La miró alejarse, sus pasos resuenan, y las estrellas y la luna se fueron. Sujeto entre los dedos un pequeño relojito.

Pero esta noche no me volveré a acostar, aunque tengo un poco de frio. Escuchó el sonido de su risa, seguro por la falta de sueño.

De pronto siento como una enorme mano me amordaza mientras otra me levanta. Me despierto en mi cama junto a un sobre, estiró mi mano  para agarrarlo. Lo abro y reconozco de inmediato la letra, es de ella.

Las sombras me atrapan, pero no se porque la carta me levanta el animo automaticamente. Pero es espantoso el ruido de mi corazón rompiendose, después de todo el mundo tenía miedo de que te fueras, y ahora que te has ido estoy apenas casi vivo. Donde cada uno se sumerge de nuevo en los gestos más oscuros de su rostro. Y donde me entierro en la fosa de tu corazon, un lugar con sangre y piel de toda una vida.