Bud y Alberu siguieron un rato más intentando -obligando- convencer a Ron de aceptar al cuervo, sus gargantas se sentían secas de tanto hablar.

Tomándose un respiro de su ardua y buena acción/misión, Alberu noto como sus dos pequeños sobrinos iban de un lado a otro con distintos platillos, los sostenían con delicadeza y mucha precaución, temiendo que con un solo descuido pudieran tirar toda esa comida.

Eran bastantes diligentes en sus tareas.

Todo el cuerpo de On se mantuvo quieto al momento de pasar por donde ellos estaban sentados, su mirada se quedo fija en uno de los varios papeles desparramados sobre la mesa, más específicamente en el documento donde estaba una foto de Choi Han.

-On, ¿pasa algo?

La pequeña reacciono ante la pregunta del de cabello rubio. Un poco indecisa y con un pequeño suspiro hablo.

-Él se parece a la persona de la mesa 8...

Ante tal revelación, Bud, Alberu e incluso Ron se levantaron de sus asientos.

On se encogió de hombros y siguió trabajando.

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Tres personas perfectamente versadas en el arte de esconder sus presencias estaban detrás de un muro, procurando no entrar en ojos de desconocidos o personas que pudieran alarmarse fácilmente. 

Estos tres profesionales mantenían sus ojos fijos en una pobre alma desdichada llamada Choi Han.

La pobre victima ni se inmutaba ante las miradas.

El trío estaba totalmente atento a la conversación que mantenía con los otros dos jóvenes, sus miradas pronto se volvieron compasivas... bueno, solo dos.

Al ver que los tres jóvenes se marchaban, ellos también se marcharon de ahí.

Parece que el día de hoy todo estuvo a favor de Ron...

Sin embargo, uno no puede predecir el futuro.