Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

02. City Trash

La desembocadura de aquella tubería condujo al erizo a los andenes de tren. Todo lucía apagado, triste y sin color. Estaba seguro de que (T/n) y Amy odiarían aquel lugar. (T/n), cada vez que recordaba su nombre sentía una opresión en el pecho, pero quería convencerse a sí mismo que estaba bien, Tails o Rouge de seguro estaban con ella, después de todo, eran a quienes (T/n) más apreciaba.

—Me vendría bien un rostro conocido en este momento —dijo para sí, tratando de apartar aquellos pensamientos de su cabeza.

Buscó con la mirada, esperando ver alguna característica que le indicara conocer a alguien ahí, hasta que lo logró. Distinguió el pelaje amarillo-anaranjado de su mejor amigo, el realmente estaba ahí. Lleno de emoción, se apresuró a alcanzarlo.

—¡Tails, amigo! —gritó esperando detenerlo.

El zorro no se inmutó y continuó con su camino, perdiéndose entre la multitud que aguardaba por un tren. Sonic lo siguió hasta que creyó alcanzarlo, dobló una esquina y nada, fue como si el zorro hubiera desaparecido. El erizo avanzó hasta que se encontró con una puerta parecida a la de el taller de Tails.

—¡Já!, Sabía que estarías aquí. Por favor que sea el mismo.

Sus dedos temblaron un poco antes de comenzar a ingresar aquél código que sabía de memoria pero que aún así, dudaba teclear.

《1992》

La puerta se abrió inmediatamente, reconociendo la clave y brindando la seguridad de entrar.

—¡Por fin algo aquí tiene sentido! —dijo con alegría, aunque poco a poco, las dudas lo volvieron a invadir.

No recordaba que el taller fuera tan sucio y sombrío y mucho menos, que estuviera en los andenes de tren. Recorrió un poco el lugar, no era tan grande como solía serlo, habían distintos artefactos que el no había visto jamás y las firmas no eran las típicas dos colas del zorro en cada invento, está vez era el rostro de Tails pero con un look diferente. Lo extraño era que muchos otros, estaban firmados con una serpiente en forma de "S".

—Que extraño, esto no se parece en nada al taller de Tails —susurró para sí.

Finalmente visualizó algo que captó completamente su atención. (T/n), pero había algo raro en ella. Su pelaje era más opaco, las puntas de sus púas que solían ser pelirrojas, ahora eran de un oscuro color violeta. La chica permanecía sentada frente a una mesa y de sus orejas sobresalían un par de audífonos, era algo que no había cambiado.

—Claro, es por ello que no escuchó cuando entré.

Aunque estaba de espaldas, a primera vista se podía notar que había perdido peso, una cintura mas pequeña, pero no por ello lucía menos fuerte. Vestía un pantalón gris acompañado de una camisa verde oscuro y un par de botas que mezclaban ambos colores. Las pulseras en sus manos eran doradas, pero lucían viejas y dañadas. La chica reparaba una pistola grisácea con suma concentración. Una expresión de asombro se formó en el rostro del erizo.

—¿(T/n)? —preguntó acercándose lentamente hacia ella.

Las orejas de la chica se movieron en señal de alerta y se retiró los audífonos antes de darse vuelta. (T/n) bajó una de sus manos hasta llegar a su cinturón, en donde colgaba una especie de bolsa pequeña con diferentes botones que tenían símbolos de distintos elementos de la tabla periódica.

—¿Nine? —preguntó con una voz más grave de lo normal. Sonic no recordaba que la voz de su (T/n) fuera tan intimidante cómo aquella. A él siempre le había parecido alegre y juguetona.

Al no recibir respuesta, la eriza se dio vuelta con agilidad, quedando de frente al cobalto. Sus ojos reflejaron sorpresa, temor y molestia, esos no eran los ojos que Sonic conocía. El negro al rededor de ellos, detonaba en grandes ojeras de días y solo le daba más profundidad a su mirada.

—(T/n) —repitió el erizo.

Los ojos de la fémina cambiaron completamente al escuchar ese nombre y adoptó una postura seria. Sonic pareció sentir miedo al ver el desprecio con que los ojos que alguna vez le transmitieron cariño y afecto, lo miraban. Aquel brillo celeste ya no se encontraba en ellos. Sus ojos seguían siendo azules, pero de un penetrante azul oscuro. Todo en ella parecía haber perdido color.

