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Capitulo once: la cita

-Muestrame ese tatuaje

-¿Morbo o apreciación al arte? -Investigó y Hyunjin sonrió.

-Mas que eso, es para una alimentación...

-¿Alimentación para qué?

-Para los malos pensamientos - Jeongin, sintiendo la intensidad de la mirada de Hyunjin. Con una mezcla de nerviosismo y determinación, se dio la vuelta, dejando que su espalda quedara expuesta a Hyunjin. Con un movimiento suave, se quitó el suéter, dejando al descubierto su piel clara y el impresionante tatuaje que adornaba su espalda.

Era una serpiente, elegantemente diseñada, que se enroscaba alrededor de su columna vertebral. Las escamas estaban cuidadosamente detalladas, y la serpiente parecía cobrar vida bajo la luz tenue de la habitación. Hyunjin no pudo evitar quedarse maravillado por la belleza del tatuaje y la forma en que acentuaba la figura de Jeongin.

-Es impresionante -murmuró Hyunjin, su voz apenas un susurro mientras se acercaba más a él.

Con delicadeza, Hyunjin extendió su mano y dejó que su dedo índice recorriera el contorno del tatuaje. Sintió la suavidad de la piel de Jeongin bajo su toque y cómo la serpiente parecía deslizarse entre sus dedos. Cada movimiento era lento y deliberado, como si temiera romper el hechizo que había caído sobre ellos.

Jeongin cerró los ojos al sentir el roce de los dedos de Hyunjin, una corriente de electricidad recorriendo su cuerpo. La calidez de la mano de Hyunjin lo envolvía, y cada trazo que hacía en su piel lo hacía sentir más vivo que nunca.

Hyunjin se inclinó un poco más, acercándose a la piel expuesta de Jeongin. Con suavidad, comenzó a dejar pequeños besos sobre el tatuaje. Cada beso era ligero y delicado, como si estuviera adorando cada centímetro de esa obra de arte que adornaba la espalda de Jeongin.

-¿Te gusta? -preguntó Jeongin, su voz temblando ligeramente, no solo por la sensación de los besos, sino por la vulnerabilidad que sentía al estar tan expuesto ante él, por más que lo intentara Hyunjin podía ponerlo tan vulnerable

-Me encanta -respondió Hyunjin, sus labios todavía acariciando la piel de Jeongin-. Es como si contara una historia... y quiero conocer cada capítulo.

Jeongin sonrió al escuchar eso, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. La combinación de las caricias suaves y los besos tiernos lo hacían sentir querido y deseado.

-¿Satisfecho? -dijo Jeongin con un tono juguetón-

-No... Pero creo que con esto bastará por aho-

Jeongin se lanzó hacia el juntando y se fundieron en un apasionado beso que los dejó sin aliento. Sus labios se encontraron encendiendo una chispa en el aire. Se abrazaron con fuerza, sus cuerpos se fundieron en un abrazo mientras sus lenguas se entrelazaban en un baile frenético de deseo.

El calor de sus cuerpos se mezclaba en un torbellino de emociones, y la cama parecía vibrar con la intensidad del momento. Sus manos recorrían cada centímetro de la piel del otro, buscando cada rincón de placer y desatando aún más la pasión que los consumía.

Los suspiros y gemidos se mezclaban con el sonido de sus labios y el crujir de la cama bajo su peso.

El tiempo parecía detenerse mientras se entregaban por completo a este beso, se perdieron en el éxtasis del momento, sin embargo jeongin salió de trance. Se apartó sorprendido, confundido por sus propios sentimientos.

-Dejame invitarte a salir...

-¿Cómo?

-Salgamos, tengamos una cita... Innie yo ya no estoy para amigos con beneficios, tampoco para acostones de una noche, yo... Quiero mi familia, un perro y...

-Sexo veinticuatro siete -completó jeongin y hyunjin rodó los ojos -¿Y quieres hacer eso conmigo? -Investigó subiéndose al regazo de hyunjin y dándole un corto beso -¿Sí?

-No lo se, siempre he querido eso contigo... ¿Tu quieres eso conmigo?

-Si... Aceptaré tu cita señor Hwang, tú pagas y yo llevo los condo-

-Deja de pensar en sexo, follar, y no se qué más este pasando por tu cabeza -Se quejó Hyunjin

-Asi te gusto -Soltó jeongin y hyunjin bufó -¿O no te gusto?

-Yang jeongin, eres insoportable -Se quejó dándole un beso y jeongin lo observó.

-Prometeme que no vas a volver a dejarme solo... -Suplicó.

-Lo prometo, ¿Confías en mi?

-Si.

(****)

Jeongin se miró en el espejo una vez más, ajustando la chaqueta que llevaba puesta. Estaba elegante, como si cada detalle de su atuendo hubiera sido cuidadosamente seleccionado. En la cocina, Heeseung estaba sentado en la mesa, vestido con un pijama desgastado, disfrutando de un tazón de cereal. La imagen contrastaba tanto que Jeongin no pudo evitar reírse.

-¿A dónde vas tan elegante? -preguntó Heeseung, sin apartar la vista de su cena.

Jeongin se giró hacia él, con una chispa de emoción en sus ojos.

-Voy a salir con alguien.

Heeseung levantó una ceja, intrigado. Su cuchara se detuvo en el aire.

-¿Con tu ex?

Jeongin sonrió, un poco más relajado.

-Ya somos adultos, Heeseung. Podemos manejarlo.

