Parte 6
En la ciudad de Bellwood, era otro día normal como cualquier otro, si normal nos referimos con los plomeros persiguiendo al grupo de Psyphon por todo pueblo bajo. El cual actualmente más que un pueblo era una gran ciudad debajo de Bellwood. Interconectadas entre sí, unidas como una sola, donde humanos como alienígenas podían coexistir con normalidad y paz. Claro, con ambas con uno u otro problema con villanos y ladrones acechando por las calles, lo normal.
Pero algo sumamente nuevo para un grupo de jóvenes cadetes que se encontraban realizando sus primeras prácticas fuera de la academia de los plomeros, jamás se imaginaron que en su primer día los pondrían a detener a un grupo de villanos. Los cuales se trataban de Liam y Burbucasco. Los cadetes aunque eran mas en numero, estaban siendo fácilmente repelidos por el grupo de malhechores, los cuales no tenían ningún problema en mantenerlos a raya, disparando sin tregua alguna contra ellos.
- Ajajaja en verdad los plomeros deben de estar muy bajos de personal, como para enviar a un grupo tan patético a detenernos - se burló Psyphon mientras cargaba una gran bolsa llena de tadenita sobre su espalda.
- No, pero siempre he creído que se aprende más entrando en acción que en un libro - dijo una voz a lo lejos, justo detras de Psyphon y sus hombres. Lo cual alarmo al grupo de villanos.
Psyphon de inmediato se giró al reconocer a la perfección al dueño de esa odiosa voz. Detrás de ellos se encontraba un humano de mirada amatista. Su cabellera castaña era larga pero no lo suficiente como para llegarle a la mitad de la espalda. Sujetada sutilmente en una coleta baja por una liga morada. Vestía una camisa negra ajustada, sin mangas de cuello alto, revelando algunas cicatrices en ambos brazos. Un pantalón café sujetado con un cinturón blanco de equipamiento perteneciente al uniforme de los plomeros y unas botas negras altas.
- ¡¡Ben Tenyson!! - exclamo Psyphon lleno de furia y desprecio hacia el castaño.
- El mismo - contesto el castaño con esa sonrisa socarrona en su rostro, mientras los observaba con los brazos cruzados sobre su pecho.
En eso, una sombra cayo sobre el suelo. Se trataba de Rook quien había brincado de uno de los techos, propio de un ninja, aterrizando justo al lado del castaño. Rook a diferencia de los cadetes, vestía un uniforme color negro con los costados color azul, equipado con una armadura color blanco. El cual formaba parte de un equipo experimental creado por un equipo de Galvans con la finalidad de recolectar datos para poder fabricar mejores equipos - Ben, la práctica es buena, pero aun son estudiantes, un simulador hubiera sido una mejor idea - dijo el azulado a su compañero que, a pesar de estar en sus 30 años, no era muy alto. En realidad seguía siendo mas bajo que Kevin por lo cual no era de extrañar que fuera mucho más bajo que él.
- Si Rook, pero yo empecé en esto desde los 10 y no estudie si no hasta los 13, así que estoy mas que seguro que esta es la mejor forma para que los nuevos cadetes se acostumbren al trabajo antes de graduarse - respondió el castaño, devolviendole la mirada a su compañero.
- Ben, entiendo tu punto, pero.
Psyphon no podía creerlo, esos dos estaban discutiendo frente a él, tan despreocupados, tan casuales, como si su mera presencia no representara amenaza alguna. Sentía como su sangre comenzaba a hervir por la rabia y la humillación, mientras apretaba los puños con fuerza. Aun después de todos estos años, estos dos aun lo seguían consideraban como un villano de segunda clase, que no merecía ni una pisca de respeto alguno. Cuando era el sirviente de Vilgax recibía un poco más de respeto que ahora.
- ¿Ah?, ¿disculpe Señor Tennyson?, ¿debemos proceder a capturarlos o seguimos apuntándoles con las armas? - pregunto un pequeño alienígena color azul oscuro, con grandes ojos negros.
