Capítulo 28. Una decisión difícil.
Me quedo congelada en el lugar sin poder creer lo que escucho. Algo en la boca del estómago se retuerce y unas enormes ganas de vomitar me invaden. Sin poder controlarlo las lágrimas se acumulan en mis ojos y mis piernas comienzan a fallar.
Finnegan es quien me atrapa y me abraza, solo eso me hace falta para romper a llorar como niña pequeña. Siento muchas emociones encontradas dentro de mi y es inevitable no sentir que algo dentro se rompe. Hay un zumbido en mis oídos por lo que no puedo escuchar más allá de mis sollozos, no puedo controlarlos.
Papa está muerto. Jodidamente muerto.
Yo nunca quise ésto.
Me sientan en el sillón y alguien me toma de las mejillas. Parpadeo varias veces para eliminar las lágrimas de mi campo de visión y es cuando veo a Tía Chris frente a mi.
—Cariño tienes que calmarte un poco ¿de acuerdo? Sí, sé que duele porque es tu padre pero en el fondo es lo mejor para ti, suena cruel pero es así. Tienes todo el derecho de llorar su muerte pero llévalo despacio —asiento tratando de calmar mis respiración y muerdo fuerte mi labio para no seguir hipando.
Me suelta las mejillas y da un beso en mi frente antes de levantarse. Me refugio en los brazos de Finnegan y el se dedica a acariciar mi cabello y darme besos en la cabeza, eso logra calmarme mucho.
—¿A dónde vas? —le pregunto a Tía Chris con la voz ronca. Está poniéndose su abrigo señal de que va a salir de casa.
—Tengo que ir a la policía —desvía su mirada hacia Finnegan —Cuidala, regresaré en una hora. Te amo cariño.
Le respondo de vuelta y sale de la casa. Cierro mis ojos con fuerza y me acuesto en las piernas de Finnegan, él acaricia mi cabello tiernamente y limpia mis lágrimas mientras van saliendo.
—No siempre fue así —decido desahogarme —antes de la muerte de mamá, a pesar de que a veces era una hija terrible ellos de verdad me querían. Papá siempre me apoyaba en el baile, lloraba cuando me presentaba y el ramo de rosas después de cada presentación no podía faltar... —mi voz se entrecorta por el llanto pero si ya empecé debo terminar.
>>Yo... Dije muchas veces que lo quería fuera de mi vida pero no me refería a esto. Quizás te parezca estúpido que llore por él a pesar de todo lo que hizo...
—No me parece estúpido Lena —me interrumpe y alzó el mentón para observarlo desde abajo —supongo que a pesar de todas las mierdas es inevitable no amar a nuestros padres, al igual que ellos a nosotros, es como algo natural, algo que no podemos evitar. Puedes llorar Lena, puedes desahogarte, como dijiste, era un buen padre antes de lo que le pasó a tu madre, yo no lo conocí antes de eso así que no te juzgo por estar mal por su muerte.
Asiento lentamente hacia él y me levanto para plantearle un beso en los labios, el beso al igual que el del hospital es un poco torpe sólo que ésta vez solo soy yo la que está llorando.
Intento hacer a un lado toda la situación y me concentró sólo en los suaves labios de Finnegan, esos a los que me he acostumbrado y encariñado.
***
Me sobresalto cuando escucho unos toques en la puerta y levanto la vista de las cajas frente a mi para posarla en Tía Chris. Me sonríe tímida desde el marco de la puerta.
—¿Estás preparada para abandonar ésta casa? —la pregunta me toma por sorpresa porque no sé si lo esté.
Creo que al final nunca estamos preparados del todo para un gran cambio en nuestras vidas.
—Lo suficiente como para no entrar en pánico —la hago reír y se acerca a mi.
Esquiva las cajas que están en el suelo de la habitación y se sienta a mi lado. Me dije a mi misma que no me distraeria con las cosas de mi habitación viajando a momentos que se, nunca volverán, pero es inevitable no hacerlo cuando tengo un montón de fotos de cuando éramos una familia feliz, con problemas mínimos y peleas escasas.
Suspiro y regreso las fotos de nuevo al álbum guardandolo en una caja.
—¿Ya le dijiste a tus amigos? —niego con la cabeza recordando que Finnegan vendrá en un par de minutos. Será un día difícil.
—Zack viene en un rato, planeo decírselo hoy —ella asiente y aprieta mi mano dándome aliento.
—Si te quiere lo entenderá y si ustedes se aman ésto no los separará —asiento y me remuevo incomoda. Tía Chris no sabe todo lo que tengo en mente.
Ni siquiera yo estoy segura de si es lo correcto pero en mi perspectiva es lo que nos conviene a ambos.
—De verdad eso espero. Es molesto que tenga que irme cuando al fin encajo en un lugar —le confieso.
—Pero estarán en contacto cariño, no perderás a tus amigos ya lo verás —me sonríe para tranquilizarme y lo logra un poco.
