Promesas vacías y lamentos sin sentido
Me pediste un cielo azul y yo te traje tormentas.
Me pediste gratitud y te la di, fraudulenta.
Rogaste por hojas verdes, joviales y sempiternas,
yo te planté un abedul en tierra muerta y seca.
Vi su follaje marcescente desprenderse con el viento
y mientras tú llorabas, no te dije ni un "lo siento".
Me pediste amor y confianza, compromisos y alianzas
¿Y yo, qué te entregué? ¿Más que traiciones y artimañas?
Me pediste claridad y limpieza, yo te di tinieblas y telarañas,
rompí mil veces tu confianza y culpé mi inmadurez en traumas de infancia.
¡Pero que idiotez! ¡Que despreciable ignorancia!
¡Le di tanta importancia a cosas que ya sucedieron,
que me olvidé de decirte lo mucho que te quiero!
¡Fui un tonto, lo confieso! ¡Y por eso, me arrepiento!
Tú, que solo me diste paz, me pediste una mera pizca de consuelo,
un minuto de afecto y yo, ¿cómo respondí a tus lamentos?
¿Cómo reaccioné a tu desvelo? ¿Intenté amarte, al fin te tomé en serio?
No, por lo contrario; empeoré tu frágil estado, te arrastré hacia el infierno.
Y en ese inframundo detestado, como un Osiris desmembrado
tu cariño pereció ahogado, asesinado,
en las aguas de un río oscuro, llamado Aqueronte.
Y entonces, cuando muerto él ya estaba,
me senté ahí, en sus márgenes, a calmar mis pensamientos,
fingiendo sufrimiento, sin arrepentimiento.
Y tú, en tal lugar,
ya sin piedad que otorgar,
me miraste con ojos opacos,
marrones y amargos,
y me preguntaste si aquello era suficiente.
Si al partir tu corazón,
al moler a golpes tu devoción,
al ahogar tu consideración,
había sentido alguna satisfacción.
Si realmente era el infierno lo que quería,
si sus llamas de verdad valían
más que el fuego que en tu alma ardía.
Vi las llamas, vi el río, vi tu rostro, y seguí ciego.
Seguí creyendo que hacía lo correcto.
Y tú, cansada de ser defraudada,
de ser humillada,
por alguien que decía amarte,
te volteaste sin decir más nada.
Y tan solo al ver tu silueta,
por el viento astral ser borrada,
fue cuando logré entender
que yo, en el fondo, sí te amaba.
Y quise llamar por tu nombre, rogarte a que te quedaras,
pero tu ausencia se tragó las palabras.
De ti, ni la sombra restaba.
Y desde entonces he querido volver
atrás en el tiempo y el espacio
y rehacer toda mi vida,
para que estés otra vez a mi lado.
Quiero darte cielos azules, climas primaverales,
quiero darte coronas de flores y de Laureles,
quiero plantarte Hortensias, Bergamotas, Algarrobos,
quiero verte florecer junto a la flora y dichoso
quiero estar cuando me siente a descansar,
a besar tu boca y a declarar
que te amo, y que ya nadie más
me hará cambiar de opinión;
siempre serás la dueña de mi corazón.
Muy tarde entendí la verdad, pero al menos yo sí la entendí:
Yo que siempre miré a otros lados, ahora anhelo estar junto a ti.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro