Epílogo
Después de leer aquel diario, Natsu cayó al suelo llorando, no le importaba si alguien lo viera o lo escucharan, solo quería que su corazón dejara de doler tanto. Y ahí entendió, ella era un ángel que necesitaba volver, y él solo estaba siendo egoísta queriéndola tener cuando lo único que le hizo fue daño.
Su estado iba de mal, en peor, se sentía como la peor persona del mundo, observaba sus manos e imaginaba el rostro de Lucy siendo acariciado por aquellas, observaba su pecho e imaginaba a Lucy abrazando su torso, y sintiendo como su corazón latía al ritmo del suyo, sin embargo, se observó el mismo en el reflejo de la baldosa del suelo, y solo vio un monstruo que causó lágrimas en aquella persona que le hizo sacar varias sonrisas.
Es injusto.
¿Por qué ella?
¿Por qué siendo tan bondadosa fue una de las personas más heridas?
Cierto...
Eso es lo que la hace única e inolvidable, a pesar del dolor, y sufrimiento, no importaba cual era la situación, su felicidad se basaba en la felicidad de otros.
A pesar de todo el odio que recibía, a pesar de todo, ella no mantuvo rencor.
Es cierto...la gente abusa, sin embargo ese término queda corto con lo que las personas le habían hecho.
Culparon al inocente, corrompieron a la optimista, desilusionaron a la soñadora, desesperanzaron a la única esperanzada, oscurecieron a la luz. Quebraron a la fuerte. Entristecieron a la felicidad. Todo por culpa de Natsu.
El alma de Natsu no tiene perdón. Y su cuerpo ya fue abandonado por la ya mencionada. Un cuerpo sin alma, es como un títere sin manipulador. Solo un objeto sin vida.
Y es verdad la ideología de Lucy, el amor es un ser desconocido, un arma de doble filo, si está a tu favor, es lo más hermoso que habrás sentido, si está en contra tuyo, es una de las torturas más duraderas, y destructivas que uno pueda lograr sentir en su vida.
¿Entonces...seguirás arriesgándote en el amor?
–Gracias por mantener este diario. En serio se lo agradezco.– dijo un peli-rosado intentando vocalizar a pesar de las lágrimas que corrían por sus mejillas.
–No hay de qué–contestó la enfermera.
Ahora es tiempo de que la justicia tome su turno.
–Me tengo que ir.
El chico se limpió las lágrimas y fue a su casa, se arregló su vestimenta, y asistió al funeral de Lucy.
El cielo estaba nublado, la temperatura era baja, el escenario en sí, era deprimente y sombrío.
Con su mirada perdida, recordaba cada momento que estuvo con Lucy, cada risa, cada alegría, cada pelea, entre otros recuerdos. Automáticamente una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. Era como si a pesar de su muerte, su existencia seguía presente. Y es verdad, Lucy murió, pero Natsu mantiene su ser en su corazón y memoria.
Una vez en el entierro, se arrodilló ante la lápida de Lucy, comenzó a llorar, y expresar todos los sentimientos que tiene hacia ella.
Con el tiempo las heridas iban sanando, sin embargo aquellas heridas fueron tan profundas en el corazón de Natsu, que dejaron cicatrices.
Y para recompensar todo el daño que hizo, cada fin de mes, Natsu visita a Lucy con un ramo de rosas escarlatas, y al finalizar aquellas historias que le contaba, para despedirse el siempre decía "Te amo mi mejor amiga" para obtener como respuesta una suave brisa que lograba relajar el cuerpo de Natsu.
Capítulo dedicado a: Dragneellove De-nni-se
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