—Lissie se irá a Alemania, Finnegan se irá a Nueva Jersey y yo me iré a Colorado, no quiero empezar de nuevo, no quiero conocer a gente nueva ni mucho menos ser de nuevo la marginada del salón —Tis Chris tiene como un imán que me hace qurrer contarle todo lo que hay en mi mente; preocupaciones, angustias, molestias, todo. Por una parte es bueno porque sé que puedo contar con ella para lo que sea, por éso siempre la he querido, sea lo que sea que pase, ella te hará ver que no todo está perdido, busca el huequito de luz en medio de la oscuridad.
—No lo serás tonta, imagino que aquí te hicieron ser la marginadas porque eras la nueva, eras desconocida ante todos y eso los puso en alerta. En cambio en la universidad serás la nueva, todos lo serán y tarde o temprano harás amigos nuevos, no reemplazarán a los que tienes ahora pero sí contribuirán para que tu vida sea mejor, así que no te aflijas, sé que debes tener miedo y es normal, solo no dejes que eso arruine la experiencia de un cambio, además, también podrás hacer amigas en la academia de baile, todo estará bien, confía en mi —asiento estando de acuerdo con sus palabras. Cambiarme de ciudad será como una nueva oportunidad, claro que no olvidaré a las increíbles personas que se han instalado en mi corazón éste último par de meses.
Él timbre suena y Tía Chris baja a abrir, me levanto y sacudo el polvo de mi ropa. Pocos minutos después Finnegan entra a mi habitación pero se detiene abruptamente cuando observa las cajas.
—¿Qué pasa aquí? —pregunta cauteloso. Suspiro y las ganas de llorar me invaden. Me siento en la cama y palmeo a mi lado, duda un poco pero camina hacia mi y se sienta.
—Yo... Supongo que ya te lo debiste haber imaginado, la verdad es que era algo inevitable pero... Me mudare a Colorado con Tía Chris —Suelto rápidamente porque sino no tendré fuerzas para decirlo.
Espero atentamente su reacción. Desvía su mirada de mi hacia el suelo y creo ver que sus ojos lagrimean un poco.
Mierda.
—¿Cuándo te irás? —su voz es un poco ronca y mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas de nuevo.
—Una semana después del baile de graduación —asiente lentamente aún sin mirarme y me frustra demasiado que no hable ni reaccione ante nada.
—En tres semanas —susurra y asiento aunque no sé si pueda verme —¿Qué pasará con nosotros?
Muerdo mi labio, y me observa, en sus ojos puedo observar que ya sabe la respuesta de eso. Es inevitable.
—Tu irás a Nueva Jersey, yo iré a Colorado, estaremos lejos y... —ni siquiera me deja terminar.
—Quieres cortar —se levanta de golpe y hago lo mismo. Da unos pasos lejos de mi y despeinada su cabello frustrado.
—Sí —respondo con el corazón en la garganta. Hay lágrimas rodando por mis mejillas al igual que en las de él. Solo ruego que no se enoje conmigo o me desprecie.
—¿Por qué quieres hacerlo? No lo entiendo, yo... Podemos tener una relación a distancia, vernos al menos dos fines de semana al mes, yo viajaría a Colorado y tu podrías venir a Nueva Jersey —se acerca a mi y me toma ambas manos, hay desesperación en su mirada y mis lágrimas aumentan. Él no se merece ésto —¡Podría funcionar!
Desvío mi mirada hacia el suelo y suelta lentamente mis manos.
—Entiendeme yo... Yo te amo Finnegan pero ¡Mierda! No sé quien jodidos soy, necesito un descanso de todo, de los sentimientos, estoy dolida, furiosa, me siento de nuevo como cuando mamá murió y sé que no podré darte lo que te mereces si mi cabeza está hecha un lío. Necesito resolver primero mis mierdas antes de poder estar contigo. No te digo que a partir de hoy hagamos como que no nos conocemos porque incluso podemos tener contacto y seguir hablando pero el día en que me vaya quisiera poder contar contigo... —la voz se me corta pero saco fuerzas de donde no hay para terminar —como amigos.
Él asiente lentamente y se sienta en la cama sin mirar al suelo, me acerco hasta él y me siento a su lado.
—Tienes razón —me toma por las caderas y me sorprendo cuando nos hace a ambos acostarnos, yo con mi cabeza en su pecho y el rodeandome con sus brazos. Extrañaré demasiado esto —Tengo que concentrarme en el fútbol y en las clases y tu tienes que hacer lo mismo con el baile. Pero sólo quiero que me respondas una cosa Lena y hazlo con total sinceridad ¿de acuerdo?
—De acuerdo —no tengo ningún problema.
Su pecho sube lentamente y baja de golpe suspirando.
—¿Me amas? Porque yo lo hago como no tienes idea y puedo esperarte hasta que estés lista ¿Quieres que lo haga? —sonrío un poco, no tengo dudas al respecto pues desde que mi vida se volvió un infierno Finnegan es la única persona que me pudo regalar felicidad más allá de lo superficial.
