
13. SENTIMIENTOS
Por Marco:
Veo a Lucas casi dormido en el sofá de la sala, y ya es tarde para él, así que lo cargo en brazos llevándolo hasta una habitación que he condicionado, quiero que cuando se queden conmigo se sienta a gusto así que hice casi una réplica de su dormitorio en mi casa.
-Vamos campeón a la cama- el solo produce un murmullo, cuando subo las escaleras lo acuesto en su cama, lo arropo con el edredón, y saco su oso de la mochila para que no lo extrañe.
— Te quiero papá.— dice con un pequeño susurro, se aferra a su osito de peluche, y su respiración tranquila llena la habitación.
En ese momento, siento que mi corazón se expande de una manera que nunca antes había experimentado.
《Me a llamado papá. 》
Me siento en el borde de la cama, perdido en mis pensamientos. ¿Cómo es posible que este pequeño, con sus risueños ojos y su sonrisa sincera, haya llegado a significar tanto para mí, en tan poco tiempo? No es mi hijo biológico, pero eso parece irrelevante ahora. Lucas está siendo un hijo para mí en el sentido más profundo y verdadero.
La puerta se abre, y mi padre, entra en la habitación. Su mirada se cruza con la de mía, y ambos sabemos que hay algo importante que decir.
-¿Cómo está? -pregunta Gilberto, refiriéndose a Lucas.
-Duerme como un angelito -respondo.
-Vas a ser un gran papá cuando te toque.
-Papá, necesito hablar contigo.
Nos sentamos en las sofá junto a la ventana, mirando hacia la ciudad que duerme bajo la luz de la luna.
—¿Qué pasa, hijo? —dice mi padre preocupado.
Busco las palabras adecuadas. No quiere que mi padre malinterprete mis sentimientos.
—Lucas... — comienzo— Papá, empiezo a querer como si fuera mi propio hijo. No importa que no comparta mi sangre. Cuando lo veo, siento una conexión profunda. Quiero protegerlo, enseñarle, estar ahí para él. Es como si mi corazón se hubiera ampliado para incluirlo.
Mi padre sonríe, poniendo una mano en mi hombro.
—Hijo, el amor no se mide en lazos de sangre. Es algo más grande, más poderoso. Si sientes eso por Lucas, entonces es real. No importa si no eres su padre biológico. Lo importante es que estás dispuesto a ser su padre en todo lo que eso implica.
Asiento, sintiendo un nudo en la garganta.
—Pero, papá, ¿qué pasa si no soy suficiente?
Mi padre me mira con ternura.
—Marco, el amor no se trata de ser suficiente. Se trata de estar presente, de dar lo mejor de ti, incluso cuando no tienes todas las respuestas. Lucas te necesita, y tú lo necesitas a él. Juntos, encontrarán el camino.
Miro hacia la cama donde Lucas duerme plácidamente. Sé que este niño ha llegado a mi vida para cambiarlo todo, junto con su tía. Estoy dispuesto a construir un futuro lleno de amor, risas y momentos compartidos.
—Gracias, papá —digo, sintiendo que ha tomado una decisión importante—. Lucas es mi hijo, y haré todo lo posible para ser el padre que él merece.
Papá aprieta mi hombro.
—Eso es lo que los padres hacen, hijo. Amar incondicionalmente. Estoy muy orgulloso de ti
—Tengo de quien sacarlo, ¿no crees?— mi padre y yo terminamos abrazados.— No te lo digo nunca, te quiero y doy gracias todos los días porque te tengo como padre.
— Y yo porque los tengo a ustedes como hijos, y estoy feliz por las elecciones que han hecho ambos para su vida, ahora ve por tu chica.
***
Me he sumergido en la tarea de crear un ambiente romántico para esta noche. He transformado mi habitación en un rincón íntimo y acogedor. Las velas parpadean suavemente, creando destellos dorados en las paredes. Un ramo de rosas frescas adorna la mesita junto a la cama, sus pétalos suaves al tacto. El champán está enfriándose en una cubitera plateada, listo para brindar por el amor que compartimos.
Entramos tomados de las manos, al ver todo Milena me regala una sonrisa nerviosa pero llena de emoción. La luz tenue realza sus rasgos, y sus ojos se encuentran con los míos en un silencio cargado de significado.
