Prologo
Lust!Sans caminaba coquetamente por Snowdin, contoneando sus caderas, algunos monstruos le dirigían miradas lujuriosas, el las respondía encantado, todo iba como siempre, hasta que un estrepitoso sonido llamo la atención de Lust y de todos los presentes, hilos azules empezaron a aparecer sin fin destruyendo todo lo que estaba en su camino. Todo era un caos, fuego, monstruos corriendo intentando inútilmente salvar sus almas. Entre todo ese desastre esta Error, con una gran sonrisa.
—¡Por fin!—gritaba Error—¡Por fin a llegado el momento de acabar con todos ustedes!¡Abominaciones!
Mientras gritaba, pudo distinguir entre el desorden y la confusión, a Lust!Sans. Sin esperar ni un segundo más fue rápido hacia él. Quería destrozarlo con sus propias manos.
—¡Mira lo que tenemos aquí!—dijo con burla—¡Es nuestro no tan querido Lust!
—Otra vez tu glitch—hablo Lust con una sonrisa—¿No te cansas? Es la octava vez que vienes, en solo... una semana. ¿Acaso gustas de mí?—Le sonrió aún más, con la clara intención de molestarle.
—Ya quisieras putilla—le respondió con asco.
—¡Oh Error! ¡Me halagas!
Error estaba a punto de estallar en enojo, no soportaría ni un minuto más escuchando su irritante voz. Rápidamente lanzo sus hilos azules intentando capturar su alma, pero Lust fue más rápido, esquivo los hilos y salió corriendo. Intentando hacer tiempo para que Ink pudiera llegar a ayudarlo. Sabía que solo faltaban unos segundos para que este se diera cuenta y acudiera a su rescate, como lo había hecho infinidad de veces anteriores. Lust corría, con toda la rapidez que sus piernas podían darle, a medio trayecto un árbol en llamas cayó delante de él, cortándole el paso. En segundos sintió como su alma era apresada y apretada con una fuerza brutal. Apenas se podía mantener consiente, el dolor era insoportable y sus cuencas comenzaban a cerrarse. Con la poca visión que estas le proporcionaban distinguió a lo lejos a Ink corriendo apresuradamente. Error se dio cuenta de esto y frustrado, abrió un portal hacia una dimensión aleatoria para poder, al menos, acabar con Lust. El protector a lo lejos observo sus intenciones y en un intento desesperado por evitarlas, le lanzo su gran pincel.
—¡Auch!—se quejó Error.
El pincel le había caído perfectamente en su cabeza, haciéndole perder en equilibrio y el control en sus preciados hilos. Cayo de cara en la nieve, inconsciente.
Ink estaba feliz, mi puntería es genial pensaba, pero, su felicidad duro poco al ver como el cuerpo inerte de Lust, atravesaba el portal que Error había abierto anteriormente para escapar. Al instante, este se cerró.
(...)
—Uh...—se quejo Lust!Sans al despertar con un terrible dolor en todo el cuerpo, como si hubiera caído desde una gran altura. Donde estoy se preguntó. Rápidamente empezó a investigar a su alrededor, todo estaba cubierto de nieve y habían grandes árboles por toda la zona, sigo en Snowdin se dijo extrañado, algo le decía que este no era el Snowdin en el que había estado toda su vida.
Lust!Sans asustado de esa terrible sensación, rápidamente se puso de pie y comenzó a caminar. Al rato sintió como si le observaran, escalofríos recorrieron su espalda, nunca había estado tan asustado en su vida, ni siquiera en las veces que Error había estado a punto de destruirlo. Porque sabía que Ink le ayudaría, pero ahora... estaba solo. Camino por unos cuantos minutos, y unas pequeñas manchas cafés y otras rojo oscuro llamaron su atención. Enseguida ese sentimiento de peligro le advirtió que no se acercase, pero la curiosidad le gano y fue a revisar que eran esas misteriosas y viscosas manchas. La curiosidad mato al gato.
—¡Aah!—grito Lust!Sans aterrado... era sangre.
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