—Hyunjin... ¿Quien es soyeon?

—Ah, es una compañera en el museo, es muy amable ella...

—Te dice amor, ¿Debería preocuparme?

—innie, ¿Por qué tendría la necesidad de hacerte algo así?

—No haz respondido mi pregunta, ¿Debo preocuparme?

—No, yang ya te dije no me importa ni en los más mínimo... Ella... Es solo una compañera de trabajo, es todo —Explicó abrazando al menor por la espalda y este le sonrió —Tu eres más que suficiente.

—Más que suficiente... Debí haber hecho caso en ese momento —susurró para sí mismo, recordando las advertencias que había ignorado. Con una taza humeante en la mano, se dirigió hacia otra de las salas donde se escuchaban risas y flashes de cámaras.

Al abrir la puerta, se encontró con un espectáculo cautivador: Hyunjin estaba en medio de una sesión de fotos. Su cabello estaba peinado hacia atrás, dándole un aire elegante y sofisticado. Sus labios estaban entreabiertos, como si estuviera a punto de sonreír o hablar, y la luz del estudio resaltaba cada rasgo de su rostro.

—¿Qué están haciendo? —preguntó Jeongin a la gerente que estaba a su lado.

—Es una sesión de fotos para el anuncio de la nueva animación —respondió la mujer con una sonrisa. Jeongin asintió, sintiéndose un poco abrumado por la belleza de Hyunjin.

—No es guapo—murmuró Jeongin, aunque sabía que era una mentira.

La gerente lo miró con una ceja levantada.

—¿De verdad? Porque yo diría que es bastante atractivo —dijo ella, y Jeongin asintió con la cabeza, sintiendo un ligero sonrojo en sus mejillas.

—De hecho, no parece que tenga treinta y tres años —soltó sin pensar.

La mujer asintió de nuevo, con una sonrisa cómplice.

—Es bastante popular, especialmente entre los chicos. Su orientación sexual llama mucho la atención.

Jeongin no pudo evitar soltar un suspiro.

—Siempre ha sido así —respondió, recordando aquellos días en los que Hyunjin siempre atraía a todos a su alrededor. Sin más que decir, se dio la vuelta y salió de la sala, dejando atrás el bullicio de la sesión.

Más tarde, Hyunjin terminaba de arreglarse. Se movía con gracia, ajustándose el cabello y revisando su apariencia en el espejo. Era imposible no sentir admiración por él. En ese momento, Hyunjin levantó la vista y sus ojos se encontraron con jeongin quien yacía dormido con la cabeza sobre la mesa..

—¿Cómo puedes verte tan lindo incluso así? —pensó Hyunjin, sintiendo que su corazón latía más rápido.

Hyunjin se acercó lentamente, su expresión era una mezcla de nostalgia y alegría.

—¿Por qué llegas cuando ya volví a hacer mi vida sin ti, Yang? —susurró Hyunjin, su voz suave y melancólica.

Hyunjin lo miró fijamente, como si estuviera buscando respuestas.

Cuando jeongin despertó, se dio cuenta de que había pasado un tiempo considerable. Miró a su alrededor y vio a Hyunjin sentado en un sofá cercano, absorto en un libro. La luz del atardecer iluminaba suavemente el espacio, creando un ambiente cálido y acogedor.

—¿Cuánto tiempo dormí? —preguntó Jeongin, frotándose los ojos.

—Alrededor de dos horas —respondió Hyunjin sin apartar la vista de su lectura.

Jeongin maldijo suavemente; había perdido demasiado tiempo.

—Te llevaré a tu departamento —dijo Hyunjin, cerrando el libro y levantándose.

—No hace falta —replicó Jeongin rápidamente.

—Igual iré a mi casa, somos vecinos—insistió Hyunjin con una mirada decidida.

Jeongin estaba a punto de protestar cuando Hyunjin continuó:

—No tenemos por qué ser enemigos u odiarnos. Ambos somos adultos, y actuar así es inmaduro, eso pasó hace mucho tiempo

Las palabras de Hyunjin resonaron en la mente de Jeongin. Tenía razón; habían dejado que sus diferencias los separaran durante demasiado tiempo.

—Tienes razón —admitió Jeongin—. En eso nos diferenciamos, tu a mi edad eras un completo imbécil...

Hyunjin rodó los ojos, pero había una sonrisa escondida en su rostro.

—Supongo que no puedo negarlo, vámonos.

