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14.- Nacido.

Hola.

Créditos de la imagen a su respectivo autor.

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— ya sabes cachorro— Aioros sentado en una silla y afuera de la casa de su hermano acompañado de su sobrino le aleccionaba sobre cómo debía hacer en caso de que Aioria le preguntara qué hizo ese día— bañamos a Basthet y la llevamos a su cita.

El pequeño un poco triste asintió.

— ya no estés así— lo atrajo para abrazarlo provocando que al pequeño se le escaparan una lagrimillas— te prometí que hoy verías a tu padre... ¡ cumpliré mi palabra!

Desde aquel incidente meses atrás, el niño se volvió taciturno y hasta llegó a rechazar la cercanía de Shaka, el rubio tuvo que hablarle con firmeza a Aioria al enterarse del choque entre él y Kanon. No era justo el mal trago que había pasado el niño.

— no dejó que me visitara a la escuela por mi cumpleaños— murmuró lloroso— no entiendo tío...¿ qué hizo? ¿ porqué entre ambos hay dolor y resentimiento?

Recuerdo.

" Aioria..¿ porqué Dahval está llorando de esa forma tan desgarradora?"

Lo miró con unos ojos enrojecidos, teñidos de furia y apretando los puños. Ese día regresaba de su cita para saber el sexo de su bebé hallándose con un cuadro sombrío, su sobrino echo ovillo en un mueble berreando sin control y a su hermano a punto de perder la paciencia.

" ¿ Tú le dijiste?-lo acusó, él sorprendido por esas palabras lo confrontó.

" Tenías que cumplir con tu palabra hermano, ye te dije que no era necesario que estés presente, pero sin embargo rompiste el acuerdo a una semana de que sea efectivo"

Y parece que los cielos lo escucharon porque un taxi se estacionó frente a la casa del castaño del cual bajaron dos hombres idénticos, uno se encaminó hasta Aioros y mientras el otro...

—¿ papá?

Kanon no estaba tan seguro de acercarse al niño, ¿ que tal que Aioria saliera de por ahí y ya en vez de armarle un escándalo hasta lo mataba o lo hacía detener?

Saga notó la duda de su gemelo, Aioros miraba desconcertado el comportamiento de Kanon para con el niño que se limpiaba los ojos de cualquier signo de lágrimas y se aprestaba a ir hasta donde él. 

—¿ porqué dudas?—murmuró el mayor apretando los puños—era lo que querías.

—es normal—lo tranquilizó Aioros tomando su mano provocando que el corazón del gemelo latiera a mil por hora, tantos años deseando ese toque y ahora que lo probaba no quería alejarse—Dhaval sufrió mucho y tu hermano supongo que igual.

Pero esas dudas quedaron sepultadas cuando el pequeño  cual liebre en el campo sembrado de fragantes flores corrió hasta él, se abrazó a su pierna en tanto rompía en llanto, removiendo las entrañas de su progenitor que apartó una fugaz lagrimita de sus esmeraldas.

Desde hacía escasos segundos, Shura el cual permaneció en completo silencio durante varios meses observaba todo con expresión serena y complacida, sin duda el infante destilaba alegría genuina y luego pensó en su hijo no nacido y la serenidad fue reemplazada por añoranza.

Capricornio probablemente sería el signo regente de su retoño.

Saga había probado que era alguien de corazón y de intenciones puras para con Aioros y el pequeño que venía en camino. Así que se había dedicado a prepararse para cruzar definitivamente al otro lado y esperar a su amor y a su descendiente.

Todo era apacible, hasta cuando vio con horror como Aioros lanzó un grito espantoso asustando a los dos hombres y al niño que por instinto se aferró al cuerpo de su padre que sobó su cabeza transmitiéndole confort y seguridad. Saga manteniendo el autocontrol procedió a revisarlo topándose que el castaño estaba sangrando...

—¿ qué pasa Saga?—preguntó Kanon al notar la palidez en sus facciones.

—l-levate al niño, debo llevar a Aioros al hospital, parece que el nacimiento...

Otro grito de dolor de parte del griego y no les quedó duda que era serio muy serio, Shura desde su posición quiso saber qué era lo que andaba mal con su hijo, algo le impedía saberlo, podía palpar el dolor de Aioros, más su vástago.

—pero Aioria debe saberlo—murmuró el gemelo menor—¡ no mejor comunicales a los demás...! ¡ aún valoro mi vida!

—¡ demonios Kanon! ahora no importa nada, algo pasa con el bebé y debo llevar a Aioros antes que ocurra una desgracia—ayudó a poner de pie al castaño que apretaba los dientes conteniendo  las intenciones de maldecir por las punzadas espantosas en su bajo vientre. 

Sentía que sus entrañas eran desgarradas por unas garras e incluso podía percibir el llanto de su pequeño en su corazón y la angustia naciente de Saga. Cerró los ojos y visualizó la imagen de Shura sonriéndole y tocando con las punta de los dedos su rostro.

Al abrilos, lo vio con su mano extendida y una preocupación pintada en su atractivo rostro, quiso gritarle preso del susto, más él posicionó sus manos en sus hombros cuadrándoselos en tanto le hablaba...

" Yo también tengo miedo, él es lo único que queda de mi en este mundo y no soportaría..."

" Dime que todo estará bien, júramelo por el amor que sentimos que...."

" Resiste, te lo pido... no sé a ciencia cierta qué pasa, quiero saberlo pero..."

Otra punzada, esta fue más dolorosa que la anterior, las manos fuerte de Saga lo sostuvieron mientras oía en medio de la inconsciencia la voz nerviosa de su sobrino preguntándole a los otros dos adultos qué era lo que le pasaba, Kanon con voz temblorosa le respondía que era un pequeño dolor que no se preocupara.

—no me mientas papá, algo malo pasa con mi primito y mi tío... ¡ dímelo!

—no ahora cachorro—se puso a su altura—tenemos que decirle a tu padre lo que pasa, para eso necesito tu fuerza ¿ si?

Dahval se sorbió la nariz mientras asentía, haría lo que sea por ver bien a su tio favorito incluso enfrentarse a la furia de su padre Aioria.

Saga y Aioros se fueron en un taxi, este último debilitado y respirando entrecortadamente, el gemelo mayor ladró una orden en tanto el chofer sin pérdida de tiempo aceleró y se perdió entre las calles rumbo al hospital. Padre e hijo se quedaron azorados sin saber como actuar, hasta que el castañito decidió que era mejor que él llamara a su padre y le contara lo que acontecía.

Cinco minutos más tarde desde el celular de Kanon que hacía cuentas sobre cuanto tenía que pagar del plan de su aparato, Dhaval le contaba a Aioria todo desde el grito de Aioros hasta cuando el taxi se lo llevo con el tío Saga al hospital.

—no le digas que estás conmigo—quiso decirle el gemelo, pero el mensaje llegó con retraso, el niño ya le había dicho que estaba con él y apenas dijo eso, Aioria cortó la llamada y salió despavorido.

**********

—¡ ayúdalo a que se recueste ahí!—ordenó Camus que ese día estaba de turno en el hospital a Saga que veloz como un rayo acomodó a un pálido Aioros—debo hacer un monitoreo para saber cómo está el feto. ¿ Quién más vino contigo?

—nadie más, Kanon se quedó con mi sobrino y supongo que Aioria ya está en camino.

Camus asintió en tanto preparaba todo para examinar al castaño que sudaba frío, aquello no le gustaba, se suponía que todo marchaba bien con los dos, y que la criatura nacería a mediados de enero, todo era muy extraño...

La hemorragia no cesaba y el miedo de perder a su retoño hizo mella en el castaño, agregado que se sentía a morir lentamente.

  — ¡ maldición!— Camus no pudo esperar más, buscó con la mirada a su equipo, cada minuto que perdia le arrebataba el aliento de vida tanto a Aioros como al bebé— tengo que sacárselo ya!

Eso significaba una cosa...

  — ya lo sabes, necesito tu autorización ante la ausencia del padre biológico y de algun familiar cercano— una enfermera se acercó seria para llevarse al exánime griego el cual tenía el tacto frío— decide ya Saga... tengo que salvar a los dos o...

" Tienes mi permiso.."

" Prometo que no les fallaré, los cuidaré con mi vida... "

  — hazlo— dijo con determinación.

Aioros.

¿ Cuál era la deidad cruel que pretendía privarme de esta alegría?

Mi propia sangre me quemaba, mis músculos estaban entumecidos y el palpito de mi corazón se volvía débil, a duras penas oía las voces trémulas de los médicos y enfermeras. Cuando mi espalda tocó la cama de la sala de cirugías gemí como un niño ya que otra punzada me atormentó. 

Narrado por autora.

  — esto no me gusta— farfulló el médico— ¡ vamos amigo resiste!

— ¡ creo que ya llegó mi tiempo!— apretó los dientes y profirió un grito que aceleró el accionar del equipo.

Camus alzó la mirada y vió el reloj en la pared de la sala, su tic tac impasivo le recordaba que tenía dos vidas en sus manos por lo que movió sus manos. Afuera de la sala, Aioria con el alma hecha pedazos se aferraba al abrazo de Shaka que en esos momentos hacía su arribo, Dhaval por defecto se tuvo que quedar con su padre.

 —mi hermano, no ha superado lo de Shura...

  — Shura debe descansar, es hora que su alma sea liberada— dijo el rubio sin despegar su vista de un punto en concreto— una vez que una nueva vida llegue a este mundo, su lugar será ocupado...

De regreso con Camus y Aioros.

Era un récord. Ya estaba cerca del pequeño, miró de nuevo la hora y luego posó la mirada sobre el rostro moribundo del castaño cuyos latidos se tornaban débiles, ese pequeño no debía quedarse huérfano.

  — ¡ doctor!— una enfermera alertó de la crisis a la que entraba Aioros— el paciente está...

— ¡ tengo que extraer al feto! ¡ necesito tiempo, maldición....!

Ella ya llegó... su mano pálida y fría se extiende sin dudar ante él, la vida pasa ante sus ojos como una loca película. Su vestido oscuro se mueve y sus ojos oscuros expresan satisfacción de tomarlo en sus brazos tal como lo hizo con quién amó con locura.

Cansado, permite el toque de ella en tanto con un suspiro el ser que perpetuará su romance llora al saberse en el mundo exterior, la hora exacta....

  — las tres y diez minutos de la tarde, bienvenido pequeño— dice Camus alzándolo.

El bebé a pesar de que acaba de nacer, auguraba que tendría la la misma tez de Shura, una pelusilla castaña oscura adornaba su cabecita. Lloraba a todo pulmón, Aioros trata de hablar, pero lo que sale de su garganta es un jadeo en tanto su mano cae a un lado.

El dolor cesa, una somnolencia se apodera de sus párpados, la ve sonreírle triunfante y se abandona sin embargo oye entre todas las cosas....

— ¡ no la oigas... aún no es tu tiempo... nuestro hijo no puede quedarse sin ti...!

Y todo fue oscuridad. 

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Faltan cuatro capítulos y esta historia verá su fin.

Abrazo a todos ustedes, se los quiere :)







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