Capitulo uno: el reencuentro
—¿Por qué es tan difícil que confíes en mí?, innie... Mírame, dime qué me quede, por favor.
—Si ya tomaste una decisión, entonces vete...
—innie...
Hyunjin abrió los ojos de golpe, la sensación del sueño aún pesando en sus párpados. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, iluminando la habitación con un brillo cálido y dorado. Se levantó con una agilidad sorprendente, casi sin despertarse del todo, y se dirigió al baño. Los recuerdos del sueño se desvanecieron rápidamente, pero uno persistía en su mente: Jeongin. Hacía meses que no soñaba con él, y esa simple idea le provocó un ligero escalofrío.
—Algo malo va a pasar —susurró para sí mismo, sintiendo una inquietud inexplicable en el estómago. Se lavó la cara con agua fría, tratando de despejarse, antes de dirigirse a la cocina.
Allí encontró a Jake, su asistente, que estaba preparando café. Al ver a Hyunjin, alzó una ceja.
—¿Quién te dejó entrar? —preguntó, cruzando los brazos con un aire de desconfianza.
—¿Así me recibes? No seas tan imbécil —respondió Jake, rodando los ojos—. Fue el vigilante. Le dije que eras mi novio.
Hyunjin soltó una risa sarcástica mientras se servía una taza de café humeante.
—Muy ingenioso de tu parte. Pero, ¿no crees que eso podría causarnos problemas?
Jake se encogió de hombros, despreocupado.
—Lo dudo. Además, alistate, tienes reunión con el estudio de animación.
—¿No era para mañana? —inquirió Hyunjin, frunciendo el ceño.
—No. Ah, y oye, vi que tienes nuevos vecinos...
—¿Nuevos vecinos? —repitió Hyunjin, intrigado—. Qué raro, nadie había querido mudarse a ese departamento en bastante tiempo.
—Yo vi a dos chicos. Seguramente son esposos o novios. ¡Ay! ¿Cuándo será el día en que yo conozca a un chico que me haga feliz?
Hyunjin sonrió con complicidad.
—Yo te hago feliz —soltó en tono bromista.
Jake alzó la ceja.
—Estás muy viejo. No me gustan viejos, tienes casi cuaren...
—Gracias, Jake, por recordarme mi edad —bromeó Hyunjin mientras se dirigía a su habitación para prepararse.
—En unos años tendrás disfunción eréctil —añadió Jake entre risas —Usalo en lo que puedas...
Más tarde, al llegar a la reunión, Hyunjin se dispuso a escuchar las novedades sobre el proyecto en el que estaba trabajando. El estudio había contratado a un nuevo director de arte tras despedir al anterior por no cumplir con las expectativas. Sin embargo, el nuevo era alguien reconocido y premiado en la industria.
—No hay problema —dijo Hyunjin con seguridad—. Solo espero que haga bien su trabajo y que no tenga problemas en trabajar a mi lado.
—señor Hwang, su libro a sido todo un éxito, tanto la versión webtoon, como la versión literaria, estoy segura de que será un gran éxito la animación...
Al salir de la reunión, sintió una mezcla de alivio y ansiedad. Era un día soleado y despejado; sin embargo, su mente seguía divagando hacia los nuevos vecinos. Decidió que debía presentarse y ver quiénes eran realmente. Al llegar a su departamento, recordó lo que Jake había mencionado y se detuvo frente a la puerta de los nuevos inquilinos.
Con un leve toque en la puerta, esta se abrió para revelar a un chico sin camiseta y con cabello naranja brillante. Sus ojos se encontraron y Hyunjin sintió una chispa de sorpresa.
—¿El nuevo vecino? —preguntó Hyunjin, intentando mantener la compostura.
El pelinaranja le sonrió de manera coqueta.
—Sí. Me alegra tener un vecino tan atractivo.
Hyunjin soltó una risa nerviosa.
—¿Gracias? Bienvenidos al edificio —respondió mientras su corazón latía más rápido de lo normal.