Heeseung se levantó de la silla, acercándose a Jeongin y tomándolo por los hombros con una expresión seria.

-Escucha, solo quiero que sepas que te quiero y no quiero que salgas herido. Tienes que aprender a amarte a ti mismo primero.

Jeongin asintió, sintiendo el peso de las palabras de su amigo.

-Cuando estoy con Hyunjin, todo eso se me olvida -admitió, dejando escapar un suspiro.

Heeseung sonrió suavemente, su mirada se suavizó.

-Solo quiero que seas feliz, eso es lo más importante.

Jeongin se acordó de algo y sonrió traviesamente.

-Por cierto, tú mamá me llamó para recordarte que estás inscrito en un programa de citas a ciegas.

Heeseung frunció el ceño, poniendo los ojos en blanco.

-¡No quiero eso! -exclamó, levantando las manos en señal de protesta-. Quiero una relación, pero sé que llegará sola.

Jeongin se rió, divertido por la reacción de su amigo.

-El amor no va a tocar a tu puerta mientras te diviertes viendo kdramas, Heeseung.

Heeseung rodó los ojos y volvió a sentarse a terminar su cereal, pero no pudo evitar sonreír ante la idea. Mientras tanto, Jeongin se dirigió hacia la puerta.

Desde el umbral, se giró para echar un último vistazo a su amigo. Heeseung lo observaba con una mezcla de preocupación y apoyo.

-¡Diviértete! -gritó Heeseung mientras Jeongin salía.

Al salir al exterior, Jeongin se encontró con Hyunjin, quien lo esperaba con una sonrisa radiante.

-¿Estás listo? -preguntó Hyunjin, sus ojos brillando con emoción.

Jeongin asintió, sintiendo una mezcla de nervios y anticipación mientras se acercaba a él.

-Si, dime qué estoy guapo...

-¿Como por?

-Ash, ¿Que se te olvidó como ser novios?

-No, pero no somos novios... Somos ex novios...

-Ñimis ix nivius -Gruñó -Aveces no te soporto, vámonos -Se quejó y Hyunjin lo tomó de la cintura acercándolo para darle un beso en la mejilla dejando al menor atónito y este se quejó

-Te ves muy lindo innie...

-No funciona si lo dices de la nada -Se quejó con nerviosismo alejándose.

-¿Ahora si estás listo para esta noche?

-Si, traje dos cajas de...

-¡Yang Jeongin!

Al llegar al restaurante, el ambiente era cálido y acogedor. La luz tenue y la suave música de fondo creaban el escenario perfecto para una velada especial. Hyunjin y Jeongin se acercaron a la anfitriona, quien les sonrió y les preguntó cuántos eran.

-Una mesa para dos, por favor -dijo Hyunjin, mirando a Jeongin con una sonrisa.

Se acomodaron en una mesa junto a la ventana, donde podían observar el bullicio de la ciudad. Mientras hojeaban el menú, Jeongin no pudo evitar mirar a Hyunjin con curiosidad.

-Oye, Hyunjin -comenzó Jeongin, con un tono juguetón-, ¿cuándo me vas a proponer matrimonio?

Hyunjin alzó una ceja, sorprendido por la pregunta.

-¿Pero qué dices? Apenas es nuestra primera cita -respondió, divertido.

Jeongin se encogió de hombros, como si eso no fuera un problema.

-Bueno, también hay que ir pensando en el bebé -dijo con una sonrisa traviesa.

Hyunjin frunció el ceño, confundido.

-¿Qué bebé? -preguntó, riendo.

-El que estoy esperando -respondió Jeongin, con una expresión seria que rápidamente se convirtió en una risa contagiosa.

Hyunjin no pudo evitar reírse a carcajadas.

-Te has vuelto loco, Jeongin. ¡No hay ningún bebé!

Jeongin se inclinó hacia adelante, con una mirada juguetona.

-Esa es la única forma de que no te vayas otra vez.

Hyunjin lo miró a los ojos, su voz se volvió suave y sincera.

-Jamás volvería a irme. No puedo resistir estar un minuto sin ti.

El corazón de Jeongin se aceleró y sus mejillas se sonrojaron. Sonrió tímidamente, sintiéndose un poco tonto por la sinceridad del momento.

-Eres un tonto -dijo, entre risas.

-Tú empezaste -respondió Hyunjin, sonriendo ampliamente.

La cena transcurrió entre risas y miradas cómplices. Después de disfrutar de un delicioso platillo, decidieron salir y subir al auto. Hyunjin condujo por las calles iluminadas, hasta llegar a un hotel elegante. Jeongin miró por la ventana, intrigado.

-¿Qué hacemos aquí? -preguntó, algo nervioso.

-Es nuestra noche especial -dijo Hyunjin, girando hacia él con una mirada decidida-. Me aseguraré de que la recuerdes por el resto de tu vida.

Jeongin sonrió con ternura, su corazón latía con fuerza.

-Si es contigo, no tengo problema. Solo... prométeme que nunca me soltarás -dijo, con sinceridad en su voz.

Hyunjin negó con la cabeza, acercándose un poco más.

-Nunca lo haré.

-Vayamos al jacuzzi

-¿Juntos? -Investigó yang y Hyunjin asintió -Pero darnos un chapuzón o UN CHAPUZÓN o...

-No lo sé... -solto Hyunjin acercándose y tomándolo de la cintura -¿No quieres intentarlo allí?

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