Capítulo 15
NILA
Habían pasado ya dos semanas desde aquel nefasto encuentro con Martínez. No he vuelto a verlo, ni a él ni a mi amiga. Ayton no se alejó de mi ni mientras dormía.
Y lo entendía, Chris me había drogado y violado.
Me cepillé los dientes, y cuando escupí el agua para eliminar los rastros de Colgate, un líquido negro se hace paso sobre lo demás.
Me examiné las encías, quizás me las había lastimado con el cepillo y habían sangrado. Porque era sangre, nada más que la de los diablos y de los Ángeles es negra. Mis dientes estaban empapados de esta sangre con color poco peculiar. A pesar del momentáneo susto, me los enjuagué nuevamente y salí.
Ayton estaba revisando el interior de una caja de madera cuando lo encontré en la sala. Se giró a verme y soltó un suspiro.
—¿Qué tienes ahí? — se me ocurrió preguntar.
—Son todas las plumas de los ángeles — abrí los ojos de manera exagerada y me acerqué a ver.
—Los tengo porque son parte de una amenaza.
—¿Una amenaza? ¿Contra quién?
—Contra los arcángeles — pronunció bajito y se acercó a mí. Me miró los labios y pensé que lo hacía por deseo, pero No, frunció el ceño y me paso el pulgar por la comisura inferior izquierda.
—Sangre.
Observé su dedo y maldije para mis adentros.
—Estás sangrando.
—Me lastimé las encías con el cepillo de dientes, está bien - limpié su dedo con el mío y me tragué la sangre que estaba haciéndose agua en mi boca.
No sabe a nada.
—Abre la boca — ordenó y apreté los labios.
—Estoy bien.
—Nila, abre la boca — me miró a los ojos y sentí miedo.
Lo ignoré y me acerqué a las plumas blancas, grises y hasta negras.
—¿Qué harás con ellas?
—Genial, cambia de tema — se acercó a mí, y me quedé quieta.
—Abre la boca o nunca más tendré sexo contigo — Sonrío, ¿Qué clase de amenaza es esa?
—Tramposo — mascullo divertida y hago lo que me pide. Examinó algunos segundos y se alejó un poco.
—Mierda — susurró para sí y fruncí el ceño.
—Me he lastimado con...
—No te saldría esa cantidad de sangre por un puto cepillo, Nila — me interrumpe.
—Déjalo ya.
—Algo no anda bien.
(...)
Escupí la sangre en el lavabo. Me sentía como si hubiese vomitado, pálida y sin fuerzas. Me temblaban las articulaciones y la boca me ardía.
Estaba ya en casa, cuando Karla llamó a mí celular.
—Hola...
—He terminado con Chris — me contó y apreté los párpados. Estaba llorando.
—No te merecía.
—Bien, lo que sea. ¿Salimos hoy? — su tono fue reemplazado por uno de vacilación.
—No es buena idea. ¿Tienes ganas de salir?
—Quiero olvidarme de toda esta mierda por un rato — palideció.
—Podemos ver películas y comer helado — Creo que eso último no podré hacerlo yo.
—¿Y por qué no quieres ir a bailar? ¿Estás enferma?
"Sí, pero no es por eso que no quiero. Todas las fiestas a las que voy terminan mal"
—Sí — me limité a decir, sin mentir.
—Joder, ¿No que los diablos no se enfermaban?
—Pues no lo sé Bien, pero no tengo ganas de salir. ¿Quieres ir a bailar? ve tú, pero olvídate de mí — ya me estaba tocando los ovarios su pesadez para ir.
—Bien, gruñonsita — soltó una risa.
—En tu casa, voy a las ocho y llevaré el té y conversaremos de la política.
—Chistosa — ella ríe, y me hace bien que lo haga.
—Estaré ahí, tonta. Lo siento — suelto un suspiro dejo el celular sobre la mesa de luz. escupo la sangre en una servilleta y me limpio la boca.
Espero que sólo sea un resfriado.
(...)
—¿Qué mierda estás haciendo? — Ayton interrumpió la visita de mi amiga, cargándome en sus brazos y haciéndonos volar a ambos con sus alas gigantes.
—Cállate, tenemos algo que hacer.
—¡Karla y yo estábamos en medio de algo!
—Esto es más importante que ese algo.
—Voy a tirarme — Ayton aumentó la presión en mi cuerpo.
—No, quédate quieta.
—¿A dónde estamos yendo?
—Al bosque central — sentí la sangre en mi boca, y la tragué. Sólo para que Ayton no pesadee con eso.
—¿Y ahí que haremos?
—Entregar las plumas que te mostré hoy en la mañana, y los arcángeles nos dejarán en paz.
Lo dijo con un tinte de desconfianza.
—Espero que cumplan con eso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro