
Capitulo 63: Maldición
Se habían detenido en una gran pradera rodeada de árboles. El brillante sol había calentado el aire y se derretía la nieve revelando la hierba verde brillante, y flores amarillas que los rodeaba. Era tranquilo, con sólo la suave brisa del viento interrumpiendo el silencio.
La belleza se perdió en Seras, que descansaba con la espalda contra un árbol, la sombra protegiéndola de la dolorosa luz solar. Ella miraba distraídamente a Newt caminar desde el camión, el que habían utilizado para escapar de Cheddar, sin obstáculos por la luz solar que todos los vampiros temen.
-Bebe esto-
Sostenía una botella para Seras. El vampiro miró en el interior de la botella, viendo el líquido rojo y giró la cabeza con disgusto. Reconoció el olor. No era el hecho de que la sangre le de asco. Fue el hecho de que era la sangre de Valerie.
-Necesitas tener fuerza-
-Tengo mucha fuerza- Seras apartó la mirada de Newt, en lugar mirando hacia el oeste, hacia el Cheddar. Newt dijo que era sólo unas pocas horas después de que habían huido de la ciudad en que Hellsing se habían ido por Completo.
-Mis heridas se han curado- Seras vio la mirada de Newt con duda. -¿Qué pasa?-
-Tú no tienes la voluntad de seguir adelante-
Seras miró a Newt. La chica había cambiado. Su mirada despiadada había sido reemplazada por la simpatía, y ella fue realmente ayudar a Seras a su manera. Por primera vez, Seras se sintió que la chica realmente le importaba.
-Sentí que la vida dejo sus cuerpos. Les oí gritar- Seras no iba a negar lo que había hecho. Ella no iba a fingir que era una rabia ciega o la pérdida de sus sentidos. Ella había sabido exactamente lo que estaba haciendo -Yo maté a uno de mis amigos más cercanos-
Ella echó un vistazo a la botella en la mano de Newt.
-Yo sé como sabe la gente, Newt-La voz de Seras no temblaba, ella no se echó a llorar. Ella suspiró. -Y me gusta...-
-Eso es cierto- Newt dijo rotundamente. -Lo que has hecho es imperdonable-
Newt era fría y directa. No dejaría que Seras le echara la culpa a una sed de sangre que estaba fuera de su control, o reclamar la legítima defensa cuando mató a Valerie. La verdad picó.
-He hecho cosas irredimibles también, Seras- Newt continuó. -Cuando mis padres... cuando
-Los ayudaste a escapar- Seras término.
-Cuando los maté- Newt era tan implacable consigo misma como Seras. -Yo no sabía qué hacer. Había perdido mi voluntad-
-¿Cómo seguiste adelante?-
-He encontrado una razón para seguir viviendo- La cara de Newt estaba a pulgadas de Seras, sus ojos implacables. -Yo sabía que mi vida había terminado, y que mi alma estaba condenada por lo que he hecho, por lo que he luchado para tener a Sérifos conmigo. ¿Qué es lo que vas a luchar?-
" Eso no me ayuda. La única persona que tiene la culpa soy yo misma"
No había una respuesta fácil, y durante horas, mientras el sol se levantó lentamente en el cielo y Newt vagó por el perímetro de la arboleda, Seras estaba perdida en sus pensamientos.
Seras era inmortal, y en este momento se sentía más como una maldición que un don. Todas aquellas personas que le importaba morirían. Ella observaba cada amigo que alguna vez envejecería y se desvanecería en polvo. Miró a Newt, imaginando el cuerpo de la chica creciendo enferma y pálida, hasta que ella cerrara los ojos y nunca los volvería abrió. ¿Qué tipo de objetivo podía sacar de eso, cuando la única constante es un hambre sin fin? Cuando todo lo demás se convierta en sólo un viejo recuerdo. Un recuerdo al igual que sus padres.
" Eso es..."
-Sé lo que tengo que hacer- Seras se levanto de la tierra, fue con cautela a la luz del sol. Se quemó, pero no era un dolor paralizante. Aún así, ella necesitaría fuerza para dónde iba.
-Newt- Seras tendió la mano extendida, y Newt le entregó la botella.
Se tomó un momento para mirar el líquido carmesí. A pesar de que su alma había partido desde hace mucho tiempo, esto todavía se sentía como un pedazo de Valerie. Era todo lo que quedaba. Entonces Seras lo llevó a los labios y vació la botella en cuestión de segundos.
" Voy a hacer el conteo, Valerie"
-¿A dónde vamos?- -preguntó Newt.
-Tú no vas a ninguna parte. Va a ser peligroso-
Newt le dio una mirada a Seras que no necesitaba palabras. Newt iba a ir, y no había nada que Seras pudiera decir para convencerla de lo contrario.
-La última vez que te vi, trataste de matarme- Seras fue capaz de cruzar el prado hacia el camión, sin apenas sentir la luz del sol ahora. -Has cambiado. Me salvaste y ahora quieres venir. ¿Qué pasó?-
-Cuando estaba en las catacumbas, me di cuenta que solamente los monstruos sobreviven. Así que me convertí en uno- Newt se encogió de hombros, pero Seras podía decir que no había nada informal sobre lo que la chica estaba diciendo. -Tu me mostraste que... tal vez yo no tengo que ser así. Tal vez tu puedas ayudarme a encontrar... algo que perdí- Newt frunció el ceño como si sus palabras habían dejado un mal sabor en la boca.
-Newt...- Seras se sonrojó. Eso era lo más cercano a las palabras de elogio que jamás había escuchado de Newt. Newt apartó la mirada, su rostro ni de acero, ni uno de amabilidad. Era como si estuviera roto, sin saber qué emoción retratar.
-No seas tonta. Yo sólo te estoy usando- Newt terminó rápidamente.
-¿Sabías que Heinkel no iba a matarte?-
-Claro- Newt no perdió el ritmo. -Como ella dijo, solamente un monstruo sería capaz de matar a una niña. Heinkel no habría sido capaz de vivir consigo misma-
Seras observo cuidadosamente a Newt para un estremecimiento o decir algo. Ella todavía no tenía idea de si la chica estaba diciendo la verdad.
-Ahora, ¿a dónde vamos?- Newt preguntó con impaciencia.
Seras recordó la foto ensangrentada de Valerie que le había mostrado. Todos en Hellsing pensaban que era una traidora, y por alguna razón Integra no había sido capaces de decirles la verdad.
-Vamos a arreglar las cosas- Seras y Newt se subieron a la camioneta. -Vamos a Hellsing-
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