-Ouch. Maldita sea-fue lo primero que dijo Izuku mediante la conciencia volvía a él.

Un estómago vacío, un dolor de cabeza terrible y un cuerpo adolorido fue lo primero que sintió de si mismo conforme se sentaba en la cama en la que se encontraba.

Examinó donde se encontraba, inmediatamente se dio cuenta de que no se encontraba en algún lugar conocido. Estaba en una habitación no muy grande. Las paredes eran de piedras, mientras que el techo y el suelo eran de madera. Sin dar mucho esfuerzo se podía ver que el sitio no estaba en buen estado. El suelo estaba lleno de huecos y se notaba podrido, las paredes tenían grietas y estaban mohosa, y el techo... Se mantenía en su sitio por puro milagro.

Viendo como estaba la sala fue suficiente para que el chico se levantara de una, además del temor de que el techo se caiga sobre el tenía la duda de donde diablos estaba.

No parecía ser una celda, pero no había que descartar la posibilidad. Como posedor del One For All., Izuku sabía que esto podría ser obra de AFO. Pero no parecía el estilo del villano.

Que no tuviera ninguna atadura parecía una buena señal, pero la increíble debilidad que sentía en esos momentos era demasiada como para que Izuku temiera de su paradero.

Actualmente solo se encuentra vestido con unos pantalones azules. Su tonificado torso se encuentra al descubierto. Se echó una mirada rápida y no notó ningún pinchazo, lo cual descartó si su estado era por alguna droga.

Entonces puso a trabajar su cabeza, en un intento de revisar cuáles eran sus últimos recuerdos. Estos estaban bastante revueltos por lo que tardó algo de tiempo en poner todo em orden.

Lo último relevante se trataba de él y All Might abordando un barco pesquero. No recordaba que destino tenían, pero lo cierto es que una tormenta los atrapó en alta mar. La tempestad era muy fuerte como para que los marineros lidiaran con la navegación del barco por si solos, por lo que Izuku se recordaba ayudando a los mencionados con el amarre de las velas y esas cosas. El problema vino cuando una ola lo tomo desprevenido y lanzó al mar.

Izuku no sabía como había sobrevivido. La sensación de haber tragado agua salada a montones todavía se encontraba en su boca. Quedaba saber que pasó con All Night, pero lo primero era informarse sobre el sitio donde se encontraba. izuku entonces se dirigió a la puerta de la habitación, optando por salir de la forma clásica pero infortunadamente su salida coincidió con la llegada de una persona, que no estuvo preparada para encontrarse con el peliverde en la puerta.

-¡Kyaaaaa!-y sin nada que Izuku pueda hacer para remediarlo, una chica se asustó por su presencia, cayendo de sentón sobre el suelo junto con un cuenco con agua y unos paños que terminaron sobre su cabeza.

Izuku se apuró en ayudar a la joven en el suelo, encontrándose de esa forma con alguien que se acomodaba con la descripción de los llamados Ángeles.

Se trataba de una joven que debía ser de una edad parecida a la suya. De corto cabello dorado y ojos azules, cob una aura de inocencia y paz que estaba ausente en cualquier otra chica que hubiera conocido.

Izuku quedó paralizado por un momento por su belleza, pero luego regreso a sus sentidos y le extendió su mano para ayudarla a que se levantara.

-Lo siento. No era mi intención asustarte

-No. Discúlpame a mi. Fui yo la que entró sin fijarse-respondió la rubia aceptando la ayuda para levantarse.

Una vez de pie, Izuku pudo observar otros aspectos de la joven como que era más baja que su persona y que tenía una vestimenta bastante peculiar. Se trataba de una túnica cubierta por un escapulario, partes de su atuendo están cubiertas con líneas azules. Era parecida a la que usaban los monjes, pero esta parece de bombero.

-Iris. ¿Sucede algo?-preguntó una mujer recién llegada con preocupación en su voz.

-Lo siento. Iba a atender a nuestro invitado, pero me sorprendí al encontrarlo despierto y me caí

-Ya veo. Eso explica porque estás toda empapada-dijo la recién llegada con una pequeña risa.-Porque no vas a cambiarte y me dejas a mi su atención. A ninguna le beneficiara que te resfriaras

-¡Okey!-respondió energicamente la rubia, para entonces dejar la habitación a toda prisa.

-Ten cuidado, no vuelvas a caerte-dijo la mujer antes de volver su atención a Izuku.-Lo siento. Iris-chan es bastante entusiasta con sus deberes, pero tiende a ser algo torpe. Ahora que has despertado, ¿puedo ofrecerte algo?

-Un poco de agua, por favor-respondió Izuku, al tiempo que examinaba la nueva persona que se presentaba.

A diferencia de la primera, la presente mujer denotaba una edad superior. Mayor a treinta, pero menor de treinta y cinco. Tiene el cabello de color rosa claro y lo mantiene atado en una coleta baja, unos grandes ojos verdes y piel blanca como la leche. Su expresión era tranquila y mantenía cálida sonrisa en ella. La mujer no tardó en volver a la sala con una jarra y un vaso de agua, los cuales Izulu tomó con rapidez.

-Supongo que tendrás dudas sobre el lugar en el que te encuentras

-Sí. Eso es lo que precisamente me preguntaba.

-Es natural. Llegaste aquí inconsciente, así que es poco probable que lo sepas-dijo la mujer acercándose a la ventana-Actualmente te encuentras en la isla Paradise-dijo ella señalando el exterior.

Viendo hacia el lugar indicado, Izuku se topó con una vista paradisiaca. El punto actual le permitía vislumbrar un enorme pastizal, cuyo fin no era fácil de ver. Más allá se encontraba una selva y luego una enorme montaña. Era posible ver el mar a ambos ladoa del panorama, con lo que Izuku pudo deducir que se encontraba en uno de los extremos de la mencionada isla.

-¿Exactamente donde se encuentra este lugar?-preguntó Izuku con muchas dudas.

-Paradise es el nombre que le pusimos nosotras, para serte sincera ninguna tiene la remota idea de donde estamos

-¿Estamos cerca de Japón al menos?

-Lo siento. No conozco ningún lugar con ese nombre

-¿Y que hay de Europa o Asia?

-No hay ninguna tierra llamada así. Me parece que tu naufragio te ha traído de tierras muy lejanas

-¿Eh? ¿Cómo ha sabido que yo...?

-Te encontramos tirado en la playa hace unos días. Aparentemente arrastrado por las olas.

-No sé si le sucedió algo a mi barco, pero lo cierto es que yo caí de él. Había una tormenta, así que antes que pudiera hacer algo, me vi arrastrado por la corriente.

-Siento escuchar eso. Viajar por el mar siempre ha sido peligroso, pero al menos tú has tendio la fortuna de sobrevivir a la experiencia.

-Supongo que debo verlo así-dijo Izuku rascando su cabeza, al no saber si era bueno terminar en un sitio completamente desconocido. Quiso profundizar el tema, pero su cuerpo le recordó que había otros problemas que atender. Su estómago rugió y recordó a la mujer que no había ingerido nada de alimento.

-Parece que alguien tiene hambre.

-Lo siento. Ahora que lo pienso, incluso antes de la tormenta no había comido nada.

-Afortunadamente para ti, pronto será la hora de la comida. Dame un momento y te traeré algo junto con el resto de tu ropa.

-De acuerdo. Gracias

-o-

Una vez vestido, me dieron un cuenco con verduras y un trozo de pan duro. No fue lo más delicioso que había probado el chico, pero fue suficiente para llenarlo de enrgia.

-Uf, gracias. De verdad necesitaba esto-dijo el peliverde una vez que terminó.

-No hay de qué. Aquí en el templo Kucumaka nos aseguramos de atender a la gente necesitada-explicó la mujer mayor.

-¿Este es un templo?

-Así es, aunque sus capacidades se han visto gravemente heridas.

-Sí. Note que está algo destartalado. ¿Qué pasa con este sitio?

-Pues... Esta isla de día es hermosa pero de noche es aterr-la mujer fue interrumpida por otra que apareció de la nada.

-¿De dónde eres?-preguntó esta.

-¿Eres una especie de guerrero? Te ves muy fuerte-preguntó otra saliendo detrás de la primera.

-Ya chicas. Una pregunta a la vez-dijo la mujer mayor interviniendo en el huracán de preguntas formado por las chicas, para entonces ver a Izuku y mostrar que también estaba interesada por su respuesta.

Izuku, no viendo que hubiera problema en contestar, se dispuso a hacerlo.

-Soy un héroe profesional de Japón

-Wow. ¿Eso quiere decir que puedes hacer cosas de héroes como volar y disparar rayos de los ojos?-pregunto una mujer más saliendo detrás de la segunda aunque esta parece mas pequeña que todas.

-No. Pero tengo super fuerza

-¡¿Puedes mostrarnos?!

-No veo por qué no-dijo Izuku para entonces cruzar sus dedos y apuntar hacia afuera.-¡YA!-dijo y sus dedos chocaron. Lanzando una bala de aire bastante rápida.

-¡Sorprendente!-dijeron todas las chicas con sorpresa.

-¿Eh?-dijo Izuku por otro lado, con una expresión de incertidumbre en su rostro, la cual fue percibida por la mujer mayor.

-¿Sucede algo?

-Iba a usar 10% de mi poder en cada dedo, pero solo usé un 3% en cada uno-dijo el chico mostrándose pensativo.-¿Tan débil me encuentro?

-Has estado en cama varios días. No debe extrañarte que no estés al 100%.

-Eso supongo.

-Date algo de tiempo y ya verás que te recuperaras por completo-dijo la mujer volviendo su atención sobre las chicas.-¿Ya se presentaron?

-Oh, lo siento. Me llamo Miku Nakano-habló la chica de cabello castaño rojizo y ojos azul oscuro.

-Me llamo Nagatoro-habla una chica morena de cabello negro y ojos marrones claros.

-Megumin-dice una chica de baja estatura de cabello marrón y ojos rojos.

-Es un placer conocerlas

-¿Dónde está Hayasaka?-pregunta la mujer mayor mirando a sus compañeras.

-Ella no está interesada en subir, así que se quedó ayudando a Iris y Makima a limpiar los platos-dijo Miku.

-¿Y acaso ustedes no tienen ese deber?

-¿Si?-dijo Megumin con una expresión nerviosa.

-Entonces bajen de una vez y vayan a ayudar.

-Ah. De acuerdo-dijeron ellas mientras abandonaban la habitación.

-Bajemos nosotros también. Aún quedan personas por conocer y estoy segura que quieres estirar un poco las piernas.

-No me vendría mal-respondió Izuku para entonces seguir a la mayor.

La vista que tenía la habitación en la que se encontraba no era una casualidad. Esta se encontraba en lo más alto del templo, por lo que fue necesario bajar varios pisos para llegar a la planta baja. Todo el sitio se encontraba en malas condiciones, pero mostraba el cuidado suficiente para que se mostrara habitable. El destino de la mayor e Izuku fue la cocina, donde no solo se toparon con las tres chicas de antes, sino también con Iris y otras dos chicas mas.

La primera parecía más mayor que Izuku. Tiene un hermoso cabello color marrón claro, largo hasta el pecho y que siempre se aprecia arriba, en el cual mantiene recogido con una larga trenza que llega hasta la parte baja de su espalda. Ella posee un flequillo corto que apenas pasa por encima de sus ojos, además de poseer dos largos flequillos laterales.

Saludó con la mirada a Izuku y luego volvió su atención sobre los platos que estaba lavando en esos momentos.

La otra presente era una joven del mismo rango de edad del Midoriya. De piel blanca y cabello rubio que está atado en el lado izquierdo de su cabeza con una goma azul y ojos azules. Ella estaba ocupada con el amasado del pab que sería la cena, pero aun así se tomó un momento para atender al recién llegado.

-¡Oh, miren a quién tenemos aquí! Parece que la comida de la chef Makima ha hecho lo suyo y te ha traído-dijo la mujer de ojos rojo claro y amarillo.

-En efecto. Izuku, déjame presentarte a Makima. Ella junto con Iris, son quienes me ayudan a proteger a todas-explicó la mayor.

-La diferencia es que yo me encargo de la cocina y recolección de ingredientes. ¡Pongan la mesa que ya viene el estofado de papas!

-o-

-Uff. Estuvo buenísimo.

-Él tiene razón Makima. Esta riquísimo-dijo Megumin la cual tenía comida en su boca.

-No hables con la boca llena-le advirtió la mujer mayor causando que Megumin asienta con la cabeza.

Toda la mesa era risas y charlas, hablaban de cosas triviales mientras se reían y disfrutaban de la buena comida. Pero... De repente, las paredes del templo comenzaron a retumbar, el piso bibraba por cada golpe y la puerta estaba siendo golpeada.

-¿Qué está pasando?-preguntó Izuku mirando a las jóvenes.

Con una sola mirada de la mayor, Megumin, Hayasaka, Nagatoro y Miku corrieron hasta el segundo piso mientras que Makima, Iris y la mayor corrieron hasta la cocina. Las sigo desde atrás y veo como Makima saca un cuchillo de cocina y Sakura saca una espada que estaba oculta.

-Wow

-¿Eres bueno batallando?-me pregunta la mujer mayor. Asiento con la cabeza rápidamente y ella sonrie.-Entonces, sigueme.

-No me se tu nombre-le digo mientras ella corre hasta la puerta. Makima se coloca al lado de esta y ella me mira.

-Me llamo Sakura. Sakura Haruno-y mientras me mira abre la puerta y salen afuera. Cuando me asomo veo muchos monstruos, que Sakura corta con la espada.

-¡Izuku, acabemos con esto!-gritó Makima lanzándose al ataque y cortando varios torsos.

-¡SI!-grito activando mi quirk mientras embisto a un enemigo.