AYTON

Las cosas cambiaron desde que Nila y yo comenzamos a salir. Y no para bien. 

Mis mentiras piadosas a los arcángeles eran cada vez menos creíbles y mis excusas de por qué no llevaba de una vez las alas y cuernos de Nila tenían cada vez menos sentido. 

Pero cuando ella estaba conmigo me olvidaba, aunque sea por un rato, de ese peligro que nos atormentaba. 

La cosa entre nosotros salió demasiado rápido. Aquél veinte de septiembre, cuando le dije que estaba enamorado de ella, las cosas se pusieron patas para arriba. 

Y nunca me preocupé tanto porque tenía un plan. 

Quizás es el plan más arriesgado de la vida y no me interesa, por ella haría todo. 

Siempre hice de todo por ella, conozco cada parte de su personalidad, conozco sus acciones, conozco la música que le gusta, la que le aburrió, conozco sus gustos, sus gestos, la gente que le rodea. 

Lo que yo sentí por ella, y sigo sintiendo, no fue de un día para otro. Se trata de años de cercanía, de una cercanía a la distancia, donde ella me confiaba sus valores más privados sin saber que me los confiaba realmente.

Y hoy, mi teléfono volvió a sonar. Es viernes y estaba por ir a buscar a Nila porque iríamos a una fiesta con Karla y Chris.

—Ellos saben — es lo primero que oí tras contestar la llamada.

—¿Qué saben?

—Que tienes algo con la diabla — Suelto una risa sarcástica; en cualquier momento iban a darse cuenta. No era una sorpresa.

—Bien. ¿Tienes lo que te he pedido?

—Sí, pero, ¿No crees que es un poco arriesgado? — me rasco la nuca, buscando entre mis conocimientos otra cosa que pudiésemos hacer.

—Es sólo un objeto de amenaza. Sabes bien que no haré nada con ellas

El arcángel suelta un suspiro y se queda un momento en silencio.

—¿Tienes lugar para esconderlas?

—Sí — es lo primero en lo que pensé.

—Tú tienes una copia de la llave de mi casa, cuando llegues, mete la caja ahí y cierra el armario.

—¿Estas por guardar cinco mil plumas de ángeles en un armario? — me arrebató una sonrisa.

—No es sólo un armario; se bien lo que estoy haciendo. Tu sólo cumple con tu parte.

—Bien.