- ¡¡Es suficiente!! - grito Psyphon completamente furioso - ¡¡ya estoy harto de su insolencia!!, ¡soy Psyphon!, ¡¡Y no permitiré que un grupillo de plomeritos de kínder y un par de tortolos de pacotilla se burlen de mí!! - Psyphon se giró hacia sus hombres - ¡¡acaben con ellos!! - ordeno, pero en el momento que se giro devuelta, solo alcanzo a ver al azulado, cubriéndose la cara con resignación cuando recibió un fuerte impacto en la nuca, proveniente del talón de Ben que lo planto directo en el suelo.
Liam y Burbucasco al ver eso, de inmediato soltaron sus armas al suelo, levantando sus extremidades hacia arriba, mientras temblaban de miedo al ver a su jefe plantado en el suelo de un solo golpe. lo ultimo que querían era hacer enojar al castaño y que también los atacara a ellos dos. Después de todo, la ultima vez, Liam termino sin la mayoría de sus plumas y Burbucasco casi iba a la luz al quedarse sin su casco por mucho tiempo, todo porque se habían burlado del castaño.
- ahhhh!!!, mi!!, cara! - Grito Psypho, sujetándose la mandíbula mientras la movía de un lado a otro, comprobando que aun estuviera en su sitio y funcional, pero al ver como un par de botas negras se acercaban hacia él, comenzó a retroceder ágatas, completamente aterrado - ¡¡nooo!!,¡¡aléjate, no me lastimes!! - suplico, pero antes de que pudiera escapar, fue sujetado por la tela de su gabardina negra, siendo levantado por Ben.
- Ok, en primera, no insultes a los cadetes que este es su primer día y no quiero que los hagas llorar y en segunda - hizo una pausa mientras lo miraba fríamente a los ojos. Frialdad que estremeció y erizo cada bello del cuerpo de Psypho, si lo tuviera. Tragándose su propia saliva - ese chiste, ya está muy gastado, ¿no lo crees? - dicho eso, procedió a soltarlo. Sus rodillas cayeron sobre el sementó del piso - ¿entonces?, ¿Qué piensas hacer?, ¿Psypho?, ¿te rendirás oh?, ¿bueno tu sabes? - Psypho se quedo en silencio por un momento, observando esos fríos ojos amatistas que lo observaban, esperando una respuesta.
Agacho la cabeza derrotado y lentamente comenzó a levantar sus manos - Me.. me rindo - Ben al oírlo, levanto su vista hacia uno de los cadetes, cruzando su mirada con un joven humano de cabellos negros y ojos cafés, él cual se estremeció al ser notado por él castaño - listo, es todo suyo, pueden hacerse cargo - comento el castaño con una sonrisa gentil en su rostro, la cual no fue percibida por el joven plomero, el cual asintió nervioso, mientras se asercava con cautela al villano.
con cuidado le coloco las esposas para después proceder a saludar a Ben y a Rook como era acostumbrado dentro del protocolo de los plomeros, para posteriormente reunirse junto a sus demás compañeros que ya estaban procesando al grupo de malhechores.
Rook al ver que el joven cadete se había alejado lo suficiente, decidió acercarse al castaño, colocando su mano sobre su hombro - ¿realmente era necesario golpearlo tan fuerte?, ya conoces el protocolo, primero tenemos que leerle sus derechos.
- Lo sé Rook, pero no viste la cara de Piti, enserio estaba apunto de llorar -dijo mientras señalaba hacia enfrente, a un pequeño Nemuina.
- ¡¡No es cierto!! - grito el pequeño Nemuina, intentando volar con su pesada arma - ¡¡soy una fiera maquina de matar!!, ¡¡no le tengo miedo a nada!! - chillo con ese adorable ronroneo que los caracterizaban, pero al ver que había captado la atención del castaño, salió balando despavorido, gritando adorablemente.
Ben al ver al pequeño cadete huir y esconderse entre el grupo de novatos, no pudo evitar soltar una pequeña risa y acercarse sutilmente al lado de Rook, recargándose en su brazo mientras observaba a los cadetes - Enserio Rook, cada año que pasa, los cadetes incluso cuando son arrogantes o groseros, son realmente adorables.
