Lust despierta al sentir una mirada penetrante sobre él, cuando abre sus cuencas, puede observar a Horror mirarle. ¿Qué está haciendo él aquí?.

—Lo siento— Cuando lo dijo, se notó como pudo soltar todo el aire que había estado conteniendo, decir esas palabras le había costado.

—¿De qué hablas? —soltó Lust con la voz apagada.

—Yo...— Las mejillas de Horror comenzaron a teñirse de rojo y empezó a titubear— Bueno... yo... lamento haber hecho... eso.

La extraña actitud llamo la atención de Lust, causándole gracia. Quiso ver si podía sacar más.

—¿Eso?

El asesino se encoje, mira hacia el suelo, aprieta con ambas de sus manos el hacha y se muerde ligeramente su labio inferior.

—Aah...— Cierra sus ojos concentrándose— No juegues conmigo, moradito. Lamento haberte dejado repentinamente ayer, tenia... asuntos que resolver.

Lust no se la dejaría fácil, él era terco y había terminado muy lastimado. Si Horror quiere su perdón, tendrá que hacer más que eso para conseguirlo. Aunque, la escena que había montado ahora le había encantado.

Después de mirar a Horror por unos segundos, se gira mirando hacia la pared diciendo:

—Si quieres mi perdón tendrás que hacer más que un simple "Lo siento".

Al mirar la pared no pudo notar la expresión que había puesto Horror, pero la suave carcajada le daba algunas ideas.

—¿Y qué quieres? ¿Qué te saque las cadenas? —Las pupilas de Lust se iluminaron al escuchar esas palabras.

—Sí.

—Hecho — ¿Escucho bien? ¿Horror había aceptado?

Pudo ver como Horror sacaba una pequeña llave de su bolsillo y se acercaba a las cadenas que lo tenían atrapado. Buscaba el candado e introducía la llave dentro, se produjo un estruendoso ruido cuando estas cayeron al piso.

—Ahora moradito... ¿Estoy perdonado?

Le hubiera encantado seguir jugando con él, pero tenía que cumplir su palabra.

—Sí, estas per- —Un repentino beso lo interrumpe.

—Que bien, si no, no hubiera podido hacer esto. — Horror continúa con el beso, que comienza a subir de tono rápidamente por obra de Lust. Este era todo un experto después de todo.

—No—Horror le tapó la boca a Lust con su mano, dejándolo confundido.

—¿Mnh? —La mano en su boca la impedía hablar.

Horror comienza a observar los restos de lágrimas secas que habían quedado en el rostro de Lust, y un molesto sentimiento comienza a llenarlo. Se promete a sí mismo, que haría que Lust nunca se olvidara de este día.

—Hare que este encuentro sea inolvidable... Lust—Estas palabras causaron un escalofrió en el cuerpo del pequeño moradito.