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Parte 24

Unos meses antes.

Charmcaster había logrado encontrar un antiguo manuscrito en una de las bibliotecas secretas de los caballeros eternos, en donde se hablaba de una antigua Nigromante que vivió a finales de la edad media.

En esa época la magia era considerada como mera superstición por los cristianos, algo que los paganos creían por su ignorancia, pero con la alfabetización de la población, la magia comenzó a ser accesible para la población. Creciendo el número de manuales mágicos para el público y no solo de posesión y uso del clero.

La magia negra pasó de verse como una superstición inútil, carente de poder a una herejía. Por lo tanto, fue condenada, no sólo como un crimen para la sociedad, si no también como un crimen contra dios... vaya estupidez.

Y eso era lo que la traía aquí. Esa mujer fue una nigromante, una bruja que usaba su magia para saber el futuro a través de los muertos, pero no solo eso. Se decía que su magia era capaz de neutralizar las demás magias, un poder que ella buscaba para poder cumplir con su objetivo.

En el pergamino también decía otras cosas irrelevantes, como sus crímenes, su captura y ejecución por un tal Sir George. Solo se hacía una mención de donde fue enviado su cadáver, algo extraño pero un golpe de suerte para ella, considerando que en esa época la mayoría de ejecuciones fueron por medio de la hoguera. Si aún quedaba una pista de su poder en sus huesos, cualquier residuo de su hechicería entonces al crear un totem de ella, ella misma sería imparable.

Al seguir avanzando por la cripta sus pasos se detuvieron al encontrarse con lo que parecía ser su objetivo. Al abrir unas enormes puertas de madera y adentrarse junto al crujir de las viejas cerraduras de las puertas. La albina se sorprendió al ver la enorme cantidad de pergaminos y libros en su interior, más que una tumba parecía una pequeña y desordenado almacén.

- Wow, este si que es un lugar perfecto para dejar pudrirse todo esto. Supongo que son los manuales y grimorios confiscados de sus caserías de brujas. Muchos están en pésimas condiciones – dijo al tomar un libro por su carátula y ver cómo este simplemente se desprendía por lo viejo. – espero poder encontrar lo que busco en esta pila de basura.

Al caminar sobre las pilas de libros apilados en el suelo, mientras con su mano derecha iluminaba el lugar con su magia. En el fondo el rechinar de unas bisagras captó su atención. Rápidamente se ocultó tras uno de los libreros que apenas se mantenían de pie al igual que desactivo su encantamiento, para nuevamente estar bajo la oscuridad del lugar.

Al asomarse sutilmente pudo ver que, en el fondo del lugar, pegado a la pared, estaba una especie de doncella de hierro de la cual comenzaron a surgir como ríos una serie de runas de color blanco. Las cuales se extendieron por todo el lugar, iluminando los faroles en las paredes. La doncella comenzó abrirse, asomándose de ella una mano de color verde.

Charmcaster al ver eso, se apresuró a salir de su escondite para correr directo hacia la doncella de hierro y atrapar a quien fuera que estuviera en su interior dentro de un totem, no importará quien fuera, no correría ningún riesgo innecesario. Mucho menos ahora, que estaba tan cercas.

Extendió su brazo, conjurando su hechizo cuando esté simplemente se desvaneció en un destello. - ¿¡Pero que!? – exclamó al ver su mano, el hechizo se había realizado a la perfección, pero no se había activado. Alzó su vista al recordar a la persona enfrente de ella. Paralizandose del impacto al ver dentro de la doncella unos grandes ojos amarillos que la observaban con la misma impresión.

Esa persona o cosa salió de la doncella, enderezándose de un tirón para volver a encorvarse mientras se tambaleaba al caminar. Su desgarrado vestido color café se arrastraba cubriendo sus pies descalzos. Sus ojos se posaron con los de la albina, mientras sus largos cabellos, negros caían sobre su rostro verdoso.

Era una vista, simplemente inquietante, era como si estuviera ante una especie de zombie.

- Pero si solo eres una chiquilla, pensé que era ese despreciable Rey. – dijo la mujer al separarse de ella y caminar de vuelta a la doncella de hierro.

Charmcaster al librarse de la penetrante mirada de la mujer, pudo recuperar de nuevo el aliento. Esa mujer... estaba segura que había hecho algo para cancelar su hechizo.

- Espera!!- exclamó – ¿cómo hiciste eso?, ¿cómo cancelaste mi hechizo?, ¿acaso?... ¿noooo?, ¿no me digas que tú eres esa nigromante de la que hablaba el pergamino?.  wuau si que los años hicieron lo suyo– se mofó ante la idea de en verdad estar hablando con la autentica nigromante de ese pergamino y no con una extraña friki en el sótano de sus padres.

La mujer solo guardo silencio, solo quería dormir para seguir reuniendo poder para poder librarse de las cadenas que la ataban a ese lugar, pero tal vez no sería mala idea jugar un poco con esa cría, hace siglos que no miraba a otro brujo. Tal vez ella podría enseñarle algo nuevo.

El silencio de la mujer sólo incomodo mas a la albina, al dejar de forzar su sonrisa se puso seria. - da igual, imagino que no me lo dirás -  Charmcaster saco de su bolsa mágica un puño de sus estatuillas las cuales al caer sobre los libros se transformaron en golem mágicos, eran 3 en total de gran tamaño y otros 4 con forma de murciélagos.

- Si los encantamientos no funcionan contigo, entonces solo tendré que golpearte lo suficiente para poder atraparte en mi hechizo. ¡A ella! – ordenó.

Los golems atravesaron las paredes al golpear a la mujer. La cual se encontraba resguardada por un par de manos cadavéricas de un extraño animal o cosa de gran tamaño. – cuánta hostilidad, los jóvenes son demasiado impacientes. – dijo al ponerse de pie y tronar los dedos. Acción que conjuro otros círculos mágicos en las paredes, de los cuales emanaron otras manos cadavéricas, aprisionando a los murciélagos que se dirigían a ella, explotándolos al serrar las manos.

Charmcaster apunto su dedo hacia ella, invocando una serie consecutiva de símbolos mágicos de los cuales comenzaron a disparar rayos de magia hacia la mujer, los cuales antes de llegar a ella se desvanecían en una explosión de magia. Al final cada uno de sus encantamientos sufrieran la misma suerte, pero ella no se detuvo. La mujer estaba completamente concentrada en Charmcaster, cuando los golems se apresuraron para arremeter contra ella y contenerla con todas sus fuerzas. La mujer se contrajo al ser aprisionada por la increíble fuerza de los golems. Eso le dio la oportunidad a Charmcaster para apresurarse hacia ellos y  brincar sobre uno de los golems, impulsandose sobre la bruja. Estuvo a tan solo unos centímetros para tocarla y activar su hechizo. Pero la mujer al subir su vista, provoco que el hechizo de la albina no funcionará de nuevo.

Charmcaster aterrizó a sus espaldas, observando con incredulidad sus manos – ¡¿que?!, noooo, ¿como lo hace?, ¡¡¿cual es el truco?!!.

- Lo siento, aunque te lo dijera con tu nivel actual dudo mucho que puedas recrearlo, tal vez un hechicero maestro podría hacerlo. - respondió al verla sobre su hombro.

-uhhhhhh!!!, ¡en ese caso tendré que convertirte en un totem!, ¡EN PEDASOS!. ¡Acaben con ella de una vez!. - Los golems escucharon sus órdenes, pero no lograron cumplirlas al ser atravesados por las espadas de unos esqueletos con armadura.

- Cómo dije, impaciente. ¿si sabes quien soy y en dónde estamos?, ¿verdad?. – cuestionó la bruja. Mientras los cadáveres blandían sus espadas esperando sus órdenes. – soy la bruja de la nigromancia puedo controlar y traer a los muertos a la vida y si aún no te has dado cuenta, estamos en una cripta, los cadáveres aquí sobran.

Charmcaster chasqueo la lengua. Estaba en una encrucijada, no podía usar magia contra ella porque no se activaría y su única salida sería usar a sus Golems para hacerse camino y escapar, pero no quería irse. Quería a toda costa ese poder, lo necesitaba, haría cualquier cosa por traer a su padre devuelta a la vida, cual quier cosa. Una ambición y determinación que noto la mujer en sus ojos. La nigromante volvió a chasquear los dedos, Charmcaster se preparó para sacar cualquier cosa de su bolsa de hechizos para defenderse, cuando miro que los esqueletos regresaban al suelo por medio de un círculo blanco debajo de sus pies, hasta desaparecer por completo. Confundida, subió su mirada violeta hacia la bruja, la cual simplemente se giro, haciéndole una seña con su mano para que la siguiera.

Charmcaster al ver eso, dudo un momento, pero decidió seguirla devuelta dentro de su tumba.

...

En el presente.

Charmcaster emergió desde el interior del hechizo del piso, siendo liberada por las manos esqueléticas que la aprisionaban de regreso a esa lúgubre cripta con la nigromante sentada de cuclillas frente a ella, mientras la observa con una expresión de cansancio y desepcion.

- Ahhhhh!!!, ¡estaba tan cercas!, ¡casi tenía el báculo en mi poder! – grito al ponerse de pie y girarse con hostilidad hacia la mujer. - ¿¡porque me detuviste?!.

- Abre los ojos, ese hombre es más poderoso que tú en ese lugar, tienes suerte que logré entrar y traerte de regreso. – aclaro la mujer al levantarse y caminar hacia una pila de libros en dónde tomo asiento con pesadez.

- ¡¿oh en serio?!, ¿y por qué no usaste tu poder en él?!.

- Porque tú querías su ayuda, nunca dijiste algo de apoderarte del báculo de tu tío. No malgastare mi poder en una riña familiar, no cuando vas tras un pez más grande. Recuerda tenemos un trato.

- Ya lo sé, tu me ayudarás a neutralizar a ese infeliz y yo te mostrare la magia más poderosa para traer a los muertos. Te aseguro que funcionará y no te arrepentirás.

- Eso espero, el conocimiento es la llave a todo y no todos los días se presenta la oportunidad de ver un hechizo como el que describes.

La nigromante observo sus manos, verdes, deterioradas por el paso del tiempo. Ella fue condenada hace tantos siglos atrás por Sir George, pero regreso a la vida gracias a un hechizo que ella estaba desarrollando para burlar a la muerte. Aunque el hechizo no resultó como ella esperaba y la trajo como una muerta viviente, años después de su ejecución. Creyó erróneamente que al menos, al fin seria libre, pero nada más lejos de la realidad. Termino bajo el control de uno de los tantos reyes al percatarse de su despertar, perdiendo su libertad en un pacto y siendo reducida a una simple adivina a terminar olvidada aquí abajo. Lo que más anhelaba era regresar a recuperar su libertad y vengarse de quienes la encadenaron como un mero perro. Pensó al cerrar sus puños con fuerza.

Charmcaster saco de su bolsa mágica el libro que había logrado sacar de la biblioteca de su tío. Abriéndolo para buscar un hechizo en concreto. - aquí esta, con este hechizo podré invocar la puerta a Legerdomain – dijo, mientras volteaba a su dirección - no olvides tu parte de tu trato.

- Descuida, mientras nuestros ser estén conectados, te brindare toda la ayuda que pueda.

- Seria más fácil si pudieras venir conmigo, ¿ya sabes?, como un lindo totem.- bromeo la albina, provocando una sutil sonrisa en la mujer.

- No gracias, no mientras mi voluntad esté atada al rey eterno. No puedo abandonar la cripta sin su permiso, las cadenas entre amo y sirviente son así de fuertes.

- ja!, apuesto que no tiene ni la mas menor idea de tu existencia.

- Es muy probable, ya no recuerdo la cara del ultimo Rey que bajo con sus hombres, pero eso no impedirá que un dia logre matar al Rey, no importa quien sea. – aclaro con una mirada sombría. Charmcaster no dijo más y prosiguió a realizar el encantamiento. No importaba la situación de la bruja, ella sabía que solo la estaba utilizando al igual que ella lo hacía con ella. Solo eran dos mujeres, utilizándose para conseguir sus propios objetivos, no había necesidad de indagar mas en el pasado de esa mujer, solo debía de concentrarse en lo que en verdad era importante para ella.

- Comenzare.






N/A: hola, daré unos detalles que creo que son importante de aclarar para entender todo este rollo lol.

1.- muchos acontecimientos no son exactamente iguales a la línea Prime, incluso hay acontecimiento que no ocurrieron en la dimensión 16. uno de esos acontecimiento es todo el arco de Aggregor y el mapa infinito, por lo cual Gwen no lepidio ayuda a Charmcaster. Por lo tanto no entraron a Legendomaid y Adwaita no fue derrocado para posteriormente revivir al padre de Charmcaster.

2.- diré esto, porque no estoy segura si lo mencionare mas adelante ya que no es necesario, pero el secreto de la anulación de la magia que usa la nigromante.

Primero se debe cumplir una condición y es que ella tiene que poder ver al usuario de magia directamente (sus ojos son la clave de su hechizo, si escapas de su vista, no podrá anular los hechizos). Es por eso que ella usa a sus muertos vivientes para defenderla, mientras ella anula los hechizos.

Segundo, lo que ella hace es sobreescribir los hechizos para anularlos, lo cual se requiere de un extenso conocimiento en hechicería y una excelente memoria para poder reconocer y sobreescribir rápidamente los hechizos y anularlos, es por eso que Charmcaster no es apta para aprender esa magia, pero magos como Hex y Gwen, si podrían aprenderla al saber el truco. 


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