Rook al oírlo, simplemente asintió mientras una sutil sonrisa se dibujaba en sus labios. No solo porque comprendía perfectamente a lo que se refería su compañero, sino por algo mas.
Resulta que cada año más y más alienígenas se unían a las fuerzas de los plomeros, incluso especies que nunca imagino ver entre sus filas, como lo era la especie de los Nemuinas. Una especie sumamente dosil y pacifistas, que preferían vivir en armonía con la naturaleza, pero aun así. Aquí están, especias de todas partes, tan diferentes, pero todas con un mismo fin, la paz.
Pero lo único que siempre le resultaba gracioso, era ese miedo que su compañero siempre lograba infundirles a los nuevos cadetes. No de forma intencional, pero siempre lograba ese efecto en los novatos, incluso cuando lo único que quería era ayudarlos.
era como si se encontraran ante algún peligroso villano, como Vilgax o un cruel tirano. Cuando en realidad, el castaño era una persona muy amable y alegre. Es verdad que aveces exageraba y se sobre excedía en el trabajo, pero siempre lograba cumplir con las misiones, haciendo cosas increíbles. Lo cual le dio el mérito de varias hazañas a lo largo de su carrera como plomero, dándole el reconocimiento y un buen rango como una vez lo hizo su abuelo. Claro que en su cazo no fue la excepción. En muchas ocasiones lo subieron a puestos altos, pero siempre prefería rechazarlos. Muchos plomeros y magistrados nunca entendieron sus razones para no subir de rango. Sermoneándolo sobre el hecho de que se estaba quedando estancado.
En realidad, aunque le hubiera gustaría tener el honor de ascender y convertirse en Magistrado. La verdad, era algo a lo que no podía aspirar y no porque se sintiera incapaz de llevar el cargo, no. Su principal razón para no ascender era el mismo Ben. La idea de dejar solo al castaño era algo que lo preocupaba y lo detenía y no porque Ben no pudiera defenderse solo o no lo dejara, no.
Era mas por todo lo que había tenido que pasar en el pasado.
Cuando Ben era más joven, ocurrió un accidente que lo marco para toda la vida, la muerte de su hermana fue algo que jamás pudo superar. Lo cual lo llevo a aislarse de todos en ese tiempo. Amigos, familiares, no quería ver ni hablar con nadie, solo quería estar solo. Fue muy difícil para todos intentar sacarlo de esa profunda depresión. Si para sus padres y familiares fue muy difícil aceptar la perdida de la joven heroína. Para el mismo Ben fue algo devastador y traumático.
Recuerdo que siempre que intentaba acercarme a él y hablar. Él solo me gritaba que me fuera, arrojándome lo primero que tuviera a su alcance para sacarme de su habitación. Verlo en ese estado era algo que me calcomia por dentro, me sentía inútil, impotente, no podía hacer nada para ayudar a calmar su dolor. Pensé que a lo mejor lo único que necesitaba era tiempo, pero pasaron de ser días a semanas y Ben seguía igual o tal vez peor. Sus padres, su prima, Kevin, incluso en muchas ocasiones su abuelo intentaron hablar con él, pero el solo se negaba, aislándose más y más en su habitación, la misma que compartía con su hermana. Estar rodeado de todas las cosas de Alex era algo que le proporcionaba seguridad, pero también le estaban causando tanto dolor.
Al final fue un largo camino, pero Ben logro salir adelante gracias a la intervención del primer pensador Azmuth. Pues al enterarse del fatirico fallecimiento de la portadora del Omnitrix, no fue de esperar su presencia. Presentándose ante el Magistrado Maxwell Tennyson. Para ofrecerle sus condolencias y también para hablarle sobre la posibilidad de otorgarle su propio Omnitrix al mismo Ben.
...
- .... ¿Un, Omnitrix? - pregunto levemente el castaño, con su cabeza escondida entre sus brazos, mientras se aferraba a sus piernas.
El chico se encontraba sentado sobre su cama hecha un lio, vistiendo un pantalón negro y una camiseta de manga larga negra con botones. Arrinconado en una de las esquinas de su habitación. Azmuth lo observaba desde el pequeño mueble aun lado de su cama, cubierto por una capa de polvo y envases llenos de Smoothies sin tocar.
- Así es, sé que puede ser muy repentino, pero tener tu propio Omnitrix te permitirá desempeñarte y defenderte mejor en tu día a día con los plomeros. Tómalo como un seguro en caso de.
- En caso de meter la pata y morir como mi hermana, ¿no? - Ben se enderezo, recargado su cabeza sobre la pared. Sus ojos estaban rojos e hinchados, con unas ojeras que sobresalían en su rostro cansado. Siendo sutilmente cubiertos por su grasiento cabello castaño, todo desordenados. Ya había sido varias semanas desde que tomo una ducha, no desde el funeral de su hermana. Un funeral donde solo presentaron un ataúd vacío y una lapida sin un cuerpo que contener.
- No quise decir eso - se disculpó Azmuth.
- No, pero eso quisiste decir - dijo desviando su mirada de la del Galvan - ¿Realmente crees que voy a utilizar esa cosa, después de lo que le sucedió a mi hermana?, Por favor... solo vete, quiero estar solo - dijo al cubrirse el rostro con una de sus manos.
- Benjamin, lo que le paso a tu hermana fue realmente una tragedia, pero no puedes quedarte aquí encerrado para siempre - El pequeño Galvan salto del mueble a la cama, subiendo a las rodillas del chico cabizbajo - debes salir - insistió.
- ¡¡Es que no lo entiendes!! - grito con lagrimas en sus ojos - ¡¡ella ya no está!!, ¡¡se fue y no volverá!!, ¡y todo por mi culpa! - Ben comenzó a cubrir su boca, sus manos temblaban al recordar ese momento. Ese preciso momento en el que no pudo soportar más el peso de su hermana, soltándola hacia ese fatirico final - ... yo la solté, fue mi culpa... la mate.
Azmuth guardo silencio, observándolo por unos momentos. Las emociones humanas eran para él sumamente volátiles e irracionales, principalmente proviniendo de un adolescente que estaba pasando por una situación tan delicada.
Antes de venir con el chico, Max había puesto al tanto de la situación al Galvan, sobre el estado emocional del joven, por lo cual sabia perfectamente que no importaría lo que intentara darle o decirle, no lograría que aquel fastidioso chico lo escuchara. Muchos menos viéndolo en su estado actual. Lo único que podía ver era a una pequeña criatura herida que se escondía en las seguridades de su pequeña cueva, llorando y atacando al que se le acercara.
- De acuerdo - respondió al final el Galvan, bajando de las rodillas del chico para después bajar de la cama de un brinco y comenzar a caminar hacia la salida - puedes quedarte aquí encerrado todo lo que quieras, no te lo voy a impedir - comenzó hablar - pero en lugar de lamentarte por lo que no pudiste hacer, ¿no crees que seria una mejor idea pensar en lo que "si" puedes hacer? - chantaje, la última carta a jugar.
Azmuth permaneció quieto, guardando silencio por unos momentos, esperando la oportunidad perfecta para continuar y darle el golpe final - ¿en verdad crees que a tu hermana le hubiera gustado verte en este estado tan deplorable?. Esa chica tal vez era una testaruda, insolente sin remedio, muchas veces me hizo reconsiderar si fue una buena idea dejarle mi Omnitrix - Ben al escuchar sus palabras, comenzó a enderezarse levemente, observándolo. Azmuth se encontraba en medio de la habitación, dándole la espalda - pero - se giro para encontrarse con la mirada melancólica del castaño - pero en más de una ocasión, logro hacerme cambiar de opinión, sorprendiéndome con sus actos y decisiones... ahora es tu turno. Toma las riendas de tu vida y as que tu hermana se hubiera sentido orgullosa de ti - dicho eso, Azmuth desapareció en un instante, siendo teletransportado devuelta a Galvan Prime, dejando al castaño solo en su habitación.
...
- Muy bien, ¿y ahora qué hacemos? - Ben comenzó a caminar con sus brazos cómodamente descansando detrás de su nuca, sacando al azulado de sus pensamientos - ¿vamos a patrullar o seguimos ayudando a los cadetes?
- en realidad tengo una mejor idea - respondió Rook, mientras le dedicaba una sonrisa al castaño.
- ¿oh, Enserio? - Ben se voltio, observando a su compañero con interés, el cual caminaba hacia su dirección.
- Por supuesto, que tal si asemos lo que se supone que deberíamos de estar haciendo - dicho eso, Rook se inclino un poco, quedando frente a frente al rostro del castaño y con voz lenta y pausada pronuncio - "des can sar" - a lo cual el castaño solo hizo una pequeña mueca de "¿enserio?".
Resulta que, después de la intervención de Azmuth años atrás, Ben hizo un increíble esfuerzo para volver a ponerse de pie y seguir adelante. Nadie sabe con exactitud que fue lo que le dijo el primer pensador al castaño para que de la noche a la mañana decidiera salir de su habitación y en unos pocos días se reincorporara una vez más en el trabajo. No solo sorprendiendo a su abuelo, sino a todos los presentes al verlo entrar en los cuarteles. El magistrado Max en más de una ocasiones intento hablar con él sobre el tema, pero siempre se escudaba diciendo que solo quería centrarse en el trabajo y no pensar en nada más. Todos decidimos respetar su decisión y no tocar el tema de nuevo, por respeto, pero mas por el temor de no lastimar más al castaño cuando se notaba que se estaba esforzando tanto.
Ese fue el error que cometimos todos.
Ben se centro tanto en el trabajo, que aun ahora resulta ser muy difícil sacarlo de ahí, incluso su abuelo a tenido que recurrir al prohibirle la entrada o dejándolo fuera del sistema para intentar que tome un respiro y se relaje, pero siempre logra salirse con la suya.
Y eso se suponía que deberíamos de estar haciendo justo ahora, después de una misión de tres meses fuera de la tierra, lo ideal sería regresar a nuestros hogares y tomarnos unas merecidas vacaciones, pero lograr sacar a Ben de los cuarteles y del trabajo es en verdad toda una odisea.
- ¿Si?, yo creo que no, pero tu si deberías de tomarte un descanso - dijo colocando su dedo índice sobre su pecho, mientras le dirigía una mirada juguetona - quiero decir, solo mira esas ojeras, luces terrible.
- Muy graciosos Ben, pero sabes perfectamente que ese es el color natural de mi pelaje - respondió alegre, con los brazos cruzados mientras arqueba sutilmente su pelaje negro en dónde debería de estar sus cejas.
- Oh, vamos Rook!. Tu sabes que me aburro sino estoy en acción, pero ya hablando en serio. Tú si deberías de tomarte unos meses, ya sabes para relajarte y descansar, oh yace que tal si regresas a Revonnah y visitas a tus padres y de paso buscas a una linda chica y
- Ben... - Rook interrumpió de manera abrupta al castaño, antes de que comenzara con las citas y los hijos, no es que le molestara que Ben se interesara por su bienestar pero, el no tenia ningún interés por el momento en sentar cabeza, no por lo menos con una chica.
- Si, si yace, pero - antes de que Ben pudiera continuar, fueron interrumpidos por la alarma de la insignia de castaño, a lo cual Rook solo lo fulmino con la mirada, exigiéndole una explicación para que su insignia estuviera operando.
- No me veas así, que me haces sentir culpable - reprocho el castaño mientras tomaba su insignia de su cinturón blanco.
- Precisamente esa era mi intención - respondió mientras se acercaba a su lado
"Aquí Max, necesitamos refuerzos"
La voz del abuelo Max comenzó a emitirse, apenas se lograba escuchar debido al sonido de la estática y el sonido de disparos, entre cortándose el mensaje.
"an logrado infiltrarse"
"repito, necesitamos refuerzos"
"repito an-"
La comunicación se corto, dejando a Ben y a Rook intercambiando miradas, de ninguna manera iban a ignorar esa transmisión.
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