Por Milena

1 Año después... 1/ marzo /2021

Hoy se cumple 1 año desde que comenzó la batalla contra la Covid-19, el hospital ha tomado como medida para tener el personal más cerca en caso de necesidad alojarnos en una residencia. Así que desde hace más de un mes no he regresado a casa.

-Mimi, mira lo que me compró abu- estoy hablando por facetime con Lucas y mi madre.

Mi niño me enseña un cubrebocas con el sello del Real Madrid y otro con la camiseta del número 20, un tal Asensio, aunque lo veo ilusionado se me estruja el corazón ante la situación que se vive.

- ¡Vaya, como mola!- como todos los miembros de mi familia, Lucas es fan de los merengues.

Antes yo solía ver los partidos, mi hermana y yo fantaseábamos con los futbolistas, Sergio Ramos era el crush de mi hermana. Llevo 5 años de que no me siento a ver ni un partido y este chico, el tal Asensio debe ser fichaje nuevo, así que ni idea de quién es. Aunque he oído que trabaja de voluntario en la misma ONG para la que trabajo.

-Mimi, te extraño, ¿cuándo vendrás a casa?-me pone carita de cordero degollado y a mí se me estruja el corazón.

-No lo sé, cielo. Yo también los extraño, pero recuerda que estoy salvando vidas- para muchos de los afectados por el confinamiento y la falta de contacto lo peor es la sensación de aislamiento, incluso para mí se ve afectada, vivo en una residencia para médicos lejos de mi familia y no me espera nadie. Los médicos y enfermeras tenemos que trabajar más allá de nuestros límites y cargar con una gran responsabilidad.

-Lo sé, ustedes son ahora los héroes de batas blancas, me siento orgulloso de que seas mi mamá - es la primera vez que Lucas me dice mamá, ahogó un grito de felicidad al tiempo que se me hace un nudo en la garganta. Esas palabras me llenan el alma, pero al mismo tiempo rompo a llorar, llevo meses sin ver a mi familia, eso es sumamente duro e inevitable.- ¿Mami, cuándo crees que volveré a ver a Paco y a José?

-No lo sé cielo- intento recomponerme pero las lágrimas no paran de salir. - ¿No has hablado con ellos por Skype?

-Sí, pero no es lo mismo, extraño cuando íbamos al parque y nos veíamos en la escuela. Mimi, ¿tú no me vas a dejar como mamá Anna?- joder que si sigo hablando con este niño me va a romper.

-No, cariño. Solo que ahora tienes que estar con la abuela y sabes bien que mamá Anna te cuida desde el cielo, ahora pásame a tu abuelita- necesito que mi madre me proteja como hace siempre, que me ayude a lidiar con los sentimientos y el dolor de estar lejos.

-Cariño no llores, sé que te necesitan dónde estás- me dice mi madre.

-¿Viste lo que me ha dicho Lucas?- mi madre también tiene lágrimas en los ojos. La muerte de mi hermana es algo que nos marcó a todos.

- Sí, mi niña. Lo oí, pero quieres que te diga algo, tú eres su mamá, te has ganado ese título con creces.

- Mamá, pero es que Anna...

-Anna siempre será la madre de Lucas, pero Milena tú también eres su mamá, lo has sido por 5 años cuando yo no me creía capaz, tú sola asumiste esa responsabilidad y lo has hecho muy bien. Tu hermana esté donde esté, está feliz porque sabe que amas a su hijo con todo tu corazón-a este punto de la conversación mi madre y yo lloramos como dos magdalenas.

-¿Ya comiste hoy? - dice sorbiendo la nariz, y dando así por zanjado el tema.

- Sí, hace un rato llegué al albergue, me duché, comí algo y ahora estoy en la cama- le muestro la habitación doble que comparto con Deisy.

-Cariño, me preocupa mucho tu salud y tu bienestar físico, sabes que no te hace bien estar muchas horas de pie.

-Sí lo sé, pero tranquila estoy bien, solo trabajo lo necesario.

-Turnos de 24 horas o más y después a ayudar de voluntaria-me reprende.

-Mamá, ya tendré tiempo de descansar, no te preocupes por mí.

-No me pidas que no me preocupe, ya perdí una hija, no quiero perderte a ti también- siento el temor en su voz.

-Mamá, no me vas a perder, te lo prometo. Voy a dormir, mañana hablamos- intentó calmarla. -Te quiero.

-Y yo a ti, descansa cielo, que Dios y la Virgen te protejan.

***

Hoy ha sido un día totalmente desalentador, el cansancio es evidente en el equipo de guardia con el que trabajo, además contamos con 3 miembros menos que se han contagiado. El hospital está al límite de su capacidad, los familiares no dejan de llamar en busca de una noticia buena y para nada ha sido un día así, hemos perdido el número de pacientes más alto en lo que va de pandemia.

Después de llegar al piso que comparto con Deisy y de poner a lavar toda la ropa que llevo pasó una larga hora en la ducha. En este tiempo me he obsesionado con la limpieza así que lavo mi cabello al menos cinco veces y mi cuerpo igual.

Cuando decido que estoy completamente limpia voy por algo de la pequeña nevera, para darme cuenta de que me he quedado sin suministros. La falta de sueño más el no comer le pasan factura a mi carácter. Para cuando llego al supermercado más cerca de casa y de hacer fila por una hora para entrar, mi humor se ha disparado.

Un niñato atractivo con los ojos marrones más bonitos que he visto en mi vida, pero que lo arruinó todo nada más abrir la boca, me hace perder el tiempo en el parqueo.

-¿Sabías que ese lugar está reservado para discapacitados?- me grita.

-Sí - digo y continúo caminando.

-¿Qué tal si alguien lo necesita?- entramos en una querella.

-Yo lo necesito-- lo miro con chulería, este tío es estupendo o ciego.

-Claro, con tu perfecto cuerpo lo necesitas mucho- el chico que lo acompaña me mira y se encoje de hombros.

-¿Sabes qué?, no tengo porque darte explicaciones de mi vida, pero si tanto te molesta busca otro sitio- me mira con esa mirada intensa, esos ojos que me recuerdan a alguien que he visto recientemente pero no se donde.

En él descargó toda mi rabia y frustración del día. Cuando le doy la espalda me arrepiento de como lo traté, pero solo quiero comprar las cosas y marcharme para poder dormir unas horas antes de volver al trabajo.

Camino rumbo a la entrada cuando alguien toca mi hombro.

-Hola, quería disculparme por la actitud de mi hermano- me dice el otro chico que acompaña al patán. - Pero es que desde que se lesionó hay días que su rodilla después de un entrenamiento duele mucho y eso lo pone insoportable.

-¿Y ser un imbécil no es común en él?- digo alto para que me oiga, ganándome una carcajada del chico con el que hablo.

《 Dios perdóname, pero es que no sé qué me sucede con él.》

-Mira, niña bonita...-contesta el castaño, que es frenado por su hermano.

-Marco, estamos en un lugar público, contrólate, ¿quieres?

-¿Ves a lo que me refiero?- sonrío porque sé que por la mascarilla no me puede ver-. Las apariencias engañan y no todo lo que brilla es oro, chaval- hay algo en mi interior que me incita a provocarlo.

-Las mujeres son todas iguales, aprovechadas- me dice Marco, escupiendo veneno.

Un comentario que decido ignorar, además ya me toca entrar.

V

oy directo a la sección de comida congelada, es lo único que como después de que se desató la pandemia. Extraño cocinar para Lucas y que mi madre, mi hermano Teo y Raúl mi padrastro, al que quiero como un padre pues está con mi madre desde que tengo 2 años. Se ha vuelto casi un recuerdo difuso estar con ellos y compartir nuestras típicas noches de familia, las bromas infantiles y tontas de mi hermano, la sencillez de la vida cotidiana.

Todo se ha convertido en una rutina sin sentido ni objeto, ahora el objetivo es sobrevivir el día, pensar en el Covid, escuchar las últimas noticias. El día siguiente es exactamente igual al anterior. Me siento sola cada vez que termino un turno, aunque comparto piso con mis amigos nada es igual.

Para despejar mi mente, voy a la sección deportiva, pronto será el cumpleaños de mi niño y quiero enviarle un regalo, por si no puedo estar con él. Busco entre tantas cosas y al final recuerdo el apellido ese del jugador que le gusta. Tomó una camiseta de su talla y se la entregó al dependiente.

