Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15

POV ELENA AMBROSETTI

Venía para acá y parecía que el humo le salía por las orejas.

Suspiré resignada, y decidí enfrentarlo. Salí del auto y me paré enfrente a él, sin una gota de miedo, aunque por dentro, estaba temblando.

-¿Puedo saber qué demonios estás haciendo aquí?- preguntó furioso una vez que lo tuve de frente.

-Viendo cómo me mientes a los ojos- respondí firme.

-¿Ahora el problema soy yo?-

Miré de reojo la situación. Vi a Aarón unos pasos atrás de Alexander. Su mirada de enojo estaba en mi amiga, quien también se había bajado del auto y también contemplaba la situación.

-Pues el problema tampoco soy yo- dije a la defensiva.

-¿No confías en mi o por qué tienes que seguirme como una psicópata?- cuestionó.

-¿De verdad todavía lo preguntas?- pregunté sarcástica -Mientes diciendo que vas a cenar solo con Aarón, quedas de verte con ella sin decirme nada, no te importa lo que yo quiero y todavía eres un idiota al no reconocer tus errores-

Las cosas estaban empezando a subir de tono.

Alexander tomó su cabeza entre sus manos, en señal de frustración.

-Sube al auto- dijo señalando su carro.

-No- contestó Claudia antes de que yo dijera una palabra -Ella viene conmigo-

-Tú no te metas- habló Aarón.

Sin embargo, ella pareció ignorarlo.

-Es hora de irnos- volvió a decir mi amiga.

-Llámame cuando dejes de ser un egoísta- dije antes de subir al auto.

Aarón y Alexander parecían muy molestos, pero no podían hacer nada para detenernos. Cuando avanzábamos de ahí, pude notar como Alexa estaba del otro lado de la calle, con una gran sonrisa en la boca. Alzó la mano y sacudió la mano a manera de despedida.

Ella quería que esto pasara, y lo había logrado.

-¿Te llevo a tu casa?- preguntó Claudia.

Negué con la cabeza.

-Ese es el lugar en que menos quiero estar- contesté.

-Entonces vamos a la mía-

Sonreí ante su solidaridad.

-Gracias por todo esto, incluso si te traje problemas con Aarón- dije sincera y avergonzada.

-Eres mi mejor amiga, y estoy para apoyarte- comentó -Además, sé que él me está ocultando algo-

Quería decirle lo que había descubierto en Instagram, pero quería fundamentarlo bien antes de abrir la boca.

-De verdad, muchas gracias- respondí.

El camino a su casa fue corto y silencioso. Ambas teníamos muchas cosas en la cabeza.

Diez minutos después, ya estábamos enfrente de su hogar. Ambas bajamos del coche y entramos en ella.

-Ponte cómoda. Haré un poco de té- comentó ella y fue a su cocina.

Tomé asiento en uno de los sillones y recargué mi cabeza hacia atrás. Cerré los ojos e intenté dejar de pensar en lo que había sucedido, sin embargo, me quedé dormida.




Estaba desayunando un plato de cereal con leche mientras mi amiga se terminaba de arreglar. Ella me había prestado un poco de ropa, pues hoy tenía que ir a trabajar.

Mi teléfono e iluminó como señal de un mensaje. Miré quien era.

Espero que estés bien y que comiences a abrir los ojos.

Era Dylan, y para ser sinceros, empezaba a estresarme. Agradecía lo que me había dicho ayer, pues me había permitido enfrentar a Alexander, pero ahora comenzaría a escribirme y a pensar que mi atención se centraría en él.

Bloqueé su contacto, de esta manera mi salud mental no caería más bajo de lo que ya estaba.

-¿Lista?- preguntó Claudia cuando llegó al comedor.

-Si- respondí. Dejé mi plato en el fregadero y tomé una manzana para el camino.

Salimos de su casa y nos montamos al auto. Durante el trayecto a la empresa, hablamos de cualquier cosa.

-Por cierto, te he traído un recuerdo de Roma, pero sigue en mi casa- recordé que le había comprado unos bonitos aretes color esmeralda que hacían juego con un collar y pulsera.

-Vamos a cenar mañana, y puedes darme mi costoso regalo- dijo ella divertida.

Reí ante su comentario.

De repente me quedé callada.

-¿Qué pasa?- preguntó Claudia.

-Muchos problemas están ocurriendo a nuestro alrededor, y solo estamos pensando en ir a cenar- contesté.

-Si por problemas te refieres a Alexander y Aarón, ellos no van a pedirnos perdón, y es mejor que hagamos nuestra vida-

Ella tenía razón. Alexander no me había pedido perdón de nada: Las palabras que dijo en Roma, el hecho de cancelar mis planes en nuestras vacaciones y verse a escondidas con su ex novia.

Y eso me hizo pensar en otra cosa, yo tenía que hablar con él sobre Dylan, pues no quería que el pensara que lo estaba engañando como él lo hacía conmigo.

-Mañana quiero cenar comida hindú- comenté.

-Conozco un buen lugar- dijo ella.

En unos minutos estábamos frente al gran edificio Ambrosetti.

Estacionamos el auto y entramos a recepción.

-Buenos días- saludó la empleada que se encontraba ahí.

-Buenos días- respondimos al unísono.

-El señor Ambrosetti y el señor Miller las esperan en la oficina presidencial- dijo.

Agradecí con un movimiento de cabeza.

-Se unieron para atacarnos- dijo mi amiga.

-No digas nada, y déjame hablar a mi- respondí.

Subimos por el elevador.

Llegamos al último piso y dejamos nuestras cosas en nuestros respectivos lugares.

Caminamos a la puerta de la oficina de Alexander. Nos miramos y tomamos valor para tocarla.

-Adelante- dijeron del otro lado.

Entramos a la jaula del infierno.

Ambos hombres estaban del otro lado del escritorio. Alexander en su silla y Aarón de pie junto a él. Sus rostros reflejaban pura seriedad y un toque de molestia. Debía admitir que si tenía algo de miedo.

-Tomen asiento- mencionó el amigo de mi esposo.

Hicimos lo que ordenaron y esperamos el sermón que pronto vendría.

Pero para nuestra sorpresa, no hicieron nada de ruido, y solo extendieron una hoja para cada una sobre el escritorio.

-¿Qué es esto?- preguntó Claudia.

Tomé la hoja y leí su contenido, y lo que me impacto fue el título.

"Acta administrativa"

Y eso no era lo peor, entre más lo leía mas me molestaba. Estaba suspendida por tres días, a partir del lunes.

-¿Nos están sancionando por lo qué pasó ayer?- cuestioné enojada.

-No, las estamos sancionando porque hemos encontrado irregularidades en su trabajo, no han estado desempeñándose como la empresa quiere- respondió Aarón.

Claudia estaba igual de enojada que yo.

-Entonces renuncio- aclaró.

La miré sorprendida.

-¿Qué?- dijimos Alexander, Aarón y yo al unísono.

-Mis relaciones profesionales y personales no se deberían mezclar, así que tengo que terminar con alguna de las dos- respondió.

¿Y por qué no dejó a Aarón?

Pero tenía razón, el trabajo y el amor no se debían mezclar, porque podía causar esto y más problemas que ya habíamos tenido. Y tenía que decidir entre mi empleo y mi matrimonio.

-Yo también renuncio- anuncié.

-No pueden renunciar- dijo Alexander.

-¿Por qué no? No hay nada ni nadie que me lo impida, entonces, si me lo permite, me retiro para dejar todo en orden- dijo mi amiga poniéndose de pie y saliendo de la oficina.

Hice lo mismo, y cuando me llegué al umbral de la puerta, di media vuelta. Los miré y hablé.

-Si creen que pueden controlarnos de esta manera, están mal. No nos dan miedo y deberían pensar mejor las cosas antes de actuar-

Cerré la puerta y me senté en mi escritorio para terminar pendientes y arreglar todos lo papeles para mi renuncia.

No tardó en salir Aarón de la oficina, se dirigió hacia el lugar de trabajo de mi amiga. Detrás de él, salió mi esposo.

-No quiero que renuncies- dijo de pie delante de mi escritorio.

-No es tu decisión, es la mía-

-¿Por qué tienes que ser tan extremista?- preguntó frustrado.

-¿Por qué tienes que ser un egoísta?- pregunté de la misma manera.

-¿Es por Alexa?-

-Es por todo- respondí -Porque solo nos hacemos daño y porque ya me harté de que seas mi jefe. Solo quiero que seas mi esposo y que nos tratemos como tal, pero sobre todo que dejes de verme como una empleada a la cual puedes manejar a tu antojo-

Mis ojos se llenaron de lágrimas, pues últimamente todo me abrumaba.

-Está bien- suspiró -Te haré una carta de recomendación por si buscas otro empleo-

Antes de que entrará a su oficina, lo detuve.

-Necesito hablar contigo sobre algo importante-

De verdad tenía ganas de hablar con él sobre Dylan.

-Entra- contestó señalando su oficina.

Me coloqué de pie y entré en ella.

Estaba lista para decir mi verdad, y estaba preparada para afrontar las consecuencias que eso traería... 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro