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19

La luz y el leve calor que está transmitía lo hacían sentir que sus parpados ya no podían permanecer por más tiempo cerrados, se removió entre las sabanas incomodo por la terrible sensación de no querer despertar, pero aún así lo intento, abrió poco a poco sus ojos, sintiendo como la luz le pegaba de golpe en su mirada y haciendo que se cerrase de nuevo sus parpados, pero no tardo en volver a abrirlos para acostumbrarse, parpadeo un par de veces, mirando la cama, encontrándose con que del lado opuesto no había nadie, dejo caer su mejilla en la mullida almohada mientras soltaba un largo suspiro, ¿en dónde se encontraba el pelirrubio? Ni siquiera lo sabía, y además ¿por qué le interesaba?

El doncel se incorporo poco a poco, sintiéndose mareado levemente por sentarse, cerro levemente sus ojos y encogió un poco las piernas hacia su cuerpo, y cuando abrió de nuevo los ojos, no pudo evitar mirar lo que se encontraba a los pies del lado opuesto de la cama, eran tres bolsas, sus dedos picaban por la curiosidad de querer agarrar aquellas bolsas, miro las tres, marcas como Dior, Gucci y Tiffany and Co aparecieron en esos letreros, pero debía ser una broma, esas marcas se trataban de unas de las más prestigiosas, trago pesado y miro más en la cama, había una tarjeta de color blanco escrita a mano, Yoongi no dudo en tomarla para después leerla.

"Compré esto para ti, minino, quiero que lo uses hoy..., sólo que deja de lo Victoria's Secret para el final. Estaré en el restaurante, baja cuando te plazca. P. J."

Las mejillas del doncel se encendieron al leer esa nota, miro de nuevo hacia las bolsas y no dudo en acercarse más, y entonces lo vio, detrás de aquellas bolsas se encontraba una caja de color negro con un listón rojo de tela, y por supuesto tenía aquel nombre de esa tienda que Jimin mencionaba en la nota, de nuevo la vergüenza se apoderaba de su ser y quiso decirle a ese mal teñido que se fuera al carajo, pero no estaba allí, así que simplemente soltó un bufido, y se dispuso a mirar lo que traían las demás bolsas, había una camisa de color verde pastel y un suéter de color verde más oscuro que tenía repartido el logotipo y nombre de la marca Dior de color azul oscuro, en la bolsa Gucci había un pantalón sastre de color negro y un par de zapatos del mismo color con el logotipo de la marca, y en la bolsa de Tiffany and Co la cual era pequeña se encontraba un collar de eslabones formando una cadena el color era precioso parecía dorado pero a la vez de cobre, sonrió al verlo, se veía hermoso, la curiosidad le gano un poco, miro hacia la caja de Victoria's Secret, ¿qué sería lo que contenía aquella caja?

Iba abrirla, pero los gruñidos de su propio estomago lo detuvieron, tenía hambre, volvió a mirar la tarjeta, Jimin lo estaba esperando, soltó un largo resoplido, decidió dejar aquello y mejor decidió irse a dar una ducha.

Cuando termino de ducharse se vistió con toda aquella ropa que Jimin le había dejado para que la usará para ese día, y mientras se vestía no podía dejar de pensar en los cientos o quizás miles de dolares que aquel hombre había gastado en todas esas cosas, ¿acaso le gustaba derrochar el dinero? Yoongi no podía soportar esa idea, con ese dinero él pudo haberse dado un pequeño descanso del trabajo, quizás comer algo de carne o comprarla para prepararla por su cuenta, o pagar inclusive una de las rentas del departamento que comparte con Hoseok, pero no, ese dinero había sido gastado en esas prendas de vestir, que lo hacían ver bien, elegante y a la vez casual, pero eso no quitaba el hecho de que sintiera como si trajera media industria bancaria encima, y no era para nada satisfactorio.

En cuanto abrocho el collar detrás de su cuello soltó un suspiro, miro detrás de él, encontrándose con aquella cajita misteriosa, camino hacia la cama y en cuanto llego no dudo en tomarla en sus manos, la llevo a la mesita de noche y la dejo allí, ya tendría tiempo de abrirla después.

No tardo en caminar hacia la puerta de la habitación para salir de allí, en cuanto lo hizo se dispuso a caminar hacia el ascensor para así ir a la planta baja en donde se encuentra el restaurante. Mientras el ascensor descendía, él acomodaba sus cabellos, peinándolos con sus manos para alisarlos un poco, detesta un poco que su cabello en cuanto termina de secarse se esponje levemente, siempre le gustaba echarse cremas para el cabello para evitar eso, pero está vez no tenía ninguna al alcance, así que tendría que soportarlo, en cuanto las puertas del ascensor se abrieron no dudo en salir, camino y saludo a la recepcionista antes de ingresar al restaurante, el lugar estaba casi vacío a excepción de un par de comensales al fondo y de Park Jimin, quien se encontraba en medio del restaurante en una de las mesa y con lo que parecía ser un banquete, había filetes de pescado con verduras al vapor, además de una pequeña olla para fondue allí, el aroma del queso derretido hizo que se le hiciera agua la boca, miro hacia el hombre pelirrubio, quien vestía ahora un traje de color negro al igual que su camisa, pero esta vez no llevaba ninguna corbata puesta, sus cabellos estaban perfectamente peinados hacia atrás y mantenía su mirada concentrada en los textos que leía de un periódico. Pero claro aquella distracción no fue suficiente para hacerlo pasar desapercibido, aquel hombre elevo la mirada en cuanto ingreso al restaurante.

—Minino —saludo Jimin mientras le sonreía y Yoongi se acercaba, mantenía sus manos al frente jugando con sus dedos, estaba nervioso, aquel hombre le estaba causando estragos a todo su ser—, ¿has dormido bien? —pregunto Jimin mientras mantenía su mirada puesta sobre el doncel.

—Sí —dijo Yoongi mientras tomaba asiento frente al hombre pelirrubio—, ¿qué hay de ti?

—Por supuesto que dormí bien, minino —soltó una suave risa—, sabía que te verías bien con esas ropas —miro a Yoongi, satisfecho de ver que había hecho caso a su nota—, te quedan perfectas, resaltan más tu figura —las mejillas de Yoongi se calentaron ante esas palabras—, por cierto, ¿te gusto lo que había en la caja? —Yoongi se paralizo al escuchar eso.

—N-no la abrí —dijo Yoongi en respuesta, no es como si estuviera ansioso de ver lo que había dentro, de hecho le daba vergüenza, porque podía ser cualquier cosa de lencería, la risa de Jimin lo hizo fruncir el ceño, y su rostro comenzó a tomar un color rojizo debido a la vergüenza—, ¡n-no te burles!

—No es burla, minino —Jimin dejo el periódico, cerrándolo y doblándolo por la mitad para después colocarlo sobre la mesa—, no deberías de tener vergüenza por algo como eso —se encogió de hombros—, aunque es una lastima que no la hayas abierto —soltó un suspiro—, me hubiera gustado verte puesto eso que te compré.

—En la nota decía que lo debía usar después —Jimin volvió a soltar una suave risa.

—Sí, y me arrepiento por escribir eso, minino —el doncel rodo los ojos ante esa respuesta—, hay que comer, esté día planeo divertirme contigo, pequeño.

—¿Qué?

—Quiero llevarte a uno de mis clubes favoritos —menciono Jimin mientras tomaba los cubiertos en sus manos—, pero antes, me gustaría saber algo —el doncel tomo los cubiertos mientras miraba a Jimin—, ¿te gusta bailar salsa?

¿Salsa? Bueno... Yoongi no tenía mucha experiencia con ese tipo de música, prefería inclusive no escucharla a pesar de que muchas veces podía oírla en algunos lugares, en Las Vegas les gusta todo tipo de ritmos, tango, salsa, bachata, pop, reggae, rock and roll, jazz, no importaba cuantos géneros musicales hubiera en el mundo, la mayor parte de ellos podías escucharlos en todo el lugar, el doncel no tenía un gusto particular por algún genero en particular, simplemente le gustaba la música y algunos ritmos podían ser pegajosos, otros estruendosos, y algunos otros solamente te querían hacer mover las piernas para comenzar a bailar.

Pero Yoongi no consideraba ser un bailarían nato.

—Bueno... —Yoongi aparto la mirada por breves momentos—, e-en realidad no bailo... muy bien —dijo por lo bajo y Jimin no despegaba su mirada de él—, tengo dos pies izquierdos —admitirlo le daba aún más vergüenza que el regalito de Park Jimin.

La risa del hombre pelirrubio lo hizo mirarlo.

—Descuida, minino —menciono Jimin—, no importa si sabes o no bailar, aquí estoy yo para enseñarte —el pelirrubio le sonrió a su doncel—, lo importante es que te guste ese ritmo, dime ¿te gusta?

—Sí —con esa respuesta el pelirrubio se sintió conforme.





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Las doce en punto de la tarde, era ahora o nunca, lo único que estaban esperando era la señal de Kim Seokjin, él les menciono que saldría del casino a tirar algo a la cloaca, esa sería la señal para que supieran que las cámaras habían sido apagadas y que el video de la grabación había sido colocado. Jungkook tamborileaba con la punta de su pie en el suelo de la acera, sintiendo la presión en su interior ir creciendo a más no poder, el nerviosismo lo estaba abrumando y Namjoon lo notaba, pero debían calmarse, el plan era sencillo, sí, pero matar a York podía ser complicado.

—Allí está —dijo Jungkook mientras dejaba de tamborilear, Namjoon de igual forma miro al frente encontrándose con Seokjin, quien al parecer se encontraba tirando medio tarro de cerveza en la cloaca que se encontraba alejada de la entrada del casino.

—Vamos —dijo Namjoon, y Jungkook dio un asentimiento.

Ambos hombres emprendieron el camino hacia el casino, sus pasos eran decididos, Jungkook no tardo en colocarse los lentes oscuros en su rostro tapando sus ojos, Namjoon los acomodo sobre el puente de su nariz, mientras se acercaban, Seokjin los miraba de soslayo, y en cuanto los miro entrar al casino pudo respirar tranquilo, había sido toda una hazaña, con tal de no despertar a aquel hombre tuvo que casi retener la respiración por más de tres minutos, pero lo había logrado, las cámaras estaban apagadas, y el video de las grabaciones anteriores se mostraba en las pantallas de vigilancia, para cuando aquel tipo de seguridad se diera cuenta sería tarde, y claro posiblemente pierda su empleo, pero ¿qué importa? Ahora tenía el dinero suficiente para irse de ese lugar y así tener un mejor empleo que ese, y eso era lo importante.

Miro al frente, encontrándose con los otros guardias de seguridad que salían del casino, los del turno nocturno ya iban a sus casas, así que por lo visto los otros hombres ya estarían ahora al frente de la oficina de York. Al menos todo había salido conforme a lo planeado.

En efecto Jungkook y Namjoon habían pasado desapercibidos por los hombres del turno nocturno, una gran ventaja en realidad, porque aquellos hombres se encontraban más despiertos que dormidos, en cuanto se despidieron como si se conocieran de años atrás, e ingresaron al ascensor para ir directamente hacia la oficina de York sonrieron.

—¿Cuánto esperaremos? —pregunto Jungkook, se encontraba impaciente, quería ser él quien le diera un tiro en la cabeza a York para terminar de una vez con todo.

—Hay que esperar —menciono Namjoon—, si actuamos ahora es probable que se haga un escandalo más grande, tenemos que esperar unas cuantas horas más.

—¿Cuánto es eso exactamente? —Jungkook elevo una ceja, y las puertas del ascensor se abrieron.

—En cuanto caiga la... —Namjoon dejo de hablar al ver al frente, en cuanto las puertas del ascensor se abrieron dejaron ver a dos hombres que ya se encontraban allí caminando en el pasillo para dirigirse a la oficina de York—, noche...

Jungkook sonrió ladino, al parecer York ya había anticipado un poco su llegada, pues los dos hombres que estaban allí ya estaban listos para tomar el turno de la tarde. Aquellos tipos no tardaron en girar sus cuerpos en cuanto escucharon las puertas del ascensor abrirse.

—¿Quienes son ustedes? —pregunto el hombre de la derecha mientras llevaba su mano hacia el bolsillo de su pantalón.

Pero Jungkook fue más rápido, desenfundo su arma sosteniéndola con una sola mano y apunto directamente al hombre que había hecho aquella pregunta.

—Eso deberíamos preguntar nosotros, ¿no lo creen? —la risa corta de Jungkook hizo que el hombre aquel detuviera sus acciones—. Ambos, tiren sus armas hacia nosotros y no hagan movimientos bruscos.

Los hombres al escuchar aquello se miraron, esto era malo, si no avisaban a su jefe de aquellos intrusos entonces las cosas se pondrían feas.

—¿Qué esperan? —la voz de Namjoon se dejo escuchar y entonces aquellos sujetos no tuvieron otra opción.

A regañadientes obedecieron, sacando sus respectivas armas de los bolsillos y dejándolas caer cerca de aquellos hombres, Jungkook no dejaba de apuntar a los sujetos con su arma, mientras se disponía a salir e ir hacia las armas entregadas, Namjoon se encargaba de vigilar a ambos sujetos mientras que Jungkook se encargaba de recoger las demás armas.

—Los radios —dijo Namjoon—, también queremos los radios.

—¡Obedezcan! —bramo Jungkook quien de nuevo les apuntaba con el arma de fuego y quitaba el seguro de la pistola.

Los dos sujetos no tardaron en obedecer a esas palabras, sacaron los radios de comunicación y los dejaron caer al suelo.

—Patéalos hacia mí —ordeno Namjoon y los sujetos de mala gana patearon los aparatos hacia aquel hombre, en cuanto lo hicieron, Namjoon no dudo en agacharse para tomarlos en sus manos y guardarlos en los bolsillos de su saco—, llévalos al ascensor —se dirigió esta vez a Jungkook.

—Ya lo escucharon —menciono Jungkook mientras apuntaba con su mentón el ascensor—, entren sabandijas.

Los dos sujetos permanecían con la mirada puesta sobre Jungkook mientras se disponían a avanzar a pasos tranquilos hacia el ascensor, mantenían sus manos por encima de sus hombros para darle la clara evidencia a aquel hombre de que se encontraban totalmente desarmados, y en cuanto aquellos sujetos entraron al ascensor Namjoon miro a Jungkook.

—Llévalos hasta la azotea, y mátalos —Jungkook sonrió ladino.

—Entendido —sin más Jungkook se dirigió hacia el ascensor ingresando sin dejar de apuntarle a ambos sujetos, mientras que las puertas se cerraban detrás de él—, esto se puso interesante —dijo antes de soltar una risa, oprimo el botón del ultimo nivel del edificio, y se dispuso a esperar a que esté terminase de elevarse hasta el final.

Aquellos sujetos no hacían nada, no podían, sin las armas estaban prácticamente indefensos, y Jungkook celebraba internamente por ello, porque así podía darse el lujo de divertirse un buen rato. El ascensor no tardo en abrir sus puertas, el ultimo nivel lo llevaba hacia un pasillo corto que daba hacia una puerta que tenía un letrero "escaleras de emergencia." Jungkook no dudo en hacer a esos sujetos abrir la puerta para ingresar a las escaleras, en cuanto la abrieron, todos comenzaron a subir por las escaleras hasta por fin dar con la azotea.

En cuanto salieron y el viento soplaba fuerte sobre aquel edificio, Jungkook los hizo caminar unos metros más, para que se alejasen de él, y en cuanto lo hizo les dijo que se colocaran de rodillas sobre el suelo y que mantuvieran las manos alzadas al cielo, sonrió con satisfacción, ni siquiera dudo ni un segundo en cuanto la primer bala fue disparada y dio directamente en la cabeza del primer sujeto haciéndolo caer de frente en un golpe sordo, el segundo dio un alarido por la sorpresa su cuerpo tembló de inmediato al ver el charco de sangre que iba acrecentándose alrededor de la cabeza de su compañero ahora muerto, pero antes de que tan siquiera pudiera maldecir al hombre que se encontraba armado detrás de él, el nuevo disparo se escucho, y un nuevo golpe sordo de igual forma, ambos sujetos habían recibido un disparo en la cabeza.

—Jum... —dijo Jungkook mientras sonreía—, Namjoon se sorprenderá, no manche mi ropa —sonrió satisfecho con sus acciones y se giro sobre sus talones, debía regresar a su respectivo puesto.

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