Shura me trajo a la vida nuevamente, su tacto tan palpable me arrancó del abrazo de ella. El era tan real que no pude evitar estremecerme al roce de su piel con la mía.

"No puedes, lucha, Aioria, Dahval, Saga y nuestro pequeño te esperan..."

"No sé que paso... el dolor vino primero y luego vi sangre y temí por su vida"

" Ahora ves que él vive, ya sabes como será, ahora es tu misión guiarlo y darle amor y sobre todo hablarle de mi... velare por su vida desde donde me pongan por mis acciones. Los amo tanto"

Supe que era la despedida.

Me estremecí como el día en que me comunicaron su muerte. Devastado, muerto en vida.

Estábamos en un camino, el mismo al que me traía en los sueños, pero en vez de árboles caídos, baches y vientos helados tenía un campo sembrado de tulipanes, árboles frondosos cargados de frutos apetitosos y la luz solar que tímida iluminaba el camino que mi amado tomaría. Oí un canto, una conmovedora voz femenina que se acercaba a nosotros.

Una brisa fresca agitó su corto cabello oscuro, el campo de tulipanes lucia soberbio tal como su perfil, ese del que yo me enamoré sin remedio. La voz se acercaba más y mas.

"Aioros... mírame"

Mi aplomo me traicionó, no era capaz de verle a los ojos. No sería capaz de dejarlo ir.

"Esquivas mi mirada, ¿temes que te retenga?"

"No quiero soltarte, porque no te quedas un poco más"-rogué sosteniendo sus manos.

Negó con tristeza.

" Mi lugar ya fue ocupado, el camino ya se muestra ante mi, debo partir amor mio"

La canción cesó, y la vimos. Era tan hermosa que sentí celos de su belleza, ella parecía una reina con su vestido plata y sosteniendo entre sus manos dos cintas rojas que amarró en una de las ramas del árbol frondoso una a lado de la otra.

"Esas cintas simbolizan nuestras vidas unidas en la vida y en la muerte, el amor en su máxima expresion. Cuando te toque partir, las tomarás y las juntaras..."

Pensé de repente en Saga y su amor por mi. ¿Donde quedaría él?

Shura leyó mi pensamiento y aclaró mi duda.

" Mereces ser feliz mientras tengas vida, Saga demostró tener buenas intenciones... no te sientas culpable corazón mio, puedes quererlo como pareja..."

Mis ojos se aguaron con estas palabras, enredé mis brazos alrededor de su cuello para besarlo por última vez, dejé que su lengua acariciara esa zona arrancándome hondos suspiros, la bella mujer miraba todo con ternura. Cuando ya el aliento nos falló, rompimos el beso y comprobé asombrado que las facciones de aquella mujer se parecían mucho a Shura, no supe qué decir.

" Va a esperarte todo este tiempo, su amor es eterno"-me tranquilizó ella, sus ojos verdes oliva brillaron con dulzura-" Regresa ahora, el pequeño te espera..."

Alcé los ojos y agradecí a la deidad que me escuchara por haberme regalado la dicha de conocer a mi otra mitad que aunque fue corto el tiempo que pasamos juntos, el amor que germinó y nuestro pequeño. Sonreí y solté su mano, antes le dediqué estas palabras...

" Adiós mi amor, mi bien... cumpliré tu petición y nunca, nunca te olvidaré...."

Camus pesaroso se aprestaba a declararlo oficialmente muerto, los esfuerzos no rindieron sus frutos y el reloj marcaba las tres de la tarde con cuarenta minutos; el recién nacido fue trasladado a neonatología para ser vigilado. Cuando de repente, un atisbo de vida se manifestó en las manos ensangrentadas del griego que las movió indicando que ganó la batalla contra la muerte, respiró tranquilo y feliz.

-consíganme sangre para él ¡ ahora!

*********

Varios días después.

Lo aferró con fuerza contra su pecho mientras lo despojaba de la mantita con que las enfermeras se lo entregaron, Saga con una sonrisa discreta observaba al bebé apretar sus puñitos y la típica indignación de recién nacido en su rostro. La genética de Shura y Aioros se combinó maravillosamente, la tez del pequeño, la pelusilla y sólo faltaba que con el paso de los meses el color de sus irises se manifestara.

-¿ quieres cogerlo?-preguntó el castaño.

-sólo espero que no arme alboroto porque no soy su padre de sangre-comentó el gemelo levantándose de la silla donde había descansado las últimas horas, a lo que Aioros emitió una queda carcajada.

-tranquilo... le caes bien, anda Saga-extendió el bultito.

Ansioso, el gemelo aceptó el reto, tomó al bebé que se removió algo desconfiado. Tuvo miedo.

-muevelo con suavidad-recomendó-pero calmate tú primero, vas a asustarlo.

-si...siiii

Camus entró para verificar la evolución de Aioros, se alegró de verlo recuperado y a Saga nervioso con el recién nacido, aunque resentía la ausencia de su gran amigo Shura; el gemelo terminó por ganarse su aprecio y confianza. Estaba seguro que su amigo desde donde estuviera velaba por sus dos amores.

-Milo se puso así cuando nació nuestro primer retoño, ni cuando nació su hermana Laila se puso así tan... nervioso.

-Shura se le burló porque casi se desmaya con el bebé-recordó Aioros-Milo era padre primerizo...

El pequeño se tranquilizó cuando Saga calmó sus miedos, Camus culminó su visita y se despidió para retomar sus labores.

-¿ ves? te dije que le caes bien.

Aioros podía jurar que captó la presencia de Shura detrás de Saga, él velaría por los dos.

-¿ aún no sabes qué nombre le pondrás?-preguntó Saga.

-se me ocurre Alexander-analizó cuidadoso-¿ tú qué crees?

-no me digas... como Alejandro Magno-dijo en son de chiste-no has dejado de devorar todos esos libros sobre él.

Adoptó un aire intelectual, Saga más se enamoró de él. Lo protegería y cuidaría por el resto de su vida, era una promesa a sí mismo y a Shura.

o-o-o-o-o-o-o-o

Espero les haya gustado.

Los últimos tres capítulos en pocos días :)