—¿Qué fue lo que dijiste? —masculló amenazadora, mientras lanzaba lejos aquella pistola. Sonic retrocedió por inercia.

—Kai, yo...

Inmediatamente sintió un golpe en el estómago, estar al pendiente de cada golpe que recibiría no era algo que fuera característico de el. Rápidamente corrió hacia el otro lado de la habitación, repeliendo los ataques y golpes de la chica.

—¿Quién eres?, ¿cómo entraste? —lo cuestionó ella con molestia, volviendo a atacarlo.

—Tienes razón, ¿donde quedaron mis modales? —respondió el erizo con voz juguetona, molestando aún más a la eriza—. Hola, soy Sonic, vengo a buscarte a ti y a Tails, ¡Ah!, y entré utilizando la clave de seguridad que el mismo me dio. Pero esto parece un chiste porque (T/n), tu ya me conoces —murmuró abatido.

Ella presionó un par de botones en aquel bolso sujetado a su cinturón, de dónde salió una especie de globo que ella lanzó hacia el, dándole en uno de sus pies. La sustancia que anteriormente había sido líquida, ahora comenzaba a endurecerse y pegarlo al suelo.

—No sé quién crees que soy, pero estoy segura que te equivocas —escupió irritada y lanzando otra de esas bolas al otro pie del erizo. Estaba atrapado.

—Pero Kai, tu y yo... éramos amigos —volvió a mencionar, mientras intentaba liberarse —. Wow, por cierto ¿qué es esto? —preguntó refiriéndose a la sustancia que lo mantenía prisionero.

Pero no obtuvo respuesta. Sonic buscaba un modo de detenerla, y lo tuvo cuando miró al suelo y se topó con el pequeño conejo que había soltado debido a la sorpresa. Rápidamente presionó el brazo derecho del peluche y la suave voz de una pequeña niña comenzó a cantar.

La eriza se detuvo y miró con atención aquel conejo. Sonic lo extendió para entregárselo a su legítima dueña. Ella titubeó, pero finalmente lo tomó entre sus manos. Sus ojos se cristalizaron mientras acariciaba la suave felpa y recorría en círculos aquellos negros ojos de botón del peluche. Su boca se abrió intentando hacer que algún sonido saliera de ella, pero había quedado sin palabras y solo podía mirar a su único amigo en aquel lugar de torturas.

—¿Dónde lo conseguiste? —preguntó en un tono de voz igual de amenazante, pero con un toque más melancólico y roto.

—Lo tomé del viejo laboratorio, el señor orejas de algodón ansiaba volver con su niña —respondió tratando de sonreír.

—¿Orejas de algodón? —era increíble que alguien que ella no conocía, supiera el nombre de su única posesión valiosa, a no ser que... (T/n) volvió a tomar una de esas pelotas y la levantó amenazadora—. ¿Eres del consejo del caos?, ¿ellos te enviaron por mí?, ¡Contesta!

—No (T/n), no, yo...

—¡NO ME LLAMES ASÍ! —exigió levantando la voz.

—Pero si ese es tu nombre, ¿cómo quieres que te llame? —cuestiona el erizo con desesperación. ¿Cómo se supone que le aclararía todo si ella no lo dejaba hablar?

—Sisu, mi nombre es Sisu Arrow. No (T/n), ese es el nombre de un estúpido experimento —los ojos de la eriza vuelven a mostrar desprecio y rencor. Con cada palabra, Sonic descubre un nuevo lado de (T/n), uno que ella mantuvo escondido mucho tiempo—. Ahora habla, ¿Qué sabes de mí y por qué estás aquí?

—¿Test de amistad? Bueno, no creí que fueras esa clase de chica pero en ese caso... Tu nombre es (T/n) Hazelwood, más conocida como Kai (o al menos por mí) —Sonic nota la mueca que (T/n) hace al escuchar de nuevo aquel nombre, por lo que decide corregirse—. Aunque aquí eres Sisu Arrow. Te gusta comer helados de coco y hamburguesas tamaño jumbo. Amas escuchar música y cantar, hay veces que tarareas mientras destrozamos robots y eso me gusta de ti ¡PERO COMO AMIGA! —el erizo suelta una risa nerviosa que confunde a Sisu ¿Que clase de respuestas son esas?—. Podría seguirte describiendo pero la lista sería larga, así que contestando a tu siguiente pregunta, vine a preguntarles a ti y a Tails lo que está pasando aquí, porque ustedes son los seres más inteligentes y razonables que conozco.

Lo último la deja sorprendida, pero al instante aleja esos pensamientos de su cabeza.

—¿Cómo sabías del laboratorio y del "señor orejas de algodón"? —vuelve a cuestionar, mirando a su peluche.

—Porque fui yo quien te salvó de aquel viejo laboratorio y ese conejo era tu única compañía en ese lugar. Tu me contaste sobre el y lo que hacías para distraerte ahí —Sisu bajó la mirada hacia aquel juguete, mientras el erizo seguía hablando—. Tuviste que vivir momentos muy difíciles, pero no hubo obstáculo que no pudimos enfrentar juntos. Yo... yo te salvé.

La chica lo miró incrédula y luego de un momento, soltó una risa amarga.

—¿Qué tú me salvaste? —se mofó. Su expresión cambió rápidamente y colocó ambas manos en sus caderas—. Tienes razón, el "señor orejas de algodón" fue mi único amigo en aquel entonces, pero no hubo nadie que me ayudara.

—Pero...

—¿Acaso eres sordo, o yo hablo un idioma que tú no comprendes? —cuestionó ella, con una profunda expresión de molestia y frustración—. No hubo nadie para ayudarme, en esta ciudad no hay nadie que sea un héroe —Sisu comenzó a acercarse peligrosamente al erizo—. Todos aquellos que tratan de jugar a ser héroes terminan muy mal en esta ciudad de basura, ¿por qué crees que nadie se atreve a derrocar al consejo del caos?

Sonic pasa de mirar a la eriza frente a el, a mirar la suciedad en el piso. Ese lugar era Green Hill pero a la vez no. La (T/n) que el conocía jamás se dejaría vencer tan fácilmente y mucho menos perdería la esperanza de crear un lugar mejor.

—Esto no puede ser así, eres ella pero a la vez... no —Sonic olvidó por un momento que estaba atrapado y se centró en comprender la situación—. ¡Tails!, El sabrá lo que está pasando.

—¿Tails? —repitió la chica.

—¡Sí!, Solo tenemos que encontrarlo y todo quedará solucionarlo. Es justamente por el que me terminé encontrando contigo —le explicó, haciendo que la contraria se confundiera aún más—. Tails es mi mejor amigo y el zorro más inteligente que conozco, lo arreglaremos juntos y recuperaremos nuestro hogar, ya lo verás Kai.

Aprovechando su cercanía, Sonic colocó su mano en el hombro de la eriza que respondía al nombre Sisu. Al principio ella se tensó, pero pronto sus músculos se relajaron, no sabía el porque, pero aquel azulado le hacía sentir la seguridad que le faltaba y la comodidad que no había recordado sentir jamás. No lo pudo evitar más y se contagió de una débil sonrisa que pareció más una nueva extraña, pero para Sonic fue la imagen más bella en ese extraño lugar, o como ella lo había llamado; basura de ciudad.

La contraseña correcta se ingresó de nuevo, y la puerta se abrió otra vez. Ambos erizos miraron en aquella dirección. El nerviosismo en Sisu fue notorio y se alejó rápidamente del cobalto mientras una figura surgía de las sombras.

—Lo lamento, llegó tarde. Tuve que perder a un tonto que me seguía —masculló el zorro al que Sonic había seguido hasta ahí.

—Nine.

El zorro posó su mirada en el erizo y después en (T/n), ¿que rayos pasaba ahí? Los pies de Sonic estaban pegados al suelo, Sisu sostenía una chem ball en su mano derecha y un conejo rosa de felpa en la izquierda .

—¡Tails!, ¡Ahí está mi amigo genio de dos colas! —exclamó el erizo con emoción, pero al instante el semblante del zorro cambio.

—¿Cómo me llamaste?

—Eh, ¿Tails?

El zorro presionó un botón en su cinturón y al instante, un par de colas metálicas se levantaron amenazantes hacia el erizo.

