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Capitulo ocho: los malos pensamientos

Hyunjin, erguido sobre él, se inclinó lentamente, la distancia entre ellos menguando con cada centímetro. La tensión era palpable, el silencio sólo roto por el suave susurro del viento. Sus respiraciones se entrelazaron, un silencioso diálogo de anhelo.

No fue un beso suave y tierno, sino un encuentro intenso, como si ambos estuvieran vertiendo en él todo el deseo reprimido, toda la tensión acumulada a lo largo del día. Las manos de Hyunjin se posaron suavemente en las caderas de Jeongin, sintiendo la firmeza de su cuerpo a través de la fina tela de su camisa. Jeongin, a su vez, rodeó el cuello de Hyunjin con sus brazos con fuerza, acercándolo aún más, como si temiera perderse en el torbellino de emociones que los envolvía.

El beso fue profundo, explorador, lleno de una necesidad voraz. Las lenguas se encontraron en un baile frenético, un diálogo silencioso que expresaba todo lo que las palabras no podían decir. El cuerpo de Jeongin se arqueó ligeramente, respondiendo al contacto con una pasión igual a la de Hyunjin. Sentía los fuertes latidos del corazón de Hyunjin contra su pecho, un ritmo que se sincronizaba con el propio, creando una armonía perfecta de deseo y entrega.

El beso se prolongó, intenso y absorbente, como si el tiempo se detuviera a su alrededor. un torbellino de sensaciones que los dejaba sin aliento, jadeantes y con los sentidos desbordados. Cuando finalmente se separaron, fue con lentitud, con reticencia, como si ambos temieran romper el hechizo que les había unido. Sus labios, ligeramente hinchados y enrojecidos, seguían rozándose con un leve temblor, un eco del beso que acababan de compartir.

-¿Ahora qué?-Investigó Jeongin

-No crea que resista hasta llegar al departamento...

-No lo hagas

Hyunjin volvió a capturar sus labios en un beso apasionado. La conexión entre ellos se intensificó, y pronto sus manos comenzaron a explorar más allá de la superficie. Hyunjin deslizó sus dedos por la piel suave de Jeongin, sintiendo cómo cada toque provocaba una reacción en él.

Jeongin arqueó la espalda, buscando más contacto mientras un gemido escapaba de sus labios. La noche parecía cobrar vida a su alrededor;

En un impulso, Jeongin empujó a Hyunjin y comenzó a dejar besos en su cuello y mandíbula, explorando cada rincón que había anhelado tocar.

Hyunjin se alejó por completo y le sonrió, abrió la puerta trasera Jeongin no necesitó más palabras. Se inclinó hacia adelante, sus labios encontrando los de Hyunjin una vez más, esta vez con una urgencia renovada. El beso se volvió más profundo, sus manos explorando el interior del auto, buscando el calor del otro.

Hyunjin sintió cómo la adrenalina recorría su cuerpo mientras sus manos se deslizaban por la cintura de Jeongin, atrayéndolo más cerca. Con un movimiento rápido, se adentraron en el asiento trasero, creando un pequeño refugio para ellos.

-Esto es un poco arriesgado... -dijo Jeongin entre risas nerviosas, pero su mirada revelaba su deseo.

-¿Que así no es mejor? -respondió Hyunjin, con una sonrisa traviesa.

Jeongin asintió, sintiendo cómo la emoción lo invadía. seguido por Hyunjin, que cerró la puerta detrás de ellos. La oscuridad del auto se convirtió en su mundo privado.

Una vez dentro, las manos de Hyunjin comenzaron a explorar sin restricciones. Sus dedos recorrieron la piel de Jeongin, mientras este se acomodaba contra el asiento, sintiendo cómo cada caricia encendía una chispa en su interior.

-Hyunjin... -susurró Jeongin, su voz temblando de anticipación.

Hyunjin se inclinó hacia él, dejando un rastro de besos por su cuello, sintiendo cómo Jeongin se arqueaba bajo su toque. Cada beso era como un fuego que se avivaba, y pronto el espacio entre ellos se volvió escaso.

Jeongin tomó la iniciativa, atrayendo a Hyunjin hacia él y profundizando el beso. Sus lenguas danzaban en una coreografía apasionada, mientras las manos de Jeongin se enredaban en el cabello de Hyunjin.

La respiración se volvió pesada y entrecortada. Jeongin sintió cómo el deseo lo consumía, y en un impulso atrevido, deslizó sus manos bajo la camiseta de Hyunjin, acariciando su piel caliente.

-Yang... -murmuró Hyunjin, sintiendo cómo cada toque lo llevaba al borde de la locura.

Con cada movimiento, el ambiente se volvía más cargado. Las luces del estacionamiento parpadeaban a través de las ventanas del auto, pero nada podía distraerlos del momento que estaban compartiendo.

En un instante de pura pasión, Hyunjin se detuvo y miró a Jeongin a los ojos. -¿Tienes condón ?-preguntó, su voz grave y llena de deseo.

Jeongin asintió, sintiendo una mezcla de nervios y excitación. -no... No importa, hazlo así.

Hyunjin llevo sus manos al jean de jeongin y de manera algo incómoda lograron sacarlo, el rubio bajo un poco los suyos dejando su miembro expuesto. El pelinegro subió al regazo de hyunjin comenzó a moverse lentamente en círculos sobre el miembro del mayor quien mordió sus labios, llevando su dedo a la boca del menor haciendo que este los chupe para luego dirigirlo a su entrada y de una sola estocada penetrarlo.

-Mierda...

-¿Te duele?

-No solo... -Hyunjin lo miraba a la espera de una respuesta y este al ver la expresión del mayor volvió a besarlo -hacia rato que no me sentía así...- susurró

Jeongin mordió sus labios para oprimir los gemidos pero Hyunjin habló.

-Quiero escuchar, quiero saber que lo disfrutas -Pidio para luego volver a tomar el endurecido pezón con su boca, el mayor sintió como el otro pezón se endurecía ante la acción de sus dedos, soltó un suspiro haciendo chocar su aliento con la piel del menor erizandolo y con algo de brusquedad mordió el pezón robándole un fuerte gemido a Jeongin y rápido lo besó -Me encanta tu voz, hazlo más fuerte

-Pero... -Mascullo Jeongin y Hyunjin soltó una sonrisa torcida.

El mayor se quitó su camiseta en menos de diez segundos, para luego seguir dejando besos por toda la piel del menor viendo cómo este se estremecía ante aquel tacto, era jodidamente excitante, la manos de Jeongin estaban sobre los hombros del mayor aferrándose fuertemente a este.

Joder.

tomando los labios del menor, haciendo fricción entre ambas erecciones, enviando destellos de placer por todo su cuerpo, así que sin dudarlo comenzó a frotarse contra el, mientras el contrario se arqueaba y temblaba. Hyunjin volvió a chupar el cuello contrario y aquel no pudo resistirse y soltar ahogados gemidos llenos de placer.

-Por favor~ -Rogó el menor.

Hyunjin comenzó a dar mordidas por toda la extensión de piel. Lo que resultaba completamente extraño para el mayor es que ningúna persona, había llegado a excitarlo tanto como Jeongin. Rasgó uno de los pezones haciendo que este suelte un chillido. Exquisito.

Sostuvo aquel endurecido miembro y comenzó a mover su mano a través de toda la extensión, masajeando el tronco empapado de líquido pre seminal sin delicadeza para luego masajear sus testículos. Jeongin apretaba sus labios para no gemir tan fuerte, tal vez sentía algo de vergüenza, pero también sentía que explotaría de exitacion y placer, ya no podía más, arqueo su espalda y mordió su labio para cubrir otro chillido cuando la mano del mayor apretó el glande y sus labios mordieron su cuello.

-Te quiero dentro -Susurro Jeongin, Hyunjin no dijo nada y el rubio volvió hablar -Metelo, quiero sentirte -Rogó.

Ante la súplica del rubio sacó sus dedos, para llevar su palpitante miembro a la entrada metiendolo a la fuerza sintiendo aquella estrechez y escuchando un grito por parte de Jeongin, llevo sus manos a los hombros del pelinegro para clavar sus uñas.

Comenzó a moverse bruscamente aunque le costará un poco, sus manos tomaron la cintura del azabache quien no paraba de gemir para atraerlo más a hacia su cuerpo, gimiendo con fuerza inundando todo el coche, ¿Cómo sabía Hyunjin dónde tocarlo? Llevandolo a la locura del éxtasis, tomándolo de la cintura y pegándolo contra su cuerpo mientras lo penetraba con fuerza. Lo hacía a la perfección para el placer de ambos.

-Ahg... Si, así no te detengas, Hyunjin-ah~ -Gimió.

Hyunjin se detuvo y sonrió -Salta para mi innie...

Jeongin sin pensarlo comenzó a dar pequeños brincos sobre el miembro de hyunjin llevándolo a la locura mordió su labio inferior y luego subió una de sus manos a la mejilla de jeongin que estaba algo sonrojada para luego besarlo.

Hyunjin sintió como el cuerpo de Jeongin temblaba ligeramente amenazando con desplomarse y llegar al orgasmo.

-No puedo... -Gime Jeongin. Hyunjin sintió su cuerpo ser arrastrado por el éxtasis corriendose dentro del menor.

Finalmente, cuando las luces del auto parecieron desvanecerse en la oscuridad de la noche, ambos supieron que habían cruzado una línea que ya no podrían retroceder.

-quedemonos un rato más así...

-Ok, no planeaba moverme

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