Por Milena

20/ noviembre/ 2021

La luz de la lámpara de noche baña la habitación. Marco  hoy se ve agotado se acomoda en la cama y emite un largo suspiro. Se que me va a contratar algo sobre Andrés Urrutia y ¿ como lo sé? porque Deisy mi mejor amiga fue hoy al entrenamiento a ver a Isco jugar, ya que andan de novios.

Pero bueno eso no es lo importante, tengo que dejar que Marco sea el que me cuente y saque todo eso que lo corroe. Estas son las alturas en las que aún no sabemos que se trae este chico contra Marco. La rivalidad entre ellos se intensifica con cada entrenamiento. Los compañeros de equipo murmuran sobre la tensión palpable entre ellos.

Hace unas semana, durante un partido de práctica, Urrutia lo embistió con fuerza. Marco cayó al suelo, y yo que lo conozco bien se que ardía de rabia. Se levantó, la mirada fija en Urrutia.

—¿Eso es todo lo que tienes?— le espetó.

—Todavía no has visto nada, veterano.—Urrutia sonrió con suficiencia.

Yo, que estaba en las gradas observando, apreté los puños. Sé que Marco no es solo un jugador talentoso, sino también un hombre de honor. No se dejaría vencer por trucos sucios. Además Marco es solo 5 años mayor que él.

—Basta—gruñó, el entrenador.— Esto es un equipo. Dejen sus diferencias fuera del campo. Y Urrutia no me hagas tener que sacarte la roja, no quiero arrepentirme de haberte seleccionado. 

Hace poco, en el vestuario, Marco se encontró solo con Andrés Urrutia.

—¿Por qué tanto odio?— le preguntó Marco.

—Porque quiero tu lugar. Quiero ser el mejor.— Urrutia se encogió de hombros.

—No hay nada malo en querer ser el mejor. Pero no a costa de la lealtad y el respeto.

Este chico la verdad es que tiene que estar mal, en vez de aprovechar la experiencia de estar jugando en el mejor equipo de la Liga, está creando un conflicto interno que a nadie le gusta y va a terminar costandole el contrato con el Real Madrid.

—Milena— la voz de Marco hizo que me concentrará en él—. Hoy en el entrenamiento tuve un encontronazo con Urrutia.

—¿No lo entiendo, siempre está tratando de entorpecer? — digo con rabia.

—Exacto. No sé qué le pasa, pero parece que está empeñado en sabotearme. Me hace faltas innecesarias, me provoca en los ejercicios, incluso intenta desestabilizarme mentalmente.— Marco se tapa el rostro con su brazo izquierdo.

—¿Y cómo te sientes al respecto?— acaricio su pecho.

—Frustrado, — Marco suspira—enojado, pero también más decidido que nunca. No voy a dejar que Urrutia me detenga. Quiero demostrar que merezco ser titular.

—Eres un luchador, Marco. No importa lo que Urrutia haga, tú seguirás adelante.— lo animo.

—Tengo que hacerlo por nosotros, por Lucas.—Marco me mira a los ojos. —Quiero que se sienta orgulloso de su papá, además no me gusta que me vea peleando.

—Lo estás haciendo genial, Marco. Juntos superaremos cualquier obstáculo.— coloco mi cabeza sobre su pecho.— Lucas dice que cuando vuelva a ver a Andrés le va a patear la espinilla para que no se meta más con sus papá.

— ¿En serio dijo eso?— dice divertido a la vez que asombrado.

— Para ese niño tu eres su ídolo además de su papá.

***

1/diciembre/2021

Marco llega hoy en la tarde de Milán, hace una semana que no nos vemos pues han estado jugando allá, lo extraño mucho, aunque hablamos todas las noches, pero me toca aguantarme un día más sin vernos pues voy rumbo a el hospital.

Están siendo unas 24 hora horribles,  desde que se desató la pandemia  nada ha vuelto a ser como antes, en cada hospital al finalizar del día subimos a la azotea del hospital y decimos los nombre de los que nos han dejado, como un homenaje. Pero hoy es más difícil, me toca decir adiós a más de diez pacientes, el número más alto después que se declarara la nueva normalidad, entre ellos a Luna, mi jefa de enfermeras, después de batallar tanto contra la Covid -19 este le ganó la pelea, como ella se han perdido a muchos colegas que en cumplimiento del deber se contagiaron, los que quedamos nos hemos unido más como equipo, todos y cada uno de nosotros hemos llorado por los que se han ido en los pasillos del hospital.

La Covid se llevó muchas cosas la confianza, la cercanía a la que estábamos acostumbrados por temor, ya ningún lugar es seguro, los miedos se quedan, muchas vidas se perdieron y hoy yo perdí a una gran amiga, meter a Luna en una bolsa, fue horrible para mi, lloré buscando humanidad, pensé porque me había hecho médico, aunque se que no siempre podremos salvar a los pacientes. La muerte en la pandemia se ha convertido en algo solidario, la falta de contacto físico, el no poderte despedir hace la muerte más difícil en estos tiempos.

Entonces cuando dan las ocho, nos damos cuenta de que no estamos solos cuando los aplausos retumban en la oscuridad, es el gesto más bonito, y se ha vuelto un símbolo a nivel mundial en los balcones, portales, ventanas y azoteas hay personas que nos agradecen nuestro sacrificio.

Siento que todo cae sobre mí, y el nudo en el pecho hace que me falte el aire y todo me comience a dar vueltas, hasta que pierdo la conciencia.

***

—Ya está despertando— es la voz de Diego.

—¿Qué me pasó? — estoy algo aturdida.

—Te bajó mucho la tensión, nos diste un buen susto— dice Deisy.

—¿Dime que no llamaste a Marco o a mi mamá?- pregunto alarmada.

— No— aclara y yo respiro aliviada, no los quiero preocupar.

—Milena, en lo que estabas inconsciente me tomé la atribución de hacerte un estudio, por si acaso— me comenta Diego.

— Está bien, es que...— rompo nuevamente a llorar.

—Si, todos la vamos a echar de menos— él también está triste, comenzaban a tener un relación y ahora ella no está.

— No sabes cuanto lo siento.— no encuentro las palabras,  no eran nada oficial pero se que si hubieran tenido tiempo... Jodido virus te has llevado casi 2 años de la vida de todas las personas.

— Le prometí llevarla a París.— dice para romper a llorar.

— Joder Diego, ¿por qué tiene que ser así?¿ por qué tienen que dejarnos las personas más valientes y buenas del mundo?— las lágrimas comienzan a correr nuevamente por mi rostro.

— No lo sé es algo que nunca entenderé.

***

Estoy en mi cama del dormitorio médico, cuando me llega un mensaje en multimedia. Es Marco con Rome nuestro perro, regalo de Marco a Lucas, deseándome dulces sueños.

Puedo jurar que la foto la acaba de hacer Lucas, cuando no estoy en casa esos dos hacen lo que les viene en gana y están hasta hartas horas despiertos, jugando video juegos. Con todo lo acontecido hoy no habíamos podido hablar así que lo llamo por Skype, al momento veo aparecer su cara.

—Hola hermosa, Isco me contó, siento mucho lo de tu amiga.

—Lo sé— hago una mueca para restarle importancia no quiero romper en llanto delante de él y menos cuando no puedo correr a refugiarme en sus brazos.

— ¿Estás bien? —suena preocupado.

—Siento un vacío tan grande Marco, pero no lo sé, no sé si estoy bien — digo encogiéndome de hombros y conteniendo las ganas de volver a llorar.

—Cariño todo pasará sé que este virus es un carbón, pero gracias a algo muy malo para muchos te conocí a ti— siempre tiene las palabras exactas en el momento correcto.

— Si, eso tengo que admitirlo. ¿Qué tal tu viaje? - cambio el tema de conversación porque siento que si sigo así el aire me comenzará a faltar de nuevo y no quiero tener una crisis de ansiedad hablando con Marco por teléfono.

— Bien, te extraño mucho, es difícil estar en casa sin ti— confiesa haciendo un puchero— Y más que llevo muchos días sin verte.

— Solo faltan unas horas para vernos otra vez.

—Cuento los segundos— dice con una sonrisa, de esas que me enamoran.

La voz de Lucas resuena de fondo mientas le pide leche con chocolate a Marco.

—¿Se puede saber que hacen aún despiertos?— me pongo seria.

—Solo yo estoy despierto, Lucas ya duerme— intenta mentirme, pero su mirada nerviosa lo delata, además acabo de ver a Lucas pasar por detrás de él.

—Marco, que te conozco y sé que mientes.

—Mami no te pongas brava con papá— mi niño aparece ante mis ojos, ahora su imagen es más nitida— Es que estábamos viendo ViVo, después la vemos juntos, me gustómogollón.

—Pero ya nos vamos a la cama, ¿a que si Lucas?- le pregunta Marco a nuestro hijo.

—Si ya voy corriendo a por el pijama, te quiero mami, hasta mañana— me lanza un beso y se va.

— Cielo descansa, mañana nos espera un gran día— se despide de mi.

—Eso intentaré,  voy a hacer una ronda antes de intentar dormir algo, nos vemos mañana cariño— le lanzo un beso, ese que muero por darle.

— Hasta mañana princesa, recuerda que te amo— la imagen se congela y sé que hemos terminado de hablar.

Llevo horas sin probar bocado, así que mi cuerpo me traiciona y termino en el baño vomitando hasta la bilis, cuando miro mi reloj son las tres de la mañana, me enjuago la boca y me lavo la cara. Mi localizados comienza a brillar, el tiempo de descanso ha terminado para mí.

***

2/ diciembre/ 2021

Mi cama es todo lo que necesito para reponer fuerzas, cuando llego a mi casa Lucas se ha ido al colegio y Marco al Santiago Bernabéu a entrenar. Voy directo al baño, me quito la ropa del hospital y la pongo a lavar y después a darme un baño de burbujas, conecto mi teléfono al estéreo y la música llena la estancia, Cuando me siento renovada voy a la cocina por algo de comer, muero por unas tortitas con sirope de chocolate y fresas, así que como hasta quedar más que satisfecha y voy a la cama.

Unas manos acarician mi espalda, y juegan con mi cabello.

—Descansaste princesa— veo a un Marco sonriente y eso es todo lo que necesito para estar feliz, de un salto me incorporo y me tiro a sus brazos.

—Te extrañé— le voy dando besos por su rostro.

— No más que yo a ti Milena— toma mi cara entre sus manos para besarme.

Es tanta la necesidad de uno por el otro, que en unos instantes nos convertimos en besos y caricias, se va deshaciendo lentamente de mi ropa, y cuando me tiene a su merced completamente desnuda comienza a dejar un rastro de besos por mi cuerpo, se desnuda dándome un espectáculo. Entonces hacemos el amor con necesidad, con hambre de pasión.

Nota:
Estoy corrigiendo la historia sin quitarla de la plataforma, disculpen si esto puede ocasionar alguna molestia, las correcciones serán lo más rápido que pueda.

Besos Betty⚽️😷🖤