Levanto mi rostro observándolo fijamente.
—Te amo Zack James Finnegan y cuando esté lista estaremos juntos, mientras quiero que sepas que ésta es una mierda muy cursi para decir pero; tienes mi jodido corazón —una sonrisa se dibuja lentamente en su rostro y me atrae en un abrazo que me hace reír.
—Quiero estar contigo pero no te voy a presionar —asiento y deposito un suave beso en sus labios.
—Gracias J—el ríe y toma mi rostro en sus manos besandome fuertemente, con pasión, amor, deseo, transmitiendome todo lo que siente. Después de unos segundos se separa con la respiración entrecortada.
—Tengo... Tengo que llevarme de recuerdo muchos de éstos —rio hasta que me silencia abrazando de nuevo mis labios con los suyos.
Me permito disfrutar, sentir, dejando atrás todas las cosas que nos esperan a ambos.
***
—Odio el verde —rechazo el vestido que Lissie me muestra y ella rueda los ojos exasperado.
—¡Odias todo Lena! No puedes rechazar cada opción que te doy —replica frustrada poniendo el vestido de nuevo en el perchero.
—No es mi culpa que me enseñes solo vestidos feos Lissie —le respondo de vuelta usando el mismo tono. Me saca la lengua y ambas seguimos en busca de un vestido que me guste.
El baile es en tan solo una semana y aún no tengo el estúpido vestido que voy a usar, ésta vez quiero que sea algo de impacto porque es la última vez que estaré en ése maldito instituto, más vale que valga la pena.
Salimos de la tercera tienda con las manos vacías y caminamos por el centro comercial hasta la siguiente. Lissie ya compró el suyo y decir que es precioso es poco, cuando se lo probó prácticamente le brillaron los ojos y a mi igual, es de un hermoso rosa claro, con escote de corazón, pedrería en la parte de arriba y un poco de tull en la parte de abajo, cuando se lo puso parecía una princesa sacada de un cuento de hadas, se decidió por él al instante.
Y mientras yo, con suerte consigo uno que me guste, ninguno que me encante y esa es la reacción que quiero tener al probarme el vestido correcto.
Entramos a otra tienda y ambas tomamos un par de vestidos que nos gustan. Entro al probador pero ninguno es lo suficientemente bueno, creo que Lissie está a punto de mandarme a la mierda por ser tan indecisa.
—Sé que te dije que tenías que encontrar el vestido adecuado pero ¡Te has probado más de veinte vestidos! Y es la última tienda que hay en el centro comercial —le hago un puchero y ella rueda los ojos hacia mi.
—Podemos ir a otro centro comercial —le sonrío para convencerla y niega muchas veces.
Alguien carraspea y guío mi mirada más allá de donde Lissie está sentada encontrándome con Colvie.
—Eh... Hola —la saludo un poco extraña por su presencia, bueno más que todo por llamar nuestra atención.
—Hola —responde con una sonrisa tímida en el rostro. Mira a Lissie y ésta le sonríe en señal de que todo está bien, eso es lo único que le hace falta para tener la confianza de caminar hasta mi.
—Las estuve escuchando y Lena definitivamente el naranja no es tu color, ni es el color de nadie. Ten —me extiende un vestido y la observo confundida —¡Pruebatelo! Anda, estoy segura que te quedará bien.
Miro a Lissie y me asiente entusiasmada. Tomo cautelosa el vestido.
—Gracias —es lo único que digo antes de entrar de nuevo al probador.
Me quito el vestido naranja y creo escuchar que Colvie está hablando con Lissie. Bien, una cosa es disculparse por todo lo que hizo pero otra muy diferente es ser amigable y ayudarme con mi vestido. Quizás la gente sí cambia.
Me enfundo el vestido que en realidad es un top y una falta larga y al verme al espejo siento todo lo que se supone debo sentir. Me veo increíble.
Él top es negro de tiros delgados con un poco de transparencia, escote de corazón y pedrería plateada mientras la falda es suelta con una abertura para la pierna en un lado y pequeños detalles de encaje. Es simplemente precioso.
Salgo del probador con una sonrisa enorme en el rostro y Lissie se levanta de golpe aplaudiendo.
—¡Justo ése es! ¡De eso hablaba! Lo ves Lena, teníamos que buscar más ¡Le queda estupendo! —Brinca repetidas veces y abraza a Colvie quien ríe.
—Te lo dije, te ves bien —me sonríe y me miro de nuevo en el espejo.
—Gracias Colvie —le susurro de vuelta y lo único que pienso es en que Finnegan morirá cuando vea el vestido.
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Un poco tarde pero aquí está, nos acercamos aún más a finaaaaaaaaal. Espero les guste cada parte de ésta historia que para mí es como mi bebé porque es la primera que me animé a publicar en Wattpad y ya casi casi está culminada.
Un saludo y beso a todos.
MaVaFb.
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