—Mi nombre es... ¡NINE!

Impulsado por sus colas metálicas, Nine se lanzó hacia Sonic, tomándolo por un brazo y sacándolo de la trampa de Sisu. Acto seguido, posicionó a la chica detrás de él, pues ella se mantenía sorprendida por la repentina aparición del zorro.

—¡¿Qué es lo que quieres?!, ¡¿Quién te envío?! —lo cuestionó, mientras sujetaba un contenedor de metal con sus colas metálicas y lo lanzaba hacia él.

—¿Cuántas colas tienes? —preguntó el erizo, esquivando los contenedores.

—¡Nueve!

Tomó de una pierna al erizo y lo lanzó fuera del taller justo cuando un tren iba pasando, Sonic tuvo que poner a prueba sus habilidades para mantenerse en el techo y no caer, sin embargo, pronto fue seguido por Nine.

Sisu se mantuvo con la mirada perdida en la puerta que seguía abierta, miles de pensamientos rondaban por su cabeza y la mantenían aturdida, ¿Quién era ese erizo en realidad y porque los conocía a ella y Nine? Hasta que pronto recapacitó.

—¡Maldición!, Debo traer a ambos a salvo.

La eriza tomó una sudadera gris de una mesa y se la colocó con todo y la capucha, preparó una chem ball y sin pensarlo dos veces, salió del refugio.

Miró a todos lados buscando a los chicos y no tardó demasiado en distinguir al erizo de brillante color azul que destacaba notoriamente en esa ciudad donde reinaban los colores oscuros y el llameante escarlata. Saltó hacia un tren que se aproximaba y luchó para sostenerse y llegar al techo del vagón.

Sus objetivos se encontraban en una le las estructuras de la estación, lo que tenía que hacer era sencillo; dar un salto lo suficientemente largo como para llegar a una de las estructuras y mantener el equilibrio al llegar ahí, sin contar que aquello saliera mal y ella cayera a las vías para después, morir arrollada ahí. Cualquier opción sería un premio, pero el tiempo que tardó en debatir, los chicos lo ocuparon para abordar el techo de un tren que iba en sentido contrario.

—Cambio de planes "S", ahora solo tienes que saltar y caer en aquel otro tren —se alentó con sarcasmo—. ¡Ah! Y evitar ser arrollada... otra vez.

En esta ocasión, no tardó mucho en pensarlo y saltó al último vagón, lo que le valió un futuro hematoma en la rodilla y un raspón en el codo. Sin darse un tiempo para recuperarse, corrió hasta la locomotora, en donde visualizó al zorro combatiendo a Sonic. Apresuró su paso y llegó lo suficientemente rápido como para ver cómo Nine resbalaba del tren.

Su corazón se detuvo y actuó instintivamente en saltar hacía el para sostenerlo. No sintió el momento en el que fue sujetada por el brazo, ni mucho menos se esperó encontrarse viva después de lo que había hecho. Había sido un acto suicida que había tenido que terminar en su muerte y la de su única compañía, pero no, se encontraba con nuevos hematomas en el cuerpo y a salvo en una superficie normal.

—¡Sisu! —su cuerpo comenzó a responder luego de haber sido sacudida en repetidas ocasiones por Sonic y Nine. ¿Había permanecido en estado de shock todo ese tiempo?

Parpadeó con rapidez y se sujetó de las dos manos que se ofrecieron a ayudarla a levantarse. Nine aumentó su agarre en ella, apartándola del erizo y luego miró al cobalto.

—Tu... ¿nos salvaste? —cuestionó Nine, confundido por lo ocurrido.

—Eh estado tratando de decirles, somos amigos —respondió el erizo, buscando ayuda en la eriza que Nine mantenía detrás de él.

—Tus historias fabricadas no evitarán que te repele a golpes, ¡Intruso!

—¡Ya basta!, Por favor, solo... basta. Tails, somos amigos, ¡Mejores amigos! —se corrigió al final—. Tienes que recordar esto: Tails, desde el momento en el que te conocí siempre has sido un zorrito inteligente feliz, haciendo cosas de zorrito inteligente feliz, unos bravucones bobos te estaban molestando por tener una cola extra, yo pasé corriendo, y perdieron interés en ser unos cretinos.

Nine lo miró incrédulo por el conocimiento a cerca de lo que había vivido, a excepción de que el no había tenido a nadie que lo rescatará, ya se había hecho de una nueva personalidad cuando conoció a Sisu.

—¿Co-ómo sabes sobre eso? —preguntó—.  Y-y no fue así como paso, tú no estabas ahí. Yo era un niño concentrado en mis asuntos, pero no me fijé en mi alrededor, aparecieron unos raros y me molestaron por tener una cola extra —inmediatamente su expresión cambio a una furiosa—. Me dieron una golpiza, y fue así, por años. Hasta que use mi cerebro de zorro astuto para crear una forma de defenderme a mí y... a ella.

Nine dirigió su mirada a la chica detrás de él, que se había mantenido como espectadora todo ese tiempo. Sisu repartió su mirada en ambos y luego de un suspiro, habló:

—Nos cuidamos solos, no podemos confiar en nadie más —sus siguientes palabras, eran solo para que las escuchará el cobalto—. Nadie tiene amigos aquí.

A diferencia de Nine, se podría pensar que el resentimiento en la voz de Sisu, se podía deber a que había tenido una experiencia que la habían marcado así. Pero simplemente esa era la regla de Nueva Yugork.

«Cuida de ti mismo».

—¿Por qué crees que vivimos aquí abajo? —volvió a preguntar Nine— ¡Para evitar a todos!... incluyéndote a ti.

La eriza se dejó caer en el suelo, sentándose escondiendo su rostro entre sus rodillas. Nine la imitó y evitó el contacto visual con Sonic. Esta situación era cada vez más confusa para él; se trataba de dos de sus mejores amigos, estaban ahí frente a él, pero no actuaban como ellos.

—Esto no tiene sentido, son (T/n) y Tails, pero no lo son. Están aquí, pero a la vez no.

El erizo se mantuvo pensativo mirando a la nada, hasta que el Tails de este lugar, interrumpió sus pensamientos con una duda.

—Y ¿Qué es lo que hacíamos?

La pregunta de Nine, salió de el por inercia. ¿Realmente existía un lugar en donde ambos no habían estado solos como ahí? Si así lo era, quería saber cómo sería el mundo si ellos no hubieran sido tan desafortunados cómo en Nueva Yugork. Sisu levantó su cabeza al escuchar a Nine preguntar aquello y su atención se dirigió al erizo que los miraba nostálgico, recordaba haber visto esa mirada en alguien más.

—Bueno, antes que nada, tienes el avión más cool.

—¿En serio?

—Si, se llama: "el tornado". Y peleamos y vencimos a Eggman tantísimas veces que ya hasta perdí la cuenta

—¿Te refieres al consejo del caos? —preguntó Sisu está vez, con una pizca de emoción al sentir que por lo menos en algún lugar, alguien puso en su lugar a esos idiotas.

—No, me refiero a Eggman.

—Entonces, ¿a Mr. Doctor Eggman? —inquirió Nine.

—Si —dijo Sonic, abatido—, cómo tú quieras. Mira, la hemos pasado muy bien y mal, pero cuando permanecemos juntos, nunca perdemos. Y cuando terminamos el trabajo, no hay mejor recompensa que compartir un hot dog con chilli con tu mejor amigo —mencionó tomando del hombro al zorro que sonrió débilmente—. Y eso es solo la punta del iceberg, tenemos una vida de aventuras y recuerdos juntos...

—Eh... creo que tus zapatos están ardiendo —interrumpió Sisu.

Sonic miró sus pies y se horrorizó al ver que las suelas nuevamente brillaban con intensidad y desprendían pequeños rayos azules. Tal vez debido a la fricción que ocasionó al correr y brincotear de felicidad mientras relataba lo que recordaba de sus amigos.

—¡Ay!, lo que me faltaba —chilló con molestia—. ¿Qué más puede salir mal en este loco lugar?

El erizo se dejó caer haciendo un puchero divertido, que hizo sonreír a Sisu mientras negaba repetidamente. Nine rodó los ojos y tomó una especie de arma con la que apuntó al erizo.

—Lo único que desprecio más que a personas en mi espacio, es a los llorones.

Sonic se levantó de un salto, alarmado por pensar lo que posiblemente haría Nine con aquella cosa en manos. 

