¿Recuerdas cuando me llamabas todos los días a las 8 de la noche? Cuando confesabamos todos nuestros temores, nuestras experiencias, cuando nos desahogabamos... Cuando nos confiábamos todo.
Quisiera poder tener la fuerza de llamarte y decirte que me estoy muriendo por dentro, que me siento mucho peor de cómo me sentía antes de conocerte. Tú fuiste mi luz cuando estaba a punto de rendirme y me siento terrible, quiero hablarte como antes y poder llorar en tu hombro mientras tú me consuelas.

Si un día recibes estás cartas espero que te des cuenta que te quiero mucho, que fuiste y serás una parte muy importante para mi vida.

Eres la mejor persona que pude haber conocido y no te culpo por no quererme. Me culpo a mí por haberme enamorarme de ti... De la persona que me quiere como una simple amiga.

Liz