— ¿Sabes? Cuando te conocí, nunca imaginé que mi vida daría un giro tan grande.— acaricio suavemente su rostro —Pero ahora, aquí estamos, celebrando el amor que compartimos, nuestro primer mes de novios.
—A veces, la vida nos sorprende de las formas más inesperadas.— se inclina para rosar mis labios con un beso—Y tú, Marco, eres mi sorpresa más hermosa, feliz primer mes.
Nos sentamos juntos en la cama, compartiendo risas y miradas cómplices. El champán burbujea en las copas, y el tiempo parece detenerse.
—Milena. Brindemos por nosotros, por este momento y por todo lo que está por venir. Porque siempre estaremos juntos, que este mes se convierta en años y los años en toda una vida.
Las copas chocan con suavidad y nuestras miradas se encuentran en un brindis silencioso.
— Por nosotros.
— Por nosotros. Y a este amor que es más que perfecto.
Milena apoya la cabeza en mi hombro, acaricio su cabello con ternura. Beso sus labios ligeramente, a medida que se va intensificando puedo saborear mejor sus labios que siempre me saben dulces. Ella sabe tan dulce como lo es.
Sus ojos avellana me miran por un instante, se que ella desea esto tanto como yo, aunque también sé que tiene miedo. La acaricio suavemente con la promesa de que todo estará bien, si no salí corriendo antes no lo voy a hacer ahora.
— ¿ Puedo desnudarte?
Me dio un si, en silencio. La ayudé a ponerse de pie para bajar la cremallera de su vestido de hilo blanco condetalles en azul. Dejo su espalda al descubierto, doy un tierno beso en cada uno de sus hombros. Luego tomo su mano para ayudarla a salir del revoltijo de tela que ha quedado en el piso. Me agacho y desabrocho la correa de sus sandalias. Para luego volverme a fijar en Milena que lleva un conjunto de sujetador y bragas blanco.
Dios es bella, que digo bella, es perfecta.
La ayudo a sentarse en la cama y sin quitarle los ojos de encima me desnudo lentamente para su deleite. Las mejillas de Milena se tiñen de un tono rosa.
Camino hasta la cama y me subo en ella para volver a besar a mi chica. Milena enreda sus dedos en mi cabello atrayendome más cerca. Mis manos buscan el cierre de su sujetador, cuando lo hago desaparecer de mi camino me deleito con sus pechos. Paso un pulgar por uno de sus pezones, Milena contiene el aliento. Repito mi gesto, hasta que de su boca se escapa un gemido.
Paso mis manos a sus bragas, cuando la voy deslizando por sus piernas contiene el aliento y su vientre se tensa ligeramente, la noche anterior había sido igual y se que es porque no le gusta que la vea sin su prótesis, así que para que no se sienta incomoda la dejo.
De igual forma me permito admirarla, amo demasiado a esta mujer. Milena toma la píldora y los dos estamos limpios así que disfrutamos del contacto piel con piel.
Su cara está a centímetros de la mía, la vulvuelvo a besar, todo fue subido de intensidad. Me desliso en su interior, puedo sentir que sus paredes se aflojan lentamente, siempre he sabido que no es virgen pero 5 años ha sido mucho tiempo sin sexo para ella, así que soy gentil. Beso su frente antes de adentrarme completamente en ella. Se siente tan bien estar ahí. Permanecemos un rato quietos esperando a que se adapte.
— ¿Estás bien?
— Si, te amo.
— Yo más princesa— dejo un beso en su nariz.
Luego comienzo a moverme, voy subiendo gradualmente el ritmo, siento que no voy a aguantar más y por cómo los músculos de Milena se tensan al rededor mío se que ella también está lista para dejarse ir. La veo jadear cuando los dos explotamos de placer, disfrutando tanto como yo de este momento, de nuestra primera vez juntos, la primera vez de muchas.
***
16/mayo/2021
La luz del sol se cuela por la ventana, estiro el brazo ya que no siento a Milena en la cama, veo la hora y ya son las 11 de la mañana. Me pongo un pantalón de hacer deportes y bajo. El aroma a comida llena la casa, alguien está horneado, la únicas que sabía hornear en casa algo dulce era mi madre, así que una mezcla de sentimientos me invade. En la cocina se siente toda una algarabía, Milena está reclinada en el horno, y yo que anoche la tuve de todos las formas inimaginables tengo que reprimirel deseo que siento justo ahora.
La rodeo por la cintura y le doy un beso en el cuello.
—Hola cariño, ¿ como dormiste?-me dice Milena con una sonrisa traviesa.
No puedo evitar fijarme en su atuendo, vestido vaporoso largo ceñido a la cintura con estampado de hojas verdes y unas botas hasta el tobillo negras tipo militar. La tela es ligera al contacto.
—Bien, pero he despertado solo— digo haciendo un puchero.
—Alguien tenía que dar de desayunar al terremoto— dice mi padre que está sentado en la mesa junto a Lukas que debora un muffins de chocolate mientras lo humedece en la leche.
Hay mi niño, mi dulce pequeño de ojos curiosos y risa contagiosa. Que deja su dulce y viene corriendo a abrazarme. Yo lo tomo en mis manos y lo hago volar por los aires.
— Te quiero Lucas.
— Y yo a ti...— se queda callado como si quisiera decir algo más, pero tiempo al tiempo.
—Hay que comenzar a preparar todo para cuando lleguen los invitados— comenta Milena.
— Isco, Nacho ya están en camino—dice Igor con la boca llena.— Cuñadita esto es una delicia— termina de engullir el trozo que le queda en la mano y se sirve en su taza leche con café para mojar otro muffins.
—Como está mi sobrino— acaricio la panza inexistente de Daniela que también está devorando un pastelillo.
—No soporta el queso, pero parece que los muffins de chocolate le gustan mucho— contesta está muy feliz.
***
En una hora la casa está llena, salimos todos al patio ya que no es bueno que tantas personas estén en un lugar cerrado mantenemos una distancia prudencial y permanecemos con las mascarillas. Mi padre y Raúl se han adueñado de la parrilla, Teo juega con Lucas en la piscina, hacía tiempo que no veía mi casa así, llena, todas celebrando y riendo.
Isco a quedado prendado de Deisy, Sergio aunque tarde pudo venir con Pilar y los niños. Pero la gran revelación del día fue Nacho, quien nos presentó a Emma, su novia, la chica está aquí tratando de montar su empresa para organizar eventos, así que se ofreció de voluntaria para preparar todo para la boda de mi hermano y Daniela.
Busco a Milena con la vista y la veo sentada en una tumbona conversando con su mamá, se parecen mucho, Magdalena a sus cincuenta y tantos es una mujer que se conserva muy bien y es muy alegre, pero a la vez sobreprotectora con su hija, el día que nos conocimos me dijo que me capaba si le hacía daño a su hija.
— ¡Vamos, Milena!— me paro frente a ella y le tiendo la mano— ¿Por qué no te unes a la diversión? La piscina está deliciosa.
— No sé, Marco. — con esa respuesta se que algo va mal, así que me agacho para quedar a su altura —Prefiero verlo desde aquí.
— Milena, — tomo su mano—no tienes nada de qué preocuparte.
Su mirada se pierde en la nada.
—Milena, que pasa— sostengo su barbilla para que me mire a los ojos.
—Desde bueno, ya sabes— y ahí salen a relucir sus inseguridades —, nunca me he quitado la prótesis en público y para entrar a la piscina lo debo hacer y...
—Milena, escúchame bien. — utilizo el tono de voz más serio que puedo poner justo ahora cuando en verdad lo que quiero es protegerla entre mis brazos —No importa si necesitas ayuda para caminar, lo único que importa es que eres increíble. Y yo estoy aquí para apoyarte, pase lo que pase. Nadie va a decir nada, — acaricio su rostro —tu eres la primera que me dice que no te importan los demás, que te amas como eres, además yo no voy a permitir que te ofendan.
Se desahase de su vestido y se queda en un bikini verde que me corta la respiración, la ayudo a entrar en la piscina y disfrutamos un rato en el agua.
La risa y el cariño llenan el jardín mientras Milena se siente cada vez más aceptada por mi familia y amigos.
Besos Betty⚽️😷🤍
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