—¡Oye!, creí que estábamos teniendo un momento...

—No te muevas —lo tranquilizó Sisu, con una pequeña sonrisa genuina.

Nine comenzó con una especie de escaneo en el erizo, ayudado en esa especie de arma que había sacado anteriormente.

—Qué curioso —verbalizó, poniendo una mano en su barbilla—. Hay un nivel bajo de energía a través de todo tu cuerpo, pero posiblemente un regulador podría- ¡Ah!, sígueme.

El zorro se encaminó en dirección al taller del que anteriormente habían salido, Sisu le hizo una señal al erizo para que los siguiera y por un momento, le pareció que era su (T/n) quién lo invitaba a seguirla.

《PARADOX》

Nine se puso a trabajar inmediatamente en los reguladores y Sisu se encargó de encontrar respuestas al origen de la energía que poseía el cobalto. Sonic optó por pasearse en el lugar. Se paró de puntillas para tratar de vislumbrar lo que había en el segundo piso o lo que vendría siendo el ático, pero no logró ver demasiado. Supuso que sería un almacén o algo por el estilo, porque continúo con su exploración.

En realidad no había demasiado por ver y pronto terminó por aburrirse, así que intento conversar con sus anfitriones.

—Son increíbles por cierto —mencionó, refiriéndose a las colas metálicas de Nine.

—¿Esos zapatos viejos? Obviamente —dijo Nine sin voltear a ver al cobalto.

—No, digo; siempre creí que tu cola extra era cool ¿pero las metálicas? Wow, ¡eres increíble!

—Claro —volvió a decir en un tono sarcástico, sin dejar de trabajar en los reguladores—. ¿Te molesto si te digo que necesito mucha concentración?

Sonic pareció entender la indirecta y se alejó del zorro, pero ahora era el momento de (T/n) de soportar su presencia.

—¡Hola Sisu! —exclamó con alegría, haciendo a la eriza volcar los ojos y resoplar con impotencia. Ese erizo era igual que una alergia; aparecía cuando no lo quería—, lo de hace rato...

—Si lo que esperas es una disculpa, créeme que no la vas a obtener —le informó sin despegar la vista del monitor.

—No, yo soy el que quiere disculparse —Sisu dejó de teclear, quedándose helada por lo que acababa de escuchar—. Lamento haberte asustado hace rato —prosiguió Sonic.

La eriza pareció sentir la necesidad abrazar a aquel erizo y decirle que no había pasado nada. Pero pronto una nueva ola de antipatía la invadió e, ignoró sus sentimientos.

—Olvídalo —mustió volviendo a su tarea—. Lo que sea que haya pasado o lo que yo haya dicho, solo, olvídalo

—Un último toque —Nine se volvió hacia Sonic, con cuatro reguladores de energía en las manos—. Ponte esto, tal vez pueda regular el exceso de energía que sale de tu equipamiento para que no explotes.

—Esta energía sigue siendo un misterio —informó Sisu, mientras se acercaba a ambos con una computadora en manos—. La verdad no me sorprende, tú y todo lo que se refiere a ti también lo son, no te encuentras en las bases de datos de Nueva Yugork. ¿De donde dices que eres?

—Te sorprendería si te lo dijera —declaró Sonic.

Nine negó y con la ayuda de sus colas metálicas, colocó los reguladores en los guantes y zapatos del erizo azul. Los reguladores se adhirieron fácilmente, como si de un imán se tratase. Pronto un cegador brillo azul envolvió al oji-esmeralda, Nine y Sisu cubrieron sus ojos durante un instante, cuando finalmente los abrieron, se sorprendieron al ver que Sonic presentaba un look distinto en los guantes y zapatos.

—¡Wow!, ¿qué es esto? —el erizo le dio un vistazo rápido a su nuevo aspecto con aquellos accesorios futuristas—. No hay desbordamiento de energía, ¿y el look? ¡Oye!, ¡Que cosa!

—Que curioso, siguen siendo tus guantes y zapatos, pero parece que se sintonizaron con la energía de tu cuerpo en lugar de resistirse. Me pregunto porque será.

Nine consultó con Sisu, pero esta se encogió de hombros mientras observaba a Sonic igual de impresionada por Nine. No lo iba a negar, por un momento creyó que aquel erizo explotaría, aunque aquello le daba igual de todas maneras.

—¡Wooho!, ¡son lo máximo! —exclamó Sonic con emoción—. No más deslizarse y resbalarse, no mas humo. Gracias Tails- digo, Nine. ¡Hora de un paseo de prueba!

Dicho esto, el erizo salió corriendo de la guarida. Nine extendió un brazo en un intento de detenerlo, que fue en vano.

—No, ¡espera! —exclamó Sisu, pero el erizo ya no se encontraba ahí.

—¡Tonto, no es seguro! —masculló Nine. 

Sisu corrió con intención de alcanzar al erizo, pero fue detenida por Nine en el intento.

—Estas loca si crees que te dejaré seguir a un suicida, quédate aquí, yo iré por el.

—¿Y dejar que pase lo de hace rato? —la chica se zafó de su agarre y lo volteo a ver—. No gracias.

—No te lo pedí como un favor, te lo estaba ordenando —dijo Nine, volviendo a tomar a la eriza de la mano. El zorro la miraba de tal modo que helaría la sangre de cualquiera, cualquiera excepto ella.

—¿Alguna vez obedecí una orden? —Sisu lo miró con aburrimiento de su parte, por escuchar el mismo monólogo de siempre. Nine se dio por vencido—. Nos cuidamos entre los dos, ¿recuerdas?

Nine asintió y le colocó el gorro de la capucha a la contraria. Entrelazó su mano con la de ella y salieron en búsqueda del erizo. Ya afuera, Sisu mantuvo la cabeza gacha y agudizó sus oídos para tratar de prevenir cualquier movimiento. 

—Oye, si lo de científico loco y solitario no te funciona, deberías dedicarte a los accesorios de moda —comentó Sonic, apreciando la belleza que irradiaban sus nuevos guantes y tenis—. ¡Que guapos!

—Debemos tener un perfil bajo, el consejo tiene ojos en todas partes —mencionó Nine en voz baja como advertencia y sin soltar la mano de la eriza.

—Cuando ambos recuperen su memoria, van a recordar que un perfil bajo, realmente no es lo mío —declaró Sonic, dándose vuelta para ver a sus amigos y encontrarse con lo que fue una sorpresa para él.

Tenía conocimiento de que Tails y (T/n) eran buenos amigos, por ello las muestras de afecto como los abrazos o cumplidos, eran algo cotidiano en ellos. Más, nunca creyó que llegarían a tener un vínculo afectivo más allá de una amistad, pues a sus ojos aquella tomada de manos era algo más, tenía una historia detrás. Pero pronto recordó algo que lo hizo sentir algo mejor... y es que en realidad ellos no sabían el rol que tenían que cumplir en realidad, no se comportaban como deberían y posiblemente estaban confundidos. Así trató de calmar aquella bestia que se desató en su interior.

—¿Corremos por las paredes? —preguntó un poco más serio y menos emocionado.

—¡¿Qué?! —se exaltó Nine.

—¡Aguarden!, ¿escucharon eso? —Sisu se puso pálida de un momento a otro y aumentó su agarre en la mano de Nine—. ¡Corran-!

Antes de que cualquiera de los tres pudiera hacer algo para defenderse, la gran mano de un robot los atrapó.

—Ay, el bebé otra vez —murmuró Sonic con fastidio.

—¡Te dije que mantuvieras un perfil bajo! —regañó Nine.

En ese momento, el robot se elevó por los aires con ellos, sin duda se dirigía al Consejo del Caos.

—Nunca me dijiste —mintió Sonic.

—¡Claro que sí! —insistió el zorro.

—Claro que no.

—¡Sí, lo hizo! —se unió la eriza con molestia y un sentimiento de temor. Si el consejo volvía a encerrarla...

—¿Estas seguro de que somos mejores amigos —preguntó Nine.

—¿Estas siquiera seguro de que yo te dirijo la palabra? —Sisu lo volvió a mirar con desprecio y rencor.

Sonic se sintió avergonzado de su actitud y bajó la mirada para encontrarse con la sorpresa de que, pese a la situación, Nine y Sisu no se habían soltado las manos.





Cap. 02 City Trash/ Ciudad de la basura.

27/07/2023

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro