijo que no le contestabas los mensajes y que debías ir porque necesita hablar contigo. ¿Sucedió algo? ―Jimin frunció los labios y al instante se tensó.
―No, nada. Ya sabes cómo es de exagerado. ―Jimin trató de sonreír para darle calma a su mayor quien asintió sin decir nada más.
Jimin se apoyó en el hombro del rubio prestando atención a la película que había comenzado, que por cierto era una de las favoritas de Seokjin, el mayor lo abrazó para alejarlo del frío y peinó su rosada melena con sus dedos mimándolo cómo él tanto amaba. Jimin cerró los ojos disfrutando de las caricias de su hyung, hasta que el timbre de su celular lo trajo de nuevo a la realidad.
De: Jackson. 💕
"¿Dónde estás? Necesito que vengas ya mismo antes de que cometa el peor crimen de mi vida."
Jimin río al leer el mensaje sin preocuparse demasiado, sabía lo dramático que era Jackson Wang la mayor parte del tiempo.
Para: Jackson. 💕
"¿Dónde estás tú? Ya voy para allá."
―Emergencia Wang, ya vuelvo, no tardo ―habló rápido poniéndose de pie para salir de casa, Seokjin lo miró y enseguida lo freno.
―Uh-uh, claro qué no. Abrígate primero. ―Jimin rodó los ojos y corrió escaleras arriba para buscar una chaqueta.
― ¿Mejor? ―habló Jimin señalándose a sí mismo, el mayor lo examinó de arriba abajo y luego negó con la cabeza.
―Esa camiseta es muy fina, te dará una hipotermia. ―Jimin pataleó como un niño pequeño y esta vez fue Seokjin el que subió hasta su habitación regresando al poco tiempo con un jersey de cuello alto obligándolo a ponérselo. Jimin bufó antes de quitarse la camiseta para ponerse el jersey y nuevamente la chaqueta.
― ¿Ahora? ―El mayor examinó la sala viendo un gorro de lana sobre la mesilla, obviamente lo tomó y se colocó a Jimin acomodando el cabello en su frente, el menor rodó los ojos.
―Ahora sí, puedes irte ―cedió dejando un beso en su frente antes de permitirle marcharse.
El teléfono sonó mostrando la ubicación que Jackson le había enviado y luego de observar la hora salió de casa. Las calles estaban solitarias debido a la hora, aunque no era tan tarde, apenas eran las once, pero en esa parte de la ciudad la gente solía ser muy tranquila.
Jimin manejó hasta un pequeño bar-restaurante de hamburguesas al que siempre iba con Jackson y aparcó en un lugar seguro antes de bajar para encontrarse con su amigo quien lo esperaba en la entrada con una clara expresión molesta y los brazos cruzados.
― ¿Qué sucedió ahora? ―Jimin miró a Jackson divertido y este rápidamente lo jalo del brazo para adentrarlo en el lugar.
― ¡¿Podría alguien explicarme quién es esa perra que está con mi hombre?! ―Jackson habló y Jimin capto el aroma del alcohol en su aliento. El pelinegro señalaba una mesa a la distancia en la cual se encontraba Mark sentado con una chica pelinegra comiendo agradablemente.
Jimin abrió los ojos con sorpresa.
― ¡Pásame los fósforos y la gasolina! ―El mayor dobló las mangas de su camisa y le dedicó su peor mirada de odio a la chica frente a su novio.
―Debe haber alguna explicación... ―trató de defender Jimin, pero fue interrumpido casi de inmediato por el pelinegro.
― ¡Ninguna explicación! ¡Agárrame Jimin, que le arranco las extensiones! ―El pelinegro comenzó a caminar, pero Jimin rápidamente lo tomó del brazo impidiéndole avanzar.
―Cálmate, no formes un escándalo.
― ¡Eso es exactamente lo que voy a hacer! ―Jimin lo tomó nuevamente y miró en dirección a la mesa donde se encontraba la pareja. La chica se acercó a Mark peligrosamente y pasó su dedo por las comisuras de sus labios para limpiarlo, Jimin miró a Jackson asustado.
― ¡ESO SI QUÉ NO! ¡Ahora sí, Jimin! ¡Agárrame porque la voy a matar! ―El pelinegro se zafó del agarre del pelirosa y en menos de tres pasos llegó a la mesa donde se encontraba su novio.
El pelirrojo lo miró confundido y luego a Jimin.
― ¿Jackson? ¿Qué haces aquí?
Jimin trato de hablar, pero fue interrumpido por la voz de la chica.
― ¿Quiénes son ellos? ―preguntó señalándolos a ambos. Jackson la miró e hizo una mueca de asco.
― ¡¿Cómo que quien soy, mujerzuela?! ―Mark estampó su mano contra su cara negando―Más bien ¡¿Quién eres tú?!
La rubia alzó una ceja y miró a Mark con los ojos muy abiertos.
―Espera... ¿Eres Jackson? Yo soy Min Soomin, la prima de Mark ―respondió la femenina esbozando una gran sonrisa. Jimin quería que se lo tragara la tierra.
―Dios, esto es tan incómodo. ―Jimin habló por primera vez mirando la embarazosa escena.
―Y-yo... L-lo... N-no tenía idea de que... ―balbuceó Jackson demasiado sonrojado. Mark río y la chica igual.
―Nunca cambies, Jackson. ―Mark se levantó de su silla y abrazó al pelinegro quién no dejaba de mirar apenado a Soo Min.
―Lo siento mucho, de verdad. ―Jackson miró a la chica quien hizo un gesto con la mano restándole importancia.
―Mark me contó mucho sobre ti, obvio que también me dijo lo celoso qué eras, te viste muy gracioso. ―Soomin río un poco y Jackson se sonrojó aún más escondiéndose en el cuello de Mark.
―Eh, yo también lo siento mucho, soy Jimin, el mejor amigo de Jackson ―se presentó el pelirosa extendiendo su mano hacia la muchacha quién correspondió con una sonrisa.
―Mucho gusto, Jimin. Bonito cabello ―halagó. Jimin agradeció y luego se sentó junto a Jackson que acababa de tomar asiento junto a Mark.
―No puedo creer que me hayas hecho venir porque estabas celoso de la prima de Mark... ―Jimin frotó el puente de su nariz.
―En mi defensa, no tenía idea de que fuese su prima. ―Jackson alzó los brazos en señal de inocencia.
―Jackson, sabes que ni siquiera me gustan las vaginas. ―Mark miró a Jackson y río.
―Por un momento creí que habías enloquecido, solo iba hacerte entrar en razón bebé ―Jackson acarició el cabello de Mark―. Creí que habías caído en las garras de esas mujeres chupa almas.
― ¡Hey, sigo aquí! ―interrumpió Soomin ofendida.
Jackson se disculpó entre risas. Jimin se levantó y se estiró un poco.
―Yo debo irme, le dije a Seokjin que no tardaría. ―El menor se despidió de ambos amablemente.
―Te acompaño, mi hermano ya debe haber llegado. ―Jimin asintió y comenzó a caminar junto a la pelinegra hasta el estacionamiento.
Al salir del lugar el aire frío los golpeó haciendo que temblaran. Soomin miró a todos lados buscando a su hermano con la mirada y Jimin también observó no queriendo irse y dejarla allí sola, pero lo único que pudo ver fue a Min Yoongi bajando de su auto. Su ceño se frunció en confusión al ver que se dirigía a ellos.
― ¡Yoongi oppa! ―La chica se tiró sobre el abrazándolo y haciendo que este gruñera.
― ¿Algún día entenderás que no me gusta que invadan mi espacio personal? ―Yoongi se alejó de la chica y esta rodó los ojos antes de señalar a Jimin.
―Él es Jimin, un amigo de mi primo Mark. ―El platinado alzó una ceja con sorpresa al percatarse de la presencia de Jimin quien lo saludó moviendo su mano.
―Ya nos conocemos. ―Muy bien de hecho. Soomin los miró confundida.
― ¿Como? ―La pequeña chica arrugó el ceño al ver la manera en la que Yoongi miraba a Jimin mientras se relamía los labios.
―Cosas del destino ―Yoongi sonrió―. ¿Ya te vas, Jimin? ¿Te llevo?
Jimin carraspeó y negó con la cabeza alzando sus llaves. ―Traje mi auto. Y-y ya debo irme, Seokjin está esperándome.
La pelinegra observaba a ambos aún sin entender las miradas tan profundas que se dedicaban. Yoongi sólo asintió.
―Adiós, Soomin, fue un placer conocerte.
―Hasta luego, Jimin. Espero volvamos a vernos ―comentó la chica mientras guiñaba un ojo coqueta a Jimin quien se sonrojo ante la acción.
―Ah no hermanita, Jiminnie ya es harina de otro costal. Hasta luego, pequeño. ―Yoongi se inclinó hacia Jimin robándole un pequeño beso en los labios antes de jalar a su hermana aún atónita hasta su auto.
Jimin parpadeó tratando de reaccionar y luego de unos segundos corrió hasta su auto con las mejillas rojas.
Se encerró en la seguridad de su vehículo y encendió la calefacción.
¿Qué había sido eso?
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