Capítulo 24. Ya no importa.
—Yo...Lo siento, ya lo recojo —dice rapidemte y entra a la casa.
Volteo a ver a Lion quien rueda los ojos y continúa hablando con mi padre. Mi boca sigue abierta. Colvie vuelve y recoje los vidrios rotos, no me da ni una mirada, todo es tan extraño.
—¡Eh Colvie! —volteo hacia Lion y ella hace lo mismo. El grotesco hombre camina hacia mi y aprieta mi hombro, quiero quitarla de inmediato pero la mirada de advertencia que me da mi padre me hace desechar la idea.
>>Ven a conocer a la hija de Dickon, son de la misma edad ¿No es así? Pueden hablar de cosas de chicas y eso. Vamos. Lena, ella es mi hija Colvie.
Colvie sonríe falsamente y se dirije hacia mi. Lion da un apretón en mi hombro antes de irse, quiero sacudir mi chaqueta.
—Hola —dice Colvie sentándose a mi lado, una sonrisa falsa está dibujada en su rostro —escúchame bien, solo sonríe y finje que estamos hablando de algo divertido —la miro confundida.
—¿Por qué...? —comienzo pero me interrumpe.
—¡Solo hazlo! —me advierte aún manteniendo la sonrisa falsa. Suspiro y suelto una risa, no soy muy buena finjiendo pero creo que me sale porque Lion nos observa y sonríe alzando el pulgar hacia nosotras.
Colvie destapa una cerveza y de un trago se toma casi la mitad, la miro de forma repulsiva. Odio el alcohol y uno pensaría que a una persona como ella le iría mejor el vino. Me observa.
—¿Quieres? —niego con la cabeza arrugando el rostro —bien, te lo pierdes, ésto es más fácil de tolerar con alcohol en tu organismo.
No le respondo, aún sigo estupefacta por la situación.
¿Colvie en un lugar como éste?
¿Con un padre como ése?
¿Y dónde dejó todos sus modelitos de marca de diseñador?
Sólo tiene puesto un short de mezclilla, una camisa de cuadros y unos converse desgastados. Eso no es nada parecido a los conjuntos combinados ni a los zapatos altos y llamativos que suele vestir. Se supone que la familia de Colvie es una de las más adineradas de la ciudad.
—Escúchame bien Lena —llama mi atención pero no me está observando, su mirada está perdida en algún punto, creo que viendo a su padre. Mi teléfono vibra pero lo ignoro.
>>No dirás nada a menos que quieras recibir una gran paliza, ni a la traidora de Lissie, ni a Zack, nada a nadie porque entonces la única misión que tendré será hacerte la vida aún más miserable. No te confundas, también sé como es tu padre y no querrás que se divulgue tal historia así que tú callas, yo callo ¿Entendido?
Frunzo el ceño y observo como el padre de Colvie ríe toscamente escupiendo un poco de cerveza en su ya manchada camisa.
—Tú callas yo callo —respondo.
Colvie no me cae para nada bien, no me fío de ella, ni siquiera entiendo la situación pero lo que sí entiendo es que tal vez ella pase por el mismo infierno que yo y al igual que lo que pasa dentro de mi casa es privado y no quiero que nadie se entere, nadie debería saber lo grotesco que es el padre de Colvie.
Le respondo a Zack sin mencionar a Colvie.
***
El profesor de matemáticas habla sin parar sobre un tema que no he terminado de entender aún pero del que investigare después. Miro el reloj ansiosa porque suene la campana y cuando suena todos sueltan un suspiro de alivio, si yo no lo entiendo imagino que los demas estarán echando humo por la cabeza al tratar de entender. Siento que mis pies pesan más de lo normal, odio los lunes.
Salgo del salón y Lissie se engancha a mi brazo sonriendo, no entiendo cómo puede irradiar tanta emoción después de salir de una clase así, y un lunes.
—Iré al centro comercial después de clases, necesito un cambio de look, ya sabes, un poco de feng shui en mi vida ¿no? Pues tienes que acompañarme —suelta enérgica mientras caminamos a la cafetería.
Hoy Finnegan no nos acompaña pues tiene un partido importante en una semana y el entrenador decidió planificar una practica para hoy, no sé si envidiarlo por saltarse casi todas las clases o sentirme mal por él por la tortura del entrenador, ése hombre es muy estricto en lo que a su equipo se refiere.
—No puedo, tengo que llegar a casa —reviento su burbuja de felicidad.
A pesar de que papá volvió a su misma rutina de ir a tomar, no quiero arriesgarme a que me pesque de nuevo fuera de casa y menos por algo tan simple como que Lissie quiera un cambio de look, no me necesita para éso.
—¡Por favor! Debes acompañarme, odio ir sola y necesito tu opinión, nunca mientes ¿si? —nos sentamos en una de las mesas de la cafetería y ruedo los ojos cuando comienza a sacudirme.
>>¡Vamos vamos vamos! ¡Di que si, será divertido, tarde de chicas y...!
—¡Está bien! —levanto las manos apartando las suyas —quizás pueda después del almuerzo.
—¡Genial! —suelta muchos aplausos brincando en su lugar.
—Pero debes buscar mi comida —la señalo.
—De inmediato —se levanta rápidamente y corre hacia la fila para buscar nuestra comida.
Rio por sus tonterías, una tarde de chicas no suena tan mal.
***
—Este no es mi lugar favorito —comentó mientras Lissie me jala de tienda en tienda para comprar cosas inútiles.
—¿Por qué? Es genial, es como el paraíso —río y niego con mi cabeza.
Paraíso no es la definición que le daría a éste lugar.
Al fin entramos al salón de belleza y Lissie corre para abrazar a una señora. Yo me siento en las sillas de espera y saco mi teléfono del pequeño bolso.
"¿Cómo va la tortura? —Finn<3"
"No tan mal como pensé que sería ¿aún adolorido? —Lena"
Luego de que terminase el entrenamiento Zack se reunió con nosotras en la clase de inglés, caminaba de forma graciosa y si tocaba cualquier parte de su cuerpo soltaba un quejido, al parecer el entrenamiento fue bastante rudo.
—¿Que opinas de éste? —Lissie coloca un libro frente a mi y lo tomo. Son peinados.
Me señala una imagen de una chica rubia con cabello hasta los hombros y flequillo recto, arrugo mi nariz. Definitivamente la actitud de Lissie es perfecta para que sea rubía pero eso la haría un gran estereotipo andante y no sé si podría aguantar eso.
—Demasiado predecible —le respondo y comienzo a pasar las páginas del libro — ¡Este me gusta!
Ella se sienta a mi lado y jadea.
—¡No puedo usar eso! Es muv... Diferente.
La imagen es de una chica con el cabello patinado casi blanco y morado en las puntas.
—Sí, es diferente, extraño, raro —ella asiente — pero es mejor que ser igual a las demás, destacarás, me gusta pero si a ti no entonces escoge otro, serás tú la del cabello no yo, debes aprender a tomar tus decisiones Liss —le digo sinceramente.
Ella mira por mucho tiempo la imagen antes de asentir lentamente.
—Quiero éste —le dice a la señora quien sonríe emocionada y va en busca de lo necesario.
—¿Porque quieres o porque yo lo dije? —le pregunto, no tiene que hacer algo sólo porque alguien más diga que debería hacerlo, Lissie tiene que aprender a ser independiente, despegarse de todo eso que Colvie la arrastró a ser.
—Porque yo quiero —dice sonriendo y se que dice la verdad.
***
—Te ves jodidamente espectacular —le digo emocionada. La verdad es que le queda bastante bien. Su tez es un poco pálida por lo que el blanco le queda muy bien.
—¡Gracias! Me gustó más de lo que pensé ¡Deberías hacer un cambio tu también! Yo pago —sus ojos brillan y yo niego con mi cabeza horrorizada.
—No, definitivamente no y no cambiaré mi respuesta —le digo severa y ella hace un puchero.
—Pues será la próxima —se voltea para pagar y luego irnos del centro comercial.
No es mucho el tramo hasta mi casa, aunque si vas con Lissie te aseguro que tomara más tiempo de lo normal, conduce muy despacio y habla demasiado, lo bueno es que sólo debo escucharla sin hablar, es divertido porque a veces dice cosas que no sé de dónde las saca y poco a poco está limpiando todas las expresiones tontas que la hacían parecer plástica y tonta.
Sacó mi teléfono recordando que tengo que responderle a Finnegan.
"Yo tampoco estoy entendiendolo, quizás deberíamos estudiarlo juntos ;) dos cerebros piensan mejor que uno y el tuyo vale por diez, no reprobaremos matemáticas —Finn<3"
"Oye... Había olvidado preguntarte, el sábado es el partido así que debes darme suerte ¿te parece ir por un helado el viernes? —Finn<3"
Decido responderle después, cuando no tenga el parloteo de Lissie de fondo así que guardo el teléfono de nuevo en el bolsillo.
Llegamos a mi casa y el auto de papá está allí, mierda.
—Gracias por acompañarme Len, eres una buen amiga —le sonrío y bajo del auto.
—Cuida ése lindo cabello —me guiña un ojo y cierro la puerta. Ella arranca y yo camino hasta la casa.
Entro y cierro la puerta tras de mi, de inmediato el olor a alcohol inunda mis fosas nasales y otro olor que no logro diferenciar. Ni siquiera tengo tiempo de pensar cuando mi padre aparece frente a mi.
—¡¿Dónde carajos estabas?! —grita furioso.
Mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas al instante.
No de nuevo, por favor no.
—Salí con una amiga papá, te lo juro —comienzo a sollozar.
Él se acerca dos pasos más hacia mi y yo retrocedo hasta chocar con la puerta. Lo observo y me doy cuenta que creo no solo ha tomado, hay una vena marcandose en su frente y en su cuello y sus ojos están mas rojos de lo normal. Creo que ya sé de dónde proviene el olor, está drogado.
Sollozo aun más fuerte murmurando que no me haga nada. No quiero, no otra vez.
—¡No me mientas pequeña puta! —grita salpicando saliba en mi rostro, no puedo controlar mis sollozos y eso lo enfurece aún más.
Grito cuando me toma del cabello y me jala hacia el.
—¡Por favor papá sueltame! ¡Por favor! —le imploro entre el llanto.
Da un jalón que me saca otro grito.
—¡Estabas de nuevo con ése niño rico verdad! ¡Eres una jodida zorra! —tira de nuevo y grito.
—¡No papá te juro que...!
Me da otro tirón y estampa mi cabeza contra la puerta, un dolor punzante recorre todo mi cráneo y apaga mi llanto, abro mis ojos recobrando el sentido de nuevo cuando veo el puño de papa aproximándose. Caigo al suelo. Doy un aullido de dolor cuando golpea mi mejilla, creo que dice algo pero no estoy muy segura, tomo mi mejilla sintiendo el líquido caliente salir de ella, al igual que de mi cabeza.
Miro hacia arriba y mi vista está borrosa por las lágrimas, el dolor y un fuerte pitido me invade, aun así puedo esucharlo.
—¡Tu madre murió salvando el culo de una puta! ¡Murió en vano porque solo salvó un pedazo de mierda!
—Papá... Por favor... No —sollozo pero no me hace caso.
Lo último que percibo es su bota aproximándose a mi rostro y un dolor infernal.
Luego nada.
***
Comienzo a abrir mis ojos y gimo sintiendo dolor en todo mi cuerpo, mis párpados pesan y uno de ellos no se abre del todo, si lo intento duele como el infierno. La casa está completamente oscura, espero que papá se haya ido.
Intento levantarme pero me ha dado una paliza incluso después de desmayarme. Quiero llorar y gritar pero necesito saber lo que me ha hecho, todo mi rostro duele al igual que mi cuerpo.
Apoyo uno mano del suelo pero me resbaló con algo.
Con mi propia sangre.
Toco mi cabeza, mi cabello está pegajoso y cuando observo mi mano está cubierta de sangre. Comienzo a sollozar y aún así me levanto. Como puedo me apoyo de los objetos y aunque casi caigo un par de veces, llego a las escaleras. Subo cuidadosamente pues uno de mis pies creo que está lesionado. El camino se hace eterno a mi habitación y aún más a mi baño. Cuando llego tengo miedo de mirarme al espejo.
Doy una bocanada de aire y me pongo frente a él. Quiero romperlo al instante porque no sé quien me devuelve la mirada.
Mi ojo está muy hinchado, casi al punto de cerrarse, mi labio está roto y en mi pómulo izquierdo hay una especie de bola morada cubierta de sangre, mi cabello es un desastre y hay sangre en mi cuello. Armandome de valor quito mi camisa con cuidado, jadeo cubriendo mi boca para no gritar.
Hay hematomas por todo mi abdomen y en especial uno muy grande en mi vientre. Grito sin poder contenerme y me deslizo hasta el suelo. No se supone que deba ser así, un padre no debería hacer esto, no merezco ésta vida, no merezco éste infierno.
No lo quiero, ya no.
Limpio mis lágrimas lastimandome un poco pero no me importa. Me levanto de golpe dando un aullido de dolor, pero cierro mis manos en un puño clavando las uñas en mis palmas, no me importa.
Camino hasta la mesa al lado de mi cama y saco las pastillas.
—Ya no más. Te veré pronto mamá —y sin titubear las meto en mi boca y las trago.
Las lágrimas comienzan a salir a cantaros, lloro por todo, grito sin importar que me escuchen hasta que comienzo a marearme.
Al menos ya no sentiré los golpes, no tendré que esconderlos y todos sabrán el monstruo que fue mi padre conmigo. Él sufrirá un infierno mientras yo me reunire con mamá. Después de todo su muerte sí fue en vano.
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Hola... Pues... Un minuto de silencio por lo triste del capítulo...
...
...
...
Listo ¡Hola hola hola a todos! Espero estén bien y de nuevo disculpa por la tardanza al actualizar.
Ahora ¿Qué opinan sobre lo que pasó? ¿Cuáles son sus teorías para el próximo Cap? Quiero sabeeerrr.
Nos leemos la próxima semana, trataré de que sea antes.
¡Saludos y besos!
MaVaFb.
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