Me quedo un rato mirando la ficha del futbolista. Es guapo, mide 1.82 cm, piel bronceada, pelo castaño, ojos café a juego con una sonrisa radiante que derrite a cualquiera.

Hago una nota mental de ver en YouTube qué tal juega el chico, así tendré tema de conversación con Lucas la próxima vez que hablemos.

-¿Eres fan? - siento una voz a mis espaldas y me encuentro al girar al chico del parqueo, al amable. - Por cierto soy Igor- chocamos los codos como muestra de saludo, algo a lo que me estoy aún acostumbrando.

-Milena- le digo mi nombre para después aclarar-. Respondiendo a tu pregunta, no, no soy fan, ni siquiera sé quién es, pero mi sobrino sí que lo es.

-Puedo hacer que el mismísimo Asensio te la autografíe- me propone, ¿cómo va él a conocer a un futbolista del Real Madrid?

-¿En serio?- preguntó incrédula.

-Aquí entre nos, qué te parece si te digo que lo conozco muy bien y que está en el centro comercial. -Igor suena muy seguro.

- A mi Lucas le haría mucha ilusión, pero eso es casi imposible.

-Pues si quieres ahora mismo te lo presento- me sugiere Igor.

-No, mejor no, con la firma es más que suficiente.

Igor se gira para hablar con el dependiente de la tienda deportiva.

-Me puede dar una de la talla de Asensio y envolver esa como había pedido la señorita- le pide.

-Pero...- intentó protestar cuando me interrumpe.

-Es un regalo, deja que el chico disfrute y se ponga la suya, esta la puede guardar, espérame aquí enseguida regreso- dice Igor y lo veo desaparecer por la puerta del local del Real Madrid.

Me quedo dando vuelta por el pasillo observando la equipación deportiva y un mural donde se encuentra el equipo completo. Me detengo a observar a Sergio Ramos. Anna babearia solo de ver el póster tamaño real.

-Listo- anuncia Igor unos minutos después entregándome la camiseta blanca y dorada autografiada.

"Para Lucas en su cumpleaños, gracias por tu apoyo, con cariño Marco Asensio"

-Espera, ¿tu hermano es...?- Estoy en shock.

-Sí, mi hermano es el futbolista delantero del Real Madrid y sí, es un imbécil cuando se lo propone- ambos reímos.

-Me caes mejor tú que él- confieso.

-Me alegro, generalmente es al revés- dice en una carcajada. - Muchas chicas quedan atrapadas por el brillo de los flashes y la atención que reciben al estar con alguien como él.

-Normal, cualquiera quisiera un minuto de fama, aunque a decir verdad, si todos son como tu hermano mejor me quedo en casa- reímos los dos estrepitosamente. -La verdad es que siento el haberle respondido de esa forma no suelo ser así pero he tenido un día horrible y por otra parte creo que a los dos se nos juntó el mal carácter.- Exhalo un largo suspiro para alejar los fantasmas del día.- Dile a Marco que le agradezco el autógrafo y que si sufrió una lesión, que he de suponer es en su rodilla, es normal que de vez en cuando sienta dolor.

-El tío ha entrenado muy duro para volver al terreno y con lo de la pandemia...

《Maldita pandemia.》

-Lo entiendo, pero es más la cuestión psicológica que la física.

- Lleva una buena desempatar desde que retomaron la temporada pero es duro no rendir igual que antes, sobre todo las críticas.

-Ya te digo que la mente nos juega muchas veces en contra, sería ideal que haga terapia psicológica, además de tomar una píldora "No me importalo que digan los demás". Te garantizo que es muy efectivo.

-No es mala idea-ambos reímos.

- Fue un gusto conocerte Milena.

-Lo mismo digo, Igor. Una cosa más, dile a tu hermano que si se mete otra vez conmigo le lesionó el otro pie y me aseguro de que nunca más vuelva a tocar un balón de fútbol- esta vez lo digo en un tono más relajado.

-Tranquila, le daré tu recado y felicítame a Lucas, espero que disfrute el regalo.

-Estoy segura de que le encantará.

⚽️😷🖤

Aquí los tienen, que creen.
Espero les guste, les he dejado algunas pistas de lo que sucede más adelante.
Besos, Betty

🥰🥰🥰 Agradecer nuevamente a Stellar_Editorial y goldscars por la corrección de los capítulos 3 y 4. Estoy encantada con el resultado.