Quinto dia de verte
Tarde... Otra vez, se había quedado dormido.
Específicamente hablando, su preciado y querido hermano había borrado su alarma así que no fue su culpa.
Ahora tenia que correr hasta llegar a la parada o conocerá a la madre del niño en su faceta de enojo... No cree que sea lindo.
Con el cansancio corriendo por cada parte de su patético ser no tuvo la suficiente capacidad para notar que ahí se encontraba el chico pelinegro.
Pero eso no evito que sintiera la mirada que estaba sobre él, pero no se molesto en voltear a verlo... Más bien, no quería gastar más energía de la que ya había gastado.
Aunque si trato de ver posibles asientos vacíos en los que pudiera desparramarse y descansar.
Lleno.
No tuvo más opción que apoyarse de un poste.
—... Tú, uh... ¿Agua? Quieres...
Le escucho decir.
¿Estaba dejando de ser tímido? Podía ver que sus mejillas estaban un poco rojas... Bien, el calor es terrible, probablemente él tenga sus mejillas del mismo color o uno más fuerte.
—¿Quieres un poco de agua?
Puede concluir una cosa.
Este chico le agrada.
Bajo su mirada a la botella y sin pena alguna acepto, su movimiento para tomar la botella fue torpe y causo que su mano golpeara de forma leve a la del estudiante.
Pudo ver que el color rojo en el rostro de chico aumentaba aun más.
Después de tomar un poco de agua, agradeció.
—... Gracias.
Su voz había sono baja pero fue lo suficientemente claram
Para responder al agradecimiento el joven solo negó con la cabeza, mostró una sonrisa que parecía un poco temblorosa y menciono entre tartamudeos que no era nada.
Raro.
Ocho...
Y.
Uno...
Primera vez que lo ve no perder el autobús.
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