                                  (****)

El ambiente en el ascensor era denso, casi palpable. Jeongin se encontró perdido en sus pensamientos, su mente divagando en un mundo donde Hyunjin lo tomaba de la cintura y lo besaba con una pasión feroz. La imagen lo hizo sonrojar, y rápidamente apartó la vista del espejo del ascensor, sintiendo que su corazón latía con fuerza.

Al salir del edificio, ambos se dirigieron hacia sus respectivos departamentos, pero Hyunjin se detuvo en seco. Volteó a mirar a Jeongin con una expresión que parecía mezclar curiosidad y diversión.

—¿Quieres pasar a mi departamento a beber algo? —preguntó, levantando una ceja.

Jeongin se sintió un poco sorprendido, pero también intrigado.

—¿Quieres follar?— inquirió, sintiendo cómo las palabras salían de su boca antes de que pudiera pensar en las implicaciones.

Hyunjin soltó una risa suave.

—Por Dios, solo es para comer algo y beber. No te emociones tanto— respondió, bromeando mientras comenzaba a caminar hacia su departamento.

—El emocionado parece otro...

Sin pensarlo demasiado, Jeongin aceptó y lo siguió. Una vez dentro, el ambiente se volvió más relajado. Las risas comenzaron a fluir entre ellos mientras recordaban anécdotas de su pasado juntos. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que reímos así? Se preguntaba Jeongin, sintiendo una mezcla de nostalgia y felicidad.

Después de un par de tragos, Jeongin decidió romper el hielo sobre un tema más personal.

—¿Has tenido otros novios desde que volviste de Nueva York?— preguntó con curiosidad.

Hyunjin lo miró fijamente, como si estuviera evaluando la pregunta.

—¿Para qué quieres saber eso?—replicó, arqueando una ceja.

Jeongin se encogió de hombros.

—Solo curiosidad —dijo, intentando parecer despreocupado. Hyunjin negó con la cabeza.

—No tengo tiempo para buscar un novio y...

—¿Osea que no le has dado uso en mucho tiempo? —Investigó y hyunjin rodó los ojos —¿Si quiera aún funciona?

—Yang, te puedo demostrar que aún funciona...

—Paso, pero gracias por la oferta

—¿Y tú?¿Haz tenido novios?— preguntó, cambiando la dirección de la conversación.

—Yo... solo he tenido aventuras de una noche —admitió Jeongin, sintiendo cómo la sinceridad lo hacía sentir vulnerable.

—¿Aventuras de una noche?— repitió Hyunjin, entrecerrando los ojos con diversión. —¿Y no recuerdas ni los nombres de la mitad de ellos?

Jeongin asintió, riendo nerviosamente.

—Sí, algo así. Es un poco triste, ¿no?—dijo mientras se encogía de hombros. Hyunjin soltó una carcajada genuina.

—Ya ni siquiera te conozco —comentó, y Jeongin sintió un pequeño cosquilleo en su estómago ante la verdad de sus palabras.

—Yo tampoco, te conozco quiero creer que eres alguien más maduro y todo eso pero esta persona que está en frente de mi, nisiquiera se quien es...

—Las personas cambian yang, cuando vuelves a ver a una persona ninguno de los dos será lo mismo que en el pasado, así funciona la vida.

—Supongo que tienes razón...

Ambos se quedaron en silencio por un momento, mirándose a los ojos. Era como si el tiempo se hubiera detenido y la atmósfera se cargara de una tensión nueva e inesperada. Hyunjin dio un paso hacia adelante, acortando la distancia entre ellos.

—Ya que somos desconocidos... —comenzó Hyunjin con un tono juguetón, —¿por qué no te imaginas que soy una de tus aventura de noche?

Jeongin sintió que su corazón se aceleraba aún más ante la insinuación. Nervioso, le preguntó:

—¿Y qué debería imaginarme?

Hyunjin sonrió con picardía.

—Imagina que nos encontramos en un bar, nos atraemos instantáneamente y terminamos aquí, en mi departamento, sin conocer nada el uno del otro... Solo nuestros nombres...

Jeongin tragó saliva, sintiendo cómo la tensión crecía entre ellos.

—Eso suena... interesante —murmuró, sus ojos fijos en los labios de Hyunjin.

—¿Interesante? Solo eso?—respondió Hyunjin, acercándose un poco más.

La atmósfera se tornó electrizante y Jeongin sintió que ya no podía retroceder. La línea entre ellos y algo más comenzaba a desdibujarse lentamente mientras ambos se sumergían en esa fantasía compartida.