Justo cuando el chico estaba a punto de responder, otro joven apareció por el pasillo. Tenía el cabello negro y una mirada intensa que hizo que Hyunjin se quedara paralizado. ¿Por qué tenía que ser tan ardiente? Yang Jeongin, el chico que había sido su primera relación y su mayor dolor de cabeza, estaba allí frente a él. La realidad lo golpeó como un tren; habían pasado cuatro años y medio desde la última vez que se vieron, tres horas y 24 minutos para ser exactos, según la obsesión de Hyunjin por recordar cada detalle de su relación fallida.
—Oh... —soltó Jeongin al verlo, y Hyunjin sintió cómo su corazón aceleraba mientras una sonrisa nerviosa escapaba de sus labios.
—Bienvenidos al edificio —dijo rápidamente, intentando ocultar su agitación—. Siéntanse a gusto. Si necesitan algo...
Se dio la vuelta sin esperar respuesta y se dispuso a entrar en su departamento. Una vez dentro, soltó un largo suspiro y maldijo en voz baja por su falta de autocontrol. ¿Por qué tenía que sentirse así cada vez que estaba cerca de Jeongin? Era como si volviera a ser un adolescente enamorado y confundido.
Mientras cerraba la puerta detrás de él, Hyunjin se apoyó contra ella, sintiendo cómo su mente giraba en torno a los recuerdos compartidos y las emociones no resueltas. Sabía que ver a Jeongin nuevamente no iba a ser fácil; había demasiadas heridas aún abiertas y demasiadas cosas no dichas entre ellos.
—Maldito destino y su retorcido sentido del humor, Ash, yo ya no estoy para estas emociones...
—Eso es por qué estás viejo.
—¿Por qué sigues en mi casa? —Se quejó Hyunjin y Jake le sonrió.
—Debes ser más agradecido, viejito, ¿Como van con la animación?
—bien, contrataron un nuevo director de arte, mañana debo volver a ir a la estudio para comenzar la distribución del guión y todo eso —Soltó dejándose caer en el sofá.
—Ademas, tienes firma de libros mañana luego de las diez y es el cumpleaños del esposo de han Jisung, dejo como veinte mensajes diciendo que si no ibas te iba a romper los huevos.
—Habia olvidado eso...
—Ahora descansa, yo iré por algo de comer.
(***)
El ambiente en la sala de reuniones era tenso, como si la electricidad llenara el aire. Hyunjin se encontraba sentado al lado de Jake, quien le había hecho un recordatorio que sonaba más a una advertencia.
—Recuerda ser amable y respetuoso con el nuevo director de arte —le dijo Jake, su tono serio.
Hyunjin simplemente rodó los ojos, tratando de ocultar su desdén.
—Si él aprende a hacer su trabajo, no tendremos problemas —respondió, cruzando los brazos—. No quiero que su incompetencia sea una mancha en esta versión. Si la animación es pésima, todos lo sabrán.
Jake suspiró, sabiendo que no podía cambiar la opinión de Hyunjin en ese momento. Pero antes de que pudiera decir algo más, la puerta se abrió de golpe y un silencio sepulcral inundó el espacio.
Hyunjin se quedó paralizado. ¿Qué carajos hacía Yang Jeongin ahí?
Jeongin entró con una sonrisa radiante, y el aire pareció volverse más ligero a su alrededor. Al ver a Jake, su expresión se iluminó aún más.
—¿Eres tú el nuevo director de arte? —preguntó Jake, acercándose rápidamente a él.
Jeongin asintió, su sonrisa nunca desvaneciéndose.
—Sí, soy Yang Jeongin. Un placer conocerte —dijo, extendiendo la mano hacia Jake.
Jake tomó su mano y le devolvió la sonrisa.
—Soy Jake. Supongo que ya sabes quién es el...
Jeongin asintió de nuevo, pero su mirada se desvió hacia Hyunjin. El tiempo parecía detenerse por un momento mientras ambos se observaban, cada uno con una mezcla de sorpresa y nostalgia.
—¿Cómo estás, Hyung? —preguntó Jeongin con un tono suave, como si la distancia de los años no hubiera existido.
Hyunjin tragó saliva y respondió con un tono neutral.
—Bien —dijo, extendiendo su mano también para darle la bienvenida. La conexión fue instantánea; sus manos se encontraron y un escalofrío recorrió la espalda de Hyunjin. Era una sensación extraña, como si el tiempo hubiera retrocedido y volvieran a estar en aquellos días de cuando lo conoció.
Ambos se quedaron mirándose durante un momento que se sintió interminable.
Jake, sintiendo la tensión en el aire, decidió intervenir.
—Bueno, creo que es hora de empezar con la reunión —dijo, intentando romper el hechizo que había caído sobre ellos—. Jeongin, ¿quieres contarnos un poco sobre tus ideas para el proyecto?¿Leíste algo sobre el libro?
—Si bueno, casi me lo se de memoria...
—Que raro, antes parecía casi no importarte —Bramó hyunjin.
—Ahora es igual, solo que es trabajo...
—Ok..., ¿Comenzamos?
Jeongin asintió y se sentó en la mesa frente a ellos, tomando un respiro profundo antes de comenzar a hablar. Hyunjin trató de concentrarse en lo que decía, pero su mente seguía divagando hacia el pasado.
Mientras Jeongin exponía sus ideas, Hyunjin no podía evitar recordar los momentos felices que habían compartido antes de que todo se desmoronara. La forma en que Jeongin solía sonreírle, cómo sus ojos brillaban cuando hablaban de lo que le gustaba. Pero también recordaba el dolor de su ruptura y cómo había luchado por seguir adelante.
La voz de Jeongin se volvió un murmullo en el fondo mientras sus pensamientos se desbordaban. Se dio cuenta de que tenía que ser profesional y dejar atrás lo que había sido. Sin embargo, cada vez que Jeongin miraba en su dirección, un torbellino de emociones lo envolvía.
Finalmente, cuando Jeongin terminó su presentación, Hyunjin levantó la mano para hacer una pregunta.
—Me gusta tu enfoque —dijo, intentando sonar objetivo—. Pero necesitamos asegurarnos de que la animación sea fluida y esté alineada con la visión general del proyecto. No podemos permitirnos errores.
Jeongin asintió con seriedad, comprendiendo la implicación detrás de sus palabras.
—Entiendo —respondió—. Estoy aquí para asegurarme de que eso suceda. Haré todo lo posible para trabajar en conjunto y lograrlo.
Hyunjin sintió una punzada en su pecho al escuchar esas palabras. Había algo sincero en la forma en que Jeongin hablaba, algo que lo hacía querer creer que podían superar lo que había pasado entre ellos.
Al salir del estudio maldijo y rascó su nuca, desvío la mirada y observó a alguien fumar así que se acercó y se trataba de jeongin, debía admitirlo se veía jodidamente ardiente aquel chico con el cigarrillo entre sus manos y se acercó arrebatandoselo...
—No fumes...
—¿Perdon?
—Aceptado, no lo hagas eso no te hará nada bien...
—Verte me da dolor de cabeza —Se quejó jeongin.
—El sentimiento es mutuo, ¿Por qué regresaste? Creí que amabas new York...
—No te debo explicación, pero si algo te hace sentir mejor, no sabía hasta hoy en la mañana que trabajaría contigo, de todas formas solo seamos profesionales y ya...
—Estamos en la misma sintonía...
—Si bueno, no tengo más que decir me voy... Debo hacer unas cosas...
—Mmm, fue un placer verte yang...
—Sabes que no es cierto...
—Nisiquiera se por que me odias, tu fuiste el causante de...
—¿Yo? Y ahí está de nuevo, siempre soy yo el problema, tenía cuatro años sin escuchar que yo era un problema, no te preocupes me voy...
Dijo dejándolo solo y Hyunjin maldijo a sus adentros.
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