¡Hola, hola, lectores bonitos!

Bueno, la verdad es que no se ni como empezar. Este es el primer libro que termino y no sé me ocurre otra cosa que decir más que: gracias.

Llevo escribiendo a Dylan y Beca por más de dos años, que dejarlos después de este tiempo se me hace un poco triste, pero también me da mucha felicidad y orgullo, porque he terminado de escribir mi primer libro —uno de muchos—, y durante todo ese tiempo que estado escribiendo jamás me llegué a imaginar el alcance que tendría «Para Siempre» y todo esto es por ustedes.

Quiero agradecerles desde con todo de mi corazón por haberles dado una oportunidad a mis niños y haberlos leído. Les juro que jamás, ni en mis más locos sueños, me imaginé el alcance que llegaría a tener el libro. Si cuando comencé a escribir, la idea de llegar a 1k se me hacía difícil, llegar a los 10k se me hacía casi imposible, ¡pero ahora somos 200k! Y todo es gracias a ustedes.

Por eso, una vez más, les agradezco, por darle todo su cariño y amor infinito a Dylan, Beca y por supuesto a mi.

También me gustaría mucho agradecerles a dos de mis mejores amigos Azul y Tecua, que sin ellos jamás me hubiera atrevido a publicar. Ellos fueron quienes, cuando les di la idea que tenía en mi cabeza sobre la creación de este libro, me impulsaron a hacerlo. Me impulsaron a publicar, a escribir… Incluso ellos fueron las primeras personas que promocionaron «Para Siempre» con sus amigos y familia. También fueron las primeras personas en leer mis capítulos y darles su opinión antes de subirlos cuando no me sentía segura con respecto a ellos. Por eso también les agradezco a ellos, porque de alguna manera sin Azul y Tecua, por brindarme su seguridad, Dylan y Beca no estarían publicados ahora y serían solo unas cuantas letras ocultas en el baúl de ideas.

También por último, pero no menos importante, le quiero agradecer muchísimo a mi familia. En especial a mi mamá y a mi tía Pame, porque cuando ambas se enteraron de que escribía, me impulsaron a seguir haciéndolo, incluso mi mamá fue una de las mentes maestras para nuestro asombroso final. Por eso también quiero agradecerles, porque a pesar de que aún no dejo que lean el libro, me han acompañado ellas y toda mi familia en este trayecto.

Y, aprovechando este espacio de agradecimiento familiar, quiero dedicar este específicamente a mi abuelito Pepe, que como bien sabrán, partió de este mundo hace tres meses, pero durante su tiempo de vida, me amo e impulso todos y cada uno de mis sueños, entre ellos el de escribir.

Se que no me alcanzó el tiempo para que leyera mi creación, pero aún así, me gustaría mucho dedicarle este libro a él, que tal vez no sea mucho, se que le hubiera encantado.

No se me agüiten mucho, porque subiré un par de extras más este año, así que los seguiremos viendo. Ya no todas las semanas como antes, pero sí muy probablemente cada mes.

Y también, por si están interesados en seguir leyendo a este intento de escritora y les gustó mi forma de escribir, tengo otra obra en proceso en mi perfil, por si gustan ir a leerlas.

Gracias por leer a Beca, nuestra «estrellita».

Gracias por leer a Dylan, nuestro chico de los ojos «azules como el mar».

Gracias por leer «Para Siempre».

Los amo con todo mi corazón.

Y ahora sí…

¡Aquí el final!

Los quiere/ama